Llego a tu casa y estás ahí esperándome. Me dices que me ponga cómodo así que me saco el saco y prendo un cigarillo. Pones una película y en la tele se ve un muchacho chupando una verga enorme. Te quitas el pantalón y veo que tu pene está flácido. Te sientas en un sillón mientras apago el cigarillo y gateo hacia ti. Te empiezo a chupar la verga sin usar mis manos, sin jalarte la pielcita hacia atrás, y mentiéndomela completa a mi boca. Me quedo así con tu verga en mi boca, lamiéndola con mi lengua, y hasta sacando mi lengua por abajo para lamberte los huevos sin sacar tu hermosa verga de mi boca. Siento tu verga crecer, y crecer, y sigue creciendo mientras sigo mojando tus testículos con mi lengua caliente y resbalosa. Siento que la punta de tu verga llega a la entrada de mi garganta, y sigo adorando a tus huevos con mi lengua jugetona. Siento tu verga entrando y saliendo de mi garganta ya mientras empiezas a usar las caderas para incrementar lo que sientes. La saco de mi boca por las ganas que tengo de verla, y me sorprendo por lo enorme que se ha puesto. Se le ve la punta del capullo ya y mientras meto la cabecita entre mis labios y empiezo a chupar, pasando mi lengua alrededor de ella, a veces te miro a los ojos y le doy lambetazos desde la base hasta la punta como si fuera una rica paleta. De reojo veo al muchacho en la pantalla mamando una verga parecida mientras otro hombre le da por el culo. Quisiera que me cojieras por el culo, pero te conformes con follarme la boca. Te empiezas a desesperar un poquito cada vez que quito tu verga de mi boca. De repente te emocionas, me agarras del pelo, y me dices que te la chupe como la putita que soy. Me dices que te la chupe con ganas, que te demuestre las ganas que tengo de sentirte estallar en mi boca, de que inundas mi boca con esperma, de que trague toda tu leche. Me gritas que ahí va, que me la tome toda como buena putita. Siento un chorro caliente pegar en la parte trasera de mi garganta. Siento un chorro espeso, salado y de gusto inconfundible caer sobre mi lenguita. Saco tu verga de mi boca y al darle un piquito en la punta suelta otro chorro que pega al lado de mi nariz y escurre por mis labios. Me despido de ti con un beso y después en casa me masturbo varias veces pensando en ti. Pienso en pedirte que me dejes meterme mi consolador negro para la próxima vez. Leo el email que me enviaste. Dice que para la próxima vez vas a invitar a un amigo que tambíen tiene una verga enorme. Me alegro, escribo un cuento, y al leerlo vuelvo a masturbarme.