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Categoría: Incestos

Enculada

Los sucesos recientes me tienen alterada. Algo ha nacido en mí totalmente desconocido para mi mente; ser solo piel, humedad, sexo... y deseo.



Lavando su ropa me he quedado con su prenda íntima. Aún emana un olor a verga de hombre que mi consciencia no percibía y que ahora me alborota los pensamientos! Esa noche de sexo aún la siento en la piel. Mi ano palpita por el deseo de probar una verga dentro. No cualquier verga... quiero la de mi hijo.



He guardado esa ropa en mi habitación y con ella ya me he masturbado varias veces. Hoy casualmente estoy sola en casa; es fin de semana y ninguno de los dos está. El mayor salió de campamento con su grupo de amigos y el pequeño está donde la novia, seguro llega tarde. Me acuesto y apoyo mi rostro en la zona de la entrepierna de la prenda. Cierro los ojos y me dejo llevar. El olor entra hasta mi cerebro y evoca todos los sucesos: veo su herramienta húmeda entrando y saliendo de la conchita de su novia, toda dilatada... ruborizada. Percibo el leve dolor de la dilatación como si fuera mi propia vagina y el fuerte olor a sexo. Elevo mi trasero y mis dedos recorren toda la extensión de mis nalgas y frotan mi raja. También me he depilado toda. Nunca lo había hecho y jamás se me habría ocurrido, pero verla toda suave y sudadita en ella me excitó muchísimo. No solo eso, la mirada de mi hijo sacada de deseo disfrutándola me hizo imitarla... celos, quizás.



Mis manos se sienten calientes y siguen dándole calor a mi cuerpo. Aspiro nuevamente y se disparan los recuerdos. Esta vez es su gordo glande tratando de perforar el culito. Mi ano se cierra y se relaja espasmódicamente con vida propia. Mi dedo medio se aproxima y siente como es apretado mientras socava sin tregua. Ahhhh, hmmmg... entra otro poco y sin querer abro mi boca. Mis labios prueban un poco de la tela y sienten un sabor a semen. El recuerdo del gusto me hace salivar y pensar en la verga de mi otro hijo... tan caliente, tan dura y suave a la vez. Mi garganta quiere tragar un poco más de leche y me reclama... solo tengo mi almohada para morder... Mi otra boca, la de abajo, también reclama y se abre y cierra ante el ataque de mis dedos hacia el clítoris. Soy todo un charco hirviendo con hambre... mucha hambre.



Veo a mi hijo y sus fuertes manos tomándome mis pechos, hinchados: -Apriétalos, muérdelos por favor... ¡ya no aguanto! Lo beso con furia, penetro su suave boca con mi lengua. Abro la mía y suelto un quejido de puta caliente... quiero que me sienta perversa que me sienta hembra. El mayor llega desde atrás, y todo desnudo frota su pecho en mi espalda... Ahhh siento esos dos pezones gordos como dedos resbalando, y un leño que me quema se apoya entre mis dos nalgas... Mis pensamientos ya me confunden, pues saben que son falsos... pero los siento tan reales! Tengo varios dedos dentro de mi concha, y mi otra mano sigue taladrándome el ano. Nunca hubiera considerado esta posibilidad con mi marido y ahora me siento otra... cuánto tiempo desperdicié! Siento los dos glandes jugar con mis orificios: me rozan y se alejan, me humedecen con sus líquidos y reparten los míos. Trato de agarrarlos y no me dejan. Apoyo mis manos en los hombros del que me sostiene desdel el frente y siento que me clavan desde atrás... ahhhg... me tiemblan las piernas, pero ellos me sostienen. Me besan el rostro y el cuello; no puedo ni abrir mis ojos... Mi clítoris ya me arde de tantas pajas y de calentura. El pecho me duele por el deseo y sigo... ya acabo... ya... ahhh AHHH... ighhhhhhh... Todo mi dedo está dentro del culo y lo aprieto mientras enloquezco... AHHHAAAJHH!.. (Muerdo la almohada para no volver a gritar). Tratan de penetrarme por delante también, pero es muy difícil cuando son dos vergones de tal calibre... Trato de ayudar agarrando la verga del frente y apuntando mi... Escucho que tocan a la puerta:



- Mamá... ¿estás bien? Me pareció oírte gritar.



- (Dios! qué pena horrible!) HHHggg!! ahhh (no puedo detener mis dedos ni los espasmos)... Nada hijo!... me... me pillé el dedo con el armariohh... (ohhhhh me trago todo el interior en mi boca y me corro como una loca)... ufff



- Bien, vine a darme un baño para salir con Isa a la disco.



Dejo mis manos quietas y trato de tranquilizarme... no puedo seguir así. Estoy pasando el límite de la cordura y... no sé qué pensar. Me siento en la cama, pero aún sin fuerzas para lograr levantarme. Respiro hondo y alejo de mí la dichosa prenda. Logro levantarme y sentarme cerca de la ventana. Un poco de aire me ayudará.



Al rato vuelve a tocar mi hijo y entra para despedirse. Lo veo tan guapo y vuelve a ser mi bebé; vuelvo a ser la madre. Lo beso y lo acompaño hasta la puerta. Necesito dormir y dejar de pensar...



...



Me levanto sobresaltada... Sigue estando oscuro y toda la casa está en silencio. Mis ojos se acostumbran a la penumbra y me veo toda llena de sudor. Estoy totalmente desnuda. Cierro los ojos y trato de pensar por qué no tengo nada puesto... trato de recordar el sueño que me hizo despertar sobresaltada. Me levanto y tanteo algo que ponerme para ir por un poco de agua. Solo consigo una camisa de mi hijo mayor sobre la silla, todavía esperando que le cosa un botón perdido... Me la pongo y salgo hacia la cocina lentamente, buscando que no esté nadie despierto y me vea así.



Noto su habitación abierta y entro. Lo veo dormido en su cama con la ropa puesta. Huele a cigarros y alcohol. Debe haber llegado hace poco.



Le quito los zapatos y le aflojo la camisa. Su torso se me aparece tan apetitoso. Está un poco transpirado y el olor me atrae. Apoyo una mano en su estómago y siento cómo se tensa. La recorro con las uñas y me detengo en los vellos donde comienza el pantalón. Mi rostro lo apoyo en su pecho y cerrando los ojos respiro... mmmmm. Lo beso en el mentón y luego llego a sus orejas. Mi lengua traicionera se escapa de mi boca y prueba su sabor. Lo beso muy sutilmente en los labios e instintivamente responde. El cansancio y el alcohol lo mantienen en ese estado de sueño y letargo y se vuelven mis aliados. Bajo a sus tetillas y me empiezo a comer una con deleite... Tienen un sabor amargo y una consistencia justa para mi placer. Se van erizando por mis chupadas y el roce de mis dientes... y algo más se va despertando... algo más abajo arropado por mi mano.



Me levanto y por un momento pienso... pero yo misma me traiciono y le suelto el cinturón y el pantalón. Al abrir el cierre me doy cuenta que no lleva nada y siento un olor conocido... Ihhg... síii, es justo su sudor de huevos y verga, el detonante de mi locura!



Ya decidida le quito todo el pantalón y libero el coloso de mis tormentos. Lo agarro con ambas manos, igual que en mis sueños y lo froto en mi cara mientras crece y crece. Con mis labios mojados voy recorriendo toda su longitud, mi nariz la hundo entre sus pesadas bolas y abro mi boca al máximo. Meto lo que puedo de ellas y las froto con la lengua. Sigo con mis manos subiendo y bajando... oliendo (puta, me siento putísima). Se ha puesto tan caliente que me quema en las manos. Me levanto y me monto sobre la cama y apunto la cabeza a mi entrada, al origen por donde vio el mundo la primera vez. Pero ya no soy madre, ahora soy hembra en celo, loba hambrienta de carne, de un trozo como éste...



Mi entrepierna se abre y lo besa, mojada... ¡mojadísima! Pero es demasiado grande, como nunca lo había sentido antes... Ya mi desesperación es total y sin tregua empujo con fuerzas y pasa la cabeza. Se me acaba el aire y veo que sobresaltado abre sus ojos. Pero es tarde, muy tarde para arrepentirse ya y dejo todo mi peso caer sobre él. Oghhh! ESTOY SIENDO CLAVADA!...



Mis nalgas descansan en su pelvis y piernas. Me levanto de nuevo y soporto el dolor mientras me acostumbro, pero toda una corriente me agita violentamente desde ese epicentro hasta el cerebro, hasta mis manos y piernas... un grito sale de mi boca y lo veo sin poder pensar en nada. Sus ojos están perdidos tratando de buscarme, pero sigue mareado y el placer no lo deja. Le cierro los ojos y los beso dulcemente. Susurro a su oído que solo sienta y disfrute, que me dé su fuerza, que me reviente, que me mata... Me agito más rápido arriba y abajo, en círculos, relajando y tensando mis músculos. Lo oigo gritar ahogado y cuando llego a mi clímax le grito: - Dame por el culo, párteme en dos!, destrózame con tu verga! (en verdad lo quiero y necesito).



Entonces, al sacarme su verga babeante pierdo mis fuerzas; él se levanta y me acuesta en la cama, apoya mis talones en sus hombros y eleva mis nalgas. Escupe en mi culo y en su mano, frotando la saliva en la punta y la roza en mi hoyito... Dios! es demasiado fuerte para mí este ardor! Se baja y besa mi culo con lentitud, delicadamente masajea mis nalgas y la entrada de mi ano. Su lengua penetra decidida y yo me retuerzo toda. Comienza con un dedo y chupa mi clítoris. Luego dos dedos en mi ano. Lo tomo por los cabellos y hundo su rostro en mi vagina. Mis rodillas reposan sobre mis tetas y las van masajeando de manera involuntaria pero continua... ¡Ayy! un cuarto dedo penetra y me siento muy dilatada. Mi niño aprovecha de lubricarme con más saliva y parte de mis flujos. Grito desesperada y lo subo por sus cabellos; y entonces sucede aquello tan esperado por mí y por mi ano: -Ahaaaay dámelo!... ghhh! lento por favor... AAYYYY duele!!



Mi hijo también está ciego, y esta vez no quiere desperdiciar la oportunidad de comerse un culo y sigue perforando... la siento toda y el ardor me quema toda. La siento hasta mi garganta atravesándome de punta a punta! Estamos agotados y descansamos mientras nos acostumbramos a la presión y al dolor. Se sienta entonces nuevamente y comienza a bombearme levantándome el culo con sus fuertes brazos y yo busco la almohada para morderla del placer y el calor que siento abrasándome la piel y los sentidos. Arropo mis tetas con mis manos y presiono mis pezones. Él me agarra uno de mis pechos sin soltar mis piernas y luego vuelve a mi concha... su pulgar me penetra y moja mis labios externos. Esto es increíble... no puedo soportarlo!



Cada vez es más rápido y violento el movimiento y ya mi orgasmo es una explosión continua y descontrolable. Sus gritos se unen a los míos y en un momento siento que su tronco se inflama y que me penetra al nivel más profundo de mis entrañas. Su descarga es una metralla fuerte y caliente que me golpea con placer: uno, dos, tres... siete descargas que van desbordándose en cada entrada y salida de la verga dentro de mi culo. Cae con todo su peso sobre mi y me abraza. Su pecho y el mío retumban con fuerza con cada latido de ambos y entonces me gira y me hace quedar sobre él. La verga va decreciendo muy lentamente y cada tanto la mueve dentro de mí. Por fin sale y me siento totalmente vacía. Un aire frío se cuela y me hace percibir el estado de mi ano. La leche empieza a salir y la voy tomando y degustando en mis labios... cremosa, tibia, de un gusto muy especial.



Entonces cae extenuado y se duerme y yo, sin sentir mis piernas, trato de levantarme y regresar a mi habitación. El culo me duele horrible, pero el orgasmo me sigue arropando y me mantiene en un exquisito letargo. Me acuesto totalmente desgastada con el culo al aire, pero justo antes de quedar totalmente dormida, el dedo índice queda alojado en mi vulva. Soy toda una golosa del placer...


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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