María estaba llegando a casa del gimnasio después de una sesión de deporte con su amiga Sofía cuando se encontró con unas grandes vistas, esas vistas se centraban en mí, su madrastra, estaba observándome desde la ventana en ropa interior mientras hablaba por teléfono con mi buena amiga Silvia sobre lo que alguna vez ha hecho con su hijastra. María entró en casa quedándose en la puerta de mi habitación escuchando toda la conversación que Silvia y yo estábamos teniendo, diciéndole que en mis relaciones no quedaba satisfecha, María entró en mi habitación y se quedó en la puerta escuchando con total claridad todo lo que hablábamos mientras que yo de espaldas a ella no me había percatado de que estaba allí. Nada mas terminar de hablar con Silvia, María entró en mi habitación, justo en ese momento me iba a probar un vestido azul el cual dejé para mas tarde, nos sentamos en la cama, por mucho que lo intentaba María no podía parar de echarme un ojo a mis naturales tetas cada poco rato, María se empezó a acercar a mí lentamente diciéndome que no podía dejar de pensar en mí debido a que le ponía muy cachonda, tras esta revelación me quedé boquiabierta por el hecho de que no lo sabía, María se acercó a mí, puso sus manos sobre mis hombros y me empujó hacia atrás y me besó, de inmediato le aparté diciéndole que de que iba, con una sonrisa espléndida volvió de nuevo a besarme pero esta vez le respondí con otro beso, nuestras lenguas se fusionaban tras el beso le pedí explicaciones a María sobre porque me estaba espiando desde la puerta pero volvió a besarme de nuevo, le aparté empujándola hacia atrás diciéndole que me diera explicaciones sobre lo que le había preguntado pero María volvió a acercarse a mí cogiéndome la cara con las manos para besarme nuevamente, le pregunté el por que se había fijado en mí mientras me tocaba las tetas, María me respondió que no podía dejar de pensar en mí, porque desde la semana anterior me había visto desnuda varias veces aunque yo no lo sabía, me sacó una de las tetas del sujetador, me volvió a besar y continuó jugando con mis tetas mientras le decía que no me quitara mas ropa. María se puso de rodillas frente a mí, se subió la blusa enseñándome sus enormes tetas naturales, seguimos besándonos y María me puso las tetas en la boca para que se excitara mas. Poco después, María me empezó a lamer los pezones, me empecé a poner cachondísima me sacó la otra teta del sujetador y siguió lamiéndome los pezones, le quité la blusa a María y procedí a lamerle los pezones no tardó mucho en empezar a jadear. Nos besamos nuevamente mientras le tocaba el culo a María hasta que poco después le empecé a pasar la mano por el coño a María enseguida suspiró de placer y le metí la mano por dentro del short tocándole el coño, fue entonces cuando empezó a gemir se quitó el short y se tocó el coño varias veces diciéndome "tía estoy muy mojada" se puso de rodillas frente a mí y le toqué el coño para degustar ese sabor que tenía, le pasé los dedos y me los metí en la boca diciéndole "es verdad, ¿estás cachonda?" María me respondió algo sonrojada que un poco mientras se tocaba el coño. Me salivé los dedos y le froté el coño, enseguida, María empezó a gemir intermitentemente. Posteriormente, María me puso el coño en la cara para que le salivara el coño mientras ella me frotaba el coño con sus dedos suaves. Después cuando María se apartó, me quité el sujetador con su ayuda y María me quitó las bragas para metérmelas en la boca. María se disponía a comerme el coño cuando me dijo "ala menuda sorpresa me has dado" refiriéndose a la tira brasileña que recientemente me había hecho, empezó a comerme el coño, sentía como su lengua se adentraba en mí, gimiendo de placer como una cerda, María me frotó el coño salvajemente mientras gemía diciéndole que no parara y siguiera así escupiéndome sobre el coño sin parar de gemir. Nos besamos y le susurré al oído ¿quieres que te coma el coño? María simplemente asintió con la cabeza, se tumbó boca arriba y abrió las piernas comencé a comerle el coño mientras ésta gemía sin parar frotándole el coño como ella me lo había hecho a mí anteriormente, mas tarde, María me salivó el coño e hicimos la tijereta hasta que todo terminó en un apasionado beso. Diciéndole que esto no se lo podía contar a nadie.