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Esta historia empieza así, como mucha otras que he leído sobre este asunto de prestar la esposa a otro para que se la coja. Debido a que trabaje mucho tiempo en el área de informática en una empresa en mis tiempos libres miraba porno, y una cosa me llevo a otra empecé a entrar así poco a poco en el mundo de los swinger y me llamo mucho la atención, sintiendo mucho morbo al imaginar que mi esposa podría estar así cogiendo con otro con el debido permiso. Debido a que es muy seria, aunque en la cama se vuelve otra cuando está caliente me excitaba más.
Ella es de estatura mediana, blanca, con el pelo rubio, caderas amplias y piernas torneadas, con las tetas firmes y pezones grandes, y una panocha abultada y jugosa a la hora de coger se moja muy rico.
Y bueno empecé a proponerle la cosa cuando llegaba a casa un poco tomado, y de pronto se lo solté así de pronto cuando la tenía en su punto con la verga hasta el fondo y gimiendo y le dije: -Te gustaría que otro te metiera la verga?? La primera vez no contesto solo intensifico su movimiento de caderas y como que le éxito la pregunta, y le volví a preguntar; te gustaría que otro te cogiera? Y extrañamente me dijo con voz entrecortada que si… eso me éxito demasiado y le puse una cogida fenomenal, total que ella llego como 5 veces, de seguro se acordó de algo.
Con el tiempo la empresa donde trabajaba quebró y la liquidaron y busco otro empleo, porque ella es contadora, y logro un puesto administrativo y ahí duro un tiempo trabajando muy a gusto decía ella, pero luego renuncio así súbitamente y consiguió otra empleo, y bueno algo había sucedido ahí, cosa que me conto después.
A veces yo le conseguía películas porno, y las poníamos en la computadora, extrañamente a ella le gusta el porno, y le gusta ver las vergas grandes, y lo que más le excita es ver sexo anal, y le encanta también leer relatos porno de infidelidades y cornudos, y duramos un tiempo así, yo trabajándola poco a poco, que se adentrara en esto.
Había llegado el momento de presionarla un poco para que buscara a alguien para que se la cogiera y empecé a interrogarla poco a poco sobre situaciones sexuales con sus anteriores novios, y salió poco de eso, porque aunque ella tuvo muchos novios, tal parece que ninguno pudo cogérsela, solo hubo uno que según ella me dijo había eyaculado con solo un faje.
Y así cada que cogíamos viendo películas porno, yo seguía interrogándola de sobre quien podría ser, y bueno resulto que un antiguo compañero le gustaba pero nunca hubo nada, y este ingeniero trabajaba en otra empresa y la convencí para que le hablara y le propusiera salir, y luego de mucho presionarla, ella accedió, aunque como muchas se ponen muy renuentes, y me decía como crees que yo pueda hacer eso, pero le llamaba la atención mucho algo así.
Yo le decía que necesariamente tenían que tener sexo, que podría ser algo soft, algunos besos y caricias, una agarrada de verga o algo así.
Y bueno ella lo contacto, y según me decía lo animaba con frases como hay que ponerle sabor a la vida Eduardo, que así se llama, y es un tipo de buen ver, se nota educado y con buen cuerpo, de unos 40 años con incipientes entradas en el pelo, y canas que lo hacen ver interesante.
Estuvieron llamándose por un tiempo pero no sucedió nada, al parecer Eduardo tenía algún compromiso de trabajo y salió fuera. Total que no sucedió nada.
Seguimos mi esposa y yo en lo mismo, buscando quien pudiera ser, hasta que se acordó que en su anterior trabajo su jefe le coqueteaba abiertamente y le proponía irse por ahí a dará la vuelta, cosa que ella según me dijo nunca hizo, aunque en una posada de fin de año ella llego un poco ebria, y me contó que había bailado con él, y que en la había llevado a casa, yo sospecho que se dieron un “entre” porque llego muy cachonda y cogimos ese día.
Yo la animaba para que lo buscara y ella se rehusaba diciendo creo que solo te seré infiel en la imaginación, y yo seguía insistiendo, con el argumento de que había que gozar la vida disfrutar otras cosas, que no se quedara con las ganas, y ella me daba la razón, y bueno con el fin de encontrárselo pasaba por la empresa donde era dueño Humberto que así se llama, y este ni tarde ni perezoso la detuvo un día y como siempre la empezó a piropear y proponerle tener sexo con él, lo que mi esposa le dijo.- Pues busquemos donde, cosa que le emociono sobre manera me conto, se puso todo emocionado y quedo de hablarle después.
Humberto es un tipo como de unos 42 más o menos, de estatura mediana, deportista porque cada tarde lo mirábamos corriendo, de buen cuerpo supongo que con buena herramienta porque se le notaba cuando corría, todo un macho semental.
Una mañana llego mi esposa a mi negocio muy arreglada y despampanante, tremendamente atractiva, con su culito paradito y apretadito por el vestido ceñido toda una hembra y me dijo que iba con Humberto a un hotel a coger, yo apenas lo podría creer que se hubiera animado pero me sobrepuse y le di permiso, yo la bese en la boca y le dije diviértete mucho, y ella se fue, me quede como en shock, nunca pensé que se llegaría le tiempo, y bueno no me pude concentrar absolutamente nada en mi trabajo, de solo pensar que estaría haciendo en ese momento, se me venían a la mente tantas ideas, y no sé si eran oleadas de celos o excitación tremenda, que tenía mi verga chorreando y tremendamente tiesa.
Así pasaron tres horas, y de pronto ella apareció, con una sonrisa en los labios, se le veía radiante, como si fuera otra, y me dijo.- Ya, y yo le pregunte ya que? Y ella dice ya lo hice con Humberto, yo me quede como piedra, hoy considero la cosa más excitante que he vivido hasta hoy, y ella me dice.-deja voy al baño porque ando escurriendo. A mí me urgía saberlo todo, así que le dije vamos a otro lado para que me cuentes, y nos fuimos y en el camino me dijo.- La tiene bien gruesa casi no me cabía en la boca me dijo, y nos paramos en una calle me dijo a la noche te platico todo con detalle, y se fue, esa tarde fue muy larga y con emociones encontradas.
Por la noche la encontré muy bañada y con su negligé negro y una tanga negra transparente, muy sexy, y yo no cabía de emoción y ansiedad porque me contara a detalle todo.
Ella me conto que dejo la camioneta en un Car Wash lavándola y lo espero en una calle solitaria, donde posteriormente Humberto la levanto, y se la llevo a un motel, ya estando dentro de la habitación platicaron un rato de cosas triviales como para romper el hielo y el nerviosismo entre los dos.
Poco después de acerco a ella y la abrazo, besándola en la boca, y sus manos bajaron buscando ávidamente su culo bajo el vestido, mientras que seguía besándola apasionadamente, mientras que le restregaba la verga sobre la ropa a Juanita, la arrejuntaba contra su paquete, cosa que calentó mucho a Juanita y se despojó de la ropa, dejando a Humberto con la boca abierta, debido a que debajo del vestido traía una tanga rojo con negro con encajes, lo que prendió a Humberto de manera extrema, provocándole una erección enorme, según me conto Juanita porque se le notaba por debajo del pantalón.
Él se quitó la ropa quedándose en calzoncillos nada más, pero con la verga tiesa, y se empezaron a cachondear besándose y acariciándose intensamente, Juanita le agarraba la verga sobre la trusa, notando tremendo tamaño y grosor pero lo disfrutaba así, ya que le daba un poco de magia, Humberto la besaba y la acariciaba como loco, y poco a poco la fue despojando de su poca ropa, hasta que Juanita quedo desnuda completamente, y fue ella misma quien quito la trusa de él, y fue entonces cuando vio tremenda verga, no tan larga pero si muy gruesa y blanca debido a que él es blanco, un poco curva hacia adentro con una cabeza enorme y unos huevos muy grandes según me conto Juanita.
Ella lo tomo entre sus manos y la empezó a chupar, con un movimiento de la lengua alrededor de la cabeza de la verga de Humberto, y el gemía a cada chupada que Juanita le daba, ella me conto después que no le cabía en la boca el pene de él, pero que de todas maneras se la chupo.
Mientras él le chupaba los enormes pezones rosados que Juanita tiene y que la vuelven loca si se los chupan, y gemía pidiéndole a Humberto que parara, que siguiera chupando los pezones, mientras él le acariciaba la panocha de mi esposa ya húmeda por la excitación y por las ganas, acto seguido rodaron por la cama entrelazados como queriendo fundirse, y la verga dura de Humberto empezaba a chorrear líquido seminal a borbotones, lo que Juanita tragaba con su lengua, y fue entonces que ella se sentó sobre él y se lo puso en la entrada de la vagina, la cabeza enorme y brillante amenazaba con explotar y lanzar leche al por mayor.
De un empujo Humberto se la metió toda, haciéndola gemir intensamente como una exhalación, y ella lo empezó a cabalgar, sintiendo en su interior todo el grosor y la dureza de esa enorme verga, sus labios vaginales se acoplaron alrededor del falo, de tal manera que quedaba bastante ajustado, ella gemía y gritaba de placer, mientras que la cogía como el macho potente que es.
Entonces cambiaron de posición y ella se puso abajo y abrió las piernas, mientras que él se acoplaba entre ellas, con el falo apuntando hacia arriba completamente duro y chorreando jugos de la vagina de Juanita, y de un golpe se lo introdujo todo, haciéndola gritar de placer, el La embestía con el poder de un semental poseyéndola completamente metiendo y sacando su enrome falo de entre la vagina chorreante de la hembra, que a pesar del tamaño pedía más, ella cerro las piernas para apretarle la verga y Humberto sintiera como movía la vagina en lo que llamaban perrito, entonces él le dijo.- coges muy rico Juanita, eres toda una mujer¡¡ ella le besaba el cuello y le mordía los labios a Él, cada vez que los espasmos de los orgasmos hacían estremecer todo su cuerpo, y solo atinaba a balbucear, métamela más amor.
Estuvieron así como por 45 minutos, hasta que él con un grito de placer descargo toda su leche caliente y abundante dentro de la vagina de Juanita, quien lo abrazaba sonriente sintiendo como le brotaba el semen de la concha, cuando su macho se la saco.
Luego se quedaron ahí desfallecidos abrazados disfrutando del momento, estuvieron charlando por algunos minutos de cosas triviales comentando de cuan bueno fue el sexo, él le preguntaba por mí, que si yo la cogía bien a lo que ella contesto que cada rato me la cogía, mientras Juanita le acariciaba la verga un poco flácida, pero que poco a poco empezó a tomar fuerza y a tener otra erección, por lo que de nueva cuenta le abrió las piernas y se la metió, volviendo a cogerla otra vez.
Luego se vistieron y se despidieron con un beso, y quedaron de verse otra vez.
Y la historia no termina aquí…
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