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Categoría: Confesiones

EN LA CALLE PORQUE YA NO AGUANTE

Me la encontré cuando salí de trabajar, ese día andaba jarioso, una chica que luego les contaré me había dejado caliente y necesitaba desahogarme y no quería hacerlo con mi propia mano.



Justo cuando caminaba rumbo la esquina vi a Clara, si la chica “fea” de buenas nalgas que me cogí.



Corrí como loco para alcanzarla, si alguien me podría bajar las ganas, esa era Clara, quien siempre estaba dispuesta a tener mi verga dentro de sus orificios.



Una vez que la alcance, comencé a abrazarla por detrás arrimándole mi verga dura, ella me miro un poco espantada, pero al percatarse que era yo, ¡solo se rio y siguió caminando!



C: ¡Órale!! ¿Así te dejaron?



T: ¡No!! ¡Así me pones!



C: ¡Si, como no!



T: ¡No me crees!



Empecé a besarle el cuello, recorría con i lengua de su espalda a sus orejas, ella esta erizada y lanzaba ligeros gemidos, justo al llegar a la esquían comenzamos a besarnos apasionadamente.



C: ¡Te extrañe!



T: ¿En serio?



C: Si, ¡coges muy rico!



T: Pues vamos, ¡para que no me extrañes!



Mientras caminábamos y nos metíamos a un callejo de terracería donde casi no hay casa ella me decía que andaba floja de dinero y luego recordé que e igual, así que no podríamos ir al hotel.



Seguimos besándonos y acariciándonos muy cachondamente, nos pusimos en medio de unos camiones de carga y ahí comencé a sobarle las nalgas, metí mi mano en su calza y apretaba con fuerza, ¡mientras tanto mi verga estaba durísima!



T: ¡Chúpamela!!



C: ¡Pero nos van a ver!!



T: ¡Ándale, chúpamela!



C: ¿Aquí?? ¡Y si pasa alguien!



T: No nos ven, estos carros nos cubren, ¡ándale bájate!



Ella al principio dudo, pero con caricias y besos y mi labia conseguí que se hincara y me bajara el pantalón, saco de mi bóxer mi verga dura y comenzó con suaves lamidas, que adrenalina, ¡estábamos en la calle y ella me la mamaba!



Para mí era la primera vez que pasaba algo así, me succionaba delicioso, la besaba con pasión, la tragaba poco a poco y luego de golpe, ¡sin perder tiempo le tomé un par de fotos y le apreté la cabeza para comenzar a follármela de la boca!



Una y otra vez, mi verga ya estaba hasta su garganta, yo gemía y suspiraba, muy de vez en cuando verificaba que nadie nos viera, Clara continuaba ahogada con mi verga, ya no resistía más, así que como loco me moví llenándola de ¡semen!



T: ¡oh!! Trágate mi leche, uhm, ah!!



C: ¡Agh!, uhm! agh!!



Clara estaba toda embarrada de la cara, yo estaba con espasmos ¡que rico orgasmo!, el hecho de estar tan caliente me hizo tenerla aun dura, así que sin perder tiempo le baje la calza de sopetón y me baje lamiéndole las piernas y chupándole la concha como desesperado.



C: ¡Ay!! Uhm, Tyson, ¿qué tienes?



T: ¡Ando suelto, te voy a coger!!



C: ¿Uhm!, aquí? ¡Nos verán!



T: ¡Me vale madres, serás mi perra!



Me senté en la defensa trasera o no sé cómo se llame esa parte de los camiones, la levante de las piernas y la ensarte.



Como ella es chaparrita yo podía moverla mi antojo, el camión se movía a mi ritmo, ¡pero no me importaba yo solo quería cogerme a esa hembra!



C: ¡Oh!! ¡Que rico, uhm!



T: ¡Ah!! ¡Así, muévete!



Me levante y la recargue en es aparte también, levante sus piernas y ella se agarraba para no caerse, se la metía rápido, sin compasión, una y otra vez mi grosor estiraba su concha peluda.



T: ¿te gusta?



C: ¡Si!!! Cógeme, uhm, soy tu perra!



T: ¡Eso es perra, uhm!!



C: ¡Ah!!! ¡Que rica verga, uhm, ah!!



Me detuve solo porque casis e cae, así que le pedí se volteara, ella lo hizo empinándose un poco, se veía espectacular, la noche, su humedad, el momento era perfecto.



La tome de la cintura y empecé a penetrarla suave, ella gemía y me pedía la cogiera rápido.



C: ¡Si, ah, que rico, uhm!!



T: Toma tu vicio, ¡uhm!!



Como toro embestía a la morena, ella gemía y el camión se movía, la empujaba con tanta fuerza que se golpeó un par de veces en la cabeza, pero eso no me detuvo, ¡subí mi perna en el camión y comencé a moverme con todo!



T: ¡Ah!! ¡Toma, uhm, toma!



C: ¡Agh, si, así, ah!!



T: ¡Me vengo!! ¡Me vengo!!



C: ¡Ay!!! ¡Yo igual!



Comencé a venirme a chorros, ella también se venía y nuestros fluidos se mezclaban súper, ¡ambos teníamos un orgasmo fenomenal!



T: ¡No mames, que rico!



C: Coges muy bien, de verdad, ¡que rico!



Nos limpiamos un poco, nos acomodamos la ropa y la acompañe a su casa esa sería la última vez que la ebria, Clara desapareció como si se la hubiera tragado la tierra, algunos dicen que se juntó y se la llevaron a vivir lejos, otros que anda en prisión por andar en malos pasos y compañías, no sé, solo recuerdo lo rico que me la cogí.


Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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