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Categoría: Confesiones

Deseo insaciable

Para Alex...

Este hombre despertó en mí una pasión sexual difícil de controlar, luego de decidir escribirle e incluso haber logrado vernos y echar una rica culeada, pues este deseo por el aumentó.

No había probado ni sentido una verga tan rica como esa, de muy buen tamaño, hermosa en apariencia, rica muy rica, caliente, provocaba chuparla y chuparla hasta que dejara esa rica leche calientica en mi boca.

Con tan solo cerrar mis ojos puedo imaginármelo conmigo, el recostado en la cama deliciosamente desnudo, con su espalda sobre algunas almohadas, ligeramente inclinado, yo con mi cabello suelto me voy acercando a él desde el  extremo inferior de la cama, muy sensualmente voy acariciando su cuerpo con mi cuerpo y mi cabello, sus piernas, sus caderas, al tener su verga rica frente a mi cara no puedo evitar lamerla, darle una probada y metérmela completa, pero me retiro y sigo subiendo, quiero probar su boca, pero antes beso su abdomen, su pecho, llego al cuello, chupo, beso, mordisqueo suavemente, voy a sus orejas, que me encantan por que le da un cosquilleo cuando me acerco a ellas y les doy una rica y sutil chupadita, me dirijo a su boca, en mi abdomen sentía su verga clavándoseme, paradísima, dura, caliente, al llegar a su boca surgió aquel beso tan excitante que hacía que todo se mojara más, que todo se endureciera más, aquella lengua que se enlazaba con la mía, comunicándose ellas entre sí, haciéndose saber que el placer aumentaba.

No pude más y tuve que bajar a metérmela en la boca, quería chupársela, quería que él me agarrara el cabello dirigiéndome el movimiento según su gusto, que rico sentir esa dominación, la chupo completa, le paso la lengua, le chupo la cabecita, sigo lamiendo todo, completa, el agarrándome del cabello me guía el movimiento, rápido, arriba, abajo, más lento, completa, que sintiera que me llagaba más allá de la garganta. Qué rica verga tienes mi amor, le digo, quiero comérmela toda, es que toda todita te la vas a comer, me dijo… pasado los minutos le dije, quiero que me la metas, cógeme, pero cógeme duro, él toma acción y me agarra y me baja rápido la ropa y antes de metérmelo me da aquella rica mamada, chupándose toda la humedad que ya mi cuerpo había dejado salir, que rico, sigue, no pares, le decía…

El seguía haciendo maravillas con esa lengua, su verga estaba parada, caliente, métemela le dije, él lo hizo, embistiéndome con toda aquella fuerza y pasión que el también acumulaba, al cabo de unos minutos dándome duro le dije “quiero cabalgarte” se me quedo mirando con aquellos ojos libidinosos, me lo saca, pero sin soltar mis caderas se acuesta montando mi cuerpo encima de su verga ¡Que rico! Le dije, de verdad, que rica verga, con ese tamaño, haciéndome sentir dolor, pero dolor de placer, ya que me llena completa, moviendo mis piernas y caderas podía sentir como entraba y salía, su cara era demasiado excitante, provocaba moverme más rápido solo de ver su cara de placer. “Te quiero poner en cuatro” me dijo, “ponte, así como una perra en celo, pidiendo verga” bien abierta y en cuatro sentí como su verga me seguía penetrando, “que ricura” era todo lo que yo pensaba, me jalaba el cabello con aquella bestialidad mezclada con sensualidad. “dame rico, no pares” le decía,  el introdujo un dedo en mi boca, chupándoselo me sentía más aún como una perra, una puta, toda una puta para mi amante, dándome una que otra nalgada, dolor que se volvía placer, sintiendo como su verga entraba y salía, que placer el que yo sentía… “quiero que me des por el culo” le dije, eso aumentó más el placer, me lo sacó, me volteó, me besó metiéndome la lengua a más no poder, su respiración estaba aceleradísima, chupando mi cuello, mordiendo suavemente las tetas, lamiéndome la vagina por unos segundos, todo rápido, el necesitaba metérmelo rápido por el culo, yo estaba muy excitada, acostados de lado, solo hizo falta aplicar el lubricante, mas nada, “métemela”… Uyyy que rico, dame mi amor, soy tu puta, de nuevo jalándome el cabello, “méteme dos dedos por delante” le dije “así que me sienta bien puta”, que rico era sentir mis dos zonas totalmente llenas, sentirme cogida por todos lados.

A los minutos sacó los dedos y me hizo chuparlos me agarraba las tetas, apretándomelas, me mordía la espalda, “ponte en cuatro me dijo” lo hice, obedecía a cada una de sus órdenes, metiéndomela de nuevo, haciéndose notar con una rica nalgada, “vamos, muévete bien rico, bien culeona” me dijo, “no pares” le dije, “quiero que me llenes el culo de leche”, el me seguía dando, rico, muy rico, aquella rica verga entraba y salía, yo no podía más de placer, las piernas me temblaban, gemía de placer, “vamos, sigue, como a una puta” le dije, siguió dándome, hasta que dejo mi culo todo lleno de leche, mas besos, aun las respiraciones aceleradas y yo, con más ganas de seguirle dando culo, menos mal, que este, mi amante, Alexander, es todo un macho alfa y su tenacidad da para seguir y seguir.

Que rico imaginar estas cosas y de solo imaginarlas y escribirlas, mi cuerpo se despierte todito.

Datos del Relato
  • Categoría: Confesiones
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