Cuándo la mujer se deja meter la cara en su clitoris, vagina y culo para saborearse, devorarse, calentarse, incitarse, excitarse, asimismo deleitarse, y por supuesto desearse, finalmente cautivarse, provocarse, seducirse, atraerse, juguetearse, obviamente zacearse, hasta jadearse, gemirse y suspirarse por lo que está protagonizando y haciendole el hombre sin sentirse irrespetada, sometida, obligada, acosada, incomoda y por supuesto violada propiamente al consensuarlo también consentirlo además permitirlo con todos los hombres con quién se mete y levanta hasta coquetea sobre todo ofrece sus favores sensuales y eróticos hoy por hoy.

Entrar juntos al cuarto de baño al lavarle la pinga por sus manos y orinar frente a frente de los propios ojos en que accede a que se pegue y toque, acaricie, manosee, rosee, agarre, bese, sobe, finalmente contemple y de ahí mirarle en el medio de las entrepiernas con toda la libertad en el sanitario.

Desnudarla completamente y vestirla desde los meros  pies hasta la cabeza por parte del hombre sin molestarse, incomodarse, oponerse, negarse, evitarse, pedirle que salga y especialmente encantarse adicionalmente halagarse, obviamente consensuarse por la misma mujer con todos los hombres que tienen intimidad y momentos ocasiones hasta sensuales y pornograficos.

Mujer indecente donde ante la presencia de los hombres su comportamiento es más pornografico y erótico en que asume posturas indecentes en que muestra otra imagen y actitud en que se vería inmoral y considerado ofensivo hasta traera consigo una serie de problemas, situaciones, consecuencias, perjuicios que públicamente son visto acto del mismo diablo o bien que tiene la encarnación en vivo y a todo color dentro del alma de una mujer pura y honrada hasta decente antes pero que hoy por hoy a despertado de una personalidad sumisa cómo devota por los tabués religiosos que algunas veces dañan la personalidad adulta de está mujer virgen cómo temerosa ante la sociedad y mucho más.

Continuara.