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Categoría: Infidelidad

Parte 2: Infiel a mi novio con nuestro amigo

Después de ese día todo cambió. No podía dejar de pensar en Santi, me acostaba con Manu pensando en él, necesitaba repetir esa noche.



Manu me lo empezó a notar,y al final le propuse hacer un trio con Santi, no se de donde saqué el valor para proponerle algo así a mi novio, pero lo hice. Como era de esperar, no quiso.



Yo no podía aguantar más ese deseo frustrado así que llamé a Santi y quedamos. Le dije que quería repetirlo y que había hablado con Manu y estaba de acuerdo, mentí para que no se negara. Él me dijo que también había pensado mucho en ese día y estaba encantado. 



Fuimos a su casa y comenzaron los besos, esos besos tan calientes que solo él sabía dar, y yo me puse a mil.  Me acarició todo el cuerpo hasta llegar al clítoris, movía los dedos despacio y paraba de vez en cuando dejándome con ganas de más, yo le agarré el pene con fuerza y lo sacudí de arriba a abajo fenéticamente, mientras me besaba. Su respiración entrecortada y su ansiedad por mi cuerpo me hizo no poder aguantar más. Me senté encima suya y me la metí con fuerza. Entraba y salía, y yo le cabalgaba marcando el ritmo. Cada vez me gustaba más, no podía contener los gemidos y eso le puso como loco. Me tocaba los pechos y me chupaba los pezones mientras yo llegaba al orgasmo. Me agarraba el culo y me movía a su antojo. Por fin llegué, una oleada de placer inmenso recorrió mi cuerpo, era increíble. Un rato después tuve otro, más intenso todavía, y el se corrió al instante.



Nos quedamos abrazados un buen rato. -Te quiero para mí- me dijo, pero los dos sabíamos que eso era imposible. Nos vestimos y volví a mi casa.



Manu estaba viendo la tele y a mi se me cayó el mundo encima al verle. Le noté raro, y pensé que sabría algo de lo mío con Santi, así que le pregunté y me dijo que había estado mal por pedirle hacer el trio. Le dije que ya no queria hacerlo, pero siguió raro.



Pasaron días y Manu y yo cada vez estábamos peor, ni si quiera me tocaba, discutíamos siempre, no me apetecía nada estar así y le iba a decir que si seguíamos así lo dejábamos. No me dejó ni terminar, me dejó él. Decía que la relación estaba perdiendo la magia y ya no era lo mismo.



Desde ese día estuve pasándolo mal y apoyándome en Santi, que fue muy comprensivo. Con Manu hablaba de vez en cuando, logramos llevar una relación cordial de amigos.



Llegaron las fiestas del pueblo, y siempre nos juntábamos todos los amigos en una discoteca. En mi grupo de amigos y amigas también estaba Manu. Al verle fue un encuentro tenso, pero a lo largo de la noche se armonizó.



Copa tras copa acabamos todos borrachos. No sé si fue por el alcohol, o si de verdad lo sentía, pero besé a Manu. Él se sorprendió, pero repitió el beso. Estuvimos liándonos un buen rato en un sofá, y retomé las sensaciones  que tenía cuando estaba con él, me transmitía tranquilidad y seguridad.



Santi se acercó descaradamente y, como también estaba borracho, soltó sin más: -¿te gustan más sus besos?- yo me quedé a cuadros, Manu acababa de enterarse de que le había sido infiel con Santi. 



Para mi sorpresa, Manu ya se lo imaginaba y no reaccionó del todo mal. Nos dio la risa a los tres y con la tontería acabé liándome con los dos. Entre risas y besos nos fuimos de allí. Fuimos a casa de Santi, que estaba cerca y sacó unos chupitos. Yo llegué a un punto que me daba igual todo, me encantaba estar con los dos y provocarles.



Vino Manu a besarme, y Santi se acercó por detrás besándome el cuello. Estuve besando a los dos un largo rato, mientras me tocaban entera muy compenetrados.



Cada uno tenía su estilo y juntos eran una bomba, Manu era más tierno, me tocaba dulcemente, Santi me agarraba como una fiera cazando a su presa. Me tenía bajo su control totalmente.



Yo les tocaba el pene a los dos rítmicamente, me encantaba darles placer a la vez.



Santi me cogió y me la metió, sin más, Manu se acercó y me la metió por detrás, mientras me tocaba los pechos. 



Dos hombres penetrándome a la vez, la sensación era deliciosa.



Ellos marcaban el ritmo y me movían como una muñeca.



Había deseado mucho ese momento, pero no me lo imaginaba tan bueno. No quería que acabaran nunca. Pero finalmente, llegué al orgasmo, un orgasmo intenso y fuerte, me temblaba toda y cada una de las partes de mi cuerpo. Ellos se corrieron casi a la vez, y me sentía feliz, liberada y deseada.



Desde ese día tenemos relaciones los tres, abiertamente.


Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
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