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El Sexordomo (2)

Ya han pasado varios meses desde que emprendí la aventura del Sexordomo, con este trabajo me ha valido para comprobar que hay mucha gente con fantasías reprimidas, y con falta de llamémoslo "cariño"



Como digo ya han pasado varios meses desde que empecé a trabajar en esto del Sexordomo, con aquel inolvidable estreno, no volví a saber nada más de aquellas mujeres hasta hace bien poco, hará como un mes, recibí una llamada de una de ellas, Merche.



-¿Dígame?



 



-Merche: ¿hola, te acuerdas de mi?



 



-No...- contesté mientras intentaba hacer memoria



 



-Merche- ¿Cómo es posible que te hallas olvidado tan pronto de nosotras?, me parece que te dimos una buena paliza je je.



 



-Si si, ya me acuerdo j eje, que y que queréis, ¿repetir la experiencia?- la contesté cruzando los dedos,- de verdad que no olvidé esa noche.



 



-Merche-más o menos pero esta vez yo sola y esta noche, ¿tomamos un café y te lo explico?



 



-Bien el café si quieres si, pero esta noche no va a poder ser, por que tengo una sesión con un grupo de señoras.



 



-Merche: no te preocupes, que si hace falta soy capaz de pagarte el doble.



 



-Esta bien quedamos y me lo cuentas.



 



Quedamos en una cafetería del centro de la ciudad, ella ya estaba allí esperando y como casi siempre, yo llegue tarde.



Llevaba puesto un vestido muy ligero que le marcaba el cuerpo, con un gran escote, por el que se apreciaban un par de grandes tetas, una imagen deliciosa.



 



-Hola Merche perdona el retraso.



 



-Merche- no pasa nada cariño, te haces derrogar eh



 



-bueno cuéntame que plan tienes, tiene que ser algo especial para pagar tanto dinero.



 



-Merche- Bueno te cuento, no se si sabrás que estoy casada, llevo 35 años viviendo con mi marido, un hombre excelente, muy trabajador y yo, le quiero mucho, pero de un tiempo a esta parte, como unos 7 años, prácticamente no hacemos el amor.



 



-Pero tu te cuidas bien eh, valla como os lo pasasteis en la fiesterilla j eje.



 



-Merche-Si, pues de eso se trataba, nos juntamos las amigas con el mismo problema, pero necesito desfogarme, y solo te conozco a ti,



 



-Bueno es natural, y ¿que plan tienes?



 



-Merche- verás, justo enfrente de mi casa tengo un piso que compramos para vender, pero como esta la situación ahora, hemos decidido esperar para venderlo, ¿Qué te parece si vamos y pasamos la tarde? Eso si, no nos tiene que ver nadie juntos, ni verme a mi acercarme por esa zona, mi marido piensa que estoy con las amigas, y el esta en casa, así que no me gustaría que nos viese, si el se asoma por la ventana, o la criada y nos ven, podríamos tener un disgusto, y como te he dicho, yo le quiero mucho.



 



Podemos ir en tu coche y yo me escondo atrás, me tapas con algo y entramos al garaje, subimos con cuidado sin que nadie nos vea, y pasamos la tarde ¿Vale?



 



-Esta bien, suena mal pero… tu eres la que pagas.



 



Lo hicimos como lo planeo Merche, se puso tumbada en el asiento de atrás de mi coche, la tape con una manta y entramos al edificio por el garaje, subimos por el ascensor, y entramos en el piso con mucho cuidado, tenía un piso pequeñito, situado justo enfrente del piso donde vivía habitualmente Merche.



Según se cerro la puerta Merche se me abalanzó, dándonos un beso apasionado, ella con su mano iba tanteando mi paquete por encima del pantalón, y yo a la vez metiendo las manos por debajo de su vestido, tocándola el culo, fuimos besándonos hasta una pequeña salita, ya que el resto de la casa estaba vacía y no tenía ningún mueble, aún así, tampoco estaba muy amueblado, ya que lo único que tenía era un viejo sofá, una ventana al fondo, desde donde se veía justo la terraza de su otro piso.



 



-Merche- vete desnudándote y ven a desnudarme, que me excita mucho



.



Me desnude y me dirigía hacia ella, cuando de repente, me avisó.



 



-Merche- ¡¡¡cuidado¡¡¡¡ agachate¡¡¡¡, esta mi marido tomando algo en la terraza



 



-¡¡¡No fastidies¡¡¡, ¿nos podrá ver?



 



-Merche- si lo hacemos bien y con cuidado no…. Pero espera… ¿que esta haciendo?



 



Miré por la ventana y vi a su marido, charlar alegremente con la criada, y de repente que quedé flipado, cuando la cogió y la sentó en sus rodillas,



 



-Merche- ¡¡¡¡Será Cabrón¡¡¡¡ ahora mismo se entera este tío.



 



-¡¡¡No cuidado¡¡¡ ¿y que le vas a decir, que estabas echando un polvo en la casa de enfrente y le has visto?



 



La situación se me hacia muy cómica y muy típica, ya que aunque no siempre pasa esto, sí es muy habitual que la causa de la falta de relaciones sexuales entre parejas, sea debido a que uno de los dos o los dos, follase con otro, vamos que ya había visto alguna película cómica en las que sucedía esto.



Mientras, el marido de Merche sentado al lado de la criada, manoseaba el culo de la criada por debajo de su uniforme, paró la mano a la altura de su coño, por lo que todo parecía dar a entender que la estaba masturbando a la criada con sus dedos, la criada abría sus piernas y miraba hacia el cielo, no se oía nada, pero parecía que emitía unos tremendos gemidos, la verdad, tenía un buen picadero en esa terraza, ya que la situación hacia que solo se le podría ver desde el piso donde estábamos, que se suponía vacío.



 



-Merche- no se, pero esto no se queda así



 



-Pues lo mejor que le puedes hacer es hacer tú lo mismo, echemos el polvazo del siglo a su salud



 



-Merche- ¡¡¡Tienes razón¡¡¡, no me voy a molestar ni a esconderme, que me vea como disfruto si quiere, quiero que me folles en la ventana, mientras le veo a ese traidor.



 



A esto nos dimos otro beso tremendo, lleno de pasión y venganza, abrí los botones de su vestido , y fui bajando lentamente besando su cuerpo, sus pezones…, chupando esas enormes tetas, baje por su barriguita hasta sus bragas, aparte con los dedos la tela, y empecé a lamer y chuparla ese coñito, ella gemía, daba unos gemidos tremendos, casi como buscando que la oyera su marido y que me ponían a cien, dejó deslizar el vestido por su cuerpo hasta que cayó al suelo, me sujetó la cabeza y me mandó subir, me apoyo contra la ventana y empezó a hacerme una mamada tremenda, pasaba su lengua por mi capullo, y se la iba metiendo hasta casi dar pequeñas arcadas, mientras con su mano me acariciaba los testículos.



El marido mientras, también disfrutaba de su parte, la sirvienta ya con la bata abierta se había arrodillado entre las piernas abiertas de este, haciéndole justo lo que me estaba haciendo su mujer.



Merche se levantó y lo vio, a lo cuál soltó un "Maldito Cabrón" hacia su marido, me miró y con cara de mala leche me dijo:



 



-Merche-¡¡¡¡Follame¡¡¡



 



la di suavemente la vuelta, Merche se agacho apoyando sus codos en la ventana, mirando lo que estaba haciendo su marido ,puso su culo a la altura de mi polla y dejando caer sus enormes tetas al vacío, baje sus bragas y abrí sus piernas,cogí mi polla con la mano y empecé a juguetear con ella recorriendo su húmedo chocho con mi capullo, e introduje suavemente mi polla en su chochito, a lo cuál Merche, respondió con un respingo hacia delante exhalando un tremendo gemido, empecé el vaivén de meter y sacar.



Mientras tanto, su marido había sentado a la criada sobre su regazo, estaban ya follando también, lo cuál al verlo Merche, incrementó más su cabreo.



 



-Merche- ¡No me lo puedo creer!!, cuantas veces me habrá puesto los cuernos… y en mi propia, casa.



 



Entonces me ordenó que abriera las cortinas para que nos viese su marido, ya la situación se estaba volviendo muy morbosa, a pesar, que yo también empezaba a temer por mi integridad, ya que al encontrarme en medio de estos líos podría salir perjudicado.



Saqué mi miembro de su chochito, y me dirigí a abrir la ventana un poco dubitativo, mientras Merche mantenía fija su mirada ante la follada que le estaba haciendo la criada a su marido, abrí las cortinas y Merche se volvió a incorporar en la misma posición, seguí con la follada, disfrutando la energía que estaba poniendo Merche, yo casi no me movía, y era Merche, la que que realizaba todos los movimientos, yo mantenía mi polla en su coñito, y ella, con un delicioso movimiento pélvico, masajeaba mi polla dentro de su coño.



Estaba disfrutando como un enano, ya no sabía donde mirar, entre el excitante bamboleó de las tetas de Merche y el espectáculo que nos estaban ofreciendo su marido y la criada, yo no llegaba a comprender como todavía no nos había visto, ya que además, aunque a ellos no les veía nadie, a nosotros nos veía todo el edificio de enfrente, ya había podido observar algún vecino, que se entretenía demasiado tiempo en la ventana, movimientos de cortinas y de persianas sospechosos, yo casi lo prefería, ya que no sabía como dije, como reaccionaría su marido contra mí.



Merche decidió dar un paso más, ya totalmente excitada y enfurecida, abrió la ventana corredera, sacando toda la cabeza y las tetas por la ventana, sin importarla lo más mínimo que la viesen sus vecinos como follaba conmigo, incrementando sus gemidos adrede para llamar la atención de su marido, que seguía con su fiesta, tenía en la misma posición a la criada, apoyada en la barandilla de la terraza, y follandola por detrás, parecía que era una competición de ver quién provocaba más celos.



Aún así yo seguía a lo mío, la saque la polla de su coñito, y la pasee el capullo acariciando la entrada de su culito, tanteándola haber si me dejaba explorarla por ahí, al darse cuenta me dijo casi a voces, la tuvo que oír su marido casi seguro.



 



-Merche- ¡!si si metemela por ahí!!! Nunca lo he hecho por ese sitio, y tengo curiosidad, nunca le he dejado a ese cabrón, que me la metiera por ahí, y quiero que seas tu el que lo disfrute..



 



Empecé a meterla poco a poco el aparato por su ano, consciente además que si era la primera vez la podría doler un poco, pero ella , por orgullo, no decía nada, daba pequeños gemidos de dolor de vez en cuando en voz baja, intercambiando cada vez con más asiduidad gemidos de placer y estos si en voz más alta,



¡!Como lo estaba disfrutando!!, yo bombeaba , metiendo y sacando, buscando con las manos esos enormes pechos, que se movían locos en el vacío, ya no podía más a lo que la decía a Merche, ¡Me Corro! ¡Me Corro!, ella, me animaba a que siguiera, lo estaba gozando también mucho, estuve metalizándome y aguantando todo lo que podía, hasta que Merche se corrió, y entonces ya totalmente ida, se sacó mi polla del culo, se arrodilló delante mío, empezó a mamarme la polla , me pidió que me corriera en sus tetas, yo no aguantaba más y solté un tremendo chorrazo que la dio en su cara y soltando todo en las tetas, estábamos derrumbados, no podíamos más los dos, nos dejamos caer en el suelo, y estuvimos allí tumbados un par de minutos.



Entonces es cuando ya empecé a pensar más racionalmente y no tanto con la polla, y ya me pregunté, ¿Bueno y ahora que va a pasar?, entonces se oyó unos gemidos cercanos, debía ser el marido de Merche, a lo cuál, Merche se incorporó sonriendo y miró por la ventana, haciendo gestos de conformidad, saludando con el dedo pulgar y haciendo gestos de "OK" con los dedos, algo raro pasa aquí pensé, y entonces miré a Merche y la dije..



Algo raro pasa aquí, ¿Ya se te ha pasado el cabreo?



 



-Merche- Verás, no he sido del todo sincera contigo, ese es mi marido de verdad como te he dicho, pero no es del todo cierto que no supiera lo que estaba haciendo contigo, ni yo lo que el estaba haciendo con Sara, una chica que hemos conocido por internet.



Yo no entendía nada, la historia estaba volviéndose muy rara.



 



-Merche- Mira, es cierto que hace tiempo que no hacemos el amor mi marido y yo, hasta que un día descubrimos, que nos ponía sexualmente el tema del intercambio de parejas, exhibicionismo…y de mutuo acuerdo decidimos probarlo, nos excitaba realizar esta fantasía, e intentar que fuese lo más real posible, por lo que yo te conté esta historia, para hacerla más creíble..



 



- O sea que todo el rollo del esconderte en el coche y demás ¿era una fantasía tuya…?



 



-Merche: Sí, y no veas como me he excitado, además follar al aire libre y de día, viéndonos toda esa gente, no veas como me ha puesto.



 



Realmente me había gustado la experiencia, no conocer nada de la historia, me había producido un morbo tremendo la situación.



 



-¿Bueno y ahora qué?, me has contratado por una noche entera y llevamos aquí solo media hora.



 



-Merche- ¿Que ahora qué?, ahora vamos a mi casa, y nos lo montamos los cuatro en mi casa, vistete, que ya veras que baño nos damos en el Jacuzzi de la terraza, la fiesta va a continuar…


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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