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Chateaba buscando amigos (II)

Necesito verlo, fue lo primero que pensé al despertar esa mañana, había pasado tan solo unos días de nuestro maravilloso encuentro y no podía olvidar lo mucho que habíamos disfrutado, así que levante el teléfono y marque.



Al otro lado de la línea me contesto una voz femenina y me pregunto a quien buscaba, le dije que buscaba a Ricardo y lo que me contesto fue como un balde de agua helada, ya que me comento que su esposo había salido de la ciudad y que regresaba en un par de días. Me pregunto que si le dejaba algún recado a lo cual le conteste que no, que yo le hablaba hasta que él regresara.



Claro que se han de imaginar como me sentí en ese momento, todo lo bello que habíamos vivido se volteo en mi contra. Me sentí terriblemente engañado, y la verdad no era tanto por el hecho de que fuera casado, sino que me lo hubiera ocultado.



Todo ese día me sentí terrible, de plano no fui a trabajar, me reporte enfermo y me recosté a ordenar mis ideas. Cuando por fin pude aclarar todo el teléfono me sacó de mis pensamientos, y por supuesto adivinaran quien era.



Cuando levante el auricular y oí su voz preguntando como estaba le conteste que muy bien a lo cual él me dijo que él había estado pensando hablar conmigo sobre algo muy importante.



Yo le respondí que si era el asunto de su esposa, que ya no se tomara la molestia, que ya estaba enterado.



El nervioso me pregunto que era lo que pensaba hacer yo le dije que su esposa no se enteraría por mí, pero me sentía defraudado por el hecho de que no me había dicho la verdad, y para mí la desconfianza era un aspecto que realmente no toleraba, y que por lo tanto tendría que darme muchas explicaciones.



Quedamos finalmente de hablar él regresaba al día siguiente aunque a su esposa le había dicho que hasta dos días después.



Así pasaron las horas mas largas y mi confusión aumentaba, ya que en realidad no sabía que actitud tomar, si hacer a un lado mi orgullo y aceptar su explicación o definitivamente expulsarlo de mi vida y perder la oportunidad de ser feliz junto a un hombre tierno y amoroso.



Por fin llego la hora y el día llegaron y sonó el timbre de la puerta, era él quien al entrar trato de besarme, sin embargo estaba yo todavía confundido así que rehuí el beso y lo hice pasar. Le ofrecí un café y nos sentamos a platicar.



Entonces empezó él a contar una historia de cómo era que estaba casado, de cómo su mujer realmente no le importaba, que se había casado por guardar apariencias, ya que por su posición y trabajo no podía mostrar su verdadera inclinación, etc.



Al terminar de explicar su situación le dije que en realidad a mí eso no me importaba mucho, es decir, que su situación matrimonial no me afectaba, inclusive entendía que un hombre tan viril como él estuviera casado, sin embargo lo que quería saber era porque no me lo había dicho desde un principio. En pocas palabras no era el hecho de que estuviera casado, sino que lo hubiera ocultado.



El con voz temblorosa me contesto que lo había hecho por el temor de perderme, ya que al principio él sintió que lo nuestro tal vez no pasaría de ser una simple amistad pero que poco a poco fue enamorándose de mí. Y el hecho de ser casado podría ser el factor de termino de la relación, sin embargo que el día que me había hablado ya tenía resuelto platicármelo, ya que era importante que yo lo supiera para entonces decidir si dábamos un paso al siguiente nivel.



Su confesión me conmovió, pero le pregunte que si había algo mas que él tuviera que confesar, su respuesta fue negativa por lo que termine diciendo que entonces entre nosotros no debería de haber secretos nunca más.



Sin embargo también le dije que yo no sabía como sentirme ante el hecho de convertirme en su amante, ya que en realidad eso era, "la otra".



El me dijo que entendía mis sentimientos y que respetaría mi decisión, sin embargo me dejo muy claro que en realidad con su esposa no sostenía relaciones sexuales, ya que ella no le atraía y que conmigo era todo lo contrario.



Esa confesión me halago pero le repetí que su situación matrimonial en el fondo no me molestaba, que en realidad lo único que me preocupaba era el hecho de no poder contar con su presencia en todo momento.



Eso tiene un fácil arreglo fue su respuesta, mira, por tu experiencia laboral creo que te puedo dar acomodo en mi empresa, de tal manera podremos estar todo el día juntos, y muy seguido poder realizar viajes tú y yo a visitar clientes.



Esa propuesta me tomo desprevenido y no supe que contestar, tal parecía que él ya lo tenía todo planeado.



No tarde en decidirme, ya que esta era la única forma en la que podríamos estar juntos.



Al día siguiente me presente en la dirección de su negocio listo para que me contrataran y así fue. Me explicaron mis funciones y responsabilidades, las cuales, dicho sea de paso me interesaron mucho, ya que las ventas siempre me han gustado. Así paso casi toda la mañana, y ya casi para el medio día me indicaron que tendría una junta con el director de la empresa, el Lic. Ricardo. , claro que eso me emociono.



A la hora indicada me hicieron pasar a su oficina, realmente tenia un lujo y confort, sobretodo por lo espacioso y cómodo de los muebles, contaba con una pequeña salita donde atendía a los clientes principales. En fin, Ricardo le pidió a su asistente que por favor no pasara ninguna llamada y que no quería interrupciones ya que iba a mostrarme lo más importante del negocio, ella respondió que si y que así lo haría, por lo que al salir ella Ricardo puso el seguro a la puerta y se sentó a mi lado.



Yo estaba hecho un manojo de nervios porque desde antes de saber la verdadera historia de Ricardo no nos habíamos tocado. El tomo mis manos con suavidad y me pregunto que como me sentía,



Mi boca no paraba de hablar, de la emoción que sentía de trabajar junto a él, de lo mucho que me gustaba el trabajo, en fin mi boca no paraba, entonces él sin previo aviso me dio un beso que al principio fue suave pero que fue subiendo de intensidad conforme recordábamos donde habíamos quedado en nuestra relación.



Ese beso despertó en mí toda la pasión contenida en estos últimos días desbordándose de forma tal que me arrodille entre sus piernas y diciéndole, no sabes como te he extrañado, y la verdad es que no me importa ser tu amante, mientras no dejes de amarme y tratarme como lo has hecho hasta ahora.



El ante mi confesión me dijo que bueno que pensaba eso, ya que el tampoco podía desprenderse de mí, que me amaba tanto y volviéndome a levantar me beso con mas pasión que el beso anterior.



Claro que estando sentado en sus piernas podía sentir como su excitación iba en aumento y eso me motivo a mover mis nalgas a lo largo de sus piernas restregándome su pene que quería salir de su encierro. El entonces se levanto y me dijo cierra los ojos, te tengo una sorpresa.



Obedecí a lo que me pedía y los abrí cuando él deposita una caja en mis piernas. Nervioso y alegre abrí e regalo y cual fue mi sorpresa al ver una deliciosa lencería de color rojo, y la verdad me emociono porque siempre se me ha hecho un color muy sensual y putón. Pero sobretodo lo que más me gustó era que venía la tanga acompañada con un ligero y medias en el mismo color. Yo sonrojado por el atrevido atuendo le dije, ¿oye crees que me voy a convertir en tu amante puta?



El se quedo en silencio viéndome y con una sonrisa llena de lasciva me obligo a contestar yo mismo, claro que si papi, seré lo que tu quieras que sea, pero oye, hay un problema.



El cómo intuyendo lo que seguía me dijo eso no es problema, mira abajo del sofá, me agache buscando lo que estaría abajo y vi una caja, claro, eran los zapatos, de plataforma con tacón de aguja, como de 10.



Oye amor, tu sabes que me gusta usar lencería pero no soy tv le dije.



Él me respondió que a él le gustaría hacerme el amor con esa ropa pero que si me molestaba no habría problema, de todos modos disfruto igual, lo importante es que sea contigo.



Bueno amor, me parece bien, y claro que me las pongo si eso te hace feliz, claro además la ropa y los zapatos estaban padrísimos.



Pero aun no acababan las sorpresas, ya que después de agradecerle los regalos con un delicioso beso así como una sesión de caricias.



Salimos de su oficina con un poco de problemas ya que entre sin cajas y misteriosamente salí con ellas, pero bueno, el caso es que de su oficina nos fuimos a comer y regresamos a la oficina, donde prácticamente estuvimos toda la tarde acariciándonos y besándonos en su oficina.



Casi al final del día me lleve una sorpresa al conocer a su esposa, quien se presento para decirle a Ricardo que tendría que salir de la ciudad, que iría a Monterrey a cuidar a su mama que estaba delicada de salud. La verdad no pude evitar mirarla y pensar que mujer tan distinguida, sin embargo también me percaté que el trato con él era distante y eso me hizo sentir tranquilo.



El después de pasarla a su privado fue conmigo a decirme que se disculpaba pero tendría que levarla al aeropuerto, yo le dije que no había problema y que nos veíamos después, que si tenia tiempo lo esperaría un rato en la casa.



El se fue y al poco rato se fueron para el aeropuerto y yo me fui a la casa. Había sido un día cargado de muchas emociones y la verdad necesitaba ordenar mis ideas y relajarme, por lo que al llegar prepare un baño de burbujas, saque una botella de vino y me serví una copa y me fui a desvestir. En eso estaba cuando sonó el timbre, la verdad es que no imagine que pudiera ser Ricardo el que tocara, por lo que me puse un short y una playera y fui a abrir. Cuando abrí la puerta me encontré un arreglo floral precioso y me asome a ver si estaba el mensajero pero al único que vi fue a mi hombre, quien con una sonrisa escondía las manos atrás de él como ocultando algo. Pásale y jalándolo de la corbata le plante un beso en la boca, el amor me estaba volviendo audaz.



Una vez dentro me dijo, te traje estas flores para pedir disculpas, yo que no entendía que se lo pregunte.



El me dice por lo de su esposa, yo le contesto que esa es parte de las cosas de nuestra relación que tendré que ir asimilando, mas sin embargo no hay que darle mas importancia.



Oye amor, por que andas vestido así, yo con un poco de pena le dije que me estaba desvistiendo y que iba a darme un baño y que en eso sonó el timbre.



Bueno amor, sigue con lo que estabas haciendo, yo solo vengo a....



No lo deje terminar, lo interrumpí tapando su boca con la mía y buscando abrirla con mi lengua. El después de un momento respondió y con él, sus manos que empezaron a recorrer mi cuerpo como demandando encontrar los puntos más sensibles. Pronto me dejo sin ropa y susurrándome al oído me dijo, ¿te tallo la espalda?



La espalda y lo que quieras amor.



Nos fuimos al baño y ahí le fui quitando la ropa mientras aprovechaba para besar las partes de su delicioso cuerpo y lógico para cuando quedó desnudo ya mostraba una prometedora erección.



Sin embargo los dos sabíamos muy bien contenernos y tomar las cosas con calma.



Así que nos metimos a la tina, yo dándole la espalda y él sentado con las piernas abiertas, lo que permitió que su pene rozara la rajita de mis nalgas.



El tomo la esponja y empezó a enjabonar delicadamente la espalda, pero sus manos volaban igual por mi pecho por mi entrepierna y su boca me daba suaves mordiscos en el cuello, realmente me estaba poniendo listo para entregarme de nuevo y él lo sabía.



El siguió acariciando todo mi cuerpo mientras sentía ese pene duro mantenerse cerca de mis nalguitas, y la verdad no pude evitar suspirar cuando él tomó entre sus manos mi pene y lo empezó a masajear, estirándolo todo.



Entonces me levante y poniendo mis nalgas a la altura de su cara le pedí que me besara, y él ni tardo ni perezoso se puso a recorrer toda la línea que divide mis nalgas con su lengua. Esa sensación fue aumentando mi excitación y cuando metió su lengua en mi ano no pude aguantar y me vine en un salvaje orgasmo ya que sus manos no habían dejado en paz mi pene.



Sin embargo es siguió todavía un rato más metiendo su lengua hasta que se canso.



Yo agradecido me voltee y lo puse de pie y de dí un beso mientras mis manos agradecían a su pene. Luego el tomo suavemente mis hombros e hizo presión dándome a entender lo que necesitaba y lo que además yo quería. Así que me arrodille y tome entre mis labios ese glorioso pene. Lo recorrí con la lengua y lo introduje lo más que pude, porque aunque sus 19 cms ya los podía tragar bien ahora lo sentía más grueso, y es que él estaba súper excitado. Estuve así mamándoselo rico por espacio de 10 minutos cuando tomo mi cabeza y me metió todo en la boca, se estaba viniendo y yo solicito me trague todo el delicioso esperma que arrojaba.



Terminamos de bañarnos y salimos hacia la recamara, el desnudo y yo con una toalla envolviéndome el cuerpo.



Una vez adentro me dijo que había dejado un regalo en la entrada y que iba por él, mientras me pidió me fuera arreglando con la lencería que me había regalado en la mañana. Así lo empecé a hacer y me puse el liguero que se me veía muy sexi marcando mi cintura y caderas, pero sobretodo destacaba mis nalguitas, luego procedía ponerme las medias y al inclinarme a poner los zapatos sentí una nalgadita y me levante rápido, travieso, espera a que me ponga todo.



Él me dijo mira, ve tu regalo y luego vienes a la sala.



Se salió de la recamara cerrando la puerta y yo curioso abrí la bolsa que había dejado encima de la cama. Eran varias cajas, y poco a poco fui descubriendo con placer cuales eran los regalos que tenía frente a mí.



Lo primero que saqué fue un conjunto de micro falda y top de látex de color negro, luego un bra y unos rellenos para el bra, después fue una peluca y algo de maquillaje.



Entonces comprendí cual era su plan, quería que me vistiera, peinara y maquillara como mujer. A mí la verdad es que el travestirme nunca me había atraído, sin embargo quería darle gusto a mi hombre y empecé a vestirme. Lo primero que hice fue ponerme el bra con los rellenos, luego él top y la falda, la cual cuando me agachaba se me subía a la mitad de las nalgas, por último me maquille y puse la peluca. La verdad cuando me paré frente al espejo no pude evitar sorprenderme yo mismo, o debo decir yo misma. Estaba hecha toda una mujer, y muy sensual dicho sea de paso.



Salí del cuarto y me dirigí a la sala no sin algo de problemas ya que caminar con tamaño tacón me costaba trabajo, sin embargo cuando llegué a mi hombre se le querían salir los ojos.



Cierra la boca o cuando camines te vas a pisar la lengua amor, le dije en tono de broma.



No lo puedo creer, estas hermosa, estas hecha toda una mujer.



No, no estoy hecha toda una mujer, solo soy tu mujer le conteste.



El se acercó a mí y tomando mi mano la levanto y me hizo dar una vuelta para ver como se me veía, y al momento de girar accidentalmente mi mano rozo su pene y sentí una tremenda erección.



Vaya le dije, mira que si caminas la lengua no es lo único que te vas a pisar. El se río y me tomo de la cintura diciéndome, ¿te atreves a salir así?



Claro que no, le dije, aunque la verdad me moría de ganas de hacerlo para ver la cara de las personas, pero también sabia que sería arriesgado ya que en Torreón es un delito salir travestido. Mira tal vez otro día salgamos pero por hoy quiero que nos quedemos aquí.



Ok, me parece bien.



Le pregunte en ese momento que quería hacer y me contesto, adorarte, estas preciosa.



Mira amor, la verdad quiero que sepas que me siento un poco incomodo ya que no acostumbro esto, sin embargo por la reacción de él veo que les gusta.



¿Les gusta? No entiendo.



Si, mira y diciendo y haciendo tome entre mis manos a ese delicioso y travieso pene, a ti y a él les gusto verme así, por lo que cuando quieran aquí en la casa no me opondré a vestirme así.



Bueno y aquí te llamaras Denisse, te parece.



Claro amor, ese nombre me suena muy sensual.



Pues así te vez.



Mientras hablábamos mi mano no paraba de sobarle el miembro por encima del pantalón lo que provocó que el se fuera encima de mí besándome y acariciándome con cierta violencia, lo cual me encanto porque me estaba tratando con dureza.



Me beso la boca y de repente me puso de espaldas y bajo, me levanto la falda, hizo a un lado y volvió a introducir su lengua en mi húmedo ano, el cual ya estaba listo para recibirlo. Así como me tenia voltee a ver al espejo que tengo en la sala y me encanto verme con la falda en la cintura, la tanga a un lado y a mi hombre hincado enterrándome la lengua lo más dentro.



De repente él se puso de pie y me dijo, ya no aguanto, desde hoy en la mañana deseo hacer esto.



Imaginándome lo que quería hacer le dije, pues no te detengas, soy tuya y haz de mí lo que quieras.



Él diciendo y haciendo se saco el pene y de un solo golpe me lo metió hasta el fondo.



¡AAAGGGGGGHHHHHHH! Amoooor que duro lo tienes.



Gritando y gimiendo empecé a llorar, el preocupado me pregunto si me había lastimado.



Papi, si me lastimaste, pero también me estas dando un placer enorme así que empuja fuerte y no lo saques nunca le grite al borde de la histeria pasional.



Él empezó entonces un vaivén de mete saca y yo sentía como sus bolas chocaban con mis nalgas mientras él decía, muévete Denisse, exprímelo, sáciate ricura.



Esas palabras y sus acometidas me hacían sentir como un objeto sexual y eso me excito como nunca. Descubrir mi lado sucio fue toda una novedad.



Y así siguió hasta que sentí como me llenaba las entrañas con su leche y esa calidez me hizo terminar también.



El cansado salió de mí y se arrodillo a besar mis nalgas y me dijo que no había nada más excitante que ver mi ano abierto mientras escurría su semen.



Entonces le dije amor, por favor mete tu dedo y tapa mi ano, no quiero que salga ni una sola gota, quiero que quedes dentro de mí para siempre, entonces él metió un dedo y lo dejo adentro mientras seguía besando y mordiendo mis nalguitas.



Pasaría no sé cuanto tiempo pero esa noche terminamos probando todas las posiciones que se nos ocurrieron.



Claro que al día siguiente ambos llegamos a la oficina con unas ojeras del tamaño del mundo, pero eso sí, para no despertar sospechas cada cual llegó por su lado. El único problema fue que a mí me costo trabajo sentarme ya que tenia el culito algo adolorido.



Durante 3 días seguimos así, que fue el tiempo que duro su esposa en Monterrey, pero lo hemos recuperado con los viajes que hemos hecho. Por cierto diré que Denisse si empezó a salir a la calle, pero no en Torreón, sino en otras ciudades y con ropa un poco menos provocativa, pero esa es otra historia.


Datos del Relato
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