Hola, me llamo Kiran y soy hindú. En este momento estoy viviendo en Chennai. Les voy a contar esta historia que me ocurrió de verdad y veamos ahora los hechos mientras dejo que fluya la imaginación de ustedes, amigos lectores.

Devu es una señora divorciada que tiene un hijo estudiando. Vive con nosotros trabajando como señora del servicio. De esto hace ya como tres meses cuando dejó de venir por días y se quedó viviendo en mi casa, tiempo completo, como doméstica.

Tanto mi esposa como yo somos empleados y normalmente salimos como a las 8:00 de la mañana para la oficina. Nuestra casa consta de dos plantas con una habitación principal en el primer piso para el servicio o servidumbre.

Las cosas transcurrían normalmente hasta que un día me puse a observar a Devu, no le quitaba el ojo. Esta señora tenía un cuerpo normal, pero con grandes senos y un enorme culo. Siempre usaba un “saree” (prenda típica de la India) durante el día mientras trabaja, y también en la noche. Cuando está preparando la mesa, etc, el “pallu” (otra prenda típica que algunas veces se pone), siempre se le baja, y sus senos se le apreciaban muy bien. Se ponía roja de la vergüenza, y comencé a pensar que dentro de cierto plazo debía follármela.

Cierto día en la oficina, me torcí a un pie y comencé a sentir un dolor, aunque no muy fuerte; por lo tanto, tuve que regresarme a casa y guardar cierto reposo. En la tarde mi esposa, como siempre, se va de compras con nuestro hijo y yo me quedo en casa; esto le toma entre dos y tres horas.

Aquel día estaba lloviendo fuertemente después que mi esposa salió, encendí la lap top, me puse a navegar por la web, en donde por casualidad encontré algunas páginas para adultos. Rato después, algo que nunca ocurre, Devu entró y me preguntó si necesitaba algo: “Señor, necesita algo? … digo, café o algo mas?”

Ella nunca me hacía este tipo de preguntas; como una sorpresa, le conteste que no. Al oír esto, la señora bajó al primer piso. Me puse a pensar: “¿Por qué me haría esta pregunta? Señor, ¿necesita algo?" o tal vez se me está insinuando?

Mi cerebro comenzó a maquinar en la dirección equivocada, a urdir una trama. Seguramente pero yo estaba pensando mal, por lo tanto decidí darme un buen trago de vodka y olvidar el asunto. Como quince quince minutos estuve así. En todo caso, el trago me ayudaría a aclarar la mente a darle un mejor sentido a esto... armarme de valor y preguntarle. Pero, ¿Cómo comprobar si le gustaba o no? ¿decirle que era muy bonita?

Me tome otro vaso de vodka bien lleno, pensando como hacer mi ensayo. Al fin decidí: Me puse una túnica sin ropa interior. Luego llamé a Devu, que subiera. Ella obedientemente llegó, solicité que me diera un masaje en la rodilla.. “Me duele la pierna.” Ella contestó “Si, señor, pero la señora me dijo que el dolor era en la rodilla, no en la pierna. Usted le diga nada a la señora que yo le di un masaje... a lo mejor no le gusta.”

Yo me puse contento cuando oí esto. Sonreí. Estaba sentado en la cama, mi cabeza apoyada sobre una almohada. Levanté mi bata hasta los muslos, dejando al descubierto la rodilla izquierda. Ella llego, se inclinó para realizar su faena. Parecía confundida y atemorizada. “La señora puede venir en cualquier momento, señor.” Dijo. Le respondí: “No creo... se tarda por lo menos una hora mas. Me acaba de llamar.

Indecisa, me tocaba las rodillas mientras yo miraba con atención como ella realizaba su masaje. Le dije por qué no se sentaba en la cama ya que se encontraba de pie.

Contestó: “no se preocupe, prefiero estar parada.”

Minutos después insistí: “Por favor, Devu, siéntese para que me de el masaje. Ya me siento un poquito mejor.”

Al oir esto, la dama tomó asiento al borde de la cama dándome la espalda, frente a mi rodilla. Minutos mas tarde me levanté la bata un poquito mas arriba y le dije que ahora me masajeara la pierna. Ella accedió. Ya me estaba excitando y el palo se me empezaba a parar formando una carpa de dentro de mi bata. Insistí en que me masajeara algo mas arriba y ella cumplió con su deber. Mi palo se continuaba parando y percibí como la señora tragaba saliva, respirando con dificultad. Cuando finalmente Devu tenía la mano bien cerca de mi polla, casi rozándomela, abrí la bata destapándose la polla erecta.

Tenia la polla bien erecta y la dama se le quedó mirando. Lentamente la levanté un poco mas la bata exponiendo mejor aún la polla. De repente dejo de masajear. Le pregunté: “Qué te pasó?” Contestó:

“Es que … señor… tengo miedo… la señora.”

“No te preocupes por la señora, nada pasará... estoy pendiente.”

Estaba como paralizada mirando mi polla y se levantó diciendo: “Me voy, señor.”
De un solo salto la agarré por detrás y con la mano izquierda la sostuve apretada contra mi presionándole las tetas con la otra mano. Ella oponía resistencia diciendo. “No, no señor, tengo miedo. La señora puede venir, por favor suélteme!!”

Yo ya no era el hombre decente, recatado y modesto que solía ser, porque el vodka me había dominado, no solo los tragos sino el deseo sexual, la pasión y el entusiasmo, así que no la dejé ir… con ambas manos le apreté mas las tetas, parado tras de ella. Le besé el cuello, pero la mujer forcejeaba para huir. Mis fuertes brazos lo impedirían, así que la levanté y coloqué sobre la cama. Le subí el “saree” hasta arriba: se trataba de unas enormes tetas que me dejaron mareado de la sorpresa. Ya la mujer respiraba con mas dificultad y después de desabotonarle la blusa, me vi en aprietos para desenganchar el brassiere y dejar libres aquellos senos enormes. Comencé por apretarle una teta, después la otra. Ya ofrecía resistencia como antes y extendía la otra mano hasta encontrar la cuca.

Intentaba bajarle las pantaletas y en el esfuerzo le pude meter un dedo dentro de una cuca completamente mojada, goteándole líquidos. Yo ya no me aguantaba... decidí meterle el pene dentro de aquella cuca. Presionaba pero estaba demasiado apretada, como cuca virgen. Seguramente se debía a que tenía tiempo sin tener sexo. De mi se apoderó el diablo que todos tenemos y presioné mas mi polla dentro de ella. Ya la mujer prácticamente gritaba en voz alta cuando el huevo le entró bien. ¡Que gran alivio! Al fin, victoria! Disfrutando, como quien ha realizado una gran conquista. Aquella cuca si quería guerra!!

Esperé un rato sin hacer nada, disfrutando mi huevo bien parado dentro de aquella apretada cuca. Luego, lentamente, la empecé a bombear… lentamente. No dejaba escapar nada, tenía que aprovechar el momento, asi que me puse a besarla y luego mamarle las tetas (mamaba como buscando leche), se los apretaba, también las nalgas, los muslos… hice todo lo que se podía hacer con ella, con la verga adentro. Aumenté la velocidad y ya con esto me di cuenta que la señora estaba colaborando, me ayudaba con el movimiento de sus caderas.

Rato después de algunas metidas, me apretó fuertemente y sentí que la dama estaba teniendo un gran orgasmo, pero yo seguí dándole.

“Señor, la señora puede llegar en cualquier momento.” Me recordó, pero yo seguía bombeando. Por fin resolví tomar su consejo y pensándolo mejor: “abrá otra oportunidad y me la volveré a follar.” Decidí acabar.

“Señor, por favor, no me lo eche adentro.”

Aumenté la velocidad y decidí aflojar un poquito. Apretandole ambos senos se oía como la bombeaba y otra vez me agarró fuertemente: la dama estaba disfrutando de otro orgasmo, otras metidas, y casi me vengo.... Lo saqué, agarrándolo con las manos me hice la paja y le eche el semen sobre sus piernas. Casi inmediatamente la mujer se levantó de la cama, tomó sus ropas y se fue a la planta baja corriendo.

FIN