Angel se reprendió por su actitud violenta, nunca consideró esa posibilidad y ahora estaba arrepentido de haberla tratado de forma tan brusca, tal vez lo odiaría por forzarla a ser suya. Sammy notó el cambio y volviendo la mirada a él supo que estaba sufriendo tanto por el deseo insatisfecho como por la virginidad de ella. Se supo a salvo, pero, entonces por qué no se sentía feliz; ella misma se vio consumida por el deseo de aquél hombre y de hecho lo seguía deseando. El se dejó caer en uno de los asientos respirando dificultosamente, aún estaba demasiado excitado y su sexo erecto era evidencia exacta de cuánto deseaba a esa mujer. Ella todavía con los sentidos aturdidos por el deseo, se acercó a él y sin decir media palabra comenzó a besarlo en los labios, suavemente al principio, más profundo después; dejó su boca para luego bajar por el pecho varonil y dejar una cadena larga de besos y caricias con su lengua que nuevamente los puso a los dos en la cima de la excitación...ella siguió recorriendo aquel cuerpo, hasta llegar al vientre masculino y encontrarse con su miembro sexual. Sus manos inexpertas parecieron de pronto lo contrario, hábiles en dar caricias, arriba y abajo, disfrutando de la humedad del pene de Angel, sintiendo la dureza entre sus palmas y escuchando los ronroneos de Angel supo que lograba su propósito; hacerlo olvidar toda barrera que impidiera que amara a Sammy, ella en cambio, con cada caricia se daba cuenta del poder sensual que ejercía en Angel y eso la hizo más consciente de su feminidad, con sus manos delgadas y suaves hizo miles de caricias, subía y bajaba, como aletear de mariposas en la virilidad de ese hombre que despertó todos los instintos sexuales de Sammy quien al poco rato de su labor sensual, se dio cuenta que Angel estaba por terminar...contuvo sus caricias, no era momento aún de dar fin a ese descubrimiento erótico; disminuyó el ritmo y como gatita satisfecha por sus logros mimosos propinó un suave beso en la punta del pene, casi sin rozarlo, apenas perceptible; este hecho casi vuelve loco a Angel y por ende, incontenible la fuga explosiva de su semen.

En una maniobra inesperada Sammy se pone encima de Angel y coloca el sexo masculino justo a la entrada de su vagina y en un movimiento rápido, sorpresivo lo introduce en su virginal cavidad, envolviendo con todo su calor, con su deseo a aquel invasor-bienvenido, dando comienzo a una carrera frenética de lujuria, placer y pasión descomunal, un galopar de amazona entrenada para la dicha en libertad de todo prejuicio y miedo, tabú y principios retrogradas; eran un hombre y una mujer en la manifestación más clara de la entrega total, manos aladas que buscaban la piel del otro para darse hasta el agotamiento todas las caricias contenidas, labios sedientos que se bebían toda savia de vida, suspiros prolongados y sofocados por los muchos besos que se dieron, así los alcanzó el clímax...dejándolos exhaustos uno en brazos del otro, con los sentidos perdidos, con la mente sin razón, sin un pensamiento de arrepentimiento y con el corazón palpitando en desboque atropellado de un sentir que no sabían vivía dentro de ellos y que se pertenecía mutuamente.

Más tarde ya de regreso a casa de Sammy, ninguno se atrevió a romper el silencio, cada uno estaba sumergido en su propio pensar y sentir. Llegado el momento del adiós Angel dijo con la mayor certeza, como la que hay en la vida y en la muerte...”siempre serás sólo mía”, ella con su cálida voz y como en susurro del viento, dijo: “Siempre tendré hambre de ti...”

FIN