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Expresión dulce, mente perversa

Daisuke no estaba seguro de lo que pasó. En un momento, el estaba pasando el rato, tomando algo con Ken en su casa, entonces todo se volvió nebuloso y lo siguiente que supo fue que estaba desnudo con los brazos atados a la espalda.



Estaba en el dormitorio de Ken y al levantar la mirada, estaba el mismo Ken, mirándolo de nuevo con una sonrisa retorcida en su rostro. Parecía más una especie de masoquista malvado que su novio



Antes de que Daisuke pudiera gritar y suplicar que le liberase vio a la mano de Ken extendiéndose hacia su boca con algo, Justo como Daisuke había abierto su boca, fue rápidamente rellena con algún paño húmedo.



- Mmm!!??-. Daisuke se retorcia mientras Ken empujaba sus dedos lentamente más profundamente en la boca de Daisuke para conseguir la mordaza más allá de su garganta.



Había un sabor desconocido en la boca de Daisuke, no estaba seguro de que se estaba forzando por sus labios y ahogando sus gritos. Entonces se hizo evidente. Sus ojos se abrieron y él se retorció y sacudió la cabeza con disgusto mientras comprendía que en ese momento estaba ahogándose con sus propios boxers usados y húmedos con los toques que Ken le hizo contra su polla



-Parece mentira que aun no estás acostumbrado al sabor del que emana tu entrepierna todavía -. Ken rió juguetonamente mientras cerraba la boca de Daisuke, sellando la ropa interior gruesa en su boca mientras seguía luchando y empezó a desgarrarse.



No era ningún secreto que Ken tenia muchas fantasías eróticas, entre ellas el olor de la ropa y jugar con ella, hoy era uno de esos dias, pero esta vez, Ken no avisó a Daisuke de nada, todo salió al momento, inesperado, normalmente Ken le habria dicho que iban a probar cosas nuevas pero hoy queria hacer algo diferente, se sentía con una confianza plena como para no contar con Daisuke por una vez en su vida y hacer todo como la personalidad de su novio, a base de impulsividad.



Daisuke se preguntaba ¿por qué Ken le estaba haciendo esto? Su cabeza estaba trabajando mientras luchaba por responder a esa pregunta mientras se sentía repelido por la ropa interior sucia que llenaba su boca.



- Sé que estas cosas no te gustan pero a mi me fascina, me llena de eterno placer y morbo, Amordazarte con tu ropa interior... Es bastante lindo, me gusta ver lo que puedes soportar mientras mi entrepierna queda mojada del gusto que me da verte suplicar y estar asustado con mis acciones -. Dijo Ken, sonriendo a Daisuke y deseando poder desatar sus mas oscuros anhelos



Daisuke sollozaba mientras temblaba de miedo. Sin haberlo hablado sentía miedo de la persona que tenia a su lado, Ken estaba siendo en todo momento una persona perversa, muy lasciva y eso era jodidamente sucio y provocador para él



- No te preocupes, el ritual está listo.



¿De qué diablos estaba hablando Ken? ¿Ritual? Daisuke no sabía lo que estaba pasando, pero al mirar alrededor de la habitación empezó a notar algunas velas y garabatos extraños en la pared. ¡Más que eso, había ya marcas similares extrañas dibujadas en su propio cuerpo! ¿Ken estaba loco o algo así? ¿Qué estaba tratando de hacer?



Ken echó un líquido claro desconocido en su mano que parecía lubricante, pero tan pronto como los dedos resbaladizos de Ken se deslizaron por el ano expuesto de Daisuke se hizo evidente que era algo más. Sus labios inferiores rápidamente se calentaron y se volvieron increíblemente sensibles, como si hubieran sido burlados y jugados durante horas. Hizo que la sensación de los dedos delgados de Ken se deslizasen dentro de él mucho mas intensos



Con esos dedos enterrados dentro de él, Daisuke se retorció y gimió en su mordaza, a veces olvidaba lo gay que era con su ano tan sensible y Ken siendo tan hábil con su trabajo con los dedos, no tardó mucho Daisuke en hundirse en el placer. El disgusto se volvió lentamente hacia una excitación intensa mientras su cabeza estaba inundada de pensamientos sexuales.



Las marcas en el cuerpo de Daisuke empezaron a brillar y un excitado Ken se inclinó hacia el rostro de su víctima y le dio una larga y sensual sensación. Daisuke estaba demasiado distraído por las olas de placer que se extendían a través de su cuerpo y extrañas imágenes homoeróticas que inundaban su mente por la expresión pervertida de Ken y su comportamiento lascivo.



El orgasmo de Daisuke parecia que llegaba pero no llegaba. Normalmente, con esta estimulación, ya se hubiera corrido, pero parecía que no controlaba sus sensaciones. A pesar del inmenso pozo de placer en el interior, no podía gozarlo. Más bien, los dedos de Ken seguían manteniéndose sobre sus áreas más delicadas, frotándose contra su ano suave y empujándo aún más hacia la desesperación y la necesidad.



El no seria capaz de correrse hasta que el ritual estuviera completo. Hasta que las escenas de la sumisión y el sexo que fluía en su mente fueron tomadas. Daisuke se vio arrodillado delante de Ken, mendigando, paliza. Succión. Gemidos, Obediencia Sumisión. Eyaculacion, semen, lindas gotas de semen delicioso



Pero llegó, Daisuke se estaba corriendo, la sensacion de manterse ambos pegados, el poder de la mente tan poderosa hizo realidad el momento, Ken gimió de alegría como si el también pudiera sentir la alegría, pero para Daisuke era tan abrumador que todo lo que podía hacer era sentir espasmo sin aliento, ya que su alma estaba corrompida y retorcida por el ritual pervertido.



Su orgasmo se desvaneció, dejando un ano desordenado y goteando y Daisuke aún temblando aturdido y luchando por pensar. Ken recuperó sus dedos ahora empapados y se deleitó en probar los jugos que se aferraban a ellos mientras los chupa seductoramente.



Ken quitó la mordaza de Daisuke y le desató mientras el todavía estaba recuperándose de las réplicas de su orgasmo. Después de unos minutos había recuperado los sentidos y estaba mirando a Ken



- ¿Cómo te sientes ahora? -. Preguntó Ken



Daisuke no estaba seguro de qué decir. A pesar de que se cumplió lo que Ken esperaba, no se sentía diferente, avergonzado y extraño de gotear a la más minima caricia o tacto, hay tantas cosas del sexo que aun desconocia...



Ken se agachó ansioso deseando agarrar la dulce polla de su novio, rompiendo asi la marabunta de pensamientos que asomaban por la mente de Daisuke, la polla de este ultimo se estremeció y su estómago revoloteó. Un extraño sentimiento le golpeó y su cabeza se sintió un poco entumecido.



- Uh... No siento... ¿qué... Qué estás haciendo?-. Daisuke preguntó con el aliento desigual, mordiéndose el labio después, mientras luchaba por luchar contra lo que le estaba pasando.



- Arrodíllate -. Ordenó Ken.



Instantáneamente, se arrodilló sin pensarlo. No estaba seguro de por qué, pero el deseo de obedecer el mandato sólo le superó completamente entonces. Después de haberse arrodillado, estaba más cerca de la boca empapada de deseo de su amo y señor. Podía olerlo, de hecho.



El extraño sentimiento creció. Obedecer ese mandato le había hecho temblar con nerviosismo su cabeza y su cuerpo entero vibraba. No estaba seguro, pero ahora Ken le parecía mucho más hermoso, poderoso y maravilloso y Daisuke sólo quería adorarle y hacer cualquier cosa que el dijera. Era inexplicable y Daisuke nunca sintió esos deseos antes, pero ahora no podía ser ignorado.



-Parece que te sientes diferente ahora -. Contestó Ken, observandole.



El pequeño esclavo humillado sólo miró con asombro a las asombrosas caderas de su novio y la hendidura húmeda de su polla que regaba casi el suelo, Ken estaba mucho o más exciado que Daisuke.



- Si quieres lamerme, ruega -. Ordenó Ken



- ¡Por favor! ¡Por favor, mi amo, por favor! Quiero... Quiero lamer tu... Mmm tu deliciosa polla... Quiero... Necesito... Por favor usa mi lengua por favor! Usa mi lengua como tu juguete y empapa mi cara con tu semen! -. Imploró Daisuke



Ken sonrió, de vez en cuando era agradable ver a Daisuke perder la dignidad y verle totalmente humillado, agarró a su chico por el cabello y empujó su cabeza hacia adelante en su entrepierna empapada y rechinó su rostro con brusquedad, cubriéndola con pegajosidad. Daisuke a pesar de todo era feliz ya que los zumos de su novio le cubrían el rostro y su mente se derretía de placer.


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