Segunda parte……
Después de nuestros orgasmos, mi padre seguía allí en la cama conmigo. Me acariciaba por el interior de los muslos y su boca lamía con suavidad mis pezones que estaban duritos como piedras. Yo no sabía que hacer, solo hacía un rato que su polla me inundará la cara de leche y como nunca había llegado a tanto con un hombre no tenía muy claro lo que se esperaba que yo hiciera. El no se detenía, me trataba con mucha suavidad y llevo mi mano derecha de nuevo a su enorme verga que estaba adquiriendo una consistencia y dureza increíbles. Mientras me lamía todo el cuerpo de nuevo, trataba de ver de escorzo como era de grande aquella enorme verga que crecía bajo mi mano al son de mis caricias. Era gorda, bastante gorda y no tenía punto de comparación con las de los niñatos que conocía. Debía medir unos dieciocho o veinte centímetros pero mi mano a duras penas lograba abarcarla. Me daba un poco de reparo verla tan gorda y congestionada porque deseaba que me la metiera pero tenía miedo que aquel falo tan tremendo me hiciera mucho daño. Entretanto mi padre seguía con sus expertas lamidas ajeno totalmente a mis elucubraciones. Su lengua bajó de nuevo por mi vientre y se poso sobre el borde de mi vagina. Apoyó la barbilla en el pubis y lanzó su lengua ávida sobre mi botoncito que salió a recibirlo al tercer lenguetazo. Estaba totalmente mojada, pero él debía querer otra cosa porque después de lamerle el coñito de arriba abajo una y otra vez, me hizo darme la vuelta quedándome con el culto en pompa. Me abrió con suavidad los muslos haciendo que separará las piernas y situándose entre mis muslos comenzó a lamerme desde atrás desde el culito al clítoris. La sensación era increíble. Su lengua me penetraba y se movía unas décimas de segundo dentro de mi coñito mientras sus dedos frotaba mi botoncito. Instintivamente comencé a empujar mi coñito contra su cara y el alternó su lengua en mi vulva con suevas lametadas y penetraciones en mi ano. Lamía mi ano y removía con su lengua la entrada del mismo y sin solución de continuidad pasaba a mi coñito empapado. Sus dedos comenzaron a hurgar en mi culto y al rato la misma mano tenía un dedo en el culito y otra en mi coñito. Era genial, fabuloso, autentico. Estaba de espaldas con las piernas abiertas y mi padre me estaba llevando al climax del placer. Tendida como una perrita sumisa noté como abandonó sus lamidas y me hizo levantar el trasero de la cama arrodillándome mientras me obligaba a bajar la cabeza y apoyarla en la almohada. Enseguida noté su enorme verga rozándome de arriba abajo, Me acariciaba la vulva, luego el canal de mis nalgas. Apoyaba la punta contra mi ano y trataba de forzar un instante para volver luego a rozar mi clítoris y apoyarlo unos segundos en la entrada de mi coñito mientras me lamía la espalda y me amasaba mis pequeñas tetitas. Mi excitación era tremenda. Deseaba que me penetrara, ya no me importaba ( ni siquiera lo pensaba) lo que me podía doler aquella polla entrando en mi. Cuanto más me acariciaba con ella, más deseaba yo tenerla dentro. Cuando la apoyaba en mi coñito esas décimas de segundo, mi cuerpo reaccionaba empujando hacía atrás con decisión. Pero estaba claro que los planes de mi padre no eran penetrarme así. El muy hijo de perra solo pretendía excitarme y que deseará tenerlo dentro porqué, cuando más caliente estaba. Se detuvo y dándome dos palmadas en el culito se tumbó a mi lado en la cama sonriendo. Lo miré un poco salida y bastante cabreada. “ ¿ que pasa? ¿Acaso pretendes dejarme así?. El sin dejar de sonreír me invitó a que le pidiera lo que quería. Estaba súper excitada, empapada en mis jugos que chorreaban por mi entrepierna y el muy golfo pretendía que se lo pidiera. “Muy bien, de dije, quiero que me metas esa polla ahora mismo!! “. El me miró divertido mientras se acariciaba su trozo de carne empalmado. “ lo haré si me prometes hacer lo que yo quiera”. Asentí sin palabras mientras tragaba saliva. A saber lo que pretendía hacerme. Sin moverse de la postura que estaba me pregunto..” ¿ me prometes que vas a ser mi putita cada vez que te lo pida….ahora y en el futuro?”. Yo no podía más, deseaba aquella polla dentro de mi, estaba muuuy muuuyy caliente y deseaba aquella verga, deseaba que aquel pene fuera mi primera experiencia intensa así que se lo prometí. No lo dudé, le dije “ si papa, seré siempre tu putita, ahora porfaaa métemelaaaa” . El se ladeó un poco y comenzó a besarme comiéndome la boca mientras me apretaba mis pechos. Suavemente me fue empujando hacia abajo para que lamiera su gorda polla. No me hice de rogar y abriéndo al máximo mi boquita de adolescente trataba de meterme lo más posible dentro mientras sus fuertes brazos me colocaban con las piernas abiertas sobre su boca. Pero no fue su boca lo que noté en mi coñito. Eran sus dedos los que acariciaban mi vulva y su dedo pulgar el que me penetraba despacio mientras el resto de su mano sobaba mis labios vaginales y el clítoris llevándome al más alto grado de excitación que nunca hasta hoy he tenido. Tenía entre mis labios la enorme polla de mi padre pero era tanta la calentura que tenía que ni siquiera la mamaba. El me detuvo y se detuvo. Me pidió que me diera la vuelta y así lo hice, me puse de frente a el. Mi cara estaba roja y congestionada por la excitación. Agarro su polla con la mano izquierda e hizo que me fuera colocando sobre ella. Me advirtió que seguramente me dolería un poquito al principio pero yo controlaría lo que quería meterme en esa postura. Yo no quería esperar y una vez ubicado mi coño sobre su polla me dejé caer sobre ella…pero no podía metérmela. Me dolía muchísimo así que después de intentarlo cuatro o cinco veces mi grado de calentura iba descendiendo. Mi padre me pidió que me abriera las nalgas con las manos y lo volví a intentar pero aunque en está ocasión logré metérmela un poquito, el fuerte dolor me hacía imposible seguir. Renuncié a meterme aquella polla que tanto deseaba y me bajé de encima de mi padre. Claro que no contaba con su recacción. Me apoyó en la cama con las rodillas dobladas y el culo en pompa. Me lavó la cabeza en la almohada y comenzó a lamerme a fondo el coñito. Mis jugos me inundaron de nuevo y en ese momento el metió sus dedos en mi interior lubricando con mis humedades mis labios vaginales externos se colocó detrás de mi y me pidió que mordiera la almohada si me dolía mucho y antes de que reaccionará, su polla se clavó en mi coñito mojado ocupando totalmente su entrada. Solo estaba dentro su enorme y afilada cabezota roja pero yo estaba viendo las estrellas. Mordía con desesperación la almohada mientras le pedía que se detuviera pero mis peticiones hicieron el efecto contrario y mientras me decía “cállate putita rica, cállate y trágate tu bombón preferido” me enterró su verga hasta el fondo mientras me mordía la espalda con furia. Cuando la tuvo dentro se detuvo. Dejó de morderme y sus manos y su boca comenzaron a acariciar mi espalda. Me dolía bastante pero estaba feliz, tenía dentro aquella tremenda verga de mi padre y notaba sus huevos contra mi culo. Me la había clavado toda. Comenzó a susurrarme cosas lindas, me decía que era su putita pero también era su nenita linda y que era una delicia haberme estrenado que nunca lo olvidaría y que ahora debía moverme yo si quería follar. Que si lo hacíamos despacito ahora le dolería menos y la próxima vez sería genial. Poco a poco y entre jadeos de dolor comencé a moverme despacito. Era cierto, tenía una extraña sensación de ocupación pero estaba tan excitada que casi no sentía el dolor ya que mis jugos vaginales actuaban como lubricante. Mis movimientos se hicieron cada vez más osados y entonces mi padre no se quedó aguardando y comenzó a moverse delicadamente al principio y con más intensidad al cabo de unos minutos. Noté como clavaba su dedo en mi culito y por primera vez en mi vida comencé a notar una increíble sensación. Me inundaba el placer, deseaba gritar estaba corriéndome con aquella enorme y gorda polla dentro de mi. Papa se dio cuenta de mi orgasmo y me aplastó la cabeza contra la almohada para que no se escucharan mis gemidos mientras me clavaba adentro y afuera con su dedo pulgar mi culito y bombeaba con potencia en mi coñito. Mi orgasmo fue bestial, increíble, fabuloso. Lo recuerdo como una sensación maravillosa. Pero no acabó ahí la noche. Yo estaba desmadejada pero mi padre decidió seguir. Sin sacarme aquella verga que tanto trabajo me había costado meter dentro, me levantó la cabeza y me arrastró sobre el con la polla dentro. Yo estaba de espaldas así que me hizo hacer el helicóptero y darme la vuelta sin sacarme la verga. Cuando me tuvo de frente me hizo bajar la cabeza para besarme mientras me agarraba los pechos. Me colocó recta sobre el y me dijo que me tocaba hacerlo yo ahora. El movía su culo adentro y afuera y yo trataba de moverme como había visto en la peli porno. Al poco rato y mientras papa me amasaba los pechos me inundó otra vez una sensación fabulosa, mi respiración se agitaba de nuevo está vez era más suave, mas largo más intenso. El muy cabrón se dio cuenta y me jaleaba en voz baja. “ ¡¡ venga zorrita!!, venga, córrete de nuevo mi pequeña putita!!”. Sus palabras me excitaban aún más y cuando me llegó el climax, el tuvo que agarrarme y tumbarme sobre su boca para ahogar mis giritos de placer. Fue una autentica pasada. Me quedé exhausta sobre su pecho mientras papa me acariciaba manteniendo su verga dentro de mi. Unos minutos después me pidió que se la chupara porque quería correrse y no lo podía hacer dentro de mi hasta que fuera el ginecólogo y me pusiera un DIU (cosa que hice la a los dos días yendo con mama). Yo deseaba sentir su leche dentro de mi coñito dolorido pero papa se negó rotundamente. Me armé de resignación y me saqué su verga del coñito. Me quedé con un enorme vacío cuando me la saqué y por encima había sangrado y la polla estaba llena de sangre. Papa se la limpió con una toalla y yo me dispuse a hacerlo disfrutar. Me coloqué sobre el y le pedí que se estuviera quieto. Comencé a lamerle el vientre mientras acariciaba su potente verga con la mano. Mis tetitas rozaban intencionadamente su vientre, su polla y mis labios lamían sus huevos, el interior de sus muslos y mi dedo índice hacía amagos de penetrar en su culito. Parecía desesperarse, el juego le excitaba pero le ponía tenso así que decidí meterme su verga en la boca sin dejar de masturbarle con las manos mientras mis tetas seguían rozándole constantemente. Comenzó a gemir y sus manos se agarraron a mis cabellera y sin soltarme me obligaba a tragarme cada vez más polla y a seguir el ritmo que el me marcaba. Estaba a punto de atragantarme pero me excitaba aquel juego así que no dejé de masturbarle con las manos mientras chupaba y lamía su cabezota con toda la maestría y candidez de una principiante. Surtió efecto y cuando llevaba más de cinco minutos de lametones y masturbaciones, noté como un potente chorro de leche me inundaba atragantándome por lo inesperado. Tenía un sabor salado y viscoso pero me gustaba entre toses traté de comérmelo todo así que sin dejarlo lo lamí a conciencia hasta que dejó de saberme a semen su polla.
Me levanté y me puse a su lado, lo miré el me besó mientras me decía susurrando. “ Eres fabulosa, eres genial, nadie me lo hizo nunca así humm, que maravilla Eva”. Yo lo seguía acariciando mientras le decía que a mi me había encantado que el fuera mi primer hombre. Le aseguré que siempre que el quisiera, y pasara lo que pasara seguiría follando con el pero que la próxima vez quería que se corriera dentro de mi. Me prometió que e cuanto fuera al ginecólogo lo haríamos así. Y después de besarme me dio una palmadita en el culito y se marchó casi sin hacer ruido a su habitación.
Hubo muchas más veces, y algunos encuentros tuvieron fabulosas sorpresas pero todo esto ya os lo iré contando en otras ocasiones.
Besitos calientes.
Eva Traste
HOLA MI AMOR QUERIA DECIRTE QUE SOS LO MAS LINDO QUE TENGO EN LA VIDA, TE AMO MUCHO Y TE EXTRAÑO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO TE AMO Gustavo