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Compañeros de mi marido

~~Soy una mujer de 55 años, casada y sin hijos. He dudado mucho en contar mi historia pero al final he pensado que podria ser interesante pues se que hay muchas mujeres a las que les ha ocurrido lo mismo que a mi. Me entere de que era una esposa engañada hace tan solo tres meses cuando descubri en el cuello de una camisa de mi marido, manchas de carmin. No dije nada pero intente descubrir mas cosas por si todo hubiera sido una falsa alarma y las manchas fueran de otra cosa mas inocente.
 Dos dias mas tarde, me atrevi a rebuscar en la cartera de mi marido mientras el dormia. Encontre la fotografia de una mujer, bastante mas joven que yo, con una dedicatoria que no dejaba lugar a dudas. Con mi marido hacia ya varios años que no teniamos practicamente relacion sexual. Me follaba una vez al mes y de aquella manera que solo se enteraba el. Tenia claro que el amor habia muerto hacia mucho tiempo pero crei que mantenia hacia mi el cariño que yo sentia hacia el. No era asi evidentemente.
 Mire la foto. La chica no estaba mal. Algo vulgar pero atractiva. Siempre habia pensado que si mi marido me engañaba algun dia me iba a enfurecer, pero me daba cuenta de que no era asi. Me dolia pero tambien me dejaba algo indiferente. El dolor era mas por el engaño que por los cuernos. Incluso pense que si me hubiera pedido permiso, le hubiera dicho que adelante, siempre que lo hiciera con la maxima discrecion.
 Guarde la foto donde la habia encontrado pero, disimulando todo lo posible, empece a cavilar mi venganza. Dejarlo no era la solucion. Necesitaba su sueldo. ?Donde iria yo a mi edad?. ?Quien me daria trabajo?. No, el camino tendria que ser otro. Al final llegue a la conclusion que lo que mas le duele a un hombre es que le pongan los cuernos. Incluso mas que a una mujer.
 Pase revista a todas nuestras amistades pero todas eran matrimonios y no queria hacer daño a ninguna amiga con mis manejos. Tambien estaban los compañeros de trabajo de mi marido. Los conocia aunque no profundamente. Habiamos hablado en la comida que hace todos los años la empresa donde trabaja mi marido. Tampoco conocia a sus esposas. Pero, ?me atreveria, seria capaz de meterme en la cama a otro u otros hombres?. La respuesta estaba en probarlo.
 Mi marido, cada mañana a las diez y media, bajaba con sus compañeros, al bar a desayunar.
 Dos dias despues de haber tomado yo esta decision, me presente por sorpresa. Alli estaba el junto con sus tres compañeros. Se sorprendio mucho al verme pues era la primera vez que yo hacia algo semejante.
 Una amiga me ha dado la direccion de una tienda de ropa y, como esta cerca de aqui, he pasado a saludarte menti.
 Entonces me presento a sus amigos. Yo, como he dicho, ya los conocia superficialmente.
 Eran Alberto, de 50 años, Jose de 59 y Tomas de 46. No recordaba si estaban casados pero tampoco me importaba. Eran tipos muy normales, ni guapos ni feos. Alberto era alto, Jose de mi estatura pero Tomas un verdadero giganton. Parecia un luchador tipo el celebre M.A. del equipo A. Me sente con ellos y en el acto note como mi marido se ponia nervioso.
 Para la ocasion yo me habia puesto muy mona. Contrariamente a mi costumbre llevaba una falda corta hasta encima de la rodilla y un suave jersey bastante apretado, de tal manera que mis tetorras parecian mas grandes de como las tengo. Al sentarme, habia cruzado las piernas y la mitad de uno de mis gordos muslos quedo a la vista de todos. Tiene gracia. Tu marido no te hace puñetero caso y tiene una amante pero se pone nervioso si los demas te miran.
 El que con menos disimulo me miraba era Jose. Yo le sonrei varias veces, intentando parecer una mujer liberada. Al final acabe tomandome mi papel en serio e incluso abri algo mis piernas para mostrarle una buena racion de muslamen. Para ver si mi actuacion daba sus frutos, me levante y me dirigi a los lavabos.
 Antes de llegar a la puerta tenia a mis espaldas a Jose. Se habia dado prisa el tio.
 En las pocas veces que nos hemos visto me dijo nunca me perdonare no haberme fijado en que fueras tan atractiva.
 Gracias conteste ?Para decirme esto me has seguido?.
 Bueno he creido entender que yo te interesaba añadio y si es asi, me gustaria verte en otra ocasion a solas.
 Poco te debe interesar la amistad con mi marido que intentas ponerle los cuernos dije sonriendo pero antes de que contestara añadi Mañana a las ocho y media aqui mismo.
 Me meti en el lavabo de señoras para que Jose no viera lo nerviosa que me habia puesto.
 Estaba intentando algo que en mi vida hubiera pensado que fuera capaz. Me sentia como una ramera en busca de ligue. Al salir del lavabo y sin mirar a Jose, me despedi y me fui a casa. Cuando llego mi marido parecia estar enfadado pero no me dijo nada. Lo curioso es que aquella noche me follo con mas ganas que nunca e incluso logro que me corriera de verdad y no simulandolo como casi siempre.
 Al dia siguiente, a la hora indicada iba a entrar en el bar cuando un claxon me hizo girar la cabeza. Jose me estaba esperando dentro de su coche. Habia dicho a mi marido que iba a tomar unas copas con mis amigas, cosa que solia hacer de vez en cuando. Nada mas entrar, Jose me dio un beso en la mejilla. Pense que si se hacian las cosas tenian que hacerse bien hechas. Le cogi la cara por la barbilla, se la gire y pegue mis labios a los suyos.
 Mi marido nunca me habia besado con tantas ganas. La lengua de Jose me lamia todo el interior de la boca, cogia mi lengua y me la chupaba. Jamas pense que un beso pudiera mojarme el coño. Me notaba caliente y no proteste cuando Jose, animado por mi manera de comportarme, comenzo a tocarme los pechos y meterme mano bajo la falda.
 Insisto en que era la primera vez que un hombre daba muestras de desearme de verdad. Aquello me desarmo por completo y me entregue sin ninguna duda. A los pocos instantes mis tetorras estaban fuera de mi sujetador y una de ellas en la boca de Jose, mientras su mano, dentro de mi braga, me estaba acariciando el coño metiendome un dedo dentro. Yo no sabia lo que me pasaba. Gritaba, gemia y me revolvia toda, presa de un placer indescriptible, un placer jamas sentido.
 Me corri chillando y felicitandome mentalmente por mi decision. Con mi marido no habia aprendido nada sobre el sexo. Cuando me tranquilice, Jose me pregunto si podia llevarme a un meuble. Nunca habia estado en uno, asi que acepte. Ya en la habitacion, Jose me desnudo por completo. Tenia cierta verg?enza pero cuando comenzo a acariciarme y a besarme entera, lo unico que deseaba era que se desnudara el y me dejara tocar su polla.
 No tardo en estar como yo. No estaba nada mal el tio y tenia una polla muy buena. Se la cogi. La masturbe un poco y luego, no sin cierto reparo, me la meti en la boca. A medida que se la chupaba y se iba endureciendo aun mas dentro de mi boca, mi excitacion subia de puntos. Cosa que nunca le habia hecho a mi marido, porque el decia que no le gustaba, hubiera deseado que Jose se corriera en mi boca para saborear su leche, saber su sabor.
 Pero Jose, cuando la tuvo bien dura, me la saco, me tendio en la cama y montandome, empezo a metermela en el coño muy despacio. Lo que estaba haciendo, el adorno de cuernos que le estaba poniendo a mi marido y el gusto que me daba, me llevaron a un brutal orgasmo.
 ?Que gusto, sigue, cabron, rompeme el coño, llenamelo con tu leche, ponle los cuernos a mi marido, hazme tuya... si... aaah... que gusto, me corro... aaah... quiero tu leche, quiero sentirle dentro...! gritaba como enloquecida.
 Mientras me corria senti perfectamente la descarga de la esperma de mi amante rubricando la imposicion de cuernos.
 Nos quedamos un rato descansando y luego le pedi que me acompañara cerca de casa. Por el camino le pedi que intentara que marido no supiera nada de lo que habiamos hecho aunque si podia comentarlo con sus amigos. Al mirarme extrañado, añadi:
 Soy una mujer muy ardiente pero casada. No puedo tener un amante fijo pero si acostarme con alguno si me apetece.
 ?Tu y yo, volveremos a hacerlo? me pregunto con cara de preocupacion.
 Si, cariño, cuando tu quieras le conteste dandole un fuerte beso en la boca.
 Llegue a casa feliz y satisfecha. La cosa habia sido mucho mas agradable de lo que yo habia pensado. Estuve muy cariñosa con mi marido pero cuando, despues de cenar y el, extrañamente, intento de nuevo hacer el amor conmigo, lo rechace diciendo que estaba muy cansada. Y era verdad.
 Dos dias mas tarde me llamo Jose, invitandome a salir de nuevo. Lo arregle para el dia siguiente, tambien a las ocho y media pero cuando ya nos despediamos, me pregunto si me importaba que nos acompañara Tomas.
 ?Que pretendes... hacer un trio? le pregunte.
 Si a ti no te importa...
 Me lo pense durante breves minutos. Los amigos de mi marido me iban a tomar por una viciosa. Me gusto la idea y acepte. Iniciado el camino y teniendo muy claro que yo no buscaba amor con mis amantes sino placer, me arregle muy especialmente para el dia de la cita.
 En primer lugar no me puse ni sujetador ni bragas. La sola idea de salir asi a la calle ya me puso el coño como un lago.
 Cuando me encontre con ellos, en la misma puerta del bar, me picaba el coño una cosa mala. Al entrar en el coche de Jose, nos besamos con lengua y luego hice lo mismo con Tomas. El hombreton parecia algo cohibido por lo que, saliendo de nuevo del coche, me sente detras, con el. Cogi una de sus manos y metiendomela bajo la falda deje que tocara mi peludo coño desnudo.
 Tomas lanzo una exclamacion y mientras me sobaba el chocho, con la otra mano me levanto la falda para vermelo. Me abri bien de piernas invitandole a que me penetrara con sus dedos, cosa que hizo al instante comenzando a masturbarme al tiempo que desabrochaba mi vestido para sacarme las tetas al aire. Mientras me masturbaba y me chupaba los pezones, acabo de sacarme el vestido y antes de que me diera cuenta estaba complemente desnuda ante ellos.
 El morbo era increible. Me sentia una completa hembra, un coño para goce de los hombres. En aquel momento hubiera hecho todo lo que ellos me hubieran ordenado y en realidad lo hice ya que fuimos a un descampado, me hicieron bajar del coche, asi tal y como estaba, y mientras Jose me la metia en la boca, Tomas me metia la suya, tan grande y gorda como el, en todo el coño. Cambiaron varias veces de agujero haciendome orgasmar un monton de veces hasta que los dos, con el tiempo de descanso suficiente, me llenaron tanto la boca como el coño, con su esperma.
 Lo he repetido varias veces con Jose y Tomas a solas y con los dos a la vez. Ahora solo falta que tambien se anime Alberto para que todos los compañeros de mi marido se me hayan follado.
 

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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