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Capitulo III
Sigo aprendiendo las enseñanzas de mi padre
Cuando terminamos de almorzar, y después de lavar el servicio, continuábamos desnudos, y yo miraba como se balanceaba, pesadamente, la verga de mi padre, conforme el se movía.
Vamos al dormitorio, me dijo, podemos ver televisión, mientras hacemos la digestión.
En su dormitorio nos echamos en su cama y prendió la televisión.
Por un buen rato vimos un programa de deportes, y con toda la agitación que había tenido, me quede dormido.
Cuando desperté unas 3 horas después, mi padre seguía viendo la televisión, acostado a mi lado.
¿Más descansado?, me pregunto riéndose, y por lo visto ya preparado para seguir la acción, se rio mas fuerte, mirando mi verga, que recién me di cuenta que estaba en erección.
Yo lo miré sonriendo a mi vez, ¿y que vamos a hacer ahora? , pregunte.
Bueno, tu ya estas al palo, pero yo todavía no, me dijo señalando con la mirada su verga, que efectivamente todavía le colgaba relajada, la mire, y pensé, si que la tiene grande.
Vamos a hacer algo, me dijo, ¿Qué te parece si volvemos a darnos gusto, mamándonos las vergas?
Está bien, conteste, ¿quien empieza esta vez?, ¿yo te la mamo primero? ¿O lo haces tú?.
¿Qué te parece si lo hacemos los dos al mismo tiempo?, ¿pero cómo? Pregunte.
Te voy a enseñar algo nuevo, se echo más abajo, sacando la almohada, quedando completamente tendido en la cama, súbete encima mío, me dijo, yo me trepe encima de él , quedando cara con cara, me dio un beso, muy tierno, y me acarició las nalgas, muévete sobando tu verga en la mía, me coloque en tal forma que nuestras vergas coincidieran, y empecé a moverme, frotando mi pequeña verga contra la suya, me ayudaba con la mano, y él seguía acariciando mi culito, lo que me causaba sensaciones ricas, entonces me dijo, mordisquéame las tetillas, presiona con los dientes , pero no muerdas muy duro, yo empecé a mordisquear sus tetillas, entre los pelos que el tenia allí, como en todo su pecho.
El frotar nuestras vergas y el mordisqueo parece que empezó a dar resultado, por que sentí, como su verga empezaba a levantarse y a ponerse dura, y golpear mi estomago.
Échate al revés, me dijo, mirando hacia mis pies, yo me voltee y quede sentado sobre su vientre, mirando su verga, ahora completamente parada,
Acomódate para que me chupes la verga, y yo chupare la tuya, eso se llama el 69, dijo.
Me acomode y empecé a jugar con su prepucio, descubriendo la cabeza de su verga, para volverla a cubrir, y sentí como él, se metió toda mi verga en su boca, y empezó a succionar, entonces yo abrí la boca lo mas que pude y me metí la enorme cabeza de su verga en mi boca, que la lleno por completo, y empecé a chupar , succionando y lamiendo la cabeza, y el tronco de esa enorme verga.
Después de un buen rato, y cuando empezaba a sentir los efectos de la chupada, que mi padre me estaba dando, me dijo.
Cuando yo te avise, méteme dos dedos dentro del culo.
Eso me sorprendió mucho, y le dije, como protesta, ¡pero papa!, nosotros somos hombres, y los hombres no se meten nada al culo.
Hijo, tienes que aprender, que esto es sexo, placer, el que me metas el dedo al culo, o cualquier otra cosa, no va a hacer que yo sea menos hombre, seguiré siendo el mismo hombre de siempre, pero ahora sentiré mas placer, por que los hombres tenemos , algo que se llama próstata, y que está dentro del culo, y cuando se masajea, nos produce el orgasmo con una eyaculación tremenda, te vienes muy rico, hazme caso, y nunca te sientas menos hombre, por meterte el dedo al culo, para sentir un orgasmo, ¿me entiendes?, si papa conteste, no le pongas limites a tu placer, me dijo.
Enseguida empecé a sentir que mi padre lamia mi verga de arriba abajo, llegando hasta mis huevos, y después de lamerlos , siguió más abajo y empezó a pasar su lengua por el ojete de mi culo, causándome una serie de sensaciones, riquísimas, y en una de esas, sentí como su lengua, se introducía dentro de mi ano, humedeciéndolo todo, daba vueltas a su lengua en círculos, dentro de mi culo, yo sentía crecer un deseo dentro de mí, y mi corazón empezó a palpitar más fuerte, y entonces lo escuche decirme, ¡méteme los dedos al culo! , yo metí mi dedo índice y medio dentro de su culo, y me dijo, ¡dale vueltas!, dale vueltas!, y empecé a hacerlo, y escuche que él decía , siiii asiii, y entonces sentí que me metió un dedo al culo y empezó a moverlo en círculos, y yo solo sentí que algo explotaba en mi verga, y en ese mismo momento sentí que de la verga de mi padre, que aun tenia metida en mi boca, emanaba su leche en grandes cantidades, tanto que tuve que sacármela de la boca, para no ahogarme, ya que no podía tragar tanta lechada, y su verga palpitaba y seguía escupiendo mas de ese liquido caliente, mojando mi cara y mi pecho, y escuchaba el ronco gemido de mi padre mientras se vaciaba.
Me quede desmadejado y completamente relajado encima de él, y por mucho rato, todo embarrado en su deliciosa leche, y permanecimos así, sin movernos un buen rato, hasta que me levanto cargándome, y me dijo ahora si jovencito a la ducha, porque estas lleno de sudor y lechada.
Si papa, conteste, ¿pero te sientes bien?, si papa de maravilla, y de verdad me sentía muy feliz.
En la ducha empezamos a jabonarnos mutuamente, el me jabono integro, cuello, pecho , espalda, mi verga y culo, terminando en mis piernas y haciéndome cosquillas en los pies.
Yo por mi altura, le jabone la barriga, el culo, y la verga, deteniéndome en esta última, que estaba relajada, pero colgaba bastante, en toda su enormidad, y jugando jalando su prepucio, al principio para lavar el glande como me había ensenado, pero luego ya por juego, jalaba el prepucio para descubrir la roja cabeza brillante, y la volvía a cubrir, solo para repetir la acción una y otra vez, el me miraba sonriente, ¿te gusta mi verga? Me pregunto.
Si, es tan enorme, le dije, y el riéndose me dijo.
Tu la tendrás igual o hasta mas grande, para tu edad ya la tienes muy grande, ¿la has medido?, no, no lo he hecho conteste, bueno, si quieres más tarde la medimos, ¿que te parece?, si, si , muy bien , le dije entusiamado.
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