Esta es la historia de mi experiencia con dos compañeros de trabajo.

Cambiaré los nombres de los involucrados, para no arriesgarme… aquí vamos

Johán y Darío son dos compañeros de trabajo con los que yo tenía y tengo cierta confianza, que hasta llegado un momento los creía heteros.

Resulta que ellos siempre me decían que me querían coger, pero yo lo tomaba como broma porque en Venezuela algunos hombres se juegan así. Pero el juego dejo de serlo, después supe que hablan en serio

Johán hacía trabajo rústico, digo hacía porque ya no trabaja conmigo. Es alto y blanco, robusto, un poco gordo con barriga cervecera, un tipo ordinario de malas palabras, cosa que me excita mucho, tiene un güevo largo y grueso, sin pelos. (Está casado y es mujeriego)

Todo comenzó cuando un día él me mete el mango de un destornillador por el culo, yo me dejé porque vi que me miró serio con cara de que quería meterme otra cosa, lo cual no me molestaba en absoluto. Otro día me pide que le toque el güevo, yo obedecí de una. En otra ocasión me pide que se lo mame, yo me arrodillé a mamarle la verga hasta el fondo de mi garganta, como la sucia perra que soy, él me acariciaba la cara y me ahogada con su anaconda dándome latigazos dentro de la boca empujando hacia adelante y hacia atrás. Muchas veces me tocaba el culo, me metía las manos entre las nalgas, me rosaba el güevo con el culo por encima del pantalón. Todo esto en el trabajo, sin miedo a ser descubiertos…

Darío es alto y blanco, un poco más bajo y delgado que Johán, y con el pene más pequeño, aunque igual tiene buen tamaño y es más tibio que el de Johán, además tiene una figura más trabajada y un vocabulario más fino, aunque también me dice groserías de vez en cuando, pero eso me gusta. (Tiene novia, es full morboso porque ha tenido sexo tanto con mujeres como con hombres y transexuales, ha practicado incesto y mantiene relaciones sexuales con menores de edad e incluso adultos mayores)

Darío hizo pasantías en un departamento que frecuento mucho, con lo que tomamos cierta confianza antes de que las terminada. Él a veces coincide conmigo en el transporte, cuando salimos del trabajo. Un día me preguntó si me gusta mamar, yo le dije que sí, cuando se bajó del transporte tenía el güevo parado. En una ocasión me mostró la foto de un pene y me preguntó si me gusta, yo le dije que sí, me preguntó: ¿Sabes de quién es? Yo respondí que NO, se señaló diciéndome que era él. Ahí comenzó todo… A veces no sentamos de últimos en el transporte, él aprovecha mostrarme el machete y yo se lo toco. Le encantan mis manos, dice que las tengo suaves, como las de una mujer. Una vez se lo mamé, en el mismo trabajo. A veces me muestra fotos de su verga, yo le enseño unas de mi culo. Me gusta porque me cuenta fantasías y aventuras. Soy su perra, espero que algún día me coja como la puta que soy.

Johán a y Darío son polos opuestos, pero eso me gusta porque así tengo variedad.

Los dos saben que estoy con el otro, se ponen celosos, eso me agrada. Soy la zorra de los dos, tal vez uno de ellos me quite el virgo

Me gustan otros compañeros de trabajo, se los voy a decir, este año me desato, voy a ser toda una bicha.