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Categoría: Dominación

Dulce manjar.

Sonó el despertador colocado al lado de la alfombra colocada al lado de la cama de mi dueña, justo donde ella quisiera que durmiera, en el suelo, y siempre a mano por si requería de mis servicios. Era un despertador pequeño, que apenas hacía ruido, además ella dormía con tapones, por lo cual el pequeño ruido era insuficiente para despertarla.



Me levanté y fuí a prepararle el desayuno como ella dijo que lo quería. Un zumo de naranja recién exprimido, con dos cucharadas de azúcar, un par de tostadas de pan de molde y un yogur.



Me acerqué a la cama con la bandeja en la que coloqué el desayuno y la dejé encima de la mesita para comenzar a despertar a mi dueña. La destapé de la pequeña y fina sábana que utilizaba para taparse en las noches de verano y con suma delicadeza empecé a lamer sus pies como a ella le gustaba que lo hiciera para despertarla. Con mucha suavidad, pasando centímetro a centímetro, cometiendo una cierta presión con mi lengua. Cuando se despertó y se cansó de su peculiar despertador me pegó suavemente con su pie para indicar que era suficiente. Cogí la bandeja y se la ofrecí, se acomodó y se la coloqué. Levantó su brazo derecho y me señaló su axila en señal que quería la limpiara. Lo hice sin rechistar, llevaba tiempo a disposición de Ama Lola y mi sumisión era total. Repitió el mismo gesto con el otro brazo y procedí. 



-Esta mañana vendrán Laura y Verónica, así que quiero que mientras me baño recojas y limpies la casa. Una vez termines quiero que vengas al baño y me ayudes a vestirme y prepararme. Además necesitaré vestirte para la ocasión. Vamos que miras, ya deberías estar con la fregona en la mano puta inútil.



-Si, Ama Lola.



Me fuí rápidamente a la cocina a por la escoba y la fregona. Ama Lola era muy limpia y cada día me obligaba a limpiar la casa por encima y muy poco días me pedía una limpieza a fondo, así que estuve limpiando la casa por una hora y cuando terminé me acerqué al lavabo.



-Justo a tiempo, vamos ayúdame a salir sécame y hazme de silla frente al espejo.



La ayude a salir del baño, a la vez que quitaba el tapón de la bañera para que se fuera vaciando el agua. Cogí la toalla y empecé a secar su piel mientras ella se ocupaba de su pelo que pocas veces me dejaba tocar o peinar. Una vez estuvo seca, dejé la toalla en el cubo de lavar y me senté delante del lavamanos, se sentó en mi cara dejándome oler sus olores más íntimos. Hasta que se posicionó como quería, dejando mi boca junto a su culo recién perfumado, además de dejar caer su peso sobre mí. Mientras se maquillaba me explicó que iban a venir sus amigas y que el propósito era programar unas minivacaciones entre ellas, el esclavo de Laura y yo. Cuando terminó de maquillarse se puso un bikini color fucsia que encajaba a la perfección con su tono moreno de piel.



Pronto supe que modelito iba a ser mi indumentaria para hoy. Ama Lola tenía un tanga mío reservado para ocasiones especiales. Se trataba de un tanga color negro con volantes alrededor de la goma principal. Era una goma principal donde por la parte trasera tan solo sobresalía un hilo y la parte delantera servía de más bien poco. Además también me dió una camiseta de color rosa que me quedaba a modo de top de lo corta que me venía, para mí era toda una humillación vestir así.



Una vez vestido o vestida, dado que una vez quedaba transvestido perdía el poco masculinismo que me quedaba al ser sumiso, me llevó al salón y me ató en 4 patas al potro que teníamos, dejando expuesto mi “culito tragón” como ella lo llamaba.



Al poco rato llamaron sus amigas, ya estaban aquí. Al subir se sorprendieron al ver la escena, pues parecía que esperaban que fuera a besar sus pies. Entraron dejaron sus cosas y Ama Verónica me pegó una fuerte nalgada que no pude prever.



-Como te atreves a no saludarme como es debido? Cada vez pareces más una puta barata.



-Lo siento, Ama Verónica, no volverá a ocurrir.



Después de aquello Ama Laura no se acercó, tan solo dijo a la lejanía lo bonito que se veía mi culo con ese tanga y lo apetecible que estaba.



Seguidamente se pusieron a discutir aspectos sobre las minivacaciones, que si una casa rural, que si playa, que si haya espacio para hacernos correr… Pasaron unas dos horas cuando finiquitaron el tema de las vacaciones y Ama Lola les propuso hacer algo de ejercicio. Decía que no podían resistir la tentación de no activarse teniendo un culo tan apetecible allí delante.



Las amigas de mi dueña se quedaron en ropa interior y las 3 se colocaron un strapon cada una, pronto iba a empezar la diversión. Se colocaron delante mío y fueron introduciendo sus dildos hasta el fondo de mi garganta, al tiempo que insistían en que chupara con fuerza sus dildos. Apenas podía hacer esfuerzo y de sus embestidas en las que se iban turnando mi garganta dejaba caer multitud de saliva que lubricaba abundantemente sus dildos. Ama Verónica cogió y empezó a manosear mi ano escupiendo con fuerza y metiendo sus dedos cada vez más frenéticamente.



-Jadea guarra, sé que te gusta. - empecé a jadear - Así me gusta, una putita siempre debe complacer a sus clientes y nosotras somos tus clientes VIP hoy.



Pronto acabaron de lubricar “sus miembros” y Ama Lola me puso una mordaza mientras me susurró al oído: “quiero que disfrutes de este pequeño aperitivo, no todos los días una putita disfruta de tantas pijas en su culo, ya sabes que me gustan las putitas que también disfrutan de su servicio, así que quiero verte disfrutar”.



Pronto empezaron a combinarse para penetrarme cada una a su gusto, pero todas parecían disfrutar de ello. Mientras una me penetraba las otras dos me abrían salvajemente las nalgas mostrando todo mi ano dilatado cuando uno de los dildos salía, mordían mi miembro, restregaban su culo contra mi cara o azotaban mi espalda expuesta.



Ese idilio duró un buen roto, y cuando acabaron sentía un fuerte ardor en mi culo que no podía remediar. Me vistieron y me desataron. Quedé sentado y agarrándome del pelo quedé mirando hacia arriba, viendo a 3 diosas manoseando su pija como si se masturbaran cuando de pronto un chorro de leche fue saliendo de cada uno de sus penes de plástico.



-Mira como disfruta la muy perra, le encanta que se corran en su cara. - dijo Ama Laura



-Pues aún disfrutará más con su comida - comentó mi dueña, Ama Lola



-Hablando de comer, habrá que empezar a hacer hueco. - Ama Verónica



-Si, ya lo has oído putita, prepara un aperitivo mientras nos cocinas algo. Espero que no nos decepciones y prepares algo que nos guste, tienes 40 minutos. Además quiero que hagas un vaso de arroz a parte para tí, hoy comerás algo diferente a las sobras habituales.



Se sentaron en la mesa y empezaron a devorar mientras charlaban un pequeño aperitivo que les prepare mientras cocinaba el plato principal.



A los 40 minutos tenía lista la comida y se la serví. Decidí utilizar un tipo de pasta muy popular en Catalunya, los “galets” y los rellené con un tipo de pisto de verdura que tenía. Por encima prepare un poco de salsa de tomate, complemente con queso para gratinar y lo gratiné con el horno.



Serví los platos y permanecí esperando al lado de la mesa, comiendo las miguitas que me iban tirando. Estuvieron bebiendo varias cervezas, pues hacía calor y necesitaban recuperar fuerzas después de sacudirme. Estuvieron un rato charlando hasta que me mandaron a por el arroz, un cuenco grande y 3 cucharas.



Cuando volví cogieron el arroz, lo echaron en el cuenco y mi dueña, Ama Lola se dirigió a mi:



-Vas a probar el mejor caldo de sopa de tu vida, hoy vas a disfrutar de un buen manjar.



Empezaron a mear las 3 en el cuenco con el arroz, llenándose poco a poco de sus orines que hacían que el arroz “nadara” por el cuenco mientras con sus cucharas lo iban removiendo. Cuando veían que era mucha cantidad me hicieron acercarme y meaban lentamente en mi boca, haciéndome tragar poco a poco y lamiendo del suelo las pocas gotas que quedaban. Además yo limpiaba personalmente los restos de orín que podía quedarse en sus vaginas.



El cuenco se lleno y no paraba de escuchar diversos comentarios como: “qué bien te lo vas a pasar comiendo esto”, “Ni Ferrán Adrià te cuidaría como nosotras”, “esto es dieta pura, 0 calorías”...



Cuando acabaron de preparar mi comida, se dispusieron a darme de comer una a una, cogían arroz con la cuchara y introducían todo en mi boca, apenas había arroz pues había una gran cantidad de “caldo”. Aunque el sabor fuera muy fuerte mi excitación crecía fuertemente.



De pronto Ama Laura olvidó que faltaba condimentar la sopa y empezó a escupir en el cuenco dejando manchas fuertes de saliva que pronto fueron acompañadas por las de mi dueña y las de Ama Verónica.



Mientras seguían escupiendo me iban dando de comer, y a decir verdad cada cucharada era peor que la anterior. El olor era muy fuerte, la orina bastante amarilla por la cerveza y la saliva se enganchaba en mi boca dejando el sabor por más tiempo. Me dejaron comer solo mientras me observaban y se reían de mi situación.



Ninguna podía creer lo que era capaz de hacer por Ama Lola, la devoción que yo sentía por ella era muy fuerte y era capaz de todo por hacerla feliz.



Se me acercó y me susurró al oído: “Ahora sé buen chico y bébetelo de golpe, que no quede ni una gota”. Así que agarré el cuenco con las dos manos, respire hondo, pude oler el fuerte aroma que desprendía esa mezcla y comencé a beber tragando intentando no reparar en el sabor. Aguanté como pude pero lo conseguí me pasó por la cara su dedo recogiendo las pocas gotas que no cayeron en mi boca y me introdujo el dedo en la boca para que lo lamiera.



-Comete el arroz no seas maleducado, después de todo te ha debido encantar este manjar, no has dejado ni una gota.



-Si Ama Lola.



Metí mi cabeza en el cuenco y agarré los últimos granos de arroz, que quedaron impregnados del sabor de su orina. Y, estos, a diferencia del resto, fueron más difíciles de comer por el mal sabor y por la imposibilidad de tragarlo con mi peculiar caldo.



He de decir, que aunque peculiar, aquella fue una de los mejores platos que había probado, nunca me había sentido tan forzado ni había probado una mezcla de orines de esa manera. Le di las gracias personalmente besando los pies de cada una y fuera de mi asombro me dijeron que probaría platos más exquisitos que el de hoy. Ya estoy ansioso de que llegue la hora de comer.


Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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