Pris. La señorona de la noche en vivo y a todo color, sobre todo cómo persona. Adepta también habituada sin embargo, acostumbrada a vestirse con cuero completamente desde la misma cabeza hacia los pies; con chaqueta sin mangas estrecha, entubada, ajustada, ceñuda y entallada de ganchos invisibles junto con falda corta de lápiz cuero finalmente abrigo grande de cuero en rojo vino y botas hasta la rodilla de tacones de agujas negras. Personificándo de ahí protagonizándo a una puta de la zona rosa de la ciudad hoy por hoy. Pris camina de extremo a extremo principalmente a la vuelta de las calles; con una pierna afuera del abrigo al masajearse así acariciarse sin cesar la cartuchera al tener levantada hasta apoyada de suela en poste de prohibición aparcar hasta estacionarse arriba de la aceras. Pris se detiene al abrir en (A) de las piernas con todo y abrigo desabrochada con ambas manos agarradas a la propia cintura cómo chicote de la falda de cuero. Transcurrir de los automóviles para variar le pegan al escucharse sonora igualmente replicándose constante obviamente sin cesar, silbidos acompañamiento de unas expresiones ¡cuánto cuesta esta carne de puta...!, ¡quemando por esta culona que quiere correazos...!, ¡juegas al trencito al ser tú la locomotora...!, entre bastantes groserías sobre todo indecencias de viva voz al caerle cómo la bomba atomica sobre Pris siendo toda una verdadera puta.