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En el motel con mayito

-"Pero tu quieres es cogerme de una vez". Me dijo Mayito cuando le propuse irnos a un motel cerca de nuestro barrio. "pues la verdad es que sí, pa que me voy a poner con tantos rodeos?", le dije mientras ella sonreía con complicidad y miraba a su hijo de diez añitos que jugaba en la terraza de su casa. Le insistí que fuéramos el viernes y ella dijo que me avisaba. Eso quería decir que sí. Me puse contento puesto que yo había estado insistiendo en ello durante varias semanas.



Llegó el viernes y al ver que eran las 11 de la mañana y mi teléfono no timbraba, yo la llamé y contestó apenada como indecisa. La convencí y nos pusimos la cita para las dos de la tarde en una esquina lejos para tomar el taxi que nos entraría en el motel.



-"no me falles Mayito", le dije y ella me dijo "tranquilo allí estaré a las dos en punto".



Hacía rato que yo quería culiar con ella, pero no se daban las cosas porque a pesar de ser madre soltera, ella tenía novios casuales que la distraían y yo tampoco era que le gastara tanto tiempo, pero esta vez si se nos dieron las cosas.



Llegamos al motel y de una vez subimos a la pieza sencilla con aire acondicionado, una cama doble y un espejo en el techo. Tenía un baño sencillo un televisor. Mayo se acostó en la cama con su vestimenta de señora remilgada. Unos pantalones justos azules oscuros, una blusa de mangas largas de color blanca con un escote algo provocador que dejaba ver su entre seno y sus sandalias que ya se había quitado. "Bueno ya está, aquí me tienes pues. Voy a ver cual es la bulla tuya". Yo sonreí mientras me quitaba el pantalón y quedaba en calzones que dibujaban mi verga semi erecta. "Ya estas parado?, tanto te arrecho yo?, me preguntó sonriente y pícara mirándome con sus ojos negros a lo que yo contesté vulgarmente "Si, la verdad es que tu me paras la mondá solo con tu aroma". Ella se rió y abrió las piernas para acomodarse y pude ver su panocha bien dibujada sobre el pantalón.



Me le encimé en posición del misionero y nos besamos. Suavemente primero, eso la fue animando y Mayito gemía y me acariciaba con ternura y a veces con lujuria. Simulamos una cogida pues yo meneaba mis caderas cual si la estuviera embistiendo y ella también se meneaba. Mi verga se puso dura y lo mas parada que podía. Jadeante me dijo "Me estas arrechando, encuérate". Yo me quité el pantaloncillo y le mostré mi verga palpitante y crecida. "hmmm con que eres verga gruesa" y yo le decía "si esta verga es para tu chocho..para ese panochón rico que guardas allí". Mientras yo le decía todas esas vulgaridades ella se excitaba y se tocaba la cuca. Entonces se levantó un poco de su posición boca arriba y se quitó la blusa. Yo la ayudé a quitarse los sostenes y salieron sus tetas medianas y caídas. Los pezones eran oscuros y ovalados como de recién parida. La abracé y luego le fui besando el cuello con mis manos apretando sus pezones. Ella gemía y me decía obscenidades "si….si.. estas tetas son tuyas..dame verga…hazme tu puta….dame verga"…yo le decía que si, que ya vería la cogida que íbamos a tener. Finalmente llegué a sus tetas y se las chupé una por una como si fueran bombones de dulce. Mordisqueaba sus tetas y le lamía los pezones mientas ella me cogía la verga entre sus manos y me hacia una paja con desespero de puta nueva. Yo estaba caliente y su mano me manoseaba mi palo con maestría.



Dije que se voltear y ella se sentó sobre la cama con sus piernas recogidas dándome la espalda desnuda y morena. Yo se la besé con ternura mientras que con mis manos abrazadoras le acariciaba las tetas. Cuando le besaba el cuello ella gemía y se le erizaba la piel como una gallina. No dejaba de coger mi verga con su necia mano desde atrás como un pulpo. Finalmente deslicé una mano hasta abajo y la puse sobre la carnosa concha. Se la apretaba y ella decía "Todo eso es tuyo y tu es verga es mía". Yo arrecho decía "si, si, si, que chochon tienes Mayito". Deshice el botón de su pantalón y bajé la corredera que me dio paso a la gloria. Se volteo nuevamente dándome el frente y se puso de rodillas sobre el colchón contemplándome la verga parada y bajándose el pantalón hasta arriba de las rodillas. Me excitó verla en panty. Tenía un panty blanco que dejaba ver el monte oscuro que formaba su chocho. La barriga un poco pasada de kilos tenía un ombligo precioso que tenía un caminito de vellos finos. Yo le bajé el panty y salió a flote lo que se adivinaba. Una concha peluda y densa con un olor a jugo vaginal único que me hinchó mas la verga.



Terminó de encuerarse y se acostó boca arriba como al principio. Yo me deslicé un poco hacia arriba y puse mi verga entre sus tetas. Ella entendió lo que yo quería y sostuvo sus tetas uniéndolas y apretándolas una contra la otra para que yo me hiciera una paja. Lo hice hasta el límite de correrme, pero me detuve. Le dije que me comiera mi verga y se la puse justo en la entrada de su boca. Ella le dio un besito y luego jugó con su lengua sobre la cabeza rojiza. Finalmente la chupó con ganas engulléndola hasta donde podía. Me chupó la verga como una puta y yo a punto de correme le avisé. Ella se la sacó y boté mi leche sobre su mentón y sobre su cuello. Exploté sin misericordia. Ella sonrió y me dijo que mi verga sabía extraño y rico. Le dije que siempre que quisiera la podía chupar toda.



Mi mondá no se me bajó, sino que se puso un poco menos gruesa. No me di ni un respiro. Me acosté boca arriba y le pedí que me cabalgara, que me la quería coger. Ella se sorprendió pues esperaba que yo descansara. Se encimó sobre mí y empezó a menearse como una yegua cerrera. Mi verga se fue suave hasta lo mas profundo de su raja que estaba aún mas rica que su boca. La tenía muy lubricada y sus pelos se enredaron con los míos cuando me la cogía. Gocé delicioso mirando en el espejo del techo me cuerpo extendido y el cabello negro y abundante de Mayito. A veces se reclinaba hacia atrás y sus tetas se erguían dando un espectáculo rico en el espejo. Se cansó y me pidió que me la comiera en cuatro. Ella se puso de espaladas como una perra y yo me la cogí metiendo mi verga ya exhausta en su chocho profundo.



"ahh, ahh, ahh". Mayito gemía con exasperación mientras se corría.



Yo le daba una modaquera tremenda y me puse muy intenso pues mi plevis golpeaba sobre las nalgas de ella que eran abultadas y flojas. Me divertía viendo en el espejo como mi palo salía hasta la mitad y luego a ritmo ligero se escondía en las carnes de Mayito. Me corrí por segunda vez sobre las nalgas de Mayito. Derrame buen semen a pesar de que era la segunda corrida.



Exhaustos nos fuimos al baño y nos colaboramos enjabonándonos. Mi palo estaba semi erecto, pero yo estaba muy cansado al decir verdad. Mayito también lucía un poco exhausta. Sin embargo me sorprendió con lo que dijo "Me gusta como me culeas, me gusta tu verga, pero no te voy a perdonar que no me hayas comido la chucha, porque no me la chupas un ratito". Se sentó en el inodoro como si fuera a mera y yo me arrodillé. El chocho lo tenía fresco y libre de jugos, pues yo mismo se lo acababa de enjabonar y lavar, pero pronto estuvo lubricado y yo deslicé mi lengua lamiendo su rajita caliente a pesar del agua. Ella gimió como una zorra y luego me concentré un poco en su clítoris. Ella convulsionó como no lo había hecho antes durante la cogida en la cama. A mí se me paró la verga y le seguí lamiendo hasta que explotó en un "aaaaaaaaaaaahh", profundo.



Tenía ganas de volverla a penetrar, pero se nos hacia tarde. Ella tenía que ir a buscar a su hijo a la escuela así que dejamos las ganas para una próxima vez.


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  • Categoría: Maduras
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