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Categoría: Fetichismo

Amy y Carol (01)

Introducción por Amy



 



Si has estado siguiendo mi historia como está publicada, sabrás que soy la novia de Rick. Tengo cabello oscuro y un cuerpo decente, incluso a mi avanzada edad que se acerca al cumpleaños treinta. Sabrás que Rick y yo conocimos a la persona que conoces como Intimate Confessions (confesiones íntimas) en un resort en Park City, Utah (EEUU) y él escribió la primera parte de esta historia en que nos conoció. Yo escribí el segundo capítulo y Rick escribió el tercero acerca de sus experiencias con sus hermanastras. Sabrás que Intimate Confessions publica nuestros relatos en la web y recibe las respuestas que nos envían. Sabrás que este es el cuarto relato de una serie que puede seguir por largo tiempo.



Sabrás que he estado escribiendo sobre mi primer año en la universidad. Habrás leído acerca de una cierta noche en el otoño anterior en que me desperté para escuchar a mi compañera de cuarto, Carol, masturbándose. Escuchar esto me excitó a un grado que nunca había experimentado y una vez se volvió a dormir, pasé el resto de la noche frotándome, esperando que me sorprendiera (y tal vez se me uniera). No lo hizo y cuando recuperé mis sentidos me alegró que no lo hubiera hecho. Me sentía mal por la preocupación de que realmente lo supiera pero no dijera nada, y sin embargo tras un par de semanas se hizo aparente que no sospechaba nada.



Durante el resto del año, esta cosa se repitió más o menos una vez al mes. Me despertaba y escuchaba a Carol frotándose y luego esperaba agonizando de excitación hasta que estaba segura que ella había resbalado al sueño. Pasaba el resto de la noche inmersa en un mar de sensualidad pasando un tiempo de una calidad real conmigo misma. Cada vez sufría las torturas de los condenados, viviendo con culpa y con la sospecha silenciosa de que me estaba volviendo gay. En cada ocasión, nunca me dio ni siquiera la indicación más pequeña de que estuviera consciente de mis inclinaciones sexuales más oscuras.



Para cuando se acercó el comienzo de la primavera, habíamos establecido una pequeña rutina, una noche de masturbación mutua aunque privada, una o dos semanas de una ansiedad inexpresable y el pensamiento de que una vez más no sospechaba nada.



Cuando llegó la primavera me invitó a su casa en Dallas a conocer a su novio, Larry, y su hermano Brian, quien estaba segura me gustaría. Sin tener mejores planes la acompañé.



 



Saliendo de Denver



 



Alistamos el auto la noche anterior y nos pusimos en marcha hacia las 12 del día, durmiendo hasta tarde y haciendo compras de último minuto. Conducimos directo por la I-70 que es un tramo tan desolado como se podría imaginar con campos oscuros de arbustos que se extendían hasta el horizonte, ocupándolo todo excepto por ocasionales árboles. Como era el auto de Carol, ella conducía y yo me entretenía observando los campos pasar por la ventana a 70 kilómetros por hora.



Tuvimos una charla ligera la primera hora o así y luego quedamos en silencio con nuestros propios pensamientos mientras el camino se alargaba bajo el carro. Nos detuvimos en Goodland Kansas para almorzar en una parada de camiones y luego trepamos de nuevo al auto y seguimos dirigiéndonos al oriente.



En el almacén en Goodland, Carol había llevado una paca de seis cervezas. Destapó una y me pasó otra. Estaba refrescante y sabrosa. Iniciábamos la segunda cuando Carol dijo, "¿Por qué te vistes así?"



La observé con una expresión confundida y dije "¿A qué te refieres con así?"



"Ay, vamos, camisetas holgadas, jeans, toda cubierta". Era cierto, usaba mis típicos jeans y una camiseta ancha.



Le repliqué, "yo podría decirte lo mismo, ¿por qué muestras tanto?" Carol traía puesta una falda que le llegaba a medio muslo con un top estrecho, ligeramente escotado que mostraba el nacimiento de sus pechos. Una ropa no muy apropiada para viajar por carretera, pensé para mí.



Carol alzó la mirada y me dijo, "supongo que es justo que yo responda primero dado que hice la pregunta".



Se acomodó en la silla, tomó un gran trago de su cerveza y dijo, "Desde que era niña, todo lo que quería ser era una niña grande. Lo que quiero decir es que me gusta la atención que me dan los hombres cuando me miran".



"¿Es un asunto sexual?" pregunté.



Se frotó la nariz, levantó los hombros y dijo, "es complicado".



Hice un gesto ante el aparentemente infinito trayecto que se desplegaba frente al auto y dije, "Tiempo es lo que nos queda, ¿qué quieres decir con complicado?"



"Bueno, complicado. Temo que una vez hayas oído la historia ya no tengas tantas ganas de conocer a mi hermano y a Larry como ahora. Si ese es el caso, te pagaré con alegría el autobús de vuelta a Denver con mis disculpas, pero ... "



"¿Qué?" dije.



Dudó y dijo, "Si te digo, tiene que quedar entre nosotras no importa lo que sea, si te quedas o te vas, ¿lo prometes?"



Afirmé con la cabeza y dije "Lo prometo, nunca le diré a nadie".



 



La Historia de Carol



 



"De acuerdo", dijo, "Cuando tenía unos dieciséis, mi hermano, que es un año menor que yo había llevado a un amigo a pasar la noche. Los tres pasamos el día nadando en el patio trasero. Yo tenía un traje de baño nuevo, un bikini realmente tierno. Sorprendí al amigo de Brian, Larry, observándome cuando pensaba que no lo notaría. Me hizo sentir ... bueno, bien, algo así como sexy. Pasamos el día nadando y jugando en el agua y la sensación de que a Larry le gustaba mirarme, seguía creciendo".



"Hacia la mitad de la tarde, Larry le señaló a Brian que tenía que orinar. Brian le dijo que se orinara allí. Creo que Brian quería decir que en la piscina, pero Larry simplemente empezó a hacerlo mientras estaba allí de pie, su traje de baño oscureciéndose, la orina bajando por sus piernas y salpicando en el suelo. No creo que supiera que yo estaba allí, en la piscina, a unos dos metros detrás de él, pero lo estaba y cuando se giró para saltar a la piscina y lavarse, yo estaba allí observándolo".



"Realmente no lo puedo explicar, pero observar esto tuvo en gran efecto en mí. Instantáneamente me excité y sentí, bueno, como si quisiera que él me viera haciendo lo mismo".



"Como a la media hora, Brian fue a la casa a buscar algo y Larry y yo nos quedamos hablando junto a la piscina. Mientras hablábamos, relajé mi vejiga y sentí que mi traje se entibiaba mientras me orinaba en él. Luego oí mi orina salpicando el cemento entre mis piernas y la sentí resbalando por mis muslos mientras hablábamos. Me negué a reconocer lo que estaba haciendo y sólo seguí hablando mientras orinaba. Podía ver que Larry intentaba mantener contacto ocular conmigo, pero su mirada se movió como si la arrastrara la gravedad hacia el charco que se formaba por el líquido que bajaba por mis piernas. Cuando bajé la mirada, por fin, pude ver que tenía una erección inmensa que estaba muy sorprendido como para esconder. Me di la vuelta y me arrojé a la piscina dejándolo allí con el pito duro y nada que hacer para aliviarlo".



"Más tarde esa noche, nuestros padres salieron y fuimos a la sala a ver televisión. Todos teníamos aún los trajes de baño que ya se habían secado menos el mío. Me había quitado el top y lo había reemplazado con una camiseta".



"Después de un rato, mi hermano, Brian, dijo que las películas que estábamos viendo eran aburridoras y que sabía dónde guardaban sus películas nuestros padres. No dije nada pero su amigo Larry preguntó qué tipo de películas eran y Brian dijo que eran de sexo".



"Al poco, Brian me preguntó si les diría si él fuera y cogiera una para que la viéramos y le dije que fuera. Realmente no tenía idea de qué eran estas películas".



"Brian fue al cuarto de nuestros padres y salió con varios videos. Puso uno llamado Incitar para Complacer. Nos sentamos y la miramos".



 



A Medio Camino por Kansas



 



El camino continuaba bajo el auto con un zumbido ininterrumpido mientras la luz del sol se hacía más oscura al comienzo de la tarde. La cerveza que tomábamos nos relajaba. Nos detuvimos un par de veces para aliviar nuestras vejigas al lado del camino. Noté que Carol no se molestaba en esconderse tras el auto. Era casi como si quisiera que la vieran. Luego trepaba al auto y continuaba contando de ella, Larry y su hermano viendo juntos una película de adultos.



Mientras yo escuchaba esta historia, empecé a imaginarlos sentados viendo una película porno. Me di cuenta de que la imagen en mi mente se parecía mucho a las fantasías que me había hecho en mucho del año anterior en la universidad en la oscuridad de nuestro cuarto escuchando el sonido de Carol frotándose y luego haciendo yo lo mismo.



Un pequeño camión se viró al carril izquierdo para adelantarnos. Carol se levantó en su silla y su falda corta se deslizó exponiendo, bueno todo, si saben a qué me refiero. El camión bajó la velocidad manteniéndose al mismo ritmo de nosotras hasta que Carol se reajustó la falda, halándola hacia abajo de nuevo. El camión nos adelantó mientras ella continuó.



"La historia de la película era de una mujer que usaba faldas muy cortas y ropa muy reveladora. Le gustaba mostrar su cuerpo a los chicos y ponerlos calientes y molestos. Luego se iba y los observaba después de haberlos incitado hasta que perdían el control".



Mientras hablaba, el sol vespertino empezó a ocultarse tras nosotras y el interior del auto empezó a llenarse de sombras. Noté que me estaba empezando a estimular un poco, ya saben, excitar, escuchando la historia, justo como me había excitado mucho oyéndola masturbarse tarde en la noche.



"Bueno" continuó, "no era la película sucia normal en que sólo ves gente penetrándose con un montón de grotescos primeros planos. He visto de aquellas desde entonces y si hubiera sido ese tipo de película, lo que pasó entre nosotros jamás hubiera ocurrido".



"¿Qué tipo de película era?" pregunté rompiendo mi silencio, "¿Qué pasó entre ustedes?"



Carol hizo una pausa a este punto, abriendo otra cerveza y dijo, "espero que sepas que esto pasó hace apenas un par de años y te estoy confiando un secreto que nunca le había contado a nadie".



Nos acercábamos a Salinas Kansas y el sol se había puesto tras nosotras. En Salinas cambiaríamos de ruta y empezaríamos a manejar hacia el sur.



Dije, "Carol, nunca le voy a decir a nadie. Si te hace sentir mejor, te diré un secreto que nos dejará a mano".



"De acuerdo" dijo, "lo prometiste".



De inmediato lamenté mi decisión, pero no iba a dar marcha atrás en esto. Lo que dije fue "Mira, hemos manejado mucho y sé que aún nos quedan por lo menos otras seis o siete hora más. ¿Por qué no nos detenemos y buscamos un cuarto por esta noche y otras dos pacas de cerveza y podemos hablar y beber un poco sin meternos en problemas o peor aún un accidente?".



"Buena idea", dijo y giró hacia la salida.



 



En el Hotel



 



Una hora después nos sentábamos en el piso del Comfort Inn con una paca de seis cervezas entre nosotras. Había otra en la pequeña nevera que había en el cuarto.



Nos habíamos registrado y luego ante la sugerencia de Carol bajamos a la piscina del hotel a refrescarnos y relajarnos. Cuando volvimos al cuarto, Carol simplemente se quitó su traje de baño ensopado y se envolvió en una bata de baño. Cuando llegó mi turno para cambiarme pasé algo de tiempo en el baño agonizando de indecisión.



Observé a la chica desnuda en el espejo. Estaba sonrojada, sus pezones estaban tiesos, tenía la piel de gallina en los pechos. Se veía exactamente como me sentía; muy excitada, confundida y avergonzada. Al final, me dejé la parte de abajo y me puse una camiseta que logró ocultar la evidencia más física de mi excitación.



Carol habló primero, "Me ibas a contar algo".



Para este momento yo estaba muy ruborizada, y dije, "Lo haré, pero por qué no terminas primero tu historia". Carol sonrió y dijo, "De acuerdo, pero nada de atemorizarse". Asentí cuando empezó a hablar.



 



El Resto de la Historia de Carol



 



"Te dije que esta era una película inusual porque tenía una muy buena trama. Esta chica empezaba a incitar a un par de muchachos y luego los dejaba mirarla y tocarla. A veces los hacía masturbarse y alguna vez hizo que un par se masturbara mutuamente mientras ella los veía, diciéndoles qué hacer".



"Miré a Larry y Brian y los dos tenían unas inmensas erecciones que levantaban sus trajes de baño. Los dos se sentaban de forma que ocultaran esto lo mejor que pudieran. Larry había arrastrado una almohada sobre su regazo y Brian se sentaba con las piernas recogidas contra su pecho. Me di cuenta de que la película tenía igualmente un gran efecto en mí. Lo que estaba teniendo el mayor impacto era que notaba que los dos me lanzaban miradas a hurtadillas cuando pensaban que no los veía".



"Me di cuenta de que esto me estaba poniendo aún más excitada y en vez de avergonzarme, empecé a exhibir mi estado de excitación. Me empecé a mover de forma que mi camiseta frotara mis pezones, poniéndolos incluso más duros y visibles, dejando que la parte de abajo se deslizara mostrando incluso más de mis piernas".



Mientras Carol seguía contando esta historia, me parecía que su bata se había abierto ligeramente revelando un poco de su escote modesto. No estaba segura de si esto era intencional o ni siquiera de si estaba pasando realmente, pensé que podía ser mi imaginación.



Me sorprendió el temblor en mi voz cuando pregunté, "¿Y qué paso entonces?"



Carol tomó otro trago de su cerveza antes de responder y entonces dijo, "Bueno, la película seguía poniéndose más y más intensa. La chicha que era la protagonista había llegado al punto de dejar que la gente la viera masturbándose o follando y la gente que la veía estaba tan frustrada que a veces tenían que ir a frotarse contra los muebles y las cosas. Brian se levantó y se disculpó, cuidando de no quedar frente a mí, fue hacia su cuarto dejándonos a Larry y a mí solos".



"La película seguía poniéndose más y más explícita; ahora la estrella había atado a un hombre y una mujer de manera que no pudieran tocarse a sí mismos o entre ellos. La protagonista y su novio los llevaban al límite del orgasmo, se detenían y luego follaban frente a la pareja mientras estos suplicaban los aliviaran. Larry se levantó y dijo que iba a ver que hacía Brian y me dejo sola".



Carol dejó de hablar y se tomó otro trago. En el silencio de la habitación, pude oler con claridad un aroma que se me había vuelto familiar a lo largo de los últimos meses; nuestra excitación mutua. No había equivocación en el pesado aroma oscuro, la misma fragancia distinta que había permeado nuestro cuarto en aquellas noches que habíamos pretendido ignorar los sonidos de nuestra indulgencia solitaria, aunque mutua, mientras alcanzábamos clímax silenciosos. Este conocimiento tuvo un efecto incendiario en mi excitación que ardía sin llama, poniéndole combustible a los maderos de mi excitación actual; temblé y me disculpé para ir al baño.



Una vez estuvo la puerta cerrada tras de mí, puse los pulgares en lo que quedaba de mi traje de baño y lo bajé. En vez de sentarme en el sanitario, acaricié suavemente mi resbaladizo clítoris y empecé a frotarlo con entusiasmo. Gimiendo de excitación observé mi imagen en el espejo, deseando tener el coraje para hacer exactamente lo que hacía aquí sola en el baño mientras Carol me observara y tal vez hiciera lo mismo. Me pregunté si Carol hacía la misma cosa mientras esperaba a que volviera. Puede que así fuera, pensé para mí mientras mi mano se movía más y más rápido. Me imaginaba a Carol frotándose su propio chochito mientras seguía contando la historia cuando fui interrumpida por un suave golpe en la puerta. Apenas tuve tiempo de subirme el traje de baño cuando se abrió la puerta y Carol entró.



"¿No quieres saber qué pasó después?" preguntó suavemente.



Su bata se había soltado cuando se estiró para abrir la puerta. En el instante anterior a que la halara alrededor suyo, capté una ojeada de su coño desnudo, hinchado, rojo y reluciente con la lubricación resbaladiza; estaba tan inflamada como yo.



"¿Qué pasó luego?", susurré.



Carol habló, su voz haciendo eco en el cuarto entejado. "Bien, me dejó allí sentada mirando esa maldita película. Tras unos minutos se hizo aparente que lo que fuera que estuvieran haciendo, no iban a volver. Me quité el traje de baño, intentando observar el resto de la película sola".



Mi rostro ardía cuando le pregunté "¿Te ibas a tocar tú misma justo en ese lugar?"



Carol me lanzó una mirada penetrante y se dobló hacia adelante.



"Honestamente", dijo, "no sé cuáles eran mis intenciones en el momento. Estaba muy excitada, más de lo que he estado alguna vez en mi vida. Ciertamente estaba considerando casi todo lo que puedas imaginar. No pensaba muy claramente, pero creo que iba a hacer eso, quiero decir frotarme".



"¿Lo hiciste?" pregunté, sentándome en el borde de la bañera.



"No", dijo, "La maldita película se terminó en ese punto, dejándome allí sentada sola, preguntándome a dónde se habían ido Brian y Larry y qué estaban haciendo. Me levanté y caminé hacia el cuarto de Brian y me quedé junto a la puerta escuchando".



"¿Qué oíste?", pregunté.



"Nada al principio, pero luego pude oír a Brian y Larry hablando, así que toqué a la puerta. Escuche que Brian decía algo, de forma que abrí y entré".



Brian tenía dos camas y cada uno estaba en una de ellas. Las luces estaban apagadas así que moví el interruptor de la pared que encendía la lámpara del escritorio de Brian. Los dos tenían las rodillas encogidas bajo los cobertores y estaban claramente avergonzados por mi presencia. Les pregunté qué hacían y Larry me dijo que platicaban sobre la película y sobre mí".



"Me senté al borde de su cama, dejando que la camiseta ascendiera por mis muslos y con la voz más inocente que pude reunir dadas las circunstancias le pregunté de qué hablaban sobre mí".



"Larry empezó a decir algo pero Brian lo interrumpió diciéndole que se callara y no dijera nada. Le dije a Brian que sólo quería saber de qué hablaban y que no diría de nuevo nada sobre eso".



"Larry no esperó a que Brian le dijera que siguiera antes de soltar que Brian había dicho que quería que yo los incitara como la mujer de la película incitaba a todo el mundo y que ellos se la estaban meneando y hablando de ello cuando entré".



"Les pregunté si no les parecía raro, dos chicos masturbándose al tiempo, pero esta vez fue Brian quien respondió que hablarle a alguien y observar lo hacía más excitante. Les pregunté si habían hecho esto antes y los dos dijeron que muchas veces juntos. A menudo tomaban turnos leyendo relatos sucios uno a otro hasta que estaban muy excitados como para detenerse. Esta fue la primera película que habían visto y el hecho de que yo la hubiera visto con ellos la hacía más caliente".



Observé a Carol. Estaba ruborizada y respiraba de manera desigual. Noté que yo me había puesto en otra posición inconscientemente durante la historia frotando mi trasero contra el filo frío de la bañera y estaba halando mi camiseta, de una forma muy similar a como lo había hecho Carol frente a los muchachos. Además de estar muy cachonda, también tenía que ir al baño. De alguna forma esto contribuyó a mi excitación. Mi cuerpo entero enviaba radiaciones mientras respiraba, "Eso es muy caliente, ¿qué pasó luego?"



Carol enrojeció aún más mientras dijo, "Oh, creo que me preguntaba cómo se había puesto tan intensa esta situación. Debí haberme puesto de pie en ese instante y haberme ido, pero no lo hice. Les pregunté si me podía quedar y observarlos mientras lo hacían. Cuando no dijeron nada, me puse de pie y me subí la camiseta de forma que casi pudieran ver mi concha y les pregunté si verme mientras lo hacían les ayudaría".



"No dijeron nada, así que me halé la camiseta hasta que se veía la parte inferior de mis senos y los pude escuchar cuando empezaban a cascarse las pollas mientras sentía su mirada en mis piernas y coño".



Noté que el lenguaje de Carol se hacía cada vez más explícito mientras continuaba. Parecía que empezaba a disfrutar el uso de palabras obscenas para describir la situación, haciéndola aún más sucia mientras hablaba. Intentando controlar el temblor en mi voz, le pregunté firmemente, "¿Dejaste que te tocaran el coño? ¿Querías que te lo tocaran?"


Datos del Relato
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