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Categoría: Orgías

Ese día se turnaron para penetrarme hasta el fondo

Me puse las prendas que me había regalado Anselmo y me pare frente a el,

– mira nada mas Matías, le quedaron perfectas,

– tienes buen ojo Anselmo, mira que ni yo puedo atinarle a su talla, pero vamos Gabriela, no seas mal educada, como se dice,

La verdad es que me sentía muy incomoda al estar semidesnuda frente a los dos, pero claro que debía de parecer agradecida, así que le conteste,

– gracias Anselmo, eres muy amable,

– de nada gabrielita, pero acércate un poco mas, déjame contemplar tus nalgas con mas calma,

Me puse de espaldas a Anselmo y de inmediato poso sus manos en mis nalgas y comenzó a sobarmelas,

– pero que firmes tiene las nalgas tu mujer Matías,

– jajaja…eres un viejo morboso,

– no lo puedo evitar, son una belleza,

El viejo de Anselmo se estaba dando vuelo conmigo, sus manos subían y bajaban, el viejo verde se esmeraba en no dejar ningún centímetro de mi cuerpo sin ser manoseado, y mi esposo claro, disfrutaba tanto como el, verme en esa situación,

– así es Anselmo, también yo me fije en eso cuando la conocí, pero no te olvides de sus piernas, son dos columnas de carne firmes y frondosas,

Las palabras de mi esposo eran una abierta invitación a que Anselmo me usara, pero yo como siempre, tuve que poner mi mejor sonrisa, Anselmo lentamente bajo sus manos hasta mis muslos y al igual que con mis nalgas comenzó a frotármelos, pero ahora lo hacia de una forma mas fuerte y tosca, sentía como sus dedos se enterraban en mis piernas causándome bastante dolor,

– tienes razón Matías, firmes y duros,

Anselmo continuo bajando sus manos hasta que llegó a mis rodillas y me jalo hacia el y de un segundo a otro sentí como su boca se pegaba a mis nalgas y comenzó a besármelas, eso provoco que me reclinara hacia la mesa y mis brazos quedaran recargados sobre de ella,

– despacio Anselmo, por favor,

Pero claro que ni el ni Matías hicieron caso alguno, la lengua de Anselmo comenzó a recorrer mi piel, la sensación era bastante desagradable, pero el no se conformo con eso, también comenzó a darme de chupetones, cosa que me hizo gritar,

– detente por favor Anselmo,

– relájate un poco gabrielita

La boca de Anselmo se pegaba a mis nalgas de una forma tremenda y su lengua no dejaba de recorrer mi piel, mientras Matías solo observaba y de un momento a otro se detuvo, voltee a verlo esperando que me soltara pero no fue así, Anselmo me miro y después miro a Matías y el solo movió su cabeza de arriba hacia abajo, Anselmo se puso de pie y escuche como se desabrochaba el pantalón, no había duda, me iba a penetrar frente a mi esposo,

– reclínate un poco mas gabrielita,

Una vez mas voltee a ver a Matías pero claro que el no dijo nada, así que no tuve de otra y me acomode como el me dijo, quedando completamente recargada en la mesa y para ese momento Anselmo ya tenia el pantalón hasta las rodillas y pude ver como su enorme verga se balanceaba de un lado a otro, era mas grande y mas ancha que la de Matías, después me sujeto por la cintura y antes de penetrarme me dijo,

– separa un poco tus piernas y pórtate bien…jajajaja

Resignada, hice lo que Anselmo me dijo y después sentí como me hacia a un lado la pantaleta y su verga comenzó a entrar en mi, cada centímetro de aquel pedazo de carne me lastimaba bastante, pero sabia que no tenia caso decirle algo, así que solo me acomode lo mejor que pude y segundos después Anselmo me enterró su verga por completo

– mmmhhh…que delicia de vagina tiene tu esposa,

en ese momento levante un poco mi cabeza y mi esposo solo le dio una larga fumada a su cigarrillo y no dijo nada, podía ver el morbo y el deseo en sus ojos, el disfrutaba igual o mas que Anselmo verme en esa situación, Anselmo sujeto aun mas fuerte mis caderas y comenzó un mete y saca lento, su verga se ponía mas dura y mas ancha con cada embestida que me daba, cada segundo se me hacia eterno, sentía como su verga me desgarraba por dentro, era como si me estuvieran metiendo un pedazo de madera caliente, había momentos en que su pelvis se estampaba contra mis nalgas penetrándome de golpe, y teniéndome así bien empalada comenzaba a moverse hacia los lados, y después continuaba cojiendome, yo solo permanecía con la cabeza metida entre mis brazos, escuchaba como gemía y reía y sus manos me apretaban mas y mas fuerte, hasta que después de varios minutos, se quedo quieto unos instantes y comencé a sentir como sus fluidos comenzaban a llenar mi vagina, mientras que el gemía y reía

– arrrghhhh…que buena hembra tienes Matías…jajaja… sus nalgas son toda una delicia,

Segundos después Anselmo al fin término, me soltó y en ese instante intente enderezarne, pero Matías me detuvo,

– quédate así Gabriela, que aun sigo yo,

mi esposo apago su cigarrillo, se levanto y se acomodo tras de mi, y al igual que Anselmo, me sujeto por la cintura y sin contemplación alguna, comenzó a penetrarme, pero el lo hizo de forma más tosca, su verga entraba y salía rápidamente, sentía como si me estuvieran taladrando la vagina, su pelvis chocaba contra mis nalgas fuertemente, había momentos en que prácticamente me levantaba unos centímetros del suelo, intente apoyarme lo mejor que pude y esperar a que terminara, pero Matías estaba dispuesto a humillarme frente a su amigo y comenzó a nalguearme mientras le decía a Matías que era una tremenda puta, que me fascinaba que me usaran y me penetraran duro,

– mira, mira Anselmo, así hay que tratar a estas putitas…jajá jajá

Los dos hombres no paraban de reír y Matías no paraba de darme de nalgadas, hasta que después de unos minutos, comenzó a gemir y de nuevo mi vagina era inundada de semen,

– arghhhh…..si….que bien te portaste Gabriela,

Cuando termino salio de mi y se fue a sentar junto a Anselmo, al sentirme liberada de nuevo intente enderezarme pero una vez mas Matías me dijo,

– no te levantes Gabriela, vamos a seguir usándote,

Me quede así, reclinada sobre la mesa, mientras que ellos dos charlaban y bebían y claro que los comentarios morbosos no se detuvieron, a los pocos minutos Anselmo volvió a penetrarme y después mi esposo, y el resto de la tarde continuaron turnándose para penetrarme, sentía como su semen comenzaba resbalar por mis piernas y después de un rato, me quitaron la pantaleta y solo se detenían para que les sirviera de beber,

continuara….

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  • Categoría: Orgías
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