Aquel dia de verano el tórrido sol habia dado paso a una noche serena y apacible. una gran luna llena en el cielo iluminaba el mar con estelas amarillas y doradas que brillaban bajo las estrellas. Yo cominaba por la orilla del mar, pensativa y sola, me sentía triste porque hacia unas semanas que mi novio se habia ido de viaje con sus padres y tardaría en venir. Nosotros solíamos hacer juntos ese paseo cada noche y muchas veces solíamos tumbarnos en la arena para ver las estrellas y terminabamos haciendo el amor escuchando las olas del mar, desnudos sobre la arena. Pero aquella noche yo estaba muy sola... le echaba tantísimo de menos!!!
Seguí caminando dejando que el agua mojase mis pies en la orilla, la playa estaba desierta a estas horas, las casas mas cercanas estaban demasiado alejadas como para verme.
Me senté en la arena a mirar la luna como hacía cuando mi novio y yo paseábamos, y recordé el sabor de su boca, la testura de su lengua jugando con la mia dentro de mi boca, su calida saliba... recordé como sus manos duras y fuertes buscaban mis pezones, como se metían bajo mi blusa para acariciar mi pecho. Me solía apretar los pechos y terminaba por subir la blusa y lamer suabemente mis pezones con la punta de su lengua. Luego me quitaba la camisa y le gustaba alejarse un segundo para ver mi pecho a la luz de la luna.
Sentí deseos de quitarme la ropa y quedarme desnuda bajo las estrellas. Me lo quité todo y lo dejé en la arena bajo mi cabeza mientras yo me tumbé para seguir pensando en él.
Recordé de que manera bajaba lamiendo con su lengua todo mi cuerpo mientras sujetaba mis manos y bajaba por el pecho, hasta el ombligo y terminaba por hundir su cara entre mis muslos. Luego me abrís de piernas y le gustaba oler mi coño y tocarlo, lamerlo, mordisquear mi clítoris a apretarlo fuertemente con la punta de su lengua, hundiendo con todas sus fuerzas su cara en mi coño. Me lamía hasta que su saliba corría por la raja a borbotones hasta el culo o hasta que yo no podía aguantar mas y me corría en su cara dando saltos de placer, humedeciendome tanto que se confundía su saliba con mi flujo en su cara.
Cuando me tenía muy húmeda, solía desnudarse, le gustaba ser el ultimo en hacerlo, y se cogía la polla con las manos, siempre se escitaba muchísimo comiendome el coño, asi que no necesitaba mas para ponerse a cien. Su polla se ponía durísima, venosa, como un piedra caliente ardiendo... la cogía con su mano y me rozaba con la punta de arriba a abajo todo el coño, con fuerza, masturbandome con su polla, apretandome el clítoris fuertemente y terminaba por meterla entera en mi coño. Le gustaba meterla y quedarse quieto un momento con ella dentro, me miraba a los ojos y comenzaba a moverse frenéticamente metiendola y sacandola del coño humedecido con su saliba. yo cruzaba mis piernas en su espalda y lo apretaba contra mi para que me la metiera mas adentro y gritábamos de placer y gemíamos todo lo alto que queriamos porque alli solo nos miraban las estrellas y el mar.
Cuando me di cuenta, yo estaba desnueda sobre la arena y estaba masturbandome, con los ojos cerrados, moviendome como si estubiera follando con el, de mi coño salía mucho flujo caliente y mis dedos corrian por mi clítoris y se metían en mi coño con facilidad. Cerraba de nuevo los ojos y hasta sentía su cuerpo sobre mi cuerpo, su pecho duro sobre mis pezones erectos, sentia su polla dentro de mi moviendose sin parar hasta que se oía un fuerte gemido y se corría hasta caer rendido a mi lado.
Mis dedos seguian entrando y saliendo y no pude mas que correrme de pensar en aquel chico.
Y allí me quedé, desnuda sobre la arena del mar, con mi mano y mis muslos empapados, jadeando al ritmo que mi pecho se movía, agotada del movimiento... solo la luna me vio aquella noche... o eso creo yo...