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Categoría: Incestos

A la prima se la sigo arrimando

Me planté corriendo delante de la casa de mi prima, decidido a declararle lo que sentía por ella. Pero, pensé ¿cómo reaccionaría ella? Me sentía nervioso por su reacción. Llamé al timbre y tardaron en abrir.



Abrió mi tía.



-Hola Juan.



-¿Está Esther?



-Si cariño, en su cuarto. ¿Querías decirle algo?



-Pues si tía. Que me he enamorado de ella.



-¡Anda! ¡Qué sorpresa! Sube a decírselo.



Subí corriendo y toqué su puerta.



-Pasa mamá, dice.



-No, soy yo.



-Hombre primo. ¿Qué te cuentas?



Me puse en cuclillas frente a ella y le dije que estaba enamorado de ella. Me miró seria, pero luego se rio y se agachó frente a mí y me besó. Ella también estaba enamorada de mí.



Nos levantamos y bajamos juntos cogidos de la mano. Se lo dijimos a mis tíos y nos abrazamos los cuatro.



Ahora quedaba por saber cómo íbamos a llevar nuestro “juego familiar”.



Nos reunimos con mis padres y se lo contamos todo. Se pusieron muy contentos también con la noticia ya que todo “quedaba en familia”. Decidieron dejarnos fuera del juego y solo ellos lo harían. Ahora, tenía a mi prima para mí solo.



Empezamos a salir unos días después. En el barrio nos conocían, pero como éramos primos, nadie nos miró raro.



Frecuentábamos el cine, la cafetería del centro y empezamos a ir a un parque de atracciones abandonado, donde nos montábamos en las atracciones imaginando que funcionaban. Un día, mi prima se empeñó en que nos subiéramos a una antigua noria, desde donde se veía toda la ciudad.



Estuvimos un buen rato allí y nos besamos apasionadamente. La cosa se puso a cien y mi prima quería hacerlo allí arriba.



Yo le dije que no llevaba condones y que además estábamos en lo alto de la noria y que podíamos caernos y matarnos.



-¡Que cobarde eres primito! me dice. La noria es estable y no nos vamos a caer.



El sonido que hacia la cabina donde estábamos, abierta por arriba, no presagiaba nada bueno y no hacía pensar para nada en su estabilidad, además, que estaba todo oxidado.



Se sube encima mío y se frota contra mí.



-Oye, que ya te dije que no traigo condones.



-Pero yo sí, mira. Y me enseñó un condón estriado. Mira, me dice, para una estimulación total del hombre y de la mujer. Así gozamos más, primito.



-No estoy seguro de hacerlo aquí. Esto tiene poca estabilidad.



-Mejor con el traqueteo. Me saca la polla y me la chupa más despacio que otras veces. Se recrea en cada chupada y enseguida estoy erecto.



Sigue chupándome y me corro al poco en su boca. Se relame como toda una cochina. Le digo que me deje hacerle algo a mí.



Le como su coño como nunca se lo he hecho y sigue con mi semen en su boca. Se pone como loca mientras se lo como. Sus jugos chorrean por mi cara y gemimos como dos animales en celo. La cabina se balanceaba de un lado a otro y después de un momento se estabiliza y mi prima coge y me pone el condón con estrías y se introduce mi pene y empezamos a hacerlo medio vestidos como estamos.



El condón hace su efecto y me da mucho placer, mi prima gime como una loca, aunque no me dice nada, ni primo ni nada. Seguimos así un buen rato, con mi prima follándome como loca y entonces se sale y se pone de espaldas como sabe que me gusta y la inclino hacia delante.



Un vientecillo empieza a soplar en mi cara y en ese instante me corro fuertemente. ¡Aaaaaaahhhh!



Mientras mi prima sigue follándome, ya que el condón la está volviendo loca. Al cabo de media hora ella se corre y yo estoy exhausto.



-Primo, ufff, hagámoslo siempre con condones estriados, jajaja.



-Estás loca, anda vamos a bajarnos de aquí.



La noria tiene un mecanismo que aun funciona y nos baja despacio, pero llegamos abajo. Mi prima se ha empeñado en pasar la tarde allí y hacerlo en todas las atracciones que podamos. La siguiente es el pulpo, una atracción que funcionaba como un pulpo con tentáculos que daban vueltas alrededor de si mismos. Parecía menos peligroso que la noria, a primera vista y mi primita empezó a subir. Aunque la vista de su culo trepando, era muy agradable, no me sentía con fuerzas para otro asalto.



Al poco estábamos arriba y mi prima tan cachonda como antes, se pone a hacerme cariñitos y un striptease insinuante. Aun así, yo seguía flojo, mi pene no se ponía erecto y al poco se cansó de seguir bailando.



-Oye, primo, ¿qué te pasa? ¿Ya no te pongo?



-Claro que sí, Esther. Me pones mucho y ahora somos novios.



-Pues anímate, soy toda tuya.



La abrazo fuerte y la beso en la boca, ella me besa detrás de las orejas y yo empiezo a reaccionar. Le quito la blusa que lleva y el sujetador y le chupo las tetas. Primero una y luego la otra alternativamente. Ella ya estaba muy caliente y yo también con una erección que iba a salirse de mi pantalón, cuando me di cuenta de no que teníamos mas condones.



Se lo dije a ella, pero no parecía importarle, estaba tan cachonda que le daba igual. Pero a mi no me daba igual, no quería ser padre tan pronto y tan joven. Ya lo habíamos hecho más veces sin condón, pero esta vez podría dejarla embarazada.



Ella seguía empeñada en hacerlo y me dice que hagamos la marcha atrás.



-¿Como? ¿Sabes que la marcha atrás no sirve para nada?



-Jo, pero ahora estoy como una perra en celo. Probemos algo nuevo, me dice. Sexo anal.



-¿Comoooo? Ya me lo propusiste una vez y no quise.



-Venga, guapo, no me dejes así, que me pones a cien. Ahora no puedes dejarme con la miel en los labios. Mira mi culito es todo tuyo.



Se quita el pantalón y las bragas y me pone el culo en mi cara, se abre las nalgas y me muestra el agujerito.



-Mira, te está llamando: ¿lo oyes?



-Ja,ja,ja, empecé a reírme, en esa postura resultaba un poco ridícula, aunque luego pensé, ¿por qué no? Liberé mi pene y con un salivazo en mi dedo se lo introduje en el culo y me preparé a dilatarla.



Mi polla ardía y después de un momento estaba lista. Ensalivé mi pene también y me dispuse a penetrarla.



Lo hice despacio, mi glande entraba fácil, pero el resto le dolió.



-Aaaagh.



-¿Ves? Te duele, dejémoslo.



-No, primo, tú sigue despacio, por favor.



Me miró con una cara que no pude resistirme y hice lo que me dijo. Al rato su ano estaba suficientemente dilatado y mi polla bombeaba a buen ritmo. Los dos gemíamos como locos y la cabina del pulpo se balanceaba adelante y atrás. Mi prima se agarraba a la barra de sujeción y al momento se corrió como una loca. Yo aguanté un poco mas y después me corrí también con un grito, inundando su culo con mi semen.



Me salí con cuidado y mi prima se quedó así, mirando al horizonte.



-¿Te ha gustado?



-Si, me ha gustado mucho. Luego tendré que cagar tu semen, jejeje, me dice. Anda, vámonos a casa, que me he quedado exhausta.



Salimos ya de noche del parque y nos fuimos a casa. Esther andaba un poco forzada. Su culo debía dolerle, pero no me dijo nada. Llegamos a casa y, tras una ducha, se quedó en mi casa a cenar. No sabía si dormiría conmigo o en su casa.



Cenamos mucho y hablamos de todo un poco, y mi padre bromeó sobre cuando nos íbamos a casar.



-¿Casarnos? es muy pronto, dijimos casi al unísono.



La cena terminó y mi prima decidió quedarse a dormir en nuestra casa. Mis padres nos miraron picaros, pero mi prima se adelantó a sus pensamientos diciendo que estaba agotada del paseo y que no pensaba hacer nada conmigo.



Dormimos cada uno en una cama y a eso de la una de la madrugada, sus ronquidos me despertaron. Se había quedado destapada y la visión de su culo en pompa hizo que me excitara, y ya despierto, me puse a meneármela.



Ella se giró, dormida, y se puso frente a mi. La visión en este caso de su entrepierna, con esas braguitas rosa, que tanto me gustaban, hizo que fuera hasta ella y me corriera en sus bragas.



Cuando se despertara al día siguiente, se daría cuenta de que me había corrido en sus bragas. No creí que le importara.



Me levanté pronto y ella se estaba duchando ya. Me metí en la ducha con ella, pero me rechazo.



-¡Sal, cochino! Que no tengo ganas. Me duele el culo.



-Tu quisiste hacerlo así.



-Si y me gustó mucho, pero me duele. Anda, déjame, luego te duchas.



Cuando salió me duché y me volví a pajear, esta vez pensando en su cara de viciosa mientras follábamos.



Limpio y perfumado, bajé a desayunar. Se había sentado en el otro lado de la mesa, cuando antes siempre quería sentarse a mi lado. ¿Qué le pasaría?



Después del desayuno, tuve mi respuesta. Ahora habían decidido dejar el juego de la ruleta y, aunque sabían de nuestro amor, querían seguir con nuestra relación incestuosa, por lo que mi madre y mi tía y no sé si mi prima también, querían volver a probarme.



Mi padre y mi tío esperarían su turno y me preguntaron si estaba dispuesto a follármelas, después del desayuno.



-Claro, les digo. Si a Esther no le importa compartirme ahora, claro.



-Claro que no primito, cuando quieras.



Así que vamos a la habitación y nos preparamos a ello.



Las beso a las tres y nos desnudamos. Enseguida se excitan y se ponen en cuclillas.



Tengo en cuclillas a mis tres mujeres, mi tía, mi madre y mi prima. Yo me arrodillo frente a ellas.



Erecto como estoy, me pongo un condón y penetro primero a mi madre que está en el centro y empiezo a follármela. Cuando le tengo a punto, paso a mi tía y me la follo también. Cuando mi tía también está a punto, paso a mi prima y la dejo también a punto.



Ahora tengo a las tres a tope, deseosas de mi polla y con el culo en pompa. ¿Qué hago? me pregunto. ¿Con quién de las tres termino primero? Decido penetrar de nuevo a mi madre. Se la meto bien fuerte y mientras la bombeo, masturbo con la mano izquierda a mi tía y con la derecha a mi prima.



Mientras me follo a mi madre, me tía le come la boca por un lado y mi prima por el otro. Después, pasan a chuparle las tetas, mi tía la izquierda y mi prima, claro, la derecha. Mi madre no puede mas, entre la comida de tetas que le están haciendo y mi follada, está a punto de irse.



Yo aguanto un poco mas, aunque la visión de mi culo empujando el culo de mi madre y las tres comiéndose mutuamente, me pone a 200 por hora. Al poco rato, me corro con un grito: ungggggg!!!! aaaaahh!!!



Me salgo de ella y las 3 están extasiadas. Me tumbo un poco para recuperarme y después me pongo otro condón y voy a follarme a mi tía. La penetro bien fuerte y la agarro por las caderas, puf, puf, puf, empiezo a jadear. Mi madre entonces le come la boca a mi tía como antes y mi prima se la come a su madre.



Ahora masturbo a mi madre y a mi prima, mientras ellas se comen las tetas, como antes, solo que cambiando los turnos.



Al haberme corrido hace poco, no aguanto mucho y me vuelvo a correr pronto. Estoy cansado y me tumbo a descansar, pero claro, queda mi prima por follar y no la voy a dejar así.



Ellas siguen a lo suyo, ahora las 3 se soban y besan mutuamente, se olvidaron de las reglas de que fuéramos parejas hetero.



Después de un rato, yo estoy un poco recuperado y voy a terminar con mi prima. La cojo de la mano y nos besamos, mi rabo reacciona un poco, pero no se endereza del todo. Mi prima, comprensiva, se agacha y me hace una rica felación, que termina por recuperar mi pene y ya estoy dispuesto a follármela.



Me pide follármela de cara, y yo la obedezco. Mientras se la meto, ella sigue tocando a mi madre y a mi tía. La pongo contra el espejo que hay en la habitación y la destrozo contra el. Por fin va a tener mi corrida dentro. Lo malo es que después de dos corridas, la tercera es escasa, siento poco placer, aunque mi prima se corre como una loca.



Me salgo de ella y me quito el condón.



-¿Qué tal primito? ¿Muy cansado?



-Si, buf, ya no me queda ni gota de leche. Me la habéis sacado toda, jeje.



Las beso a las tres, que están como locas por mi. Mi madre me sonríe y me mira con pasión, sé que no quiere decirme nada, porque están las dos junto a ella, pero le gusta mucho que me la folle, se le nota en la mirada. Soy su niño mimado.



Decidimos merendar algo, mientras mi padre y mi tío estaban fuera, habían salido a comprar mientras follábamos. Nos reímos mientras comíamos, cómplices de nuestra lujuria. También jugamos un poco con la comida.



Al cabo de un par de horas, llegaron mi padre y mi tío. Habían comprado la cena. La preparamos entre todos y nos dispusimos a cenar. Tras la cena, una cosa llevó a la otra y así volvimos a follar.



A mi prima le gustó lo que habíamos hecho mi padre y yo con mi madre, y quiso probar la doble penetración, como le habíamos contado que lo hicimos.



-¿Estas segura? Le preguntó mi padre.



-Si tío. Quiero que seas tu el que me penetre el culo. Mi primo que lo haga por delante.



Sin mas dilación mi padre y yo nos desnudamos. Mi prima también. Mi madre trajo aceite lubricante que le había pedido mi prima y se untó el cuerpo con él.



Mi prima empezó a masturbarnos a ambos, nuestros penes se pusieron duros en un momento. Mi padre le indicó a mi prima como lo harían. Él se sentaría en la cama y mi prima de espaldas a él. Yo mirándola a ella, con las piernas abiertas.



Mi padre procedió a dilatar el ano de mi prima con su dedo y aceite lubricante. Cuando estuvo a punto, se puso un condón grueso y fue indicando a mi prima como irse sentado sobre su polla, hasta que la penetró del todo.



-Uf, tío. Dijo.



Aun debía dolerle un poco el culo.



Yo me puse delante de los dos y la penetré vaginalmente, como acordamos. Entonces empezó lo bueno, mi prima subía y bajaba, ayudada por mi tío que la agarraba de los hombros, mientras yo la bombeaba fuerte.



Mi prima ponía una cara de gusto, que era lo más mirar. Los dos nos la follábamos a la vez y al poco rato se corrió con un grito.



Mi padre y yo, teníamos aguante para rato, mi prima seguía botando sobre nosotros, aunque la notaba algo cansada ya. Mi padre le dijo que él ya la empujaba y que no se preocupara de nada, salvo de disfrutar.



Media hora después, mi padre se corrió dentro del culo de mi prima, gruñendo como un loco, como había hecho aquella vez con mi madre. Yo quería aguantar un poco mas, pero no pude y me corrí enseguida.



Me apoye en las tetas de mi prima, después de que mi padre se saliera de ella. Luego la miré a la cara y me sonrió y nos besamos como locos.



-Primito, ha sido lo mejor. Buf, estoy cansada pero súper satisfecha.



-Me alegro que te gustara. Le digo.



Mi tío, mi tía y mi madre se han desnudado también. Mi tía quiere probar también la doble penetración. Ella es la única que queda por probarla. Mi tío quiere darla por el culo, pero falta quien la de por delante. Mi padre me anima a mi para que sea yo. Total, no somos mas hombres en la familia.



Mi tío se agacha y le come el culo a mi tía. Tiene sus nalgas en las manos y le come el ano con ardor. Yo me acerco y mientras le como las tetas, la masturbo con mis dedos. Mi tía me dice que quiere mi rabo dentro de ella ahora mismo. Yo le digo que tranquila, que enseguida lo tendrá.



Como soy el tercero en discordia, tengo que ponerme otra vez encajado entre los dos, porque mi tío la va a penetrar por el culo y volvemos a ponernos en esa postura de antes.



Mientras estamos dándole, mi madre se masturba mirándonos, mientras mi padre no hace nada al principio. En esto mi prima se acerca y empieza a chuparle el rabo a mi padre, este agarra la cabeza de mi prima mientras se la chupa.



Yo puedo ver mientras me follo a mi tía, como mi madre quiere también algo. Así que mi padre besa a mi madre y la masturba, mientras mi prima sigue comiéndole el rabo.



Mi padre se corre al poco en la cara de mi prima y esta se traga algo de semen. Se relame de gusto la muy guarra. Entonces se levanta y mi madre y mi prima besan a mi padre. Este está como loco y se pone a chuparles los pechos alternativamente a las dos.



Los tres están súper cachondos, mientras nosotros seguimos follándonos a mi tía. Mi padre no puede mas y se tumba en la cama boca arriba, mientras mi madre se dispone a ser penetrada por él y mi prima pone su chocho al alcance de su boca y mientras se lo come, mi madre se introduce el rabo medio erecto de mi padre, recordad que acaba de correrse, y empieza a cabalgarle.



El espectáculo es lo más. Tres personas a la vez, en grupos de tres, follando como bestias, sin que nada importe, somos una familia incestuosa y nuestros gritos y gemidos lo inundan todo, sin nada de nada, que, como digo, importe.



Tardamos un rato en corrernos. Yo me voy antes que mi tío, inundando el coño de mi tía de leche, esta vez no me he puesto condón. Mi tío da unos últimos empujones y termina también corriéndose en el culo de mi tía.



Miro al trio que forman mi padre, mi madre y mi prima. Mi madre sigue cabalgando a mi padre a buen ritmo, mientras este masturba a mi prima, a la que ha dejado de comerle el coño. Los jugos de mi prima han mojado la cara de mi padre. Este vuelve a la cabeza hacia atrás. Veo que esta próximo su orgasmo y mi madre agarra sus manos. Ya no puede mas y se corre también con un grito.



Mientras mi tía se limpia el culo, mi tío tampoco se puso condón, mi madre se sale de mi padre y le dice que no puede dejar así a mi prima.



Este la mira y ve la cara de viciosa que tiene mi prima, se abre los labios y le dice que quiere su rabo dentro. Mi padre se queda parado un momento, pero enseguida reacciona y tras besarla la penetra sin condón, aunque su pene esta flácido aún.



-¿La sientes hija?



-No tío, la tienes muy flácida. Pero no te preocupes, acabas de correrte en la tía y es normal que la tengas así.



Mi prima le mira con pasión y le empieza a apretar el pene con su chocho, como hizo conmigo una vez.



-Así, veras que bien, tío. ¿Lo notas?



-Si, sobrina, muy bien, se me va enderezando mas.



-Ahora te apretó mas. Sácala un momento.



Mi padre la saca y mi prima la coge, se mete solo la punta y la deja ahí quieta. Aprieta la base del glande y la polla de mi padre recupera su tamaño.



-Ahora ya puedes metérmela toda.



El empuja y de un tirón la penetra del todo.



-Vamos, adelante. Le anima.



Mi padre empieza a bombearla, pero se para al poco. Me mira y me pide que le pase el aceite lubricante. Se lo doy y riega a mi prima con el y el también se hecha por encima. Ahora sus cuerpos están aceitosos y vuelve a bombearla.



Sus cuerpos aceitosos se frotan en el coito y mi prima empieza a gemir como una loca. Mi padre está a tope, y con su polla ya recuperada de su erección, está bombeándola como loco. Los muelles chirrían, mientras mi prima se corre con un grito, como siempre y arañando la espalda de mi padre.



Al haberse corrido hace poco, mi padre aguanta como un campeón y sigue dándole fuerte a mi prima.



Esta ya no puede mas y se corre por segunda vez. Parece que se vaya a desmayar del placer que siente. En un momento me mira a mi y luego a mi padre.



Aquí gime su nombre y sigue arañándole la espalda. Mi padre aguanta un minuto mas y se corre. Se queda un momento dentro de ella y luego se sale. Los dos están aceitosos y deciden darse una ducha.



Mi prima le invita a ducharse juntos, pero mi padre le dice que esta hecho polvo y que ya no podría tener otra erección y que lo siente, porque no va a poder follársela más hoy.



Ella le dice que no importa, que ha estado bien por hoy, pero que necesitaba correrse una vez mas.



-¿Y tu papá? ¿Te apetecería follarme?



-Si, hija, pero estoy hecho polvo, pregúntale a tu primo.



-Primito, ¿qué te parece? ¿Me follas?



-Uf, prima, la oferta es tentadora, pero estoy cansado como el resto.



-Anda un polvito mas, nada mas por hoy.



Se abre los labios y me muestra su chocho rosadito. No puede resistir la tentación y aunque estoy hecho polvo le indico que puedo intentar hacérselo.



-Vamos a la ducha entonces.



Yo la sigo y mientras se dirige a la ducha, miro su culo oscilando y mi pene empieza a alegrarse una vez mas.



Se mete en la ducha y abre el grifo. Me da la espalda como ignorándome y se agacha a coger el gel. La visión de su culo en pompa hace que pene se enderece en un momento y la cojo por las caderas.



-Prima, como me pones, le digo.



-Tu también, aunque tu padre y el mío me follan estupendamente, tu eres el mejor, primito.



-Gracias.



Me agacho y le abro los muslos, mientras el agua cae sobre nosotros, le como el potorro a mi prima y ella se estremece. Como aquella vez que lo hicimos en la ducha, la sensación es magnífica. Yo comiéndole todo, mientras ella se apoya en la pared y el agua cae sobre nosotros.



Yo sigo comiéndoselo y al poco ella se corre.



-¡Aaaah, primo! ¡Aaaaah! Gime.



Esta vez no nos importa que nos escuchen. Miro mi pene mojado y entonces sin mas preámbulos, la penetro con fuerza.



-Uf, primo. Con suavidad.



-No me apetece hacértelo suave. Le contesto. Llevo varios polvos hoy, pero me siento muy excitado todavía y quiero darle lo mejor de mi a mi primita.



Empezamos haciéndolo con ella de espaldas, apoyada en la pared. La pido que se incline un poquito para una mejor penetración y así estimulo mejor su punto G.



Así seguimos un rato más, pero yo termino corriéndome. La verdad ya no me queda mucho semen hoy.



Ahora me pide hacerlo como aquella vez, con ella encima de mí. Yo obedezco, aunque le digo que estoy para el arrastre y no me queda nada de semen ya.



-Nada, tu tranqui, relájate y disfruta, yo me encargo de todo. Me dice.



Se pone encima mío y con mi rabo a medio gas, ya no consigo que se me enderece mas por hoy, se la mete y bota un ratito encima mío y tras unos minutos, se vuelve a correr. Yo noto un pequeño gustirrinin, pero ya sin que me salga semen. Aun así, ella se queda satisfecha y tras ducharnos, terminamos de follar por hoy.



Los días pasan y las semanas y después de mucho pensarlo, decidimos casarnos mi prima y yo.



Somos muy felices, pero aun así, seguimos con nuestra vida incestuosa.



¿FIN?


Datos del Relato
  • Categoría: Incestos
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