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Categoría: Dominación

Cuando Raquel conoció a Cristina II

-Ahora iros las dos a la ducha perras, y cambiaros, seguro que la ropa interior de Cristina te está bien a ti.



Ambas se fueron a la ducha, mientras yo me senté en el sillón a ver la tele, tardaron en bajar una media hora y…



A la media hora ambas bajaron duchadas y con un conjunto de lencería negro, y medias negras, pero al bajar las escaleras Cristina rápidamente se puso a cuatro patas y me lleve una grata sorpresa, pues llevaba un collar de perra con su respectiva correa.



-Raquel.-Mire lo que he encontrado entre las cosas que han comprado Señor, han comprado dos, le gusta mi Amo?



-Si, me gusta, aunque eso no se lo había pedido yo.



-Cristina.-Lo se mi Señor, pero los compró Manolo pensando que le gustaría a Ud.



-Pues si perra me gusta, me gusta pasear a mis perros, y además me agrada que lo hayáis comprado, me demuestra que sois sinceros con lo que queréis.



-Raquel.-Sabia que le iba a gustar Señor, nada más verlo se lo he dicho a la zorra esta.



-Ahora poneros a preparar la cena perras, algo ligero o preferís que salgamos a picar algo a la calle.



-Raquel.-Nos quedamos Señor, quiero ver que tal cocina esta zorra, además de poder disfrutarla.



-Muy bien, pues preparad la cena zorras



-Cristina.-(aun a cuatro patas), que desean mis Señores, algo caliente o pongo cosas frías.



-Raquel.-Cosas frías puta, pero antes trae vino, dos copas y un cuenco perra.



Cristina se dirigió a la cocina a cuatro patas y no se levantó hasta que estuvo dentro de la misma, cogiendo una botella de vino, y dos copas y un cuenco de los de servir el consomé, y saliendo con todo eso al salón lo deposito todo en la mesa, por lo que Raquel se le acercó y le soltó un bofetón, que hasta a mí me dolió, me recordó a los que su madre le soltaba al principio de someterla.



-Raquel.-Que coño haces con el cuenco perra?, tu sitio es el suelo y ahí es donde debes de poner lo que sea para ti, o por lo menos preguntar zorra.



-Cristina.-Lo siento Señora, no volverá a ocurrir.



-Raquel.-Bien perra, sé que no se volverá a repetir, pero no olvido esta falta, y te castigare en su momento por ella. Ahora abre el vino y sírvenos y sírvete tú también perra.



-Cristina.-Si Señora, ahora mismo.



Nos sirvió el vino a los dos y se echó ella también en su cuenco.



-Cristina.-Puedo beber?



-Raquel.-Si perra sorbe un poco como una perra y vete a la cocina a preparar a cena, ahora voy yo a ayudarte.



Yo ya estaba bastante excitado, de ver como Cristina era todo y más de lo que yo esperaba, aunque no era esclava como su marido, si que era muy servicial y obediente.



Cuando bebió unos sorbos de vino, a cuatro patas como estaba se dirigió a la cocina, con su collar y su correa, que le arrastraba por el suelo, pero en ningún momento hizo intención de quitársela, se gustaba con ella puesta, y no se levantó hasta que entro en la cocina. Raquel hizo intención de irse tras ella para ayudarla, pero yo estaba que iba a reventar.



-No perra, déjala que ella haga la cena y ahora vamos arriba que te quiero follar en Mi cama, y tu Cristina, cuando este la cena lista sube a avisarnos.



-Cristina.-Así lo hare Señor.



Deje la copa y dándole un azote a Raquel, le dije vamos perra, tengo ganas de usarte, que llevo varios días sin follar como es debido.



Una vez en la habitación, vi que toda la cama estaba llena de todos los accesorios que Manolo había comprado, y al ver el otro collar, un poco mas amplio que el que llevaba Cristina puesto, lo cogí y ordenándole a Raquel que se pusiera en posición, se lo puse, así como la correa.



-Te gusta mi nueva perra, eh? Zorra



-Raquel.-Me encanta Señor, y además me ha hecho muy feliz con su regalo, pues pensaba que ya no quería cuentas conmigo



-De eso ya hablaremos perra, ahora ve a la cama



-Raquel.-Si mi Señor.



Se dirigió a cuatro patas hacia la cama y se tumbó, y yo que ya no aguantaba mucho más me subí tras de ella y se la metí de golpe, empezando a follármela mientras le pellizcaba los pezones.



-Uffff, perra, estoy excitadísimo de veros a las dos, aggggg, como me gustas puta, como me gusta humillaros, demostraros que no sois nada, solo mis perras, aggggg, me voy a correr zorra.



-Raquel.-Gracias Señor, como me gusta ser usada, vejada, humillada, o lo que Ud., desee, sabe que soy y siempre seré su zorra o su puta o su perra, lo que Ud., quiera que sea, uffff, me voy a correr mi Señor, puedo?



-Agggggg, no perra no quiero que te corras, te quiero caliente, pero no te corras puta o pasaras a ser la zorra de Cristina por hoy, el que se va a correr soy yo, agggggg, me corroooo perra, uffff, que ganas tenia puta, como me gusta tu puto coño, siempre tan estrecho.



Raquel.-No me correré si es lo que desea mi Señor, me gusta la perra de Cristina y la quiero para mí, Señor, mientras me deje usarla.



Cuando termine de correrme me salí de la zorra de Raquel y cogiéndola del collar tire de ella hasta sacarla de la cama y ponerla de rodillas.



-Límpiame la polla perra, y no te toques ni te corras conmigo, pero tienes libertad para hacer lo que quieras con Cristina.



Cuando Raquel estaba limpiándome con su boca mi polla y mis huevos, sentimos tocar la puerta.



Dándole permiso para entrar, Cristina, siempre sabiendo lo que hacia, entro andando a cuatro patas.



-Cristina.-Ya está preparada la cena para mis Señores, espero que sea de su agrado.



-Muy bien perra, gracias, ahora voy, antes me daré una ducha.



-Cristina.-Como quiera mi Señor, le preparo una toalla?



-No perra, se dónde están, vosotras iros para abajo, ahora iré yo.



Raquel se puso de pie y cogiendo a Cristina de la correa tiro de ella para sacarla de la habitación.



-Raquel.-Vamos perra que tienes trabajo mientras baja nuestro Señor.



Ambas se fueron y yo me metí en la ducha, y cuando baje me encontré a Raquel en el sofá con el culo casi fuera, y a Cristina entre sus piernas comiéndole el coño.



-Raquel.-Uffff, Señor no vea como come la perra esta, ya me ha arrancado dos orgasmos, y voy a correrme otra vez, aggggggg, que puta que es, agggggg, me corro!!!!!!!!.



-Déjala ya, y vamos a cenar que tengo hambre.



Mire hacia la mesa, y estaba muy bien presentada, para dos comensales, y mire para el suelo y vi junto al cuenco del vino un plato vacío.



-Cristina.-Solo lo he puesto para lo que Uds., me quieran dar.



-Muy bien perra, pero ponte en posición junto a mí, mientras ceno.



Nos sentamos a la mesa Raquel y yo, y empezamos a cenar, todo eran cosas frías, pero muy exquisitas.



Mientras comíamos Cristina estaba junto a mí de rodillas, solo observándonos, pero sin decir ni palabra.



En un momento dado Raquel cogió un trozo de jamón y levantándolo se lo ofreció a Cristina, pero manteniéndolo en alto.



-Raquel.-Toma perra, lo quieres?, pues salta como una perrita.



Cristina se acercó a cuatro patas hacia Raquel e incorporándose un poco salto y con la boca intentaba coger la comida, pero Raquel para humillarla aún más se lo ponía más alto, por lo que le era imposible alcanzarlo, a no ser que se pusiera de pie.



-Dale ya su trozo de comida, se lo ha ganado, la cena está muy buena.



Raquel separándose de la mesa se metió el trozo de jamón en el coño y tirándole del pelo a Cristina.



-Raquel.-Cómetelo perra, te lo has ganado, sácalo de mi coño y saboréalo, puta.



Cristina se tiro al coño de Raquel como si llevase días sin comer, y empezó a comerle el coño a la zorra de Raquel, que estaba totalmente abierta de patas y con medio culo fuera de la silla.



-Raquel.-Que bien puta, que bien comes, me voy a correr perra, te vas a comer el jamón aun salado, con los jugos de mi coño, aggggg, ufff, me corro no puedo más, que bien lo hace esta puta perra Señor, aggggggg, perraaaaaaa!!!!!!!!!.



Raquel se quedó respirando agitadamente, mientras Cristina se recreaba masticando el jamón, y con la boca llena de jugos de Raquel.



Yo con aquella escena me había puesto ardiendo, y estaba empalmado, así que me levante y cogiendo de una tarrina que había en la mesa crema de queso, me la unte en la polla y acercándome a Cristina la cogí del pelo y le dije que me la chupara, y mirando a Raquel que aún estaba recuperándose del orgasmo que había tenido, también le ordene que me la chupara, así que aun con fatiga se puso de rodillas junto a Cristina y ambas se iban turnando chupándome la polla y dejándomela limpia de queso, y entre mamada y mamada ellas se comían la boca.



-Que bien perras, seguir así, que me vais hacer correr, ufff, que buenas sois, vaya dos mamonas estáis hechas, ufff, putas como me voy a correr agggggg.



Me corrí en la cara de ambas, por lo que cuando termine ambas se pusieron a lamerse la una a la otra, cosa que no me gusto, porque antes me gusta que me dejen a mi la polla limpia, así que las cogí del pelo a ambas y le solté una bofetada a cada una.



Ellas al principio se quedaron paradas, porque no entendían bien el porque del bofetón, aunque Raquel reacciono pronto y pidiéndome perdón por el error se puso a limpiarme la polla con su lengua, mientras Cristina seguía de rodillas sin reaccionar.



-Bien perras, pero eso no os va a librar del castigo, aunque el de Cristina será menor, porque aún está empezando, pero tú Raquel, no tienes disculpa alguna.



-Raquel.-Lo siento Señor, me he dejado llevar, y aceptare el castigo que Ud., me imponga



-Bien perras al sofá las dos y poneros en posición para recibir mis azotes.



Raquel reacciono rápidamente, pero Cristina seguía de rodillas, así que cogiéndola del pelo a Cristina, Raquel la arrastro hasta el sofá.



-Raquel.-Vamos perra, que no lo hemos ganado, Él siempre antes que nosotras, y si no lo sabias debías de haberlo averiguado.



Yo me dirigí a la habitación y saque una pala de las que les había encargado comprar a Manolo y me dirigí nuevamente hacia el salón, donde ambas estaban en la misma postura y sin hablarse si quiera.



-Muy bien perras, mientras he ido a por la pala, he pensado cuantos azotes, y para ti Raquel por ser la que tiene más experiencia y debía de enseñar a mí otra perra, serán 25 azotes, y para ti Cristina 10 azotes.



-Cristina.-Puedo hablar Señor?



-Si perra puedes decir lo que quieras.



-Cristina.-Si sirve de algo, mi error ha sido tan grave como el de ella y si a ella le da 25 azotes, yo no quiero ser menos, me sentiría mal recibir menos castigo por la misma falta, yo también debería haber sabido que Ud., esta antes que nosotras.



-Muy bien perra, eso me gusta, así que lo dejaremos en 15 para cada una.



Empecé con Raquel, para que Cristina viese como debía contestar.



-Raquel.-Uno, por mala perra, dos, por mala perra, tres…



Así hasta los quince azotes, al terminar le caía una lagrima, pero no dijo nada solo se limitó a bajarse del sofá y ponerse en posición para ver como azotaba a Cristina.



A Cristina le hice exactamente igual, pero a la perra le gusta y se le veía feliz y no quitaba la sonrisa de la boca, y cuando termine se bajó de sofá y también se puso en la misma postura que Raquel.



-Cristina.-Gracias Señor por castigar a esta puta que no ha sabido servirle como Ud., se merece.



Eso me gusto, y hasta a Raquel, pues la cara seria se le cambio por una sonrisa.



-Tengo ganas de mear perras, así que vamos.



Eche a andar al servicio de la planta baja y ellas me siguieron a cuatro patas, la verdad que era para verlas, con su collar, su correa y su culo rojo.



-Entrar y poneros en el plato de ducha perras.



Rápidamente las dos se metieron en el plato de ducha, de rodillas, y yo que no podía aguantar más empecé a orinarme en ellas, Raquel con los ojos cerrados, pero Cristina los mantenía abiertos los ojos y la boca.



-Uffff, perras, iba a reventar, y ahora subir a limpiaros y cambiaros zorras, que por ahora ya está bien.



Raquel se levantó y cogiendo del collar a Cristina, tiro de ella.



-Raquel.-Vamos perra que aún me sigues perteneciendo y vas a limpiarme antes de irnos a ducharnos.



Y Cristina rápidamente empezó a lamer todo el cuerpo de Raquel, lamiendo todos los meados que a ella le habían caído, pero Raquel tampoco aguanto mucho pues enseguida la cogió de pelo y le llevo la boca a su coño.



-Raquel.-Chupa perra, comete mi coño, ufffff, que está ardiendo y necesito correrme zorra, agggggg, me corroooooo, como lo necesitaba, y ahora abre la boca perra y no se te ocurra cerrarla.



Y sin darle ni tiempo también se meo en la boca y en la cara de Cristina, y cuando esta termino de mearse, Cristina se puso a limpiarle el coño.



-Vamos perras dejar ya de jugar e ir a ducharos y de paso aplicaros crema en ese culo de perra que tenías las dos, os espero aquí viendo la tele, así que no tardéis.



Raquel echó a andar y tirando de la cadena del collar de Cristina, se la llevo hacia la escalera como su perra a cuatro patas.



Yo me dirigí a uno de los sillones y me senté en él, poniendo la tele y esperar a que bajaran nuevamente.



Al cabo de unos tres cuarto de hora, aparecieron las dos por las escaleras, poniéndose Cristina rápidamente de rodillas, Cristina venía con un conjunto de color chocolate, medias, sujetador y bragas, mientras que Raquel se había puesto un conjunto negro, pero las medias de color beige, con costura atrás y su collar, aunque se lo había cambiado con Cristina.



-Raquel.-Le he cambiado el collar, Señor, ella tiene el cuello más grande y le queda mejor, además de que ella es más perra y puta.



-Bien perra es tuya, y puedes usarla como quieras, yo estoy cansado.



-Raquel.-Estoy deseando follármela Señor, y romperle el culo con esa polla de goma.



-Es tuya perra



Y tirando de la cadena la llevo hasta el sofá.



-Raquel.-Ponte a cuatro patas perra que te voy a follar como lo perra y puta que eres.



-Cristina.-Si Señora



Raquel se sujetó el dildo metiéndose una parte en su coño, y se acercó a Cristina y sin decirle nada se la metió de golpe en el coño, dando Cristina un pequeño chillido de placer más que dolor, y empezó a follársela con dureza, y mientras se la follaba empezó a escupirle en el culo y a meterle los dedos, para ir abriéndoselo.



-Raquel.-Uffffff, Señor que perra es, tiene el coño que parece un pantano de como suena, y el culo muy bien preparado para…



Y sin terminar la frase se la saco del coño y se la metió en el culo de golpe.



-Cristina.-Aggggggggg, me corro Señora me corro.



-Raquel ni se te ocurra puta, ni se te ocurra hasta que no lo haga yo.



-Cristina.-Lo intentare, Señora pero no sé si podre, uffff, estoy que voy a reventar Señora.



-Yo aunque estaba cansado, estaba excitado, pero no empalmado, pero aun así me levante y me metí debajo de Cristina, no sin un gran esfuerzo y mientras Raquel le follaba el culo, yo le comía el coño.



Raquel.-Como te corras te muelo a azotes puta, aguanta como una buena puta como una buena perra.



-Cristina.-No puedo, aggggggg, lo siento pero mi Amo me está comiendo el coño y no puedo me voy a correr, aggggggg, aggggg, uffffff, lo siento no aguanto, no puedoooooo, agggggg, me corrooooooo.



-Raquel.-Puta ahora te daré tu merecido, pero no te muevas ahora puta, que me voy yo a correr, uffffffff.



-Espera perra, sal de la puta esta, que no sabe aguantarse, y quítate el dildo, que te quiero comer el coño a ti también perra



-Raquel.-Si Señor, gracias, como sabe Ud., que me gusta, sabe que me encanta sentir su lengua en mi coño.



Y de un tirón, tiro al suelo a Cristina y se quitó las correas y el dildo, tumbándose en el sofá, por lo que yo me puse de rodillas y empecé a comerle el coño a la muy perra.



-Raquel.-Uffffff, Señor, como lo come, aggggggg, estaba ya apunto, y con esto voy a explotar, gracias Señor por este premio, me puedo correr?



-Cuando desees perra, córrete en mi boca puta, quiero sentir tus jugos en mi boca.



-Raquel.-Gracias Señorrrrrrrr, aggggggggg, agggggg, me corroooo, Señor su puta y perra se corre en su boca aggggggg.



Y se corrió, uffffffff, que cantidad de jugos impregnaron mi boca.



-Perra, levanta y ven a limpiarme la boca con tu lengua (se lo decía a Cristina, que mientras le comía el coño a Raquel, ella se había puesto en posición).



Esta se levantó y acercándose a mí empezó a pasar su lengua por mis labios, pero lo hacía también la muy perra que me di un morreo con ella.



-Bueno perras y ahora nos vamos a la cama.



-Raquel.-Aun tengo que castigar a esta zorra por correrse sin mi permiso



-Y que vas hacer?



-Raquel.-Pues como nos vamos a la cama, su castigo será dormir en el suelo Señor, junto a su cama, si Ud., desea que yo duerma en ella.



-Si perra, vamos a la cama, que mañana ya será otro día, para que puedas seguir usando a la zorra de Cristina.



Y sin decir nada más me subí hacia mi cuarto, mientras veía como Raquel cogía a Cristina de la correa y la llevaba a cuatro patas hasta la escalera.



Ya en la habitación, yo me metí directamente en la cama, y Raquel se desnudó y se metió junto a mí, mientras Cristina usando un cojín se tumbó junto a la cama.



Nos quedamos dormidos en seguida, pero sobre las seis de la mañana me desperté con ganas de beber agua y de mear así que…



Continuara…



Soy Amo, y me encanta la dominación, sobretodo me gusta tener y someter a parejas, y a quien se quiera iniciar, o conocer este estilo de vida.



Ahora por diversos motivos me encuentro en Lisboa, así que si alguien se quiere poner en contacto conmigo que no dude en hacerlo.


Datos del Relato
  • Categoría: Dominación
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