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Mi historia con el joven Javier - 9ª parte(Continuación de Hace tiempo me puso los cuernos
Javier al salir de la habitación se dirigió al mostrador de recepción y le pregunto al recepcionista (con la idea de que el recepcionista supiera que estaría fuera hasta muy tarde):
“ Por favor me podía indicar algún lugar donde pueda ir a divertirme esta noche, mi “madre” está cansada y no quiere salir esta noche, así que me iré yo solo y pienso pasármelo también que volveré de madrugada”
Entonces el recepcionista con una sonrisa picara, le indicó varios lugares donde se junta la juventud y tienen juerga hasta muy altas horas de la madrugada. Javier muy educado le dio las gracias. Cogiendo el ordenador salió del hotel y se metió en el coche, a esperar el momento oportuno para volver a la habitación. Encendió el ordenador y comprobó que todo funcionara como había previsto. Comprobado lo volvió a apagar hasta que fuera la hora (10,00 de la noche o 10, 05).
Yo cuando Javier me llamo para decirme que todo estaba bien, entonces cogí y llame a recepción. Se puso el recepcionista y le dije con voz muy mimosa:
“Soy la huésped de la habitación……., quería pedirle un favor. Mire es que mi “hijo” se ha ido a divertirse, yo no le he acompañado pues………no sé como decírselo, es que sin……. conocerle me….me da un poco de vergüenza, mire……tengo un problema que si estuviera mi “hijo” me lo arreglaría él, pero ha salido de marcha y seguro que no volverá hasta la madrugada. Si usted y otro amigo, pues son necesarias como mínimo dos personas, fueran tan amables y estuvieran dispuesto arreglármelo me harían un gran favor y les estaría muy agradecida, eso sí, si vienen tendrán que traer fundas para sus herramientas, pues pueden causar daños en la zona si no usan las herramientas con su funda y la zona es tan delicada, por favor…. ¿podría ser?”
El recepcionista me contesta:
“Estaré encantado, ¿pero no es mejor que lo haga yo solo? ¿Es que a esta hora no sé si encontraré algún amigo o compañero que pueda ayudarme?”
Yo le digo:
“Hombre si no es posible que le ayude nadie podría hacerlo yo, pero me gustaría tanto, aunque su amigo venga más tarde que le ayudara uno o dos amigos más, así seguro que quedaría mejor el arreglo”
El conserje caya un momento y a continuación me dice:
“Está bien, miraré si localizo algunos amigos que quieran ayudarme en la faena, y mientras ellos llegan yo iré arreglando lo que usted necesite, para estar más tranquilo voy a llamar a casa y decir que no me esperen que me ha surgido un trabajo y llegaré tarde”
Entonces yo le contesté:
“Si le causa muchas molestias, lo dejamos y ya me lo arreglara mi hijo cuando venga”
El rápidamente me contesta:
“No, no señora, molestias ninguna, todo lo contrario para mí será un gran placer ayudarla. Mire a las 10,00 cuando acabe mi turno subo y se lo arreglo, ahora voy a llamar a varios amigos a ver si ellos pueden ayudarnos, hasta ahora señora”.
Eran las 9,50, cuando deje de hablar con el recepcionista. Entonces como estaba desnuda me preparé para recibir a mis invitados. Me fui al baño me lave bien mi coño y después, busqué y encontré lo que buscaba; un imponente juego de lencería negro semitransparente muy sexi. Me senté en la cama, desnuda. Me puse primero una media; luego otra, también negras de “cristal” transparentes, mientras mis pechos rozaban mis piernas. Luego, me ajusté el liguero también negro a mi cintura y apliqué las pinzas a la silicona de las medias. Después, tomé las bragas, que volvían a estarme estrechas (a propósito) y se me clavaban en la cintura y en la raja de mi coñito, manteniéndome los labios separados. Por último, me puse el sujetador, del mismo juego (por supuesto también pequeño dos tallas) y me ajusté las tetas. Seguí ese procedimiento para, si se diera el caso, poder quitarme las bragas sin necesidad de desajustar todo lo demás. Después me coloqué los pelos de mi coño, haciendo que algunos salieran por el exterior de las bragas, pues sé que esto a muchos hombres les excita al máximo, me miré los de mi sobaco y comprobé que ya estaban (para hacer menos de dos meses que me los había depilado) bastante grandes. Encima de todo ello me coloqué un salto de cama también transparente negro que a través de él se me podía ver perfectamente toda mi anatomía y mi ropa interior, por último, me calcé unos zapatos , también negros, con un poco de tacón para resaltar mis piernas. Estás tremenda, Esperanza, pareces una verdadera puta me dije, ante el espejo. Me perfume un poquito, no excesivamente, y me senté en la mecedora a esperar que llegara el recepcionista.
Al sentarme en la mecedora, se me vino a mi cabeza el polvo que me había echado Javier el día de nuestra llegada y esto me hizo comenzar a calentarme, sintiendo en mi entrepierna un cosquilleo que ya me era bastante conocido. Me puse a acariciar mi sexo por encima de la fina tela de mis bragas, haciendo hincapié en frotarme mi ya excitado clítoris, me estaba empezando a calentar y el calentón iba en aumento, cuando en esto estaba llamaron a la puerta, yo pregunte:
“¿quién es?”
Al otro lado de la puerta contestaron:
“Señora, soy el recepcionista, vengo a hacer su encargo”
Le contesto:
“Espere ahora le abro”
Me dirijo a la puerta, la abro y me encuentro en ella al recepcionista, le hago pasar y le digo:
“Ha sido muy amable en querer ayudarme a arreglar “esto” (y al decir “esto” me paso mi mano muy sensual por todo mi cuerpo), espero que su herramienta sea buena y que haya traído bastantes fundas para ella, pues el arreglo va a ser largo y laborioso, ¿vendrá algún amigo suyo a ayudarle a hacer la faena? Cuál es su nombre, no creo que sea muy correcto cuando este arreglando esto, que no pueda llamarle por su nombre”.
Al ir diciéndole todo esto podía observar como el no quitaba sus ojos de mi cuerpo, me estaba comiendo con la mirada, cuando yo acabe mi última frase él contesto:
“Mi nombre es Miguel, señora y estoy encantando de poder arreglar “eso” tan bonito, y por fundas para mi herramienta no se preocupe traigo una caja llena. He llamado a varios amigos y compañeros, no sé si podrán venir alguno, de todas formas les he dado a todos el número de la habitación para que no tengan que pararse en recepción y suban derecho para no levantar sospechas”
Yo me fijo en su entrepierna y observo que tiene un gran bulto y una mancha mojada justo en donde da en el pantalón la punta de su herramienta. Esto me gusta, de nuevo empiezo a sentir cosquillitas en mi almeja, me estoy calentando. Me acerco a él y le digo muy mimosa pasándole mi mano derecha por su cara:
“Miguel, crees que será fácil este arreglo, ¿cómo ves la zona a arreglar?, ¿crees que con tu herramienta lo harás o tendrán que echarte una mano tus compañeros. Ven trae tu mano toca o palpa la avería se me está mojando toda la zona, creo que no vamos a poder esperar a tus compañeros, cada vez me mojo más, ven , ven, no tengas miedo”
El me da su mano y me la llevo a mi entrepierna sobre mis bragas notando mi humedad, pronto comienza el solo ya a acariciármelo y se lanza a acariciar todo mi cuerpo por encima de mi transparente salto de cama, palpaba mis caderas, subiendo llega hasta mis tetas las cuales manosea a placer y sin darme cuenta, noté la boca de Miguel sobre la mía. El contacto de sus labios carnosos sobre los míos hizo que crujiera definitivamente todo dentro de mí esta caricia y este atrevimiento de llegar tan pronto a mis labios me hizo abrí la boca con ansia, con humedad, para buscar desesperadamente su lengua, que ya devoraba milímetros a milímetros para fundirse con la mía. El encuentro fue explosivo, saltaron chispas. Su saliva se unión con la mía y comenzó una pelea entre nuestras bocas que me llevó a la rampa de lanzamiento de un orgasmo que yo misma quería evitar pero cada vez mi resistencia a tener el orgasmo era menor. Entonces le dije:
“¡No! ¡Miguel! ¡Para!”
Empujándolo suavemente en el pecho, pero deseando tener de nuevo aquella boca, aquella lengua, aquel cuerpo y aquel miembro poseyéndome., entonces continúe diciéndole:
“¡Esta avería no se puede arreglar así tan a la ligera, cálmate, tenemos mucho tiempo mi “hijo “ no vendrá hasta ya bien avanzada la madrugada y tus amigos creo que aún tardarán , porque estoy segura que les has dicho que vengan más tarde ,¿ no es así?.”
El me contesta:
“Vale, tiene razón, su nombre señora cual es, quiero como usted tratarla con su nombre”
Yo le contesto:
“Esperanza”
Y él sigue:
-Bien Esperanza. Mira, es verdad que he ido muy acelerado, pero es que esta usted tan buena y se ha vestido tan sexi, que no me puedo aguantar. Y tiene toda la razón del mundo, su “hijo” no nos molestará porque vendrá de madrugada y a mis amigos les he dicho que si quieren que vengan sobre las 11,15 ó 11,30, con el fin de que me diera tiempo de estar solo contigo……Así que vamos a mirar primero bien la zona averiada y vamos hacerlo con mimo y con todo el tiempo del mundo, los trabajos hechos deprisa nunca quedan bien terminados y el cliente no queda contento y yo quiero que usted quede contenta y repita”
Entonces yo acercándome a él, le dije:
“No te preocupes, y no me llames de usted, que aunque eres más joven que yo, a propósito ¿qué edad tienes?, no tienes porque tratarme de usted y menos siendo compañeros en este trabajo dónde vas a poder saber y tocar todas mis partes intimas”
Él me contestó:
“Tengo treinta años, y tú Esperanza, cuantos tienes”
Yo le contesto:
“No está bien preguntar la edad a una mujer, pero como tú me has dicho tu edad yo te diré la mía, tengo cuarenta y dos años, y dejemos ya la charla y pongámonos mano a la avería”
Le eche mano a su cuello, y acercando mi boca a la suya me fundí en un beso con lengua, mi impulso para llegar a su boca, para callar lo que iba a decir, hizo que lo tumbara de espaldas y comencé a comerle la boca como una verdadera desesperada, devorando su lengua, repasando sus labios con mi lengua, saboreando sus encías, engullendo su paladar. Nuestras lenguas luchaban por darnos placer, por reconocerse, por acostumbrarse. Miguel tomó la iniciativa, volvimos a sentarnos y pasó una mano por detrás de mi cabeza, en mi nuca y me entregué definitivamente a su boca. Nos mordimos los labios, nos hicimos daño, segregamos saliva en boca ajena. Noté, suavemente, que Miguel bajaba su mano primero por mi hombro, y rozó mi pecho derecho. Mi cuerpo iba a reventar de calentura. Su mano siguió bajando hasta mi cintura y se posó en mi pierna, que comenzó a recorrer primero dulcemente, como reconociendo el terreno, hasta que se convirtió en una garra del placer y la lascivia que me apretaba los muslos como una fiera, el culo y la rodilla. Su mano fue subiendo, ya por debajo de mi salto de cama, y toco mis medias. Mi salto de cama iba subiendo en su movimiento, descubriendo mi pierna. Tocó el encaje de mi media y luego la parte superior de mi pierna, ya en piel. Noté un nuevo estremecimiento mientras se separaba de mí.
Comenzó con sus manos a quitarme el salto de cama, a lo que yo contribuí atropelladamente. Luego, me quedé con el sujetador mientras Miguel me miraba con atracción, yo procuraba provocar con mis movimiento sinuosos aún más a aquel desconocido, llenar su extraordinario miembro de sangre, convertirlo en un falo duro, erecto, para mí. Me di la vuelta para que mis bragas y mi culo quedaran perfectamente dispuestos, marcado, hinchado, preparado. Luego muy despacio me di la vuelta.
Miguel entonces se apresuro a decir:
“Impresionante”
Yo sonreí, malvada, y me quité el sujetador, ya sin pausas, pues mi cuerpo estaba que explotaba y necesitaba entrar en acción. Mis voluminosas tetas quedaron libres, al aire, bamboleándose como globos. Miré a Miguel, quien, aunque callado, disfrutaba del espectáculo. Posiblemente no tanto del placer de verme desnuda, sino de cómo me entregaba a él. Volví a sentarme en la cama y Miguel se dirigió a mi cuello. Mi piel se erizó, mis pezones se erizaron… ¡hasta creo que el clítoris se me erizó! Yo estaba a flor de piel mientras mi amante besaba mi cuello y mi hombro, mientras sus dedos, previamente ensalivados, comenzaban a jugar con mi pezón izquierdo. Me iba a desmayar, pero tuve fuerzas suficientes para, primero, pasar mis dos brazos por su cabeza y llevarle hasta mis dos melones. Luego, froté su espalda, y después, comencé a decirle:
“Si así sigue cariño, no dejes de tocarme, chupa mis pechos así chuusssuu, no los dejes, te gustan , ahhhhaaa, asiiii , que gusto me estas dando con tu boca , chúpamelos asiiiiii, chussssss, ahhhhhh, no pareseeeeesss, síiiiii”
Mientras le decía esto, intenté llegar hasta aquella entrepierna que escondía aquel secreto mágico, lo palpe por encima de su pantalón, subí mi mano hasta su cinturón se lo desabroche. El en mientras me hacía caso, no dejaba de chuparme mis melones, parecía que quisiera mamar de ellos, succionándolos, me estaba dando mucho placer. Conseguí desabrocharle el cinturón, le desabotone los botones de la cintura y tirando hacía abajo le hice caer el pantalón a sus pies. El cómo pudo sin dejar de mamar mis tetas se salió de ellos, yo entonces metiendo mi mano en su calzoncillo cogí su miembro que ya estaba a tope y comencé a masajeárselo, él entonces comenzó a emitir unos suspiros diciendo:
“Aaaahhhhhm que gustoooo, asiiiii, asiiiii pajeame me encantaaaaa, Esperanza lo que me estas ahaciendoooooo, Chussuuusssm sssssuaaguuuuusssuuchhh”
Y seguía chupándome una y otra teta, me estaba poniendo a tope, como me tenía entonces le dije:
“Miguel quiero chuparte tu polla, deja ya mis tetas, quiero tu polla”
Entonces él me dijo:.
“No. Aún no…”
Torpemente, como pudo, Miguel consiguió arrodillarse entre mis piernas y fue sacándome la braga con pericia. Desde luego, el chico estaba excitado, pero controlaba fríamente la situación. Mi prenda estaba absolutamente empapada, con restos frescos de mi flujo, y una mancha ocupaba más de la mitad de mi prenda interior. De pronto, el olor de mi sexo inundó completamente la estancia y Miguel se dio cuenta. Mi amante agachó la cabeza, separó mis piernas y pudo contemplar poderosamente mi coño mojado, entregado, abierto, expectante, deseoso, turgente, vacío, caliente, febril, desesperado. Miguel probó mi condición con un dedo, suavemente, y notó que iba a reventar de humedad. Frotó suavemente, dulcemente, la capucha de mi clítoris, que no tardó mucho en descubrir mi botón mágico con el roce. Al primer contacto de la punta de su lengua con mi clítoris, mientras acariciaba mis labios, mi cuerpo dijo basta y empecé a sentir la sensación más maravillosa del mundo, y comencé a decir:
“Así Miguel, así, cómemelo, ahhhhh, que gustoooooo, sigueeeeee, no lo dejes, asiiii, me estás dando mucho gusto, sigue, sigue COMEMELOOOOO”
Y caí en un orgasmo brutal. Miguel acató la orden rápidamente y comencé a superar el último escalón del placer. Su mano derecha empezaba a entrar en mi cuerpo mientras su izquierda aprisionaba parte de mi muslo derecho cuando por mi espalda noté una descarga tremenda que luego pasó a mis pechos, luego a mis piernas y después a mi coño para luego extenderse a todo mi cuerpo. Miguel devoraba mi clítoris mientras yo disfrutaba de otro de mis grandes orgasmos. Mi cuerpo flotaba, no sabía ni dónde estaba, ni de dónde venía. Mi cuerpo no existía, yo sólo era energía con aquella corrida dentro de mí. Me estaba corriendo vilmente ante el primer contacto con este desconocido. Gritaba como una auténtica zorra de placer mirando la cabeza de Miguel mirando mis pezones como piedras, mis aureolas contraídas y de pronto noté que algo invadía mi vagina. Cuando más gritaba, cuando más apretaba la cabeza de Miguel uniéndola a mí, noté que me vaciaba y observé cómo no podía evitar que de mi coño salieran dos, tres, cuatro chorros de líquido disparado.:
“Aaaahhhhaaa, oooooooohhhhh, me coroooooooo, sigueeeee, asiiiiiiii, que placeerrrr me coroooooooo, ”
Creía que me estaba orinando de placer y eso me provocó que uniera mi primer orgasmo con otro segundo, que duró, quizás, algo menos, pero con el que Miguel aprovechó para introducirme los cinco dedos de su mano derecha y parte de la mano. Me estaba corriendo otra vez mientras mi amante devoraba mi clítoris, que a buen seguro estaba hinchado, rojo. El cosquilleo que me invadió durante dos, tres, cuatro minutos, aquellas oleadas de placer, aquel viaje, aquella fuga de mi cuerpo, fue desapareciendo mientras que veía a Miguel, sin dejarme de comer el coño, me miraba a los ojos. Gemía como una puta en manos de aquel chico. No podía contener mi respiración. Estaba agitada. Sudaba. Me mordía mis labios mientras el chico dejaba libre mi clítoris, que efectivamente estaba hinchado, e iba a sacando uno por uno sus dedos de mi interior sin dejar de sonreír, entonces le dije:
“Gracias Miguel ha sido fantástico ahora quiero ser yo la que te dé placer a ti, déjame que te coma tu rabo, lo necesito dentro de mi boca”
Diciendo esto me acerque a él y levantándole, cogí su calzoncillo y se lo baje, le hice que se saliera de él. Notaba mi coño, de nuevo hervir, y quedo ante mis ojos palpitando aquel trozo de carne monstruoso, se le cogí con una de mis manos y con ella en mi mano le dije:
“Desnúdate del todo quiero verte completamente desnudo, quiero excitarme con tu desnudez”
El haciéndome caso se despojo de todas sus ropas quedando ante mi completamente desnudo. Me erguí, y dirigí mi lengua hacia su pecho, que marqué con mi lengua hasta bajar a su vientre y, después, cubrir con mi lengua aquel gigante e hinchado pene. Froté mi frente por él y note su temperatura, su dureza, su forma, su longitud, su grosor. Era un falo poderoso, tieso apuntando directo al techo, con un capullo desmesurado, ancho, quizás un poco más que su tronco. Pero su polla en general, tentadora, era exageradamente voluminosa, venosa, rocosa, apetecible para cualquiera. No sé cuánto podría medir. ¿25 centímetros? ¿27? ¡Qué más daba! Tomé, su polla por la base. Una ola de calor me invadió al notar aquella carne tersa, dura, durísima. Fue recorriendo con mi mano toda aquella dimensión, como comprobando el terreno, hasta llegar a su glande. Agarré aún más fuerte su pene y comencé a disfrutarlo cuando comencé a pajear a aquel chico, por tener ante mí aquel prodigio que, sin duda, permitía otra mano más encima de la que ya usaba. Miré a Miguel. Me sonrió. Yo le sonreí. Bajé mi cabeza y mi lengua recorrió todo su escroto, amplio, suave para nada contraído. La punta de mi lengua pasó a la base de su tronco y fue subiendo hasta la punta del glande. Mi lengua, sólo la punta, iba haciendo círculos sobre su glande, solo rozándolo, casi sin tocarlo. Dirigí el extremo de mi lengua hacia su meato, que intenté abrir apretando el glande. En su interior dejé un rastro de saliva y estimulé aquella parte con un movimiento vertiginoso de mi lengua, rápido, como una serpiente. Miguel cerraba los ojos. Era el momento. Abrí mi boca y engullí entero el capullo de Miguel y me pareció que en mi boca entraba un obús. Fui resbalando mi boca abajo, abajo, mientras parte de la polla iba desapareciendo en mi cavidad oral, otorgando cobijo y humedad a aquel voluminoso nabo que ya era mío. Pero no pude hacerla desaparecer por completo dentro de mi boca, ya que noté que la punta tocaba mi garganta antes de que mi nariz rozara su pubis. Liberé saliva como pude para engrasar aquel falo Mi boca comenzó a acoger, por segunda vez, el extraordinario tamaño de aquel pene, al que comencé a hacerle un traje de saliva en casi toda su superficie. Subía mi cabeza y bajaba, provocando a Miguel un placer que creo nunca había imaginado. Con una mano, pajeaba su miembro. Con mi boca, recorría su carne. Con mi lengua, rodeaba su volumen a una velocidad de vértigo. Disfrutaba como una auténtica zorra de chuparle la polla, era una experiencia al alcance de pocas, seguro, y aquel mástil estaba creado para mi deleite, para que yo lo engullera, para saborearlo con mis labios, para que mi esófago se topara con su capullo. Mi lengua, de vez en cuando, recorría toda su extensión, su superficie, seguía el rastro de sus venas hinchadas, recogía las muestras de mi propia saliva para escupir un poco más y volver a recogerlas y volver a escupir. Chupé su capullo con fruición, como quien chupa un caracol para sacarle lo más profundo. Bajé hasta sus huevos, sabrosos, y mi lengua los envolvió mientras mi mano continuaba estimulando aquellos interminables y gordos centímetros hinchados. Pasé su polla por mi boca, por mi frente, por mi nariz, por mis ojos, por mis orejas. Me toqué mi coño, empapado ante mi práctica oral, y me llevé mis líquidos a mi pecho, lubricándolo. Tomé la polla de Miguel, impresionantemente brutal, y la encerré entre mis tetas. Notaba aquel trozo de carne dentro de mí, taladrando mi pecho, hirviendo de pasión. Miguel sonreía ante mi cubana. Yo bajaba y subía con mis tetas, haciendo aparecer y desaparecer su capullo, mucho más gordo que una pelota de golf, una y otra vez. Escupí sobre su polla y mis tetas continuaron masajeando, masturbando, jugando, coqueteando con su polla, sintiéndome llena, apretando mis tremendos pechos sobre ellos, envolviéndolo todo, aún con más lubricación. La punta de la polla de Miguel comenzó a toparse con mi barbilla. Mientras continuaba a gran velocidad mi cubana, bajé la cabeza, abrí la boca, y comencé a acoger, una vez más, aquel capullo cuando aparecía de entre mis tetas, dándole chupadas parsimoniosas, metódicas, rápidas, entonces él comenzó a gritar:
“Así, así, Espeeeeeraannnzaaaaaa, ahhhhhh queeee bien me lo estas hacieeeenndooooo, que mamamada , que cubanaaaaaa, nunca antes me lo habiiiiannnn echoooooo de esta forma tan extraordinariaaaaa. Ohhhhhh, siiiiiiii, sigueeeee, ahhhhhh”
Entonces yo, que no quería que se corriera deje de hacerle la cubana y le dije:
“.-Quiero que me folles… Quiero sentirte dentro de mí… Quiero que me metas todo esto dentro de mí- suplicaba, mientras mis tetas seguían invadidas por su polla. Que me hagas llegar al cielo todas las veces que puedas. ¿O vas a necesitar la ayuda de tus amigos? Quiero que me lleves donde nunca nadie me ha llevado. Quiero sentir tu joven polla dentro de este coño que necesita de ella, mes has puesto muy caliente, ahora mismo no se qué hago me tienes entregada por completo a tu polla cabronazo, pero antes ponte un condón, deja dime donde los tienes que yo los cojo”
Casi corriendo, desnuda, solo con mis medias el liguero y mis tacones, con las tetas botándome, fui donde él me indicó y volví con dos condones en la mano. Tomé uno, me lo puse en la boca y fui bajando hasta extenderlo por su superficie dotada, ayudándome de la mano… Su polla se veía grandiosa, poderosa, exigente, retadora. El otro le deje sobre la mesilla por si nos hiciera falta.
Entonces Miguel me dijo:
“Ven, pon cada rodilla al lado de mis piernas”.
Obedecí a su orden y noté su polla empujando fuerte mis nalgas. Volví a besarlo inconscientemente, copiosamente, mientras mi mano, en un escorzo, acariciaba sus huevos. Miguel hizo que me levantara unos centímetros y el tomó con su mano su polla. La dirigió a la altura de la entrada de mi caliente coño y me dijo:.
“Muy bien… Ve bajando, poco a poco”
Cuando inicié el movimiento, Miguel no me dejó. Me capturó con sus dos manos el culo y me mantuvo en el aire. Miguel fue bajando mi cuerpo a su antojo, poco a poco. De pronto, noté que la punta de su capullo rozaba ya mi pubis. El pulso se aceleró hasta el límite. Mis labios se abrieron solos frente a la rotundidad de su glande. Mi coño hervía. Su capullo ya estaba dentro y, casi milímetro a milímetro, Miguel comenzaba a entrar en mí. Clavé mis uñas en su cuello. Mi cuerpo seguía descendiendo, auto empalándome aquel mástil. Sentía una invasión desconocida. Su polla ardía en mi cueva, me llenaba todas las entrañas, no podía casi no moverme. Nunca me había sentido tan llena, y eso que las había tenido más grandes y gordas dentro de mí, pero Miguel era un experto y me hacía vibrar, mientras seguía sintiendo que aquella impresión iba aumentando, pues él continuaba metiéndome la polla en mi almeja. Notaba que reventaba, que mi coño no daba más de mí, que aquel falo tan salvaje me estaba desgarrando.
“¡Ohhhh! “
Exclamé, con gesto de dolor y excitación…, y él me contestó:
“Tranquila… Verás cómo se amolda. Tiene que entrar entera”
Miguel siguió bajando, bajando, bajando y yo notaba abrirse poco a poco mi coño, estaba calentísima, estaba echando gran cantidad de flujos que hacían que su polla entrara más fácil en mí, noté que mi culo ya rozaba sus huevos. Entonces le dije:
“¡Joder! ¡La noto entera! ¡Me muero de gusto de sentirla dentro de mí, ooohhhhh..!
En eso se abrió la puerta y apareció Javier, esto hizo que Miguel se quedara quieto y sorprendido hizo ademan de quererse salir de mí pero yo no le deje y le dije:
“Quieto, Miguel, no te preocupes mi “hijo” no es tal y él sabía esto, es más nos ha estado viendo por la cámara que esta tarde ha instalado. Por favor no te salgas de mi y muévete, te contaré, pero no te quedes quieto y comienza a moverte, cabrón que estoy tan caliente que no puedo, necesito sentir tu polla”
Miguel fue subiéndome, manejándome como quien maneja un trozo de carne, o un trozo de pan. Agarrándome de mí culo me alzaba como una marioneta para volver a sacar su polla de mí. Al poco, volvió a bajarme. Y a subirme. Y a bajarme. Lento. Despacio. Dulce. Sintiéndonos. Llenándome. Vaciándome. Mordí mis labios. Saqué mi lengua. Poco a poco comencé a sentirme más cómoda y libre hasta el punto de comenzar a moverme sobre él. Entonces le dije:
“Mira Javier es mi amante, mi marido está de viaje y hemos aprovechado estos días para estar solos, pero el muy cabrón quería verme follar con otros en su presencia y tras mucho rogarme yo hoy he cedido y te hemos elegido a ti, ahhhhhh que placer me estas dandooooo, no te habrás enfadado por elloooo, asiiii, sigueeeee, aahaaaaa”
Apoyándome en mis rodillas inicié mis propios movimientos de disfrute, notando el falo de Miguel llenando todo mi interior, era yo quien me lo estaba follando. Comencé a apretar el ritmo todo lo que mis 42 años me permitían, todo lo que aquella monstruosidad me permitía. La situación morbosa y calenturienta de estar siendo follada delante de Javier me hacía sentirme aún más caliente. Tomé cada una de las manos de Miguel y las dispuse a la altura de su cabeza. Las mantuve agarradas, a modo de grilletes para que yo fuera la única que controlara la situación, para follarme a mi antojo a aquel hombre, para disfrutar de su tranca, para llenarme de él, y lograr que se vaciara en el condón dentro de mí, mi coño sentía su tranca cada vez dándome más gusto. Saltaba sobre Miguel, con mi cuerpo, mi culo estirado, tanto que seguro que mi ano estaba todo lo tenso y abierto que pudiera estar en esos momentos. Mis movimientos cada vez eran más bruscos. Subía y bajaba. Hacía círculos, quemándome con la polla de Miguel en mis adentros, notando cómo de mi coño seguía saliendo una cantidad impropia de flujo. Salía y entraba, salía y entraba, salía y entraba. Mi cuerpo comenzó a sudar, y comencé de nuevo a gritar, a berrear, a desesperar, como la zorra en la que me había convertido, yo decía:
“ Ooohhhh que biennnnn, me viene. ¡¡Me viene!!,no pares ahora sigueeee cabrón agárrame mis tetas quiero que me acaricies mis pechos mis pezones, asiiiiii, ooohhh que placerreeee , ahhhhhhhhha, me corooooooooo siiiiiiii ahhhhhhh”
Y me corrí llenándole todo su pubis y piernas de mi corrida y jugos, parecía como si me hubiera meado, pero él entonces se liberó de mis garras, me volvió a tomar del culo, me mantuvo en el aire y fue él, con movimientos fuertes, salvajes, coordinados, potentes, de su culo quien me penetraba desde abajo mientras yo sentía que me llegaba a lo más profundo de mis entrañas, entonces sentí como se tensaba todo su cuerpo y gritando decía:
“Guarra asquerosa, putancana, me corroooooo, quien te tuviera por amante como te tiene ese niñato de mierdaaaaaa, ooooooohhhh que placeeerr , eres , ereessss la lecheeee que tía tan cojonudaaaaaa, aaaaahhhhhh, me corrooooooo oooooohhhh siiiiiiiii, siiiiiiiii que placeeerrrrr”
Despues de esto se quedó un rato relajado, seguíamos como estábamos yo sentado sobre él y él aún con su polla dentro de mi coño. Javier estaba sentado en la mecedora y había presenciado toda la escena, tenía la polla fuera y se estaba masturbando, entonces me levante de Miguel, sacándome su polla de mi coño, al hacerlo sonó como si se descorchara una botella, me volví le quité el preservativo y colocándome en el medio de los dos hombres lo puse sobre mis labios bebiéndome toda la corrida de Miguel. Me acerque a Javier le quite la mano de su polla, para que dejara de masturbarse y dándole un beso en la boca le traspase parte de la corrida de Miguel, el había querido ser cornudo y tenía que serlo del todo se tenía que beber la leche de mi corneador. Cogí su mano y le hice que me metiera primero uno, dos tres y hasta cuatro dedos dentro mi coño y me masturbara con ellos durante un rato, después le dije que los sacara y que se los chupara quería que sintiera los jugos que la polla de Miguel me había producido, quería excitarle y comencé a decirle:
“Estas contento mi amor, te ha gustado como tú “mamá” se entregaba a otro hombre en tu presencia ¿era eso lo que tú querías?, dímelo, mi vida has disfrutado sintiéndote cornudo, dímelo, te ha gustado que me comporte como una verdadera puta, era eso lo que querías”
Y de nuevo le acerco mis labios a los suyos y le doy un morreo de campeonato, al terminar él me dice:
“Si puta, sí, eso es lo que yo quería, verte en los brazos de otro como la verdadera puta que eres, he disfrutado muchísimo verte entregada en los brazos del recepcionista, ver cómo te taladraba con su polla me ha puesto a cien y necesito follarte quiero tenerte entre mis brazos quiero joderte ahora”
Yo entonces le dije:
“Si mi amor me vas a follar lo que tú quieras y como quieras, sabes que soy toda tuya y estoy aquí para darte todo lo que me pidas, pero quiero que participe también Miguel, y como él acaba de correrse vamos a esperar un poco hasta que se recupere. En mientras me tomaré la infusión del tratamiento y podíamos aprovechar para que entre los dos uno en cada teta me deis los masajes de pechos con la crema, pues luego se va hacer muy tarde cuando acabemos para dármelos, y no quiero dejar de hacerlo ningún día, ya que es lo que tú quieres el verme con unas tetas tan grande como las de una vaca”
Dicho esto fui a por la infusiones, cogí agua caliente del grifo del agua caliente en el baño las deposite y cogiendo la caja con la crema me senté en la cama y les dije que se sentaran los dos cada uno a un lado. Les di la crema y a Miguel le explicamos cómo tenía que extenderla y el tiempo, le dije:
“Mira Miguel estoy siguiendo un tratamiento para aumento de pecho que quiere Javier que haga para que me aumenten mis tetas dos o tres tallas, para ello estoy tomando unas capsulas de GROBUST, y una infusión por la mañana y otra por la noche de Fenogreco y de hinojo mezcladas, y antes de acostarme durante 10 minutos en cada pecho siguiendo la dirección de las agujas del reloj un masaje en mis pechos con esta crema que también la hemos hecho de semillas de Fenogreco. Así que ahora que te lo he explicado coge un poco de crema y expándemela dándome un masaje en el pecho de tú lado siempre siguiendo la dirección de las agujas del reloj por lo menos 10 minutos aunque si en ese tiempo todavía no se te ha vuelto a empinar tu polla podemos seguir un poco más hasta que lo consigas”
Miguel hizo lo que le dije, y Javier también cogió crema y los dos comenzaron a darme el masaje en mis dos pechos, esto a mi me comenzó a calentar, entonces yo cogí con mis manos las pollas de los dos, a Javier como ya la tenía bien tiesa solamente se la acariciaba pero a Miguel como lo que quería es que se le pusiera en forma comencé a hacerle los movimientos de masturbación para ver si cuando pasaran los 10 minutos ya estaba en forma y podían follarme los dos a la vez.
Cuando pasaron 5 minutos, le dije a Miguel:
“Miguel, yo creo que nos lo vamos a pasar mejor si estamos los tres solos, ¿Por qué no llamas a tus amigos y les dices que ya no hace falta que vengan?, que el trabajo no era el que “pensabas” sino físico y que ya lo has hecho tú, te parece buena idea”
El me contesta:
“Si pero lo haré cuando pasen los 10 minutos que tengo que estar dándote masajes en tu esplendido pecho, no quiero dejar de tocar esta delicia de teta”
Y así lo hizo cuando acabaron los diez minutos cogió el teléfono y telefoneo uno a uno a los amigos con los que había quedado para anular la cita. Con mi masturbación su pene aún no había adquirido la dureza idónea, así que continuamos con el sobeteo de mis tetas otros 10 minutos más. Al terminar estos fui a por la infusión me la bebí y les dije:
“Yo creo que ya estáis los dos bien puestos, o por lo menos vuestras “herramientas” así parecen. Mira Miguel no te puedo dejar metérmela sin preservativo, pues lo he hecho con Javier y si me quedo embarazada quiero saber con toda seguridad que el hijo que tenga sea suyo. Así que si me follas por mi coño te tendrás que oponer condón pero si quieres ser el que me des por el culo en este trió puedes hacerlo a pelo”.
Entonces ellos se arrimaron a mí y Javier comenzó a besarme mientras Miguel me acariciaba de nuevo mis pechos con una mano y la otra la llevaba a mi coño, que aun estaba mojado de la follada que me había metido hacía menos de media hora. Yo con mis dos manos cogí cada una de las pollas de mis amantes y comencé a masturbarlos. Entonces Javier se tendió en la cama y me dijo:
“Ven mi putita, siéntate en mi y vete metiendo mi polla quiero que me cabalgues como una verdadera vaquera, quiero llegar hasta lo más hondo de tus entrañas, quiero correrme dentro y hacerte una barriga , quiero preñarte pedazo de puta , que me has puesto los cuernos con ese cabrón , y encima le invitas a que te de por el culo mientras yo te follo y te hago un hijo, ven aquí mi putita querida, te quiero mi amor, ven te deseo tanto……..”
Yo haciéndole caso me siento sobre él y poco a poco me voy introduciendo su esplendida polla hasta que noto que mi culo toca sus muslos, y comienzo a subir y bajar en principio despacio, para poco a poco ir aumentando el ritmo de nuestra follada, noto su aparato caliente, duro, gordo y fuerte dentro de mí. A medida que va aumentando nuestro ritmo comienzo a sentir de nuevo como me empiezan a manar mis jugos, como consecuencia de mi calentura que por momento vuelve a ser tremenda, noto que mi mente vuelve a estar en el limbo, estoy totalmente ida no existe nada en el mundo solo Javier y su polla dentro de mí, me da todo igual, en este momento lo daría todo por él, me sobra todo lo demás del mundo que no sea Javier, me está haciendo gozar como loca, yo me entrego en mi cabalgada y follada al máximo me siento flotar en el placer. Javier aumenta su ritmo, mientras Miguel no deja de tocar y acariciar todo mi cuerpo a la vez que con una mano me toca con la otra se masturba. Entonces Javier, me saca de mi éxtasis al decir:
“Tú , recepcionista de mierda, como te llames, ya que me has puesto antes los cuernos acaba tu trabajo cógetela por el culo a esta zorra, date prisa que está muy caliente , necesita poca preparación métela primero un dedo mojado en saliva, luego otro y otro y comienza a mover la mano despacio para dentro y para fuera y cuando notes que su esfínter comienza a aflojar y ceder se lo sacas arrima tu asquerosa boca a su delicioso culo y la escupes en el aprovechando que aún estará dilatado al haber tenido tus dedos dentro y luego con tu polla sin miramientos se la metes hasta el fondo a esta puta zorra que lo está deseando”
Entonces Javier me atrae hacía él haciéndome apoyar mis tetas en su pecho me coge con fuerza y hace que yo ponga mi culo en pompa expuesto por completo a Miguel. Este le hace caso a Javier, y comienza hacerme en mi trasero todo lo que Javier le ha explicado, comienza con cuidad o y delicadeza, cuando noto sus tres dedos dentro de mi culito, comienzo de nuevo un movimiento suave de mete y saca, siento la picha de Javier deslizándose en mi vagina y los dedos de Miguel por mi recto, comienzo de nuevo a sentir placer y le digo a Javier:
“¡¡¡¡Follame, joder!!!!!!!! ¡¡¡¡Sí, Sí, Sí, Sí!!!!!!!!, jodeme como tú sabes , asíii, lo necesitoooooo, ooohhhooooo, y tú Miguel saca ya los dedos y méteme tu rica polla en mi culo, quiero sentirme llena por delante y por detrás, lo necesito, os necesito a los dos dentro de miiiiiiii aaaahhhhhhhh, quiero gozaroooososs.”.
Javier me sujeta ahora con más fuerza mientras Miguel tras arrimar su cara a mi culo me lo chupa una y otra vez y escupiendo en él se retira y colocándose de rodilla en la cama detrás de mí apunta su polla a mi agujerito y sin contemplaciones, como le había dicho Javier, de un solo empujón me mete toda su polla hasta que sus bolas chocan con todo mi pandero. Se quedan los dos quietos dentro de mí y Javier le dice:
“Estate atento, yo marcaré el ritmo para que los dos nos acompasemos a la vez, cuando yo la valla sacando hacia fuera de su coño tú la vas metiendo a fondo en su culo, al principio despacio para luego coger ritmo y hacer que esta puta se corra como lo zorra y puta que es y conseguir que tenga el orgasmo más grande de toda su vida y nosotros las corridas más grande y gratificante de nuestra joven vida, atento comenzamos”
Dicho esto Javier comenzó hacer el movimiento de deslizar hacía fuera su picha de mi coño, yo notaba como se deslizaba rozando las paredes del interior de mi vagina, cuando javier comenzó hacer el movimiento contrario, es decir volver a ir entrando en mí su inmensa polla, sentí con un poco de dolor como Miguel me la iba sacando del culo, para cuando javier llegaba al fondo de mi vagina y comenzaba otra vez el camino de sacármela Miguel de nuevo empujaba su bella polla dentro de mi culito. Poco a poco fueron cogiendo el ritmo y a mí me hicieron subirme a las nubes yo estaba muy caliente estaba derramando tantos flujos y líquidos que parecía que me meaba. Los dos eran unas putas máquinas de follar sus pollas, en una sincronización estupenda, me penetraban al ritmo que mi cuerpo y mi calentura les iba exigiendo, yo me corría desesperada y les gritaba:
“AAAAAAAHHHHHHH, me matáis, me vais a matar, que placeeer, me estoy meando de gustoooooo, ooooohhhhhhcluuuuubbb, cluuuuuuuchuuususuuu, ahhahhhhhhaaaaaaaaa”.
Javier me contesta a esto gritos:
“Si zorra eso es lo que quiero, quiero que no se te olvide esta follada que te estamos dando. Que ganas tenía de follarte de esta forma, con otro tío a la vez, zorra, que cachondo me has estado poniendo todo el rato que te he visto follar con este maricón, toma pollas por tus dos agujeros ahora sí que necesitábamos a un amigo de este para que te llenara tu boca de mamona , ahahhhaaaaaaaa, que bien follas, cariñoooooooo………”
Me daban los dos grandes sacudidas, Miguel cada vez tomaba más confianza en su follada de culo, me agarraba de mis caderas y yo no paraba de gemir y le decía:
“OOOOOOOHHHHHH, me llenas de polla, así cariño, dame fuerte, me voy a correr otra vez, que bien me follas por mi culo cabrón, me corro de nuevo, que rica polla tienes, OOOOOOHHHHHH”
El me contestaba:
“Si puta, noto que me está viniendo, como me viene, me voy a correr te voy a llenar el culoo, puta, SIIIIIIIII, ME COOOOOOOORRRROOOOOOOOO, ASÍ CIELO, ASÍ, QUE CULO MÁS RICO, SIIIIIIIIIIIII, “
Yo le decía:
“Yo también me corro de nuevo, ASI CABRÓN DAME POLLA, QUE RICO, ASIIIIIIIII, SIIIII, AHAHAHAHAHAHAHAH. ¡OOOOOOOHHHHHHH¡ ¡!!!!!!!!! ME RAJAS¡¡¡¡¡¡ ¡!!!!!!QUE GUSTO, FOLLAME, DAME DURO CABRÓN¡¡¡¡¡¡¡¡”
Yo noté como su rabo se hinchaba y su capullo empezó a soltar grandes chorros de leche caliente dentro de mi culo que inundaron todo mi recto, estábamos gozando los tres a tope, le dije:
“Miguel por favor no te salgas aún de mi espera a que Javier también se corra. Y tú Javier, sigue así cabrón, dame bien fuerte, me tienes como a una zorra, siiiiiii, follame como a una puta quiero correrme otra vez con tu polla destrozándome el coño, dame, síiiiiiiiiiii”
Javier no aguantando más me agarró con más fuerza, me arañó el culo y yo aumenté su presión en la follada, quería que me llenara a tope mi vagina, quería que me preñara, quería que me destrozara el coño de placer, sentía como poco a poco se tensaba más , hasta que explotó violentamente diciendo:
“ME COOOOOOORRRRRRROOOOOOOO, SIIIIIIIIIIIII, so pedazo de zorra , mi PUTAAAAAAAAA; te voy a PREÑAAAAAAAAR, quiero hacerte un HIJOOOO, AAAAAAHHHHHHHH, OOOOOHHHHHHHH; ME COOOOORRRRROOOOOOOOOO, TOMAAAAAAA MIIIII LECHEEEEEEEE”
Yo sentí todo su esperma dentro de mi caliente, era una sensación inexplicable, era quizás el orgasmo más grande que habíamos tenido en nuestra relación Javier y yo, yo termine cuando él mi serie de orgasmo, y no pudiendo más me quede quieta encima de él, Miguel se salió de mi culo. Entonces comenzó a salir muy despacio parte de su corrida mezclado con restos de mi mierda y un hilito de sangre. El cabrón con la intensidad de sus emboladas me había roto el culo, aun con las pollas que ya habían entrado antes en él.
Entonces Javier me dijo a mi oído:
“Gracias Esperanza, te he follado tan bien porque tenía muchas ganas, me ha excitado mucho verte en brazos de otro hombre, me he imaginado muchas veces sesiones de sexo así, pero nunca pensé que la realidad fuera tan divina”.
Yo dándole un beso le contesto:
“Yo también he gozado mucho, ahora quiero que los dos me comáis cada una de la parte de mi cuerpo donde el otro a estado y os bebáis y comáis los jugos que estoy soltando, yo luego os limpiare con mi boquita vuestras excelentes pollas, pero para ello vamos al cuarto de baño.”
No hizo falta que les insistiera, me siguieron cuando me encamine hacia el cuarto de baños, al llegar, Javier ocupo con su boca la entrada y agujero de mi culo, yo hice un poco de esfuerzo con mis esfínter para expulsar la mayor cantidad posible del esperma de Miguel y se me escapo un pedo, Javier trago todo sin decir nada, haciendo como si no hubiera oído el ruido de mi culo.
Miguel se coloco igual en la entrada de mi coño y se iba tragando todos los jugos y la parte de la corrida de Javier que salía por mi almeja, yo no sé que me paso que no me pude sostener y se me escapo una meada que él también sin protesta se trago.
Cuando mis dos amantes acabaron mi limpieza de bajos, yo cogí su relevo y con mi boquita les limpie sus pollas. Pero esto no les basto pues como si se vengaran uno de haber recibido mi pedo y el otro mi meada comenzaron los dos a mearse encima de mi apuntando a mi boca donde recogí lo que pude y el resto resbaló por todo mi cuerpo.
Cuando acabamos, nos metimos los tres juntos en la ducha, al acabar Miguel se vistió y despidiéndose marcho, no sin antes habernos dicho que estaba dispuesto si queríamos repetir la experiencia algún día más de los que estuviéramos en el hotel.
Javier y yo desnudos, nos metimos abrazados en la cama, eran las 3,00 de la mañana, y dándonos besos y caricias nos quedamos dormidos
Continuara.
Espero vuestros comentarios sobre este relato.
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