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Categoría: Maduras

Atendiendo al capataz en mi pueblo

Estábamos preparando todo para la feria de la escuela, acomodé la ganadería que había conseguido gratis para el sábado. Era el día que más había movimiento y así me podría escapar sin ser notada. Me preparé una blusa con un buen escote para que observaran un poco el nacimiento de mis hermosas tetas, me puse una tanga hilo color blanco, un jeans un poco ajustado. Pasé por la escuela preparando la oficina para llevar ahí al capataz de la hacienda de ese día, le iba a dar su premio por ayudarnos, estaba ansiosa como cuando la novia está esperando a su prometido, tenía acelerado el corazón esperando el momento de ver de nuevo al capataz. Cuando me ve me da un beso en la mejilla.



-Que hermosa se ve usted, doña Haydee.



-Gracias, José. Ahora lo voy a atender.



Comenzó la fiesta y en medio de todo el jolgorio lo busqué. Estaba cerca del redondel donde se llevaban a cabo las corridas, me lo llevé al salón y lo invité a tomarse un refresco. Las mujeres que estaban ahí no le despegaban la mirada. Estaba a punto de comenzar el baile, ya eran las ocho de la noche.



-Vamos afuera, José.



-No, doña Haydee, quedémonos un momento, me gustaría bailar con usted.



Me quedé bailando con el, siendo la envidia de las mujeres que habían en el salón, de vez en cuando me rozaba con su verga por delante, deseaba que nos fuéramos de ahí y me la introdujera en mi vagina. Logro llevármelo fuera del salón. Paso donde está la directora de la escuela.



-Voy a ir a la oficina de la escuela para que me firme lo de la donación de la corrida para que quede en actas.



-Está bien. Vaya, usted tiene las llaves de la oficina.



-Si alguien pregunta por mi, ya regreso.



Salimos sin ser vistos por el resto de los compañeros, lo llevo a la escuela, cuando estoy tratando de abrir el portón se coloca detrás de mí apoyando su gran paquete en mi trasero.



-Doña Haydee, me tiene bien excitado de pensar en su deliciosa vagina.



Me hala de la cintura y me restriega fuerte su verga en mis nalgas y hace como si me estuviera metiendo la verga, rebotando su paquete en mi culo.



-Espérese, José, aquí en la calle no porque nos pueden ver y le dicen a mi marido, entonces no vamos a poder estar juntos.



Me suelta y logro abrir el portón, entramos y lo cierro. Como está oscuro el me abraza fuertemente.



-He estado esperando este momento para estar de nuevo a solas con usted. Una mujer hermosa no se puede olvidar.



Me besa el cuello, me sube la blusa para dejar libre mis hermosas tetas.



-No, no, espérese que estemos dentro de la oficina.



No me hace caso, está como desesperado. Trato de evitar que me quite el brassier y no puedo, me deja las tetas al aire y se lanza al ataque, a mamármelas. Me excita y lo tomo de la cabeza para que no se despegue de mis hermosas tetas.



-Que ricas que son, doña Haydee, hermosas.



Me acomoda recostada a la pared de un aula, mete su mano en mis pantalones y me los baja dejándome solo en mi tanga hilo dental.



-No, aquí no. Vamos a la oficina, nos pueden ver de afuera.



Me quita la tanga, se la pone en la nariz para sentir mi aroma y me hace caminar desnuda delante de el. Cuando llego a la puerta de la oficina lo tengo apretando su verga en mis nalgas desnudas, siento la mirada de alguien oculto en la oscuridad de la noche,



-Que hermoso culo, doña Haydee, me gustaría usarlo.



Abro la oficina y de inmediato se inclina a besarme las nalgas y me pone una mano sobre mi vagina, ya la tengo bien mojada. Cierro la puerta, el hace que me apoye en el escritorio y me introduce su lengua en la vagina, me la mete y saca como si fuera su verga, siento su respiración en mi culo. Me atrapa el clítoris y me lo succiona con fuerza. De nuevo siento que alguien nos está observando por la ventana de la oficina.



-Ooooohhhhh, riiiiiicooooo, soy toda suya.



-Que vagina más rica, doña Haydee, todos estos días he estado pensando en usted.



Me acuesto en el escritorio y levanto mis piernas, el se coloca en medio mío y me sigue mamando la vagina.



-Ahora me toca a mi, José.



Le quito el pantalón, su gran verga está bien parada. Le quito el boxer y salta bamboleante su verga. La tomo con mis manos y me dedico a chuparla como si fuera un helado. Poco a poco me la meto a la boca y se la mamo. Estoy varios minutos con ella en mi boca.



-Ya, doña Haydee, no siga, ya no aguanto.



Se la suelto y la tiene bien erecta.



-Venga, José, métame ya su hermosa verga.



-Acomódese, doña Haydee, que yo también deseo meterle mi verga a su rica vagina.



Me acuesto en el escritorio, el se coloca enfrente mío, agarra su verga y la coloca en la entrada de mi vagina. Poco a poco me la va metiendo, separando los pliegues de mi veterana vagina.



-Oooooooooohhhhhhhhh, uuuuuuuuuuuhhhhhhhhh, uuuuuuuuhhhhh, delicioso. Aaaaaaahhhhhhh, cójame, soy toda suya.



Me la hunde toda, debido a mi experiencia con vergas grandes no me duele mucho.



Comienza el vaivén de su verga dentro de mi vagina, me la azota con fuerza, me la atraviesa toda. Mis tetas rebotan de sus fuertes embestidas. Me bajo del escritorio después de cinco minutos de viajarme su verga dentro de mi ardiente vagina y me apoyo levantando mi trasero, el se coloca detrás y me atraviesa de un solo viaje la vagina, me bombea intensamente, siento que me hala con fuerza y me dispara el chorro de semen inundándomela toda. El me tiene conectada cuando abren la puerta de la oficina, es la directora. José se sobresalta y me saca la verga quedando apuntando hacia donde está ella, brillando por los restos de su semen y mis líquidos vaginales. Por mis piernas baja un hilo de su semen, trato de cubrirme mis tetas dejando al descubierto mi vagina.



-Perdón doña Haydee, es que ando buscando unos tiquetes para la puerta del baile. Perdón por el comentario, pero que buena verga tiene su amigo, hasta yo me vendría del salón para disfrutar de ella. Usted se la merece por el buen trabajo que hace por la escuela.



-Directora, por favor, le pido que no comente que me encontró desnuda culiando en la oficina.



-No se preocupe, yo le cubro todo el tiempo que necesite. Pueden seguir culiando. Si su marido llega yo lo entretengo para que no note su ausencia. Aproveche esa buena verga, que con solo verla ya me tiene mojada. Doña Haydee, que buena suerte que tiene ud.



José me abraza y me comienza a mamar las tetas, me acomoda la verga en la entrada de la vagina y me la hunde delante de la directora, comienza a bombearme.



-Dichosa, doña Haydee, que buena verga la que disfruta.



Cierra la puerta y ahí quedamos solos, culiando a nuestro gusto de pié. José se acuesta en el escritorio con su gran verga apuntando al cielo. Me subo y poco a poco voy bajando hasta ensartarme por completo su verga.



-Oooooooohhhhhh, delicioso.



Quedo frente a el bien ensartada, me acaricia las tetas y yo comienzo a subir y bajar suavemente, poco a poco voy apresurando el paso y me dejo ensartar en lo más profundo de mis entrañas. Comienzo a hacer movimientos circulares, mis músculos vaginales comienzan a apretarle la verga.



-Que rico, doña Haydee, siga, nunca me habían echo esto, no pare, usted es toda una experta, una buena y rica veterana.



Se endereza y me mama las tetas, me las toma con fuerza, hace que me excite y termine en un buen orgasmo. El comienza a tensar su cuerpo y me hala con fuerza de la cintura para clavarme bien su verga. Me inunda de su semen. De nuevo siento esos ojos que me nos están observando en la oscuridad



-Oooohhhhh, que rica leeeeechheeeeeeee.



-Tómesela toda, doña Haydee.



Quedo por unos minutos clavada en su verga hasta que esta pierde un poco de tamaño. Me bajo y su leche comienza a recorrer mis piernas. El escritorio está mojado de nuestros jugos, el se levanta y yo me acerco a limpiarlo, el se coloca detrás mio. Apoya su verga en mis nalgas.



-Que hermoso culo tiene, doña Haydee, quiero que sea mio también.



-No, José, ahora no. Un día que mi marido tenga que salir varios días yo lo llamo para que llegue a mi casa. Si me lo hace ahora mi marido va a echar de ver.



-Porque?



-El me la quiere meter en el culo, yo estos días no me he dejado coger.



-Está bien, en nuestro próximo encuentro va a ser mio su hermoso culo.



-Si, va a ser tuyo.



Me limpio mi vagina. Nos vestimos y regresamos al salón de las fiestas. La directora me pide que me quede ayudándole en la entrada. José se despide porque ya tiene que regresar a la hacienda con sus empleados. Me busca el compañero de la escuela, quiere que me escape con el por detrás del salón.



-Doña Haydee, la estaba buscando.



-Andaba en la escuela con el capataz de la ganadería firmando los papeles de la donación, usted sabe, para que no digan que yo me robé la plata.



-Ah, si. Es lo mejor. Que suerte que usted la negoció gratis.



-Si, valió la pena ir hasta la hacienda y negociar directamente con el.



-Doña Haydee, vamos detrás del salón, yo quiero estar a solas con ud.



-Vamos, pero salgamos con cuidado.



Paso donde la directora.



-Ya regreso, directora.



-Está bien, doña Haydee, no se preocupe, usted a trabajado mucho por la escuela y es justo que descanse y lo disfrute.



Salgo y camino con cuidado hasta la parte de atrás del salón sin que nadie me vea, escucho una voz en la oscuridad.



-Doña Haydee, por acá.



Me dirijo hacia donde está mi compañero del comité, Luis. Me abraza y besa apretándome contra el y besando y acariciando mis tetas.



-No me canso de acariciar estas hermosas tetas.



Me saca una teta y me la mama, dándome pequeños mordiscos en el pezón. Mete su mano agarrando mis nalgas y me baja el jeans hasta la rodilla, dejándome en tanga.



-Es que mi negra está bien rica, por eso no dejo de culiar con usted.



Me acaricia la vagina metiendo un dedo en ella.



-Está bien mojadita, mi dedo se resbala sabroso. La.tiene bastante mojada, parece que acaba de culiar.



-No le puedo mentir, estaba en la escuela culiando con el capataz, el me consiguió gratis la corrida porque culie con el en la finca, para agradecerle le dije que aquí le iba a volver a dar su premio.



Luis se saca su verga y me la coloca en la entrada de mi vagina, me la hunde poco a poco.



-Que sabroso se siente su rica vagina bien lubricada, estos días ha estado sedienta de verga, usted no se puede controlar.



-No. Luis, no me puedo controlar, necesito pasar culiando.



Me bombea fuerte hundiendo toda su gran verga hasta el fondo de mi vagina. Me coloca de espaldas hacia el apoyada en la pared y me embiste con fuerza. Me hala fuerte de la cintura, me acaricia las tetas. Me llena de semen mi ardiente vagina.



-Gracias, Luis, por seguir culiando conmigo.



-No, gracias a usted por permitirme a mi culiar con usted.



Los restos de su semen que no se puede beber mi vagina se resbalan por mis piernas. Me desconecta dejándome mi sexo palpitante de las buenas cogidas que me di durante el día, mi vagina queda satisfecha por este día. Me limpio para acomodarme de nuevo la ropa. Luis se marcha dejándome sola, escucho una voz.



-Que buenas cogidas se ha dado, doña Haydee.



Sale un jovencito del barrio que siempre me ha seguido pidiéndome una oportunidad para culiar conmigo, me estoy subiendo la tanga y se queda observando mi monte de venus, mis labios vaginales están bien abultados.



-Yo siempre le he pedido una oportunidad y no me la ha dado. Hoy a estos dos si los ha dejado culiar con usted.



-Mire jovencito, a mi no me gusta que me sigan, las cosas se van dando según su prioridad, cada uno tiene su oportunidad conmigo, déle tiempito al tiempo.



-Yo no puedo esperar más mientras otros si se la pueden coger.



Me acomodo el pantalón y el jovencito se me acerca, se abalanza sobre mí apoyándome contra la pared.



-Doña Haydee, yo siempre he soñado con usted, que hacemos el amor, que usted es la primer mujer a quien le meto mi verga en la vagina, sueño que le lleno de semen su hermosa vagina.



-No, no siga, por favor, no me complique las cosas, yo puedo ser su mamá.



-No, doña Haydee, yo sueño que usted es mía, hoy no quiero dejar pasar la oportunidad de estar con usted.



Me busca la boca para darme un beso, en la penumbra logro observar que tiene de fuera del pantalón su gran verga, de mas de 22 cm. y gruesa. Intento liberarme de sus brazos y me apreta más fuerte contra el colocando su verga sobre mi vagina, me la está presionando con ella, la siento palpitante, me hace movimientos de mete saca.



-Cálmese, por favor.



-No mi negra linda, yo quiero esto que hoy vi culiar con dos hombres, yo la seguí hasta la escuela, y ahora aquí atrás. Usted tiene que ser mía ahora.



Forcejeamos y me baja la tanga dejando al descubierto mi monte de venus, se me está mojando la vagina y me palpita de pensar en la verga que se gasta el jovencito. Logra colocármela en la entrada de la vagina y me la va hundiendo poco a poco.



-Ooooohhhhhhhhj, que riiiiicoooooo, doña Haydee. Que delicioso se siente, es primera vez en mi vida que estoy con una mujer.



Me relajo para disfrutar de la cogida del jovencito, me la hunde dos, tres veces, lo estoy disfrutando al máximo, cuando escucho la voz de Luis.



-Doña Haydee, donde está. Se siente bien.



Continuará.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
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