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Categoría: Incestos

Una noche excitante con mi sobrino

Este sábado 17 de diciembre mis hijos se reunieron con sus primos, Damián, Paola y Fernanda. Al ser ya muy tarde Caro y Jorge los invitaron a quedarse a dormir. Las chicas durmieron en el cuarto de en el cuarto de Caro. Mi hija durmió conmigo y Damián durmió en el cuarto de huéspedes. Afortunadamente mi esposo salió de nuevo de viaje por lo que no hubo problema en acomodarnos. Mi sobrino Damián y habíamos tenido una aventura en una fiesta por lo que este día no hubo complicaciones para tener otro día para estar juntos. Su reunión había terminado a las 3:30. Mi hija se metió a la cama y se durmió. La idea de involucrarme con mi sobrino la había tenido planeada desde en la mañana. Esperé a que todos se durmieran tan rápido como pudieran. Miré el reloj y vi que había pasado media hora. Eran las 4:05.

La música aun seguía en mi cabeza por lo que no tenía aun sueño. Por suerte el alcohol los había cansado y se durmieron rápido. La recamara de huéspedes quedaba cruzando el patio por lo que no iba a ser mucho problema que alguien nos fuera a escuchar. Me paré, revise a cada uno de los chicos. Estaban muertos de sueño. Salí al patio y entré a la recamara donde estaba Damián. Estaba todo oscuro. Encendí la lámpara del buró y lo vi. Tenía puesto un pantalón gris y una playera blanca. Es un chico de 24 años como lo había comentado en otro relato, alto y guapo. Un chico atlético por lo que mantenía un lindo trasero y un cuerpo marcado. No tanto como una quisiera pero se le marcaban un poco los músculos del brazo y el abdomen. Me subí a la cama y pasé mi mano izquierda por su pecho y su abdomen. Lo tenía duro como nos gusta tanto. Por desgracia y ni tanta, se despertó.

- ¿tía?

- shh, no hables, le dije acercándome a su rostro y dándole un beso en su cuello.

- ¿que haces, espera?

- tranquilo, tus hermanas y tus primos están dormidos.

- si, lo sé, pero pueden escucharnos.

- no lo harán.

Subí a su mejilla y me dirigí a su boca. Me monté en él.

- mmm está un poco dura, dije frotando su verga con mi culo.

- ...espera, en serio.

- y yo te digo que te tranquilices, en serio

Sonrió.

- Dios, dijo

- ¿te gusta como te monto?

- si, algo.

- se pone más dura. Ven, tócame.

Agarré sus manos y las puse en mis pechos por arriba de la blusa.

Tenía puesto un short muy corto y una blusa blanca de tirantes. Al no tener brasier, se me marcaban las puntas de mis pechos de lo caliente que estaba.

- están duras.

- apriétalas, le pedí excitada mientras untaba mi culo sobre su linda verga.

- se me está parando

- si, deja que se te pare. Quero sentirla bien dura.

Empecé a saltar suavemente y presionaba.

- que rico, tía.

- ¿quieres que te brinque?

- si, hazlo.

Levanté mi culo y lo dejé caer. Lo repetí varias veces como si me estuviera cogiendo.

- siente mi culo, mi amor. Siéntelo, imagina que me coges bien rico. Que me la metes por el ano.

- si, sigue. Dilo, decía excitado.

Me gustaba verlo así. Retrocedí hasta sus pies y le empecé a bajar el pantalón. Levantó su trasero para poder quitarle su pantalón. Dios, se le hacia un bulto en su entrepierna. Tragué saliva conteniendo las ganas de mamársela. Mordía mis labios. Bajé su pantalón hasta su tobillos y me acerqué lentamente a su bulto.

- Dios, mira que verga.

Bajé mi cara a su entrepierna y la presioné oliendo su verga.

- mmm que rico.

Abrí la boca y la apreté con los dientes por arriba de su bóxer.

- vamos, hazlo.

Resbalé mi mano sobre su miembro y lo acaricié muy despacito.

- que dura y larga la tienes.

- sácala. Sácala y chúpala, tía.

- ¿quieres que te de una buena mamada?

- si, si quiero. Quiero que te la metas toda.

Tomé el resorte del bóxer y se lo bajé. Lo hice lentamente. Se notaba que se rasuraba muy seguido. Cuando bajé un poco más su verga salto de golpe tambaleándose de lo parada que estaba.

- Dios mío, dije sin dejar de verla.

- ¿te gusta?

- mucho.

Solté su bóxer y agarré su trozo de carne con la mano derecha. Estaba dura, caliente y gruesa. Se le marcaban las venas de lo excitado que estaba ya. Pegué mi nariz.

- que rico huele.

- ven, chúpala, dijo guiando mi boca a su punta.

Saqué toda la lengua y la resbalé desde sus testículos hasta su punta. La lamí como si fuera una paleta.

- Aaahhh!! Tía!!!

- ¿que mi amor?, ¿me quieres dar verga?

- si. Sigue!!

Reí y se lo volví a lamer. Al llegar a su punta abrí bien la boca y me la metí bajando y metiéndomela a la vez. Puso sus manos sobre mi cabeza para evitar que me la sacara. Su punta rosaba mi palada adentrándose a mi garganta. Su glande chocó con mi campana. Cerré los ojos y empecé a succionar.

- eso!! Así!!

Lengüeteaba lo que podía. Su verga no me permitía mover mucho la lengua. La tenía bien metidota. La saqué escurriendo un poco de saliva. Estaba cubierta de mi rica saliva.

- vamos, métetela.

Lo hice y la empujó hasta penetrarme toda la boca. Me atragante. Parecía que me iba a vomitar. La saqué rápidamente con los ojos un poco llorosos y di un profundo respiro. Dejé bien húmeda esa vergota y bien parada.

- ¿cuanto te mide?, pregunté frotándosela.

- pues...como unos 19 centímetros.

- se ve rica así como la tienes. Me incliné y chupé su punta.

- ¿crees que no se enteren?, preguntó mirando la puerta.

- tranquilo, confía en mí, lo calmé mirándolo y jugando su glande con mi lengua. Lo lengüeteaba.

- que rico, tía. ¿porque lo haces conmigo?

- ¿porque no?, está muy rica y larga tu verga.

La fui metiendo a mi boca lentamente. Se inclinó hacia mi y me jaló hacia él.

- ven, dijo.

Me subí sobre sus muslos. Separé las piernas para que las suya quedaran en medio. Mi entrepierna quedaba a la altura de su pelvis.

- siéntate, me pidió.

Lo hice acostando su verga. Mi culo bajó su miembro erecto.

- que rico culo tienes, tía. Me dan ganas de darte una ricas lamida.

- ¿si?, ven, agárralo. Apriétamelo, le dije colocando sus dos manos sobre cada nalga.

El tamaño de mi trasero es decente. Y aunque no es grande llamo la atención porque lo tengo paradito y redondo.

- que linda estás

Sus manos vagaban por todo mi cuerpo. Subían por mi espalda y bajaban a mi cintura. Las pasaba a busto. Subió mi blusa desnudando mis dos pechos y resbaló su lengua sobre ellos. Chupó mis puntas y me las jalaba con sus labios. Sus manos bajaron a mi culo y me lo apretaba muy rico.

- que rico culo.

Desabroché mi short y me paré para quitármelo. Me volví a sentar sobre él y lo besé. Mientras nos besábamos, sus manos acariciaban mi delgado cuerpo.

- me gustas, tía. Estás muy buena.

- ¿te gusto mucho?

- muchísimo. Sólo verte con esos vestidos tan pegados a tu hermoso cuerpo hacen que se me pare. O cuando usas tus jeans tan pegados a tu rico trasero.

- me gusta que digas eso.

Sus largas manos manoseaban todo mi cuerpo.

- me gusta el color de tu piel. Blanca, suave y huele muy rico.

- ¿si?, vamos sigue tocándome. Soy toda para ti.

Bajó su mano a mi entrepierna y cubrió con la palma de su mano la parte de enfrente de mi calzón.

- estás calientita. Que rico. Siente tus lindos pliegues. Sus dedos empezaron a acariciarme la vagina por encima del calzón.

- que rico, méteme la verga.

- ¿si, tía. Claro que sí. Ven.

Dobló mi calzoncito desnudando mi rajita y resbaló su punta sobre mis húmedos pliegues.

- mmmm métela. Cógeme.

- si, hermosa. Ábrete. Separa bien tus piernitas.

Lo obedecí. Escupí mi mano y lubriqué mi entrada. Lubriqué su punta y me la unté metiéndola al mismo tiempo. Al sentirla en la posición correcta me senté lentamente introduciéndola dentro de mi.

- Aaaahhh!!! Tía!!! Que rico!!!

- vamos, mi amor!!! Métemela toda. Méteme tu vergota!!

Me penetro la panocha bien rico. Hundió su miembro hasta al fondo. Estaba bien sentada con su pito bien metido. Reí.

- bríncame!!! Vamos!!! Frota mi verga con tu rajita!!

- claro, mi vida.

Levanté mi cadera retirando poco a poco su miembro. Me senté.

- aaahhhh!! Sii!! Sigue, no te detengas!!

- ¿sí?, le pregunté haciendo lo mismo dos veces seguidas.

- si, así!! Que rico!!

- métemela!! Cógeme!! Métemela!!

Mientras me cogía, sus manos separaron mis nalguitas. Levantó mi culo y lo dejó caer haciendo que me entrada su verga.

- mmm que rico!!, dije excitada.

- sii!!

Lo abracé y comencé a dar saltos.

- eso!! Así!!! Más rápido!!

- si, hermoso!! Lo que tu digas!!

Agarró fuertemente mi culo. Me pellizco ambas nalgas y me dio una fuerte nalgada.

- Aaaahhh!!! Si!!! Que rico!!!

- ¿te gustó?

- si, mucho!! Vamos!!! Azótame el culo!!! Juégalo!!!

Lo hizo de nuevo y frotó mi ano con uno de sus dedos.

- mmm si!!! Tócalo así!!!

Escupió los dedos de su mano derecha y me rasco el ano.

Doblé mi espalda levantando los pechos y justo en ese momento penetro mi trasero con sus dedos.

- Aaaa!!! Sii!!! Mételos!!! Que rico!!!

- ¿te gusta, tía?, ¿te gusta como te meto los dedos??

- sii!!! Se siente bien rico como me lo abres!!

Ser penetrada por mi rajita y mi culo era muy excitante y placentero.

- vamos aprieta mis dedos con tu culo.

Solté una risa y lo hice.

Apreté el ano con sus largos dedos adentro. Los retiró y acarició por fuera. La lubricación de mi culo mojaba mi entradita. Sentía rico.

- sigue brincando, tía. Mastúrbame la verga con tu rica vagina.

- sii, dime lo mucho que te gusto.

- si, me encantas. Mirarte toda. Mirarte el culo, los pechos, tu boca. Cuando usas falda tengo la necesidad de levantártela y cogerte con ganas hasta venirme.

- mmm que rico. Si, vente. Lléname de tu rico semen.

Agarré mis tetas y me las apreté. Me pellizcaba las puntas. Me las jalé y las solté. Tomó mi seno derecho y lo apretó haciendo que se endureciera y se me parara la punta para luego empezar a chuparla.

- si, están ricos tus pechos.

Me hizo aún lado y se bajó de la cama. Me tomó de la mano y recargó mis pechos sobre la pared dándole la espalda y mi traserito. Apartó mi cabello hacia mi hombro izquierdo y besó mi cuello. Sus manos acariciaban mis brazos de arriba a abajo. Bajó sus manos a mi trasero y lo acarició. Masajeaba mis nalguitas.

- estás bien rica. Me gusta mucho tu culo, tía.

Bajé mi mano a mis pechos y me pellizque las puntas haciendo que se endurecieran. Pasé a mi ombligo y me acariciaba. Seguí bajando pasando por mi pelvis hasta llegar a mi linda rajita. Mis dedos tocaban mis pliegues.

- ráscatela, susurró mi oído derecho.

Acaricié con mi dedo medio mis pliegues. Me rascaba la vagina. Al rosar mi dedo, mis pliegues se abrían. Me sentía muy excitada. Se pegó más a mi cuerpo recargando su vergota en mi culo.

- siéntela, está bien paradota.

- si, eso veo.

Miré de reojo mi trasero y vi que se la levantó dejándola caer sobre mis nalgas. Su vergota resbalaba sobre la línea que separaba mis glúteos. Separó mis nalgas haciendo que su verga quedara en medio y las cerró de modo que mis dos nalguitas abrazaran su largo miembro.

- que rico, dijo.

- ¿te gusta?

- si, tía. Tienes un traserito bien rico.

Mordí mi labio inferior mientras frotaba su varga sobre mi culo y mientras me rascaba la vagina.

- Aaahhh!!!, gemí. Rascaba mi clítoris muy suave por lo que la sensación me hizo reaccionar de esa manera.

- me gusta como gimes.

Quitó su verga y rozó sus dedos sobre la entrada de mi culo.

- mmm que rico. Me dan ganas de meterte la lengua en tu rico rabo.

Sus sucias palabras me excitaban cada vez más. Sus intenciones me encantaban. Azotó mi nalga derecha haciéndola temblar.

- sigue, dame otra.

- ¿te gusta que te pegue?

- si, me gusta. Me excita.

- que rico.

Rascó mi rabito y presionó su dedo consiguiendo que me entrara su uña.

- ¿te gusta?

- si, se siente rico.

Lo retiró, lo olió y lo chupó.

- huele y sabe rico tu asqueroso hoyo, tía.

- mmm métemelo.

- ¿si?, ¿eso quieres, putita?

- si, mi amor. Métele el dedo a la puta de tu tía.

- si, hermosa. Eres bien puta, y eso me gusta. Te lo voy a meter bien hasta adentro. Aunque me embarres de tu puta mierda.

- no creo, mi amor. Yo si me lo limpio. Pero si, métemelo.

Una vez que su dedo estaba húmedo de su saliva lo acercó a mi trasero presionándolo sobre mi hoyo.

- mmm si. Mételo!! Méteme el puto dedo.

Penetró mi ano lentamente. Sentía bien rico que lo hiciera.

- ya casi te lo meto todo.

- si, mi amor. Tú mételo, le pedía excitada recargando mi cabeza sobre su hombro derecho y rascando mis lindos pliegues.

Al tenerlo bien metido empezó a rascar por dentro y a sacudirlo haciendo que me temblaran las nalgas.

- ¿te gusta esto?, me preguntó descaradamente como si me lo mereciera.

- si, si sigue. Sacúdelo bien rico. Ráscame el hoyo.

- claro que si, preciosa. Lo tienes bien profundo. Que ricura.

Me reí. El rascándome el culo y yo mi vagina era algo muy excitante para ambos. Dejé de rascarme y me chupé los dedos.

- ¿que tal saben?

- ricos. Saben aciditos.

Retiró su dedo de mi culo y lo metió junto con su índice.

- Aaaahhh!!! Me duele un poco!!

- ahorita se te pasa, tía.

Los sacó y me los metió a la boca.

- chúpatelos, maldita puerca.

Me gustaba como me decía. Lengüeteaba sus ricos dedos. Sabían un poco ácidos pero no me importó.

- eso, chúpalos bien. Prueba tu sucio culo.

Una vez dejándolos bien bañados de mi saliva me los metió.

- Abre bien el culo. Separa tus nalgas. Abrí mi trasero lo más que pude hasta que me doliera de tan estirada que tenía la piel.

- au, au, me duele, espera.

- cállate, puta zorra.

Los metió bruscamente.

- aaaaa!!! Puta madre!!!

- cállate!!! Me regañó tapándome la boca.

El dolor de tener sus dedos bien adentro era insoportable. Me los dejó unos minutos adentro. Me rascaba por dentro.

- que rico, tía. Te vez bien rica con mis dedos en tu culito.

Agarró su verga y me la metió en la vagina sin retirar sus dedos.

- Aaahhh que rico!!, Jadeó al penetrarme

- sii!! Se siente bien rico!!!

Cerré mis ojos para disfrutar el como me penetraba. Sacudió nuevamente mi culo mientras me cogía.

- sácalos, por favor

- ¿que pasa, preciosa?, ¿ya no te gusta?

- si, me gusta mucho, pero quiero tirarme un pedo.

- no me importa, tíratelo.

- no. No saldrá con tus dedos adentro.

Me los retiró lentamente y dejó que me tirara un ruidoso pedo.

- mmm que rico, tía.

- ¿te gusta que me los heché?

- si, me encantan. Con este rico cuerpo que tienes cualquiera disfrutaría.

Levantó mis nalgas con sus manos sin apartar sus ojos de él.

- que rico está. Bien abierto.

Resbalé la palma de mi mano derecha sobre mi ano y me rasqué el hoyo. Me metí la mitad del dedo medio.

- eso, tía. Mételo más.

Le excitaba mucho. Vi como su verga se le paraba más. Las ganas de que me la metiera por el culo aumentaba cada vez más. Bien parada que la tenía. Le bailaba de un lado a otro.

- ¿te gusta?

- si, está bien larga.

- ¿te la meto?

- mmm si, métela toda.

Retiré mi dedo y lo probé.

- chúpatelo bien, me ordenó.

Me excitaba hacer eso. Aunque es muy asqueroso no deja de ser excitante. Se agachó sin soltar mi culo. Me separó más las nalgas dejándome bien abierta con el culo levantado y resbaló su lengua sobre mi ano.

- mmm que rico, dije al sentir su lengua.

- está bien rico, preciosa

- sigue, chúpale.

Lengüeteó mi hoyo entreabierto.

Sentía un cosquilleo en mi culo pero lo disfrutaba. Puse mi mano sobre su cabeza para que no se levantara.

- vamos, méteme la lengua.

Su cara se metía a mi entrepierna lamiendo mi colita y mis pliegues. Se levantó acariciando mi trasero con sus labios. Al pararse me dio una rica nalgada en el glúteo derecho.

- que rica estás, tía, me susurró oliendo mi cuello y manoseando mi culo. Resbalo sus dedos sobre mi orificio y penetro su largo dedo.

- aaaa que rico, dije.

- ¿te gusta que te lo meta?

- ...ajá...si...

Mientras su mano derecha estaba en mi trasero, con su brazo izquierdo rodeó mi estomago quedando muy pegada a su pecho. Retiró su dedo y lo metió junto con otro abriéndome más el ano.

- ¿así te gusta?

- mmm...si.

- lo tienes un poco apretado.

Me los enterró con fuerza hasta meterlos.

- Aaahhh!!!

Sacudió haciendo temblar mi colita.

- Aaa...aaa...aaa...aaa. Mi voz temblaba.

- me gusta como haces. Cierra el culo. Apriétalo.

Lo hice. Apreté sus largos dedos.

- métemela.

- ¿ya, hermosa?

- sii!!! Métela ya!!

- ¿a dónde?

- A dónde tu quieras.

Levantó mi culo con sus dedos bien metidos. Sus dedos formaban como con gancho. Me los sacó y con la lubricación de mi culo humedeció su punta. La colocó sobre mi pliegues y la resbalaba sobre ellos. Sin percatarme me la enterró de golpe.

- Aaahhh!!! Sii!!!, dije apretando los dedos de los pies.

- que rico te entra!!! Se siente bien rico!!!

- sigue!! Métemela toda!!

Penetró hasta el fondo.

Mientras me cogía, volvió a meter sus dedos a mi ano. No me dolió tanto ya que lo tenía más abierto de lo que ya estaba. Me rascó por dentro.

- ¿te gusta estar así?

- sii!!! Sigue haciéndolo!!

Me los enterraba bien hasta adentro y me los sacaba lentamente. Cuando me los retiraba enterraba su larga vergota. No dejaba de penetrarme en ningún momento.

- te gusta ser bien puta, ¿verdad?

- sii!!! ¿porqué?, ¿tienes algún problema con eso?

- para nada. Me gusta.

- ah...Aaahhh!!!, solté un gemido al meterme su miembro.

- estás mojadita y calientita.

- sii!!

Sacó sus dedos y frotó mi entradita.

- lo tienes listo para que te lo meta.

- ¿quieres por ahí?

- si, tía. Quiero llenarte el culo y dejártelo bien abiertote.

- mmm jaja

Sacó su miembro de mi sexo y lo untó sobre mi orificio anal.

- ya mételo, si quieres.

- ¿si?

- si

- ábrete el culo, me ordenó.

Tomé mis nalgas y me las separé.

- mmm!! mírate que rica estás.

Escupió sus dedos y lubricó mi hoyo. Me penetro con su pulgar y lo giró de izquierda a derecha. Lo sacó y apoyó su punta sobre mi entrada.

- ábrete bien.

- ya.

Me la fue empujando fuertemente.

- aaauu!! Me duele!! Espérate!!

- aguantate

- no, espera!!

Sentía que me rasgaba la piel al adentrarse en mí. Cerré los ojos aprontándolos fuertemente aguantando el ardor. Se recargó sobre mi y logró meterlo.

- Aaahhh!!! Dios!!!

- rico, ¿no?

- no, estúpido. Me duele.

- ahorita se te pasa.

La Sacó y la volvió a meter la mitad de su miembro. Estaba bien paradota y dura. Pasé mis dedos sobre mi ano para tallarme. Lo tenía ya más abierto.

- quita la mano

- aaauu!! Despacito, por favor, le pedía arrugando la cara.

- no hables.

Se me estrechaba el ano. Sin pedirme y sin avisarme la enterró fuertemente hasta meterla toda. Sus testículos chocaron con mis nalgas.

- puta madre!!! Espérate!!

Cruzó su brazo derecho por mi pecho de modo que me quedara como cinturón de auto. Con su mano cubrió mi seno izquierdo y me lo apretó. Y con su otro brazo hizo lo mismo, lo cruzó tomándome de la garganta con su larga mano. Se pegó a mí y me penetró fuertemente.

- que rico, tía. Me gusta como te abrazo.

- si. Me gusta.

La verdad aunque me dolía que me la metiera, me gustaba como me tenía tan protegida con sus brazos y su pecho pegado a mi espalda. Me la metía y me la sacaba lentamente. Lo hacía tan rico que me fue excitando más. Soltó mi pecho y bajó a mi vagina cubriendo mis pliegues con la palma de su mano. Sus dedos llegaban a mi ano con su verga bien metida.

- mmm me encantas, me decía con su cara enterrada en mi cabello.

Me empezó a rascar mi sexo en la parte de mi clítoris.

- mmm si, ahí.

- ¿te gusta que te rasque, tía?

- si, ráscala, se siente rico.

- si, que rico. No tienes ningún vello, que rico. Me dan ganas de meterte la lengüita.

- luego, luego haces eso. Sigue, frótamela.

- ¿te excita mucho?

- sii, muchísimo. Siento que terminaré en tu mano.

- si, anda, hazlo.

- no. La última vez que pasó me sentía entumida.

Sus dedos acariciaban deliciosamente mi clítoris. Lo hacía despacio y luego aumentaba el ritmo. Me volvía loca.

- ssii, así, que rico,

- ¿quieres verga, tia?, ¿quieres que te la meta bien rico?

- si, si quiero!! Vamos!! Métela!! Ráscala!!

- ¿asi?, preguntó haciéndolo con ganas.

- Aaahhh!!! Sii!!! Así!!!, jadeaba y reaccionaba como si quiera llorar.

- que linda te escuchas.

- cógeme!! Métela toda!!

La retiró y solté un pedo.

- mmm que rico.

Me Reí.

- mira, está bien abiertote tu culo, tía.

- si lo creo, siento como si hubiera cagado una mierdota.

Me la metió. Sentía rico. Ya no me dolía. Lo disfrutaba. Disfrutaba como me llenaba el ano de su larga verga.

- eso, métemela toda.

La sacó y pujé tirándome otra flatulencia

- eres bien puta cerda, tía.

- un poco. ¿te molesta?

- no. Me encanta. Me gusta que te tires pedos con mi verga.

Frotó su punta en mi rabo bien estrecho.

Me agaché y agarré su verga bien paradota.

- mmm que rico, huele a culo.

- ¿si?, huele a tus ricos pedos.

La olí bien.

- si, huele a pedos.

Me la metí a la boca y la succioné. Sabía ácida de estar mucho tiempo dentro de mi culo. La lamí. La lavé con mi lengua. Agarró mi cabeza y me enterró su vergota metiéndola toda. Sus huevos chocaban con mis labios.

- eso, cómetela. Trágatela, maldita perra.

Miré hacia arriba para ver su cara. Empecé a toser. Me estaba ahogando un poco. Puse mis manos sobre sus muslos para apartarlo pero me sostenía fuertemente. No pude. Me estaba quedando sin aire. Mi respiración comenzó a agitarse. Mi corazón palpitaba más rápido. Me hice aún lado. Se me salió de la boca y di un respiro de alivio. Me dio una cachetada en la mejilla derecha.

- ven, pendeja. Abre la boca.

- no, ya no.

- si, todavía no acabamos.

Me la metió.

- quiero acabar en tu boquita, tía. Quiero llenarte la boca de semen. Quiero que te lo tragues. La agarré y se la empecé a jalar.

- eso, más rápido.

Se la jalé con ganas y le lengüeteé la punta. Se la escupí.

- Aaahhh!! Sigue!! Lo haces bien!!

- ¿ajá?, le pregunté con la lengua de fuera.

- si, así.

- vamos, vente, báñame la boca.

- sii!!! Hazlo mas rápido!!

Quitó mi mano y se la jaló él.

- vamos, papito, échamela!!

- sii, ya casi!!

- vamos!!

Al estar incada, me recargue sobre la pared y me empecé a frotar la vagina. Bajé un poco más hasta mi ano y me metí los dedos.

- eso, tócate, tía

- ¿te gusta verme?

- si, tienes un cuerpo delgadito y rico.

Al sacarme loa dedos del culo me tiré un rico pedo sobre mía dedos y luego me los olí.

- mmm que rico huelen, dije.

Luego me los chupé, probándolos con gusto.

- eso, si!!! Aaaahhh!!! Ya!!! Ya!!! Abre la boca!! Ábrela!!!

- sii!! Sii!! Vamos!!!

Abrí bien el hocico con la lengua de fuera esperando recibir su rico semen.

- Aaaahhh!!! Dios!!! Ssiiiii!!!!

Expulsó mucho. Me salpicaba mi boca, mi nariz, mi mentón. Me llenaba la boca de su caliente y espeso semen. Me lo tragué. Tenía un sabor salado y raro pero disfruté cada gota que le salía. Resbalé la lengua sobre su uretra recogiendo lo que le escurría.

- ya estoy cansado.

- está bien, corazón, le chupando su punta.

Me levanté y me arreglé. Abrí la puerta y de lejos me despedí levantando la mano.

- adiós, y gracias.

- nos vemos, respondió mirándome.

Entré a la casa y me lavé la cara. Regresé a mi cuarto y me quedé pensando en lo que había pasado.

Datos del Relato
  • Autor: Isabel25
  • Código: 41875
  • Fecha: 19-12-2016
  • Categoría: Incestos
  • Media: 8.67
  • Votos: 6
  • Envios: 0
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  • Valoración:
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1 comentarios. Página 1 de 1
invitado
invitado-invitado 13-01-2017 08:30:20

Me isiste acordar. Cuando mi sobrino me cogia y en la habitacion de al lado mi hermana y mi hijo. Mmmmmm

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