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Los amantes de mi esposa se convierten en los míos

Llego a casa después de una tarde de estar bebiendo con mis amigos, lentamente abro la puerta y entro a la casa, la sala esta únicamente alumbrada por el destello del televisor, sobre la mesa de centro hay una botella de tequila, restos de limones y dos vasos aun con un poco de bebida, sobre uno de los sillones, esta la falda de cristina, a su lado hay un saco de hombre y una corbata, sigo hasta la cocina, abro el refri y saco una cerveza, la destapo y vuelvo a la sala y comienzo a subir las escaleras que dan a las recamaras y cuando voy a la mitad, comienzo a escuchar los gritos de placer de mi esposa cristina, me detengo unos momentos, ya que es todo un espectáculo oírla gemir, mi esposa se desata cuando la están penetrando y por su forma de gemir, también puedo apostar que el que la esta penetrando es Samuel, ya que es el mas vergudo de todos los que tiene y es el que la hace gritar mas de placer o a veces de dolor, llego a la puerta y me quedo parado unos instantes mientras bebo mi cerveza, y escucho como exclama cristina,

– ahhyy…haayyy..samueelll…no pares..porfavooorrr…asii..asiii..asssiii..que rico,

– te gusta como te la estoy metiendo…sii…te gusta mi verga..

-siii..samuel..no pares porfavoorrrr…dámela..todaaa..

Vaya, si que es puta mi esposa, quien la viera, en la oficina, toda una señora y aquí en casa, una puta pidiendo verga a gritos, dejo de escuchar y vuelvo a bajar a la cocina, enciendo un cigarrillo y me siento frente al televisor y pongo el canal de noticias, a los pocos minutos escucho los tacones de cristina bajar las escaleras y de pronto su voz,

– cesar, a que hora llegaste,

– hace como media hora, pero estabas tan ocupada con Samuel, que no quise molestarte,

– gracias, siempre tan lindo, la verdad es que lo estaba disfrutando mucho,

Cristina entra a la cocina y se pone a hacer quien sabe que cosas, veo que solamente lleva las medias, no hay rastro de su pantaleta, ni del brasiere, y puedo notar también que se a depilado completamente, se ve bastante cachonda y eso me gusta, cristina sale de la cocina con un par de cervezas, unos limones y antes de que se suba le digo,

– ven cristina,

Cristina se acerca hasta el sillón y deja las cervezas sobre la mesa y sentándose a mi lado me dice,

– ¿que pasa cesar?

– Samuel te hace gozar mucho, verdad,

– así es cesar,

– ¿te gusta mucho su verga?

– demasiado cesar, disfruto mucho cuando estoy con el, de echo ahorita pensaba en darle unas buenas mamadas, pero..¿por que me preguntas eso?

– oye cristina y tu crees que el me dejaría chuparsela, bueno, el sabe de mi bisexualidad y por lo que veo, no le interesa mucho si el que se la chupa es hombre o mujer,

– bueno cesar, si yo se lo pido tal vez acepte,

– y se lo pedirías,

mi esposa se queda pensando unos segundos y una sonrisa maliciosa se ilumina en su rostro y después me contesta,

– bueno, pero con una condición

– ¿cual?

– que después vas a ser mi nena,

– ¿tu nena? Ok, esta bien

– bueno, déjame hablarle

Cristina se levanta del sillón, se va hasta el pie de la escalera y le grita a samuel,

– Samuel, Podrías bajar un momento por favor,

la puerta de la recamara se escucha abrirse e instantes después la voz de Samuel,

– ¿que pasa cristina?

– nada, que aquí mi maridito quiere chupartela,

– Samuel al escuchar a cristina, pega una carcajada,

– jaa..¿Hablas en serio cristina?

-claro, si no me crees pregúntale tu mismo,

Rápidamente me levanto del sillón y me acerco hacia donde esta cristina y me pongo a su lado y Samuel, me comienza a preguntar,

– ¿en serio me la quieres chupar cesar?

al escuchar las palabras del amante de mi esposa, la sangre se me subió al rostro y me puse bastante nervioso, pero aun así, le conteste que si,

– si Samuel, me gustaría chupartela

– bueno, si cristina me lo pide, estoy de acuerdo, pero antes tengo una peticion,

sus palabras me hacen pensar, si dejo que se coja a mi esposa en mi casa, ¿que podria pedir?

– claro samuel, dime

Samuel comienza a bajar las escaleras mientras me dice,

– quiero que te desnudes,

– aquí, frente a ustedes..

– si cesar, aquí frente a nosotros,

Voltee a ver a cristina y ella solo me miraba fijamente, así que comencé a quitarme la ropa, comencé por la camisa, después el pantalón y al final los calzoncillos, quedando completamente desnudo, Samuel complacido camina alrededor mío y comienza a decir,

– veo que estas completamente depilado,

– esteee..Si..así me gusta,

– tu marido es toda una damita cristina, si me convence, comencemos entonces,

Samuel se quita el bóxer dejando salir un gran pedazo de carne, una vez desnudo, camina hacia el sillón, se sienta, separa las piernas y mirándome fijamente me dice,

– bueno, pues hincate entre mis piernas,

Lentamente me acerco y comienzo a hincarme hasta que mi rostro queda justo a la altura de su verga, la miro unos segundos y a pesar de que no esta erecta me parece bastante grande, mas bien enorme, volteo a ver a cristina y ella al ver mi indecisión me dice,

– bueno, que esperas,

trago saliva y le respondo a mi esposa,

– bueno, es que, tu bien sabes que nunca e echo esto

Cristina se me queda viendo unos instantes y comienza a decirme,

– mira, primero sujétala con una mano,

Acerco mi mano a aquel enorme pedazo de carne y lo sujeto y de inmediato siento un gran calor en la palma de mi mano,

– asi esta mejor, ahora comienza a mover tu mano de arriba hacia abajo,

Sigo las indicaciones de cristina y comienzo a mover mi mano tal y como me dice e instantes después siento como la verga de Samuel comienza a adquirir una gran dureza, volteo a ver a cristina y ella bastante complacida me dice,

– muy bien cariño, sigue moviendo tu mano,

continuo subiendo y bajando mi mano ante la atenta mirada de mi esposa, la verga de Samuel en segundos se a puesto completamente erecta, puedo sentir como palpita y se pone mas caliente y mas dura cada momento,

– un poco mas cariño, hasta que este completamente dura,

no puedo creer que aquel pedazo de carne se pueda poner mas duro, pero después de unos segundos, esta tan dura que parece un trozo de madera,

– ¿asi o mas cristina?

Cristina la sujeta con su mano, la sacude un poco y me dice,

– muy bien cesar, ahora posa tus labios en su glande,

Me inclino un poco más hasta que mis labios rozan su glande,

– bien cesar, ahora comienza a meterla en tu boca,

Separo mis labios un poco y comienzo a tragar aquel pedazo de carne, pero esta tan duro y caliente que de inmediato me aparto,

– no puedo cristina,

– vamos cesar, abre bien tu boca,

Me acerco de nuevo y separo aun mas mis labios y al fin logro que su glande entre en mi boca,

– bien cesar, no la saques, comienza a tragártela,

Voy tragando lentamente la verga de Samuel y siento como un gran calor inunda mi boca, y de inmediato la vuelvo a sacar,

– !es demasiado grande cristina¡

– jajajaja…vamos cesar, si yo me la trago, que tu no puedas,

Trago saliva y vuelvo a meterme aquel pedazo de carne a la boca, pero de pronto, siento como cristina me empuja la cabeza, intento manotear, pero Samuel me sujeta las manos por las muñecas, así que no tengo de otra mas que comenzar a tragar aquel pedazo de carne, esta tan duro y grueso, que siento como mi mandíbula se abre al máximo, Samuel comienza a reír y cristina hace lo mismo,

– solo relájate cesar,

Relajo mi mandíbula y la verga de Samuel comienza a entrar de lleno en mi boca, mientras que cristina continúa empujando mi cabeza, se me dificulta bastante respirar y mis ojos comienzan a lagrimear y después de unos segundos, mi nariz toca la pelvis de Samuel,

– bien cesar, ahora quédate así unos segundos,

la verga de Samuel es tan grande, y un tremendo calor inunda mi boca, los segundos se me hacen eternos, hasta que al fin cristina me suelta y de inmediato me echo para atrás, y comienzo a toser,

– muy bien cesar, ahora vuélvetela a tragar,

trago saliva y le respondo,

– pero no puedo metérmela toda cristina,

ella al escucharme comienza a reír y me dice,

– jajajajaja….esta bien, entonces solo la mitad,

Respiro profundo un par de veces y comienzo de nuevo a tragar aquel pedazo de carne,

– bien cesar, despacio chupalo,

lentamente voy introduciendo la verga de Samuel en mi boca, y comienzo a mamarla, no puedo creer que la tenga tan dura, siento como palpita en mis labios, y por curioso que parezca, comienza a gustarme y a los pocos segundos, mi cabeza comienza a subir y a bajar y un ligero sabor amargo comienza a inundar mi boca, en momentos intento tragarlo, pero no puedo, lo que provoca que mis labios hagan algunos movimientos que jamás habían echo y eso le gusta a Samuel, ya que comienza a gemir y a decirle a Cristina que le estoy dando una buena mamada, pero para ese momento, yo ya no volteo a verla, estoy completamente concentrado en mover mis labios, su verga es tan grande, que es imposible que mi lengua no la toque, así que también intento moverla, mientras abro y cierro mis labios,

– vaya cesar, si que te esta gustando..jajajajaja..

– ni que lo digas cristina, tu esposo es una excelente mamadora, seguramente con el tiempo va a mejorar,

yo ya no pongo atención a sus voces, cierro mis ojos y me concentro en subir y bajar mi cabeza y en mover mi lengua, y con cada segundo que pasa, siento como su verga crece mas y mas dentro de mi boca y su calor aumenta, y aquel sabor amargo ya no me molesta, al contrario a comenzado a gustarme, hasta que después de unos minutos, cristina me vuelve a sujetar y siento como la verga de Samuel se pone aun mas dura y de un momento a otro, su semen comienza a inundar mi boca, abro rápidamente mis ojos e intento echarme para atrás, pero cristina me lo impide, el sabor amargo del semen, comienza a entrar por mi garganta, provocándome algunas horcadas, es un sabor amargo y bastante fuerte, pero después de unos segundos, logro abrir mi garganta y comienzo a a tragar aquel espeso liquido, siento como recorre mi garganta y cae hasta mi estomago, y también comienza a escurrir por mis labios, cristina me suelta y me aparto rápidamente,

– vayaaa, Samuel, de verdad me dejaste sorprendida, jamás pensé que lo hicieras tan bien,

comienzo a jalar aire y después de unos segundos, mi respiración se tranquiliza, volteo a ver a cristina y le digo,

– déjame ir al baño,

me levanto rápidamente y entro al baño, me veo en el espejo y mis ojos están rojos y varios hilillos de semen escurren por mi barbilla, no puedo creer que lo haya echo y frente a mi esposa, abro la llave y me enjuago la boca, pero el sabor no se va, pero aun así vuelvo a salir y cristina y Samuel están en la sala esperándome,

– vaya cesar, dice Samuel que en verdad lo hiciste gozar,

yo solo agacho la cabeza y sin decir nada me voy a la cocina y saco otra cerveza del refri, y cuando vuelvo a la sala, ya cristina y Samuel están subiendo las escaleras y ella me dice,

– bueno cesar, ahora déjame terminar a mi el trabajo, después hablamos de esto, y los dos se vuelven a encerrar en la recamara, y el resto de la noche me la paso escuchado los gemidos de cristina,

continuara…

Datos del Relato
  • Categoría: Hetero
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