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Categoría: Maduras

UNA SEMANA DE MUCHO SEXO CON MI QUERIDA SUEGRA (ii) -

 

Mabel, la amiga de mi suegra Marta recibe su recompensa

 

Después de la tremenda sesión de sexo con mi suegra Marta la noche anterior, regresé a casa muerto de cansancio. La verdad solo quería descansar y dormir, pero había despertado la pasión sexual de mi suegra y ahora tenía que pagar las consecuencias.

Ella me esperaba vestida solo con sus bragas y corpiño lo que me reveló   que habría jaleo otra vez. Había preparado  una rica cena que disfrutamos. Durante la misma conversamos sobre lo bien que la habíamos pasado la noche anterior; volvió a repetirme que era lo mejor que había tenido en encuentros sexuales y me lo agradeció con un beso. Aproveché para decirle

Marta, hoy por la mañana te oí hablar con Mabel contándole lo ocurrido anoche. Debo decirte que me disgusta que nuestro secreto se difunda.

No te enojes Damián, es que estaba tan contenta y quería compartirlo con alguien. Mabel es mi confidente de hace años y es capaz de guardar un secreto. Además ella de alguna manera es responsable de que yo me librara de mis prejuicios.

Tal vez así sea, pero no me quedo tranquilo.

No sé si tu ego te lo permite, pero luego de comentarle algunos detalles a Mabel, ella se entusiasmó y muere de ganasde estar contigo. Se enloqueció cuando le describí tu verga.

Que dices? Estás loca? Y tú me lo propones?

Por qué no? Acaso yo no tendré que compartirte con mi hija Carmencita?

Eso me parece distinto porque queda en familia, pero en fin, déjame pensarlo, al fin de cuentas ya me están empezando a gustar las señoras mayores y Mabel también está buena y se merece algún polvo.

Entonces estás de acuerdo? Dime que sí y yo arreglo  para que tengan una sesión en su casa.

De acuerdo, pero tiene que ser esta semana  porque la próxima regresa tu hija y seguramente ella también reclamará su sesión de sexo…

Perfecto, luego le hablo. Todo sea por una amiga. Pero esta noche  tengo mucha ilusión de volver a dormir contigo.

Sea, pero en mi cama que es más cómoda.

Terminada la cena y limpiados los enseres, marchamos al lecho. Como ya habíamos intimado, esta vez  no hubo preámbulos y nos acostamos desnudos.

Hoy como estoy cansado, primero voy a comerte el coño y luego follamos, te parece?

De acuerdo. Tus mamadas son bienvenidas por lo rico que lo haces.

Y así fue, estuve como media hora mamando concha, tetas y culo, hasta que me tiré de espaldas y le pedí a Marta que se montara encima y que ella dirigiera el operativo. Le gustó la idea de llevar la iniciativa y se clavó mi picha de una vez en su concha. Allí estuvo moviéndose y saltando para que el frote le trajera más placer. Luego se dio vuelta y dándome la espalda siguió el juego hasta que le anuncié que me corría.

Que pronto mi amor, aguanta un poco que la estoy pasando bomba. No sabes qué bueno es coger en esta posición.

Para ti lo será, pero mis riñones me están pidiendo clemencia. Por otro lado me has puesto muy cachondo y no podré evitar derramarme.

Y me corrí. No tuve voluntad ni para levantarme a lavar. La acosté de costado frente a mí, y me dormí mientras mi suegra jugaba con mi verga en sus manos. No hubo más sexo porque verdaderamente me sentía muy cansado, y ya habría más oportunidades en las noches venideras.

Al día siguiente  por la noche me esperó con la novedad que había arreglado con Mabel para dentro de dos días. Habría cena temprano tipo 19 horas y después sexo hasta la hora que quisiéramos. Y allí quedó la cosa, luego nos marchamos a dormir y a disfrutar de nuestro reciente amor sexual.

Llegado el día fijado, a la hora convenida allí estuve puntualmente. Mabel me esperaba vestida con una bata ligera que traslucía una minúscula tanga y corpiño. Debo aclarar que ella es de la misma edad que mi suegra y físicamente no está mal, tiene un par de kilos más pero bien distribuidos. Viuda desde hace un par de años vivía muy bien porque el finado la había dejado en una buena posición económica. Ese noche les había dado permiso al  personal doméstico por lo tanto estábamos solos para disfrutar de nuestra fiesta.

La cena consistió en unos sándwiches y canapés acompañados por champagne, que fueron rápidamente superados por la premura que la señora tenía por pasar a la segunda parte del encuentro.

No había pasado ni media hora de mi llegada cuando Mabel me invitó a su dormitorio. Previamente pasamos por el lavabo para estar presentables para la ocasión.  Ya en el cuarto nos miramos y como ninguno tomaba la iniciativa dije

Querida Mabel espero no defraudarte, cuando Marta me lo propuso creo que no lo pensé bien y estuve a punto de negarme. Ella me convenció y realmente viéndote así como estás hoy, debo reconocer que llevaba razón. Estás estupenda y creo que lo pasaremos de maravillas. Y ahora permíteme que te desnude a sí puedo contemplar  mejor tu hermoso cuerpo.

… Cuando tú quieras Damián.

Qué hermosas tetas, Mabel, dan ganas de acariciarlas y mamarlas. Son un primor…dije cuando le quité la bata y el corpiño, para seguir con mi tarea con la tanguita…Y que veo aquí? una hermosa vagina con sus vellos cuidosamente arreglados y un culo que merece que lo muerdan de sabroso. Además quiero advertirte que esto será a todo vale sin prohibiciones o tabúes. Bueno, si hay algo que realmente te molesta me lo dirás porque la idea es gozar lo más posible.

De acuerdo Damián, pero creo que todo lo que hagamos será placentero. Ahora señor me toca a mí desnudarte, no?

Lo hizo con una rapidez increíble, y cuando me quitó el pantalón y se percató del tamaño de mi verga que ya estaba tomando dureza, sus ojos brillaron y dejó exclamar una expresión de satisfacción. Ni que decir tiene cuando me sacó el bóxer y mi falo se irguió apuntándole.

Qué hermosa verga Damián, no recuerdo haber visto una igual. Tu suegra tenía mucha razón.  Me muero por empezar a jugar con ella.

Es toda tuya esta noche, pero quizás sea mejor acostarnos.

En la cama y sin pérdida de tiempo Mabel se apoderó de mi pene y empezó a jugar con él como había prometido. Primero se quedó mirándolo detenidamente y fijándose en los detalles, luego colocando sus manos juntas en forma vertical pareció medirlo, de inmediato uniendo el dedo índice con el pulgar de una de sus manos intentó y no pudo  medir el diámetro. Me miró fijo y me hizo un gesto de complacencia. A renglón seguido empezó la tarea real; con su lengua lamió desde mis huevos hasta la cabeza. Corrió el prepucio y en lugar de meter la cabeza en su boca,  frunciendo los labios empezó a succionar en la raja produciéndome un placer muy agradable e inesperado. Al final se la metió toda en la boca y chupó hasta que le pedí que se detuviera porque me estaba por correr.

Vaya Mabel, que buena mamada me has dado. Casi me haces acabar en tu boca.

Te aclaro que no me hubiera disgustado. Me encanta beberme la leche.

Bueno es saberlo. Pero ahora creo que llego la hora de comerme una sabrosa almeja que me tienes preparada, verdad?

La vas a encontrar un poco pringosa porque la mamada esa me puso muy caliente.

Le pedí que se pusiera en el borde de la cama con las piernas colgando y me arrodillé frente a mi objetivo. Su coño perfumado  estaba rodeado de un pelambre lacio y estéticamente trabajado para dejar una V indicando el camino a la gloria. Le abrí las piernas y me lancé a devorar la vulva que como Mabel había anunciado estaba muy mojada de sus jugos. Los labios exteriores eran oscuros y estaban, al parecer hinchados por la calentura, mientras que su interior era de un rojo pálido. Terminada la inspección ocular me di a la tarea.

Comencé besando y lamiendo las piernas alrededor de la vagina. Lo hice con besos suaves y lentos, y abriendo la boca dejaba que la lengua acariciara su piel. Noté que Mabel suspiraba y murmuraba algo así como que le comiera el chocho a prisa. La hice esperar un poco para aumentar su ansiedad y calentura, tal que, cuando no bien apoyé la boca y lengua en la vulva, se estremeció y me brindó su primer orgasmo. Luego y por un largo rato siguió los festivales de siempre, chupadas, lamidas y hasta mordiscos suaves en toda la superficie y en su interior. La lengua es un órgano curioso y como tal no dejó rincón por recorrer brindándole un gozo pleno que mi amiga me devolvía con gemidos, gritos, suspiros y a cada rato orgasmos intensos que hacían vibrar todo su cuerpo.

Sigue, sigue, por favor. Me estás matando de placer, pero sigue no te detengas. Es hermoso, me encanta.

Te esperabas algo así?...dije mientras asomaba la cabeza y aprovechaba para tomar aire.

Esperaba placer, pero esto es tremendo. Un gozo infinito.

No quieres que cambie mi lengua por la verga?

… Si quiero el cambio, pero todavía no. Podemos esperar?

Claro, tú mandas.

Y así seguimos largo rato. Mis juegos bucales también se solazaron con la raya del culo y su ojete. Ya me estaba cansando cuando me tomó de la cabeza y me pidió que me pusiera a la par suya para darme un largo y profundo beso de lengua, que interpreté como su agradecimiento por la faena.

La verdad es que la estaba pasando bien con la amiga de mi suegra. Era una veterana que estaba dispuesta a todo, fue así que de ella salió la insinuación de que había llegado el momento de la penetración.

Damián, muero por sentir tu verga dentro de mí.

Tú dirás por dónde.

Que te parece si empezamos por lo convencional? Me imagino que luego tendremos otro cartucho para disparar, no?

Mira, estoy enamorado de tu chocha, así que me dará gusto comenzar por allí.

Por favor despacio. Mira que nunca me enfrenté a una verga de ese tamaño. Me asusta un poco.

Bueno, no es para tanto. Es solo un poquito más grande que muchas de las que te habrás comido.

Si no te molesta me gustaría recibirte de espaldas así nos vemos las caras y nos podemos besar.

Vale.

Nos acomodamos bien, coloqué sus piernas sobre mis hombros y antes de penetrarla le di un beso. Coloqué mi polla en la entrada de su vagina que estaba totalmente lubricada y allí fui. De un solo movimiento entró sin dificultades, demostrando que Mabel se dedicaba a follar más seguido que Marta mi suegra y que tamaño de falo no era ningún problema. Empecé a moverme animado por los susurros que dejaba oír. No cabe duda que estaba gozando porque gemía y suspiraba profundo y además sus brazos me apretaban contra ella. El traqueteo siguió largo rato y ella pedía más

Dame más, la quiero toda, me gusta cómo me lo haces. No  pares.

Mujer, eres insaciable, mira que ya lo tienes todo adentro.

Lléname con tu leche. Quiero sentirla cuando acabes.

Pues no falta mucho querida. Te cuento que ya casi.

La tomé fuertemente de su cadera para penetrarla a fondo y me dejé ir. Fueron como tres descargas plenas en lo más profundo de su vagina. La cara de felicidad de Mabel era total. Me apretó con sus manos clavando las uñas en mis brazos y ella también se corrió. Yo también me sentía pleno de goce, verdaderamente Mabel era un bocado apetecible.

Durante unos minutos quedé encima de ella besando su boca y cuello, y ella me acariciaba la cara y mesaba mis cabellos. Parecía una escena de jóvenes enamorados. Luego el receso para el descanso que aprovechamos para ir al baño a lavarnos. Mabel pasó a la cocina y se apareció con dos copas de champaña; brindamos por nuestro primer polvo.

En el descanso aprovechamos para conversar. Mejor dicho para que ella me contara mil cosas de su vida, todas referidas al aspecto sexual. Me contó que había debutado a los 15 años con un primo que había llegado a su casa de paseo, y que cuando se casó ya había tenido como 10 novios con todos los cuales había consumado a satisfacción. El último de ellos había sido su marido que era muy activo en la materia y que la había pasado muy bien; de hecho extrañaba sus juegos hasta esa noche donde creía que yo lo había superado. Total que me halagaba para que no perdiera mi entusiasmo.

Tengo la certeza de que eres un gran aficionado a comer vaginas, cierto?

Es uno de los grandes placeres del sexo que disfruto intensamente.

Y a mí me gusta mucho mamar pollas, porque no hacemos un 69 suave mientras nos reponemos.

Suave? Podremos? Mira que si pongo mi boca en tu coño me voy a volver loquito nuevamente.

Y que más quiero yo?

Primero nos pusimos de costado, de forma tal que mi cabeza quedó entre sus piernas, como nos sentimos incómodos, cambió y se montó sobre mi cuerpo. Deslicé la lengua sobre su cueva y volví a degustar sus jugos. Con un dedo juguetee con el chiquito para calibrarlo. Ella se apoderó de mi verga con una mano y empezó a mamar como en el episodio anterior, logrando que empezara a ponerse dura nuevamente. En eso era una maestra, me ponía al borde del orgasmo y cuando vislumbraba que me iba a correr, apretaba la base de la polla y me cortaba el impulso. Me lo hizo como cinco veces, y yo dichoso.

Insistí con mi dedo en su ano, esta vez metiéndolo un poco más adentro, lo que provocó que Mabel me dijera

… Vas a intentar por atrás? No sé si podremos porque como te habrás dado cuenta soy muy estrecha y el grosor de tu polla creo que no lo voy a poder aguantar.

No me quites la ilusión, por favor.

Realmente me gusta y lo he hecho otras veces pero tu cipote pone miedo.

Por ahora te voy a mamar y chupar el chiquito a ver si con las caricias te aflojas y lo hacemos.

Tal como yo preveía ese jugueteo la puso más cachonda de lo que estaba y en cierto momento Mabel cobró coraje y dijo

… Que rico lo que me haces. Me gusta mucho y quiero probar  si soy capaz de recibir tu verga. Prométeme que si me duele mucho me la quitas, eh?

Vamos a usar esa crema que tienes y lo haremos muy despacio. Mejor, tal vez, será que tú guíes la tarea. Me pongo de espaldas y tú te ensartas y manejas la situación, de acuerdo?

… De acuerdo.

Me unté la picha con esa crema y me acomodé esperándola. Mabel se empezó a sentar mirándome a la cara. Se abrió bien los cachetes y colocó su ojete sobre mi verga que ya estaba bien al palo y comenzó a dejarse caer muy lentamente. Yo no me movía. Con un poco de esfuerzo entró el glande en su chiquito arrancándole un gemido de dolor

… Amor, me duele mucho, creo que no puedo hacerlo. Me vas a desgarrar. Tengo miedo.

… Escúchame, tienes que relajarte. Si te pones tensa seguirá el dolor.

Es que me duele.

Lo peor ya pasó. Tienes la cabeza dentro. Solo resta que el ano se acostumbre, ya verás. Aguanta un par de minutos, respira hondo y relájate por favor. Ya pasará.

Nos quedamos quitecitos. Solo se oía la respiración profunda de Mabel. La posición en que estaba no era la más cómoda y si se cansaba solo había dos posibilidades. Que se quitara de juego o que se dejara caer enterrándose la verga en lo más profundo. Se animó por lo segundo con un grito que debe haberlo escuchado todo el barrio. Se mordía los labios y me pareció que alguna lágrima se le escapó. A pesar del dolor, aguantó cerrando los ojos y clavándome las uñas en mi pecho. Así estuvimos como cinco minutos hasta que, supongo, las paredes del ano se acomodaron a mi verga y ya no hubo dolor. Empezó tímidamente a cabalgar y de a poco fue incrementando el ritmo hasta hacerlo infernal.

Parece que todo va bien…me animé a decir

Si, ya no me duele tanto y al contrario estoy sintiendo una sensación de placer que me gusta mucho. La siento toda ocupando mi tripa.

… Al final yo tenía razón. Aprovecha y date el gusto que yo también la estoy pasando bien.

Si sigo así creo me voy a correr.

Yo te ayudo…y empecé a pellizcar su clítoris.

Ah, qué bueno, seguí, seguí, que me enloquece tu dedito.

Mabel, te aclaro que yo también estoy a punto de acabar. Este galope tuyo me masturbó y apuró el desenlace.

Te acompaño mi amor, me viene, me viene.

Y a mí.

Acabamos casi al mismo tiempo. Ambos nos estremecimos del puro placer que ese polvo nos había dado. Luego cuando mi picha comenzó a perder dureza y se escurrió de su agujero dejando salir mi semen, Mabel me abrazó fuerte y comenzó a besarme con inusitada pasión.

Fue fabuloso Damián. Y nos corrimos juntos, hace mucho que no me pasaba. Quiero que seas mi amante, mejor dicho necesito que lo seas.

… Seguramente repetiremos. Pero recuerda que tengo esposa y suegra que también necesitan lo suyo.

Tienes razón, en la locura me había olvidado que venías prestado.

… Bueno así no fue, vine porque me agradaba tu figura y creí que lo pasaríamos bien.  Y realmente lo pasamos genial, no?

Demasiado bien, porque ahora te voy a extrañar cada día.

Ya buscaremos la forma de repetir, de acuerdo?

Sí, cuando quieras.

Ya era tarde, como las 12 de noche. El tiempo había pasado volando y yo ya no podía más. Pensé que todavía me esperaban varios días de sexo con mi suegra y luego me esperaba el regreso de mi mujer que vendría con ganas de sexo, y ahora Mabel. Me estaba desgastando físicamente, así que me lavé en forma rápida y me fui a mi casa.

Al día siguiente cuando regresé a casa por la noche, mi suegra me dijo en un aparte…

… Me habló Mabel. Dijo que la pasó de maravillas contigo. Me dijo tantas cosas de ti que me puse celosa y me arrepentí de haberte dado permiso para estar con ella.

No fue para tanto. Contigo la paso mejor…le dije para halagarla y consentirla. No quería que se enojara porque tenerla en casa como reemplazo de mi esposa me iba muy bien.

 

Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 7.5
  • Votos: 2
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Comentarios


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2 comentarios. Página 1 de 1
Carlos
invitado-Carlos 25-12-2017 07:10:17

Ese es mi sueno... Tener sexo con mi esposa y mi suegra

Arnold
invitado-Arnold 27-10-2017 04:23:16

Que sería para todo hombre tener hembras bien dispuestas y con esa calentura

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