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Categoría: Flechazos

Dia de suerte y excelente polvo

Me dirijía hacia un poblado en el cual un conocido mío, se había dedicado al cultivo de higuerillo, planta de la cual se extrae aceite, y como lo habíamos platicado anteriormente, yo le compraría la cosecha. Era época de lluvias abundantes, y el invierno estaba en su apogeo, más de lo esperado, y los ríos se desbordaron, y precisamnete , minutos antes que llegara a un puente, el rio lo había arrastrado, era el único camino asfaltado y más corto, viendome obligado a buscar una ruta alterna, de cuestas empinadas y de muchas curvas aparte de ser camino de terracería. En ese trayecto hay aldeas pequeñas, y precisamente al pasar por una de ellas, a la vera del camino estaba una mujer esperando transporte, que por cierto es muy escaso el colectivo, y pasan a lapsos largo de tiempo, me hizo el alto y luego de indicarme a donde se dirijía que por cierto era el mismo destino que yo llevaba, acedí a llevarla. Mi vehículo que no era de doble tracción, empezó a sufrir las consecuemcias del camino difícil. y empezó a sobrecalentarse en las cuestas, siempre acostumbro llevar agua en depósitos plásticos y empezé a enfriar el motor por lapsos, cuando llegaba casi a marcar más de los 3/4 de tempertura y ya sin agua, me indicó la mujer que pocos metros y a la orilla del cmino, había una caída de agua, y en efecto, era una caída de agua muy bonita e impresionamte al borde de un cerro que fué cortado cuando hicieron el camino. Apagué el motor y le indiqué que esperaríamos un rato mientras el vehículo enfriaba, hacía demasiado calor, y por la frescura del agua, me quité la camisa y metí mi cabeza en el agua fría, mientras tanto ella, sentada sobre una roca, y con el vestido más arriba de medio muslo, refrescaba sus pies y pantorilla, era de 40 años de edad, de piernas muy hermosas y blancas, me dijo que mi cuerpo estaba bién formado y que le recordaba a su difunto esposo, fallecido hacía 4 años. empezamos a platicar y poco a poco la conversación se fué haciendo en doble sentido, estábamos muy cerca uno del otro, y se dió lo que tenía que darse, de repente estámos fundidos en un beso largo y lujurioso, yo estaba con el agua abajo de l rodilla, ella estaba sentada sobre la roca a una altura que coincidía que mi pene quedaba arribita de su vientre, bajé la parte superior de su vestido, y luego procedí a desabrochar su sotén, y empezé a lamer sus deliciosos pechos duros, su pezón creció considerablemente, rapidamente sacó mi pene completamente duro y tomamdolo entre sus manos me susurró que siempre había deseado ser penetrada por un pene grande y grueso, pero nunca se imagino encontrarse con uno muy, muy grande, le bajé la cabeza y le metí parte de mi verga en su boca y empezó a lamerla y chuparla, no tenía mucha práctica pero eentí delicioso la mamada, terminé de subir su vestido a la cintura y saqué su calzón, luego empezé a lamer su panocha peluda y rica, estaba super mojada, le coloqúe la pija en la entrada, y empezé a penetrarla despacio, ella gemía en cada centimetro que se tragaba, cuando se la llevaba a la mitad, no resistió más y se vino en su primer orgasmo, sentí más humedad tibia en su interior, abrió completamente sus piernas y de un envión se la metí al fondo, empezé a bombear freneticamente, ella me mordisqueaba, el cuello, las orejas, los labios, sentía delicioso la estrechez de su canal, su humedad, y las contracciones de sus paredes vaginales, así estuvimos por varios minutos, me dijo que se corría nuevamenete, empezé a darle a más rápido, empezó a gritar de nuevo, y a morderme ahora más fuerte, se estaba corriendo, me fuí al fondo, sentí chocar mis huevos en sus nalgas, y así bién topada solté mi carga de esperma caliente, cabal cuando ella estaba teniendo su orgasmo. Nos bañamos apresuradamente, ya que si bién el camino mo es muy transitado, tampoco era de aventurarse a tener una desagradable sorpresa, ya que la gemte por esos lugares se conoce muy bién. En el resto del trayecto, supe que no había tenido hijos en su matrimonio, y que tenía una hermana 3 años menor que ella, y que juntas fantaseaban de tener sexo con un hombre pijudo, compartiendo la misma cama, y que en tres o cuatro oportunidades, habían cogido juntas con su difunto esposo. Quedamos que en mi regreso, que sería al día siguiente, pasaría ya tarde por su aldea para quedarme a dormir en su casa, y que ella trataría de planificar todo para poder estar toda la noche juntos los tres, pero esa ya es otra historia.
Datos del Relato
  • Categoría: Flechazos
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