~~Después de mi experiencia en el café, y al sentir a mi amante fugaz perdido, decidí pasar unos días junto al mar, porque encontraba cierta similitud con los seres humanos que últimamente habían rodeado mi vida, podías reconocerte en él justificarte, mientras el viento, la luz, el balanceo o el rumor del agua, obraban el milagro de distanciar, calmando hasta que ya no doliera, cualquier herida y cualquier remordimiento.
Sin embargo, era cierto que la suerte iba y venía y a veces lo que se llama buena suerte se hace a base de infortunios.
Al tercer día de estar tirada en la playa durante la noche, observando el negro infinito que se abría delante de mí y tratando de olvidar antiguas pasiones, vi una figura a lo lejos.
Hombre pude distinguir, y el cual estaba acercándose a la orilla de la playa. Ignorando mi presencia se zambullo de un solo tajo desnudo dentro del mar para después salir airoso a tomar un poco de aire.
Ojalá no acabara nunca, deseaba y me sorprendía de mis propios pensamientos. Ojalá esta existencia intermedia, suspendida en el agua pudiera prolongarse hasta que un día yo pronuncie palabras que de nuevo sean verdad. Ojalá que su piel y sus manos y sus ojos y su boca me borraran la memoria y yo naciera de nuevo, o muriese de una vez, para decir como si fueran nuevas palabras viejas que no me suenen a traición o a mentira. Ojalá tenga ojalá tuviera tiempo suficiente para eso. . . . ..
No, espera, agarra tus caballos y vete salté inmediatamente y cuando me disponía a irme, pensé, si acaso ese momento no podría darme un poco de calma, si la presencia de aquel hombre, que ya había advertido mi presencia, pudiese incluir momentos quizás intensos, o especiales, que conformaran una especie de álbum mental, como fotos capaces de reconciliarme con ciertas cosas y con algunos aspectos de mi vida. .había pasado tanto tiempo desde que mi coño había sentido ese rozamiento entre mis piernas. .y decidida volví dispuesta a ver que podía suceder.
Para mi sorpresa, no sé cuando paso, el hombre ya estaba afuera y a unos cuantos pasos de mí, tan abstraída estaba en mis pensamientos que ni cuenta me había dado, y un frío intenso recorrió mi piel, ese frío que te hace el sentirte libre de tomar cualquier decisión y sin que nadie te juzgue. Cerca pude admirar su piel bronceada, un cuerpo normal, alto pero lo que acabo de impactarme fue esa seguridad en la mirada y sus manos largas y delgadas que se extendieron hacia mí. Sin titubeos me invitaba a acercarme.
El agua esta deliciosa y supongo que tu también lo estas, ¿deseas estar conmigo? , debo admitir que titubee, sin embargo oí una tercera voz a mi espalda que hizo que recobrara la calma. Yo puedo vigilar mientras ustedes disfrutan, a que no venga nadie claro
La idea no pudo ser más atractiva, disfrutar de uno mientras el otro me observaba, quizás pudiéramos terminar los tres, pensé rápidamente, pero eso sería después, paso a paso las cosas son mejores.
Me quite la camisa que llevaba y pude sentir en mi la mirada de aquellos dos hombres que deseaban comerme a mordidas.
Me dejé caer de frente y entramos despacio al mar y de esa forma nos encontramos con el agua por el pecho, y mi piel erizada y desnuda, la cual se entibió al contacto con la del hombre y cuando sentí su miembro endurecido apretar mis muslos y después mi vientre, abrí mis piernas aprisionándolo entre ellas mientras besaba su boca y su lengua con sabor a sal y me sostuve medio ingrávida alrededor de sus caderas mientras él me la metía bien adentro y se vaciaba lenta y largamente, sin prisas, al tiempo que yo le acariciaba el pelo mojado y la bahía se aclaraba alrededor de los dos, y a lo lejos podía ver la figura del amigo viéndonos con avidez y deseo.
Al terminar de corrernos, sus manos sobre mis pechos y pellizcándolos una y otra vez, me preguntó si podía hablarle a su amigo para que se nos reuniera. Le dije, que si me iba a comer a chupetones, por supuesto y empecé a reírme. ya lo verás, respondió.
Con una seña el amigo pronto se nos reunió y pude observar que al igual de bronceado tenía una mejor condición física en cuanto a musculatura se refiere, lo cual me demostró al apretarme hacia él y darme un largo y apasionado beso, sosteniéndome con sus brazos, mientras el hombre primero empezaba a humedecer mi sexo con sus dedos ágiles y certeros. El segundo empezó a clavarme sus labios en mi cuello y agitarme las tetas con precisión con su lengua mordaz sin lastimarme, cuando yo quise apartarme para corresponder con algún movimiento, me dijo, tu quieta que después te tocará a ti
Así, sin poder moverme y junto con el movimiento del mar el primer amigo hizo que con sus dedos casi me corriera, restregándome su miembro endurecido contra mi espalda buscando de nueva cuenta mi coño, hasta que me penetro otra vez y ahí estaba yo aprisionada entre los dos, uno dejándome marcas por todo el cuerpo, arañando m espalda y haciendo que mis pezones saltaran al máximo y el otro follándome hasta que el sudor de los tres fuera uno solo.
Por supuesto que después de tan semejante placer, estaría dispuesta a pagárselos de la mejor manera.