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Ensalada de primos

~~Desde pequeño me gusto la sensacion que me producia el estar desnudo, correteando libre por el amplio patio y sintiendo el calor del sol en la piel. Recuerdo como, en las siestas de verano mientras todos dormian, yo me quitaba toda la ropa y me iba a los fondos de mi casa a jugar en libertad. Evidentemente todo esto lo hacia con la mayor ingenuidad e inocencia, dada mi corta edad. Pero a medida que fui creciendo, esa sensacion tambien fue madurando conmigo. Ya no era el mismo placer simple que me proporcionaba el sentir el viento sobre la piel lo que me gustaba, sino un cierto e indefinido cosquilleo que me recorria todo el cuerpo cuando tenia la oportunidad de desnudarme y andar a mis anchas.
 Recuerdo que en una ocasion, cuando ya tenia 14 años, mis padres salieron de casa una tarde a visitar a unos parientes; yo me excuse diciendo que queria ver un programa de television. Despues de unos regaños me sali con la mia, que era la de quedarme solo en casa. Los vi alejarse en el auto desde la ventana del dormitorio y luego de dejar pasar un tiempo prudencial de unos minutos (no fuera a ser que regresaran por algun motivo y me sorprendieran haciendo lo mio...!), en cuanto comprobe que no volverian por un buen tiempo, sali casi corriendo hacia el patio. La excitacion por las ideas y fantasias que estuve pensando mientras esperaba escondido junto a la ventana a que mis padres se fueran me habia provocado una calentura inaguantable, a tal punto de que mientras iba para el patio me iba bajando los pantalones y comence a acariciarme la pija, las bolas y a meterme el dedo en el culo.
 En cuanto llegue al patio me dirigi a un pequeño galpon que quedaba en uno de sus costados, donde habia cachivaches y cosas viejas guardadas. Alli mi madre solia guardar las herramientas de la huerta y algunas cosas que no cabian ya en casa. Entre ellas habia un viejo colchon, con el forro roto y desgastado, apoyado contra una pared. Verlo y tirarlo al piso fueron una sola cosa; me desnude por completo y comence a pajearme sin ningun reparo, disfrutando de la libertad de gemir, retorcerme, putear y decir malas palabras que me calentaban aun mas. Sin embargo, algo me faltaba. Es verdad que me gustaba hacerme la paja, sentir la leche caliente fluyendo de mi verga, y despues desparramarme el semen por el culo y las nalgas; pero la desventaja (pensaba yo) era que el placer de pajearse duraba muy poco: tan solo unos pocos segundos de intenso orgasmo y luego ...muchas gracias y buenas noches... Me parecia realmente injusto que algo tan lindo durara tan poco, por lo que me propuse tratar por todos los medios de prolongarlo lo mas posible; pero... ?como hacer para disfrutar de un orgasmo sin eyacular?
 La respuesta me la dio un pepino de la huerta. Justo al frente del galponcito donde me estaba pajeando estaba la huerta, y alli, reluciente, se destacaba un inmenso y verde pepino. Al principio lo mire como si tal cosa, pero a medida que lo miraba mas detenidamente empece a ver en su forma, su grosor y su textura una perfecta forma para gozar... si... eso era! ?si me lo metia en el culo podria disfrutar todo el tiempo que quisiera sin riesgo de acabar!, y ademas la novedad aportaria una variante apetecible a mis pajas.
 Diciendo y haciendo, deje de pajearme y me dedique al pepino. Lo corte, lo lave cuidadosamente, con cariño, como si estuviera lavando una pija de verdad, y lo unte hasta la mitad de sus hermosos 24 cm en un pote de vaselina espesa. Hirviendo de excitacion, lo lleve al colchon, y sujetandolo con una mano lo mantuve en posicion vertical bajo mi culo, que ya estaba mojadito ante la perspectiva de tener todo eso adentro. Lentamente, me fui sentando sobre el, estremeciendome de placer al sentir su punta tocar mi ano, y luego sentir como me iba abriendo el culo, era casi como una violacion. Con paciencia deje que mi ano se fuera acostumbrando a sentirlo adentro y se dilatara, y una vez que sentia que lo habia logrado, me movia suavemente arriba y abajo, clavandomelo cada vez un poquito mas adentro. De esa forma logre meterlo unas dos terceras partes, saboreando las sensaciones que su rugosa piel me producian en mi culo al entrar y salir.
 Estaba tan absorbido por la delicia de tener el culo completamente abierto por un pepino que me habia olvidado de la pija. Para mi sorpresa, cuando mire para adelante mi pija parecia una barra de hierro; la tenia totalmente parada y mas dura que la piedra. La cabeza se habia puesto de un color rojo morado intenso, y las venas hinchadas destacaban en grueso relieve a todo lo largo de su tronco. Note tambien que en la punta aparecian unas gotas de liquido parecido al semen, pero mas claro, y que esas gotas salian en mayor cantidad cuando el pepino se clavaba profundamente en el culo. Imposible explicar como estaba gozando con eso ??cada metida del pepino me producia un delicioso orgasmo!! Con el tiempo descubri que al hacer eso me estaba estimulando mi punto G, pero en ese entonces no lo sabia. Asi segui hasta que de pronto, en una metida del pepino mas profunda y fuerte que las demas, sin siquiera haberme tocado la pija, senti un calor abrasador en mi verga, mi culo se cerro violentamente apretando con fuerza el hermoso y grueso vegetal y de mi verga completamente erecta salto un chorro potente y continuado de leche que casi alcanza la pared de enfrente. Este orgasmo, a diferencia de mis pajas anteriores, duro lo que me parecio una eternidad, con mi verga regando semen con cada contraccion, mis huevos duros como piedras, y mi culo cerrandose y abriendose ritmicamente alrededor del pepino. Cuando todo acabo, debi quedarme acostado unos cuantos minutos, completamente exhausto y rogando que a mis padres no se les ocurriera volver precisamente ahora, pues no tenia fuerzas ni para levantar un dedo. Estaba agotado, si, pero feliz como nunca antes.
 Desde ese dia me decidi a practicar mas frecuentemente el placer de estimularme analmente antes de pajearme; es mas, confieso que a veces ni siquiera me pajeo, simplemente me limito a sentir mi culo penetrado. Tambien he cambiado el instrumento de placer, probando cualquier cosa que fuera capaz de entrar en mi ano, y por supuesto que no hay nada mejor que una pija de verdad, bien parada y manejada por un tipo experimentado, pero... esa es otra historia que les contare en otra oportunidad.

 

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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