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Atrevido sexo con Stefany la cajera del súper

~He aquí esta historia llena de morbosidad y erotismo, la misma narra está caliente aventura sexual en la que sin importarme nada tuve sexo con Estefanía, la cajera del centro comercial en donde también trabajo yo como empacador voluntario. Estefanía de veintiún años de edad es una chica de piel blanca, luce cabello negro bien cuidado y largo, sus ojos son color café, posee pestañas remangadas y unos labios muy sensuales rosaditos. Es alta y delgada, no sobresalen sus pechos pero si goza de unas perfectas y sensuales piernas e igualmente unas deliciosas nalgas. Es soltera y pertenece a una familia de clase media, de ella sobresale mucho su actitud positiva ante todo, siempre esta alegre y muy paciente que es al igual que es una chica muy dulce, estos atributos en conjunto con su belleza natural de mujer fueron la causa de que me enamora de ella pues ahora es mi actual novia. Por último diré que ella trabaja desde hace sus dieciocho años en ese centro comercial, ella inicio como empacadora igual y a lo largo de los años ha ido ascendiendo hasta que actualmente es cajera de la caja número diez de ese súper mercado que se localiza en la ciudad de Tlaxcala, México. Yo tengo veintitrés años. Soy un chico blanco, mi cabello es negro y con corte tipo militar, mis ojos son negros naturalmente, también comentare que mi rostro refleja una cierta madurez y por ello aparento tener algunos años más de los que tengo. Soy alto, delgado y de complexión robusta, aunque como no me gusta mucho el ejercicio no luzco mis músculos aun. Mi carácter normalmente es pacifico pues no me gusta meterme en problemas, yo vivo con mis padres con los que formo una familia de clase media igual. No ocultaré que estaba estudiando la universidad, sin embargo me di cuenta que el estudio no era para mí, así que yo mismo contradiciendo a mis padres les dije que no iba a continuar con mis estudios, ante esta decisión ellos se enfurecieron severamente con migo hasta el grado de decirme que no iban a mantener más a un “vago” como yo.

Así que me vi obligado a independizarme, a partir de ese momento comencé a buscar empleo, ahí es donde me di cuenta del grave error que había cometido pues todos saben que el trabajo en estos tiempos es tan escaso que duele decirlo pero es la realidad. En fin por lo menos logre encontrar trabajo en una fábrica textil, ahí el salario es más u menos respetable y como únicamente utilizo dicho salario para mí me es suficiente, sin embargo en ese súper vi que solicitaban empacadores voluntarios, eso significa que no dan sueldo por ello y únicamente en esta labor se reciben escasas propinas de los clientes que si les importa hacerlo. Como ya mencione no necesitaba más trabajo pero solicite el empleo para tratar de reconciliarme con mis padres, dándoles a ver que no soy del todo un vago como ellos me dijeron y que el hecho de que no me gustara el estudio no significaba que no me gustara salir adelante.

Con esta idea en mente yo mismo me presente ante el gerente de dicha tienda y como únicamente como máximo estudio requerían secundaria rápidamente me aceptaron pues tengo prepa. Así me uní e esa tienda comercial como empacador voluntario, trabajo que como todos saben consiste en empacar los productos comprados por los clientes en bolsas. Con esto también conocí a Estefanía, la chica ya descrita la cual era cajera número diez del súper. Sin duda fue amor a primera vista hacia ella, por su belleza natural de mujer me conquisto desde el primer instante, así que como por fortuna me dieron la libertad de elegir la caja donde quería trabajar, yo mismo elegí la nueve pues por mala suerte la caja donde ella trabajaba que era la diez ya estaba ocupada, así que me conforme con estar en la caja más cercana a ella. Ya con mi amor hacia ella comencé a averiguar todo sobre ella y al saber que no tenía novio ni muchos menos estaba casada me motive para intentar ligármela, así como todo un caballero que es lo que soy inicie a acercarme a su vida dándole detalles y alguna que otra indirecta de amor, sin duda ella se dio cuenta que me gusta hasta que por fin tuve el valor suficiente para declararle mi amor e iniciamos nuestra relación desde ese momento. Con esto quiero aclarar que esa no fue la primera vez que hice el amor con ella, ni yo fui el primer hombre en su vida pues por desgracia no la encontré virgen, además yo y ella en otras ocasiones más decentes ya habíamos tenido sexo más de cinco veces. Pero sin duda esta fue la ocasión más morbosa de todas y por ello la cuento pues mi calentura esa noche fue tan grande que no espere a llevarla a mi casa o a un hotel, sino que ahí mismo en la tienda comercial le hice el amor.

El súper mercado tiene como horario de cierre las 12:00 de la noche, en esa hora ya no se permite la entrada de nuevos clientes, así que únicamente la tienda se mantiene abierta para que puedan salir los pocos clientes que quedan dentro. Yo esa noche no que me pasaba pero de alguna manera me sentía muy excitado y mi pene estaba muy parado, sin duda por la enorme necesidad de tener sexo esa misma noche, pero por mala suerte apenas eran las 11:00 de la noche, faltaba todavía una hora para la salida en la que ya mi novia y yo estábamos libres para ir a donde queríamos. Los clientes ya eran escasos e incluso el empacador de su caja ya se había retirado y yo no sabía ni cómo controlar mi apetito sexual que sin duda era ya enorme. Así que aprovechando que ya no estaba su empacador me fui a su caja con el pretexto de servir como empacador en sustitución del que ya se había retirado. Ambos iniciamos una conversación normal pero sin duda mis deseos de cogérmela ahí mismo eran irrelevantes, esto ella lo noto rápidamente pues las miradas de lujuria que le daba eran muy obvias y evidentes. Pero tanto ella como yo sabíamos que era un lugar prohibido pues todavía ella tuvo que atender a los siguientes tres clientes al igual que yo empacado los productos adquiridos por ellos, yo trate de ocultar lo que más que pude mi erección e igualmente trataba de pensar en otras cosas para que mi pene se volviera pequeño pero esto era imposible.

Estefanía vestía su uniforme de la tienda que consistía en una blusa blanca con la marca de la tienda y una falda roja a sus rodillas, ella también lucia unos zapatos de tacón mediano color negros y en su cabello tenía una diadema roja. Cuando se retiraron esos clientes yo ya no aguante más, fingiendo que aseguraba bien el dinero en la caja detrás ella yo mismo me coloque a sus espaldas y la abrace diciéndole al oído ¡Se me antoja hacer el amor! Y al momento que dije esto colé mi mano derecha debajo su falda e inicie a manosear su zona vaginal sobre sus calzones, ella al instante que sintió mi mano entre sus piernas dio un salto pero no se resistió. Ambos mirábamos a nuestros lados para cerciorarnos que nadie viera que le estaba metiendo mano. Así a cada segundo que pasaba acariciándole su zona vaginal yo mismo note como sus calzones se humedecieron considerablemente, ante esto ella volteo y me dijo ¡Cielo es imposible que me hagas el amor aquí! No, no es imposible le conteste y agregue ¡Pon fuera de servicio esta caja y te espero en los baños mi amor! Yo me adelante a los baños para no levantar sospechas, ahí analice la situación y vi que los baños de mujer eran aun ocupados pero el de caballeros no había ya nadie. Así que ingrese a los baños y para asegurarme que nadie más entrara puse el letrero de “Fuera de servicio” Mientras yo ansiosamente vigilaba el momento de su llegada a través de una ranura en la puerta.

Así fue y al instante que la vi pasar a prisa abrí la puerta y de un jalón la metí dentro el baño, para mayor seguridad que nadie sospechara nada y que todos creyeran que en verdad ya estaba fuera de servicio apague la luz principal pero como ingresaba dentro la poca luz de afuera no quedamos tanto en penumbras. ¡Rápido, rápido hazme el amor! Ella me dijo. Sin perder ni un minuto más subí su falda por completo y con mis dos manos baje sus calzones hasta sus rodillas, la cargue y la fui a sentar en el lavamanos, de una vez ahí separa perfectamente sus piernas e inicie a comerle el coño, ella se mordía sus labios de placer para no gritar, esto fue sólo unos breves minutos y luego sin más espera baje mis pantalones y bóxer, no antes de sacar el condón con el que enfunde perfectamente mi pene. Ella de inmediato lo tomo y ella misma se lo introdujo en su vagina, yo inicie a metérsela con todas mis fuerzas ocasionándole leves gemidos de placer, eso sin duda incrementaba mi lujuria pero al saber que no teníamos mucho tiempo pues en cualquier momento podría entrar alguien del personal de intendencia que si tenían llave. Nos dimos prisa, así que incremente la velocidad de penetración hasta que ambos llegamos al orgasmo en menos de cinco minutos, yo vacié todo el semen dentro el condón, al instante de esto retire mi pene de su vagina. A todo prisa ella se acomodo sus calzones falda e igualmente yo me quite el condón cuidando que no callera ni una gota de semen, ambos nos vestimos y después de encender las luces salimos despavoridos del baño, con toda prisa para evitar ser vistos, pero sin duda sabemos que de alguna manera si fuimos vistos. Esa fue la ocasión en la que ambos no esperamos a ir a otro lugar, sino que hicimos el amor ahí mismo en el centro comercial, actualmente continuamos nuestra relación.

Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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