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Categoría: Maduras

Una foto y mi último mes con Cris.

Ayer, que decidí tomarme el día libre en el trabajo, haciendo limpieza en uno de mis armarios, con la intención de poner un poco de orden, a algunas cajas apiladas, de las que no recordaba su contenido, me topé con mi caja roja de madera de pino. Mi curiosidad hizo que tomara la decisión de hurgar en su contenido. Si, toqué con mis manos un maletín, pero apenas veía nada, solamente tentaba. El día estaba muy oscuro, pronosticaron lluvias en toda la península y la cota de nieve estaba muy baja.



Decidí crear luz, levantando la persona. Es evidente que hacia meses, que no ponía orden en mi armario. Ahí es donde guardé hace tiempo, (ya ni lo recordaba), mis cartas, mis primeras cartas de amor, mis primeros relatos eróticos y sus fotos desnuda. Relatos como los que escribo desde que tuve la suerte de conocer a Cris. También, estaba su primera foto, con el rostro que portaba casi borrado, con los bordes doblados, y el satinado pobre de color, borroso. Enseguida vendría a mi mente miles de recuerdos del último mes. Esa mujer que surgió en mi vida, de forma sorprendente, con la que aprendí a follar salvajemente y a ritmo lento, como si su cuerpo moreno fuera el excelente plato, del mejor chef. Un sexo que borda la perfección. Y es que debo decir que esta mujer es una auténtica diva en la cama. Me vuelvo loco, completamente loco, con sus caricias lentas, sus besos dulces y apasionados, sus suspiros de voz y sus gemidos de deseo cuando se corre.



Ayer poniendo orden en uno de mis armarios, recordé que hace unos días estuvimos en Cuenca, sencillamente fue maravilloso… Una música suave salía por una de las pareces de la habitación del hotel. Junto a la puerta del baño, de repente salió ella. Llevaba puesta una blusa blanca, algo desabrochada. Debajo se entreveía un sujetador color negro y unos vaqueros que parecían cortados a la medida de su cuerpo, marcando su culo y sus preciosos muslos. El pelo suelto, despeinado. Algo empezaba a hervir dentro de mí. Alrededor esencias de deseo, que poco a poco nos envolvían. Nos dimos un beso, intenso, como el deseo que apreciábamos. Nuestras lenguas sabían a pasión, perdidas, incitadas. Con mi mano en su pelo, sujetaba su cabeza, mientras el beso se volvía más ansioso. Del todo era dueña de mi boca, como si quisiera entrar dentro de mí, para devorarme. Debo reconocer que pese a llevar follando meses, aún por momentos siento miedo de la energía que advierto. Me sonreía astuta, explicita, divertida, golfa. Me miraba con una extraña malicia. Parecía un reto, Sí, y yo lo acepté…. Pretendía que la comiera!!. Lo sabía.



Sacudía la cabeza avivada y se deshizo de la ropa. Se tumbó frente a mí, con sus pezones duros, marcados, con las piernas cruzadas. Era descarada, decidida, desvergonzada. Se puso la mano adrede en su coño. Allí delante, con dulzura, lentamente donde Cris sabe, donde yo se.. Yo resoplaba, mis pulsaciones subían a mil, y mi polla se ponía dura. Me miraba a los ojos desafiante, sin decencia. Yo la miraba, aceptando el desafío, sin ceder. Pero deseaba comerla y me dejé ir….me entregué a ella, desnuda. Solamente se dejó un collar con piedras trasparentes, algunas más pequeñas, otras mas grandes, que se perdían y danzaban entre sus pechos acalorados…Estaba húmeda, muy húmeda.. Rápidamente separó sus piernas todo cuanto pudo. Mi mano se colocaba con comodidad. Podía manosearla entera.



Chorreaban sus labios, sus ingles y su gominola. Su coño era un caliente. No había nada que apeteciera más que, ahogar toda mi boca en sus fondos. Sus senos electrizantes parecían mirarme, con sus pezones duros, muy duros. De nuevo el tiempo se interrumpía, se suspendía en el vacío. Primero rocé con mis labios, sus ingles, las dos. Su gominola, era el mejor regalo, dilatada, colosal, retadora, rebelde, pidiendo caña. ¡¡Y se la dí!!, encajándola entre mis labios. ¡¡Ummmmmmmm!!. Mis lametazos empezaban a aumentar en velocidad. Su fluido empezaba a salirse, estimulado por mis lamidas, mojando toda mi cara. El instante era irremediable. Sí, Cris volvía a correrse una vez más..Sus, “ummmmm, diosssss, siiiiiiii”, llenaban toda la habitación. Fue, fascinante. Ayer, decidí hacer limpieza en mi billetera, la que uso cada día y guardar algunos papeles en el maletín de la caja de pino, aprovechando la ocasión. Un ticket del 2 de septiembre de 2011. Ese día fue el mismo de nuestro primer beso, y la primera noche en la que nos follamos.



Lo recuerdo muy bien, aquel bar con poca gente, donde estuvo a punto de mandarme para casa. ¡¡Tonta, si lo llega a hacer!!. Si lo hubiera echo, no hubiéramos follado como dos locos, ninguno de los muchos fines de semana, ni siquiera el de Titulcia, en Diciembre (ni hubiera escrito los dos anteriores relatos).



Fue en una casa rural preciosa, con las vigas de madera… Bien decorada, acogedora y morbosa. ¡¡Con sofás!!. Casi se cortó mi respiración, cuando la vi desnuda encima del sofá. En una postura golfa, que incitaba a follar mas y mas… con sus rodillas apoyadas en los apoyabrazos, se subió encima.. Abierta de piernas, marcando culo, y coño… desde unos metros atrás se lo podía ver todo… Posaba sus brazos en el respaldo del sillón, dándome la espalda… ¡¡provocándome!!. Durante segundos no sabía ni que hacer, ni por donde empezar. Son instantes donde te quedas tan boquiabierto ante tanta belleza que las neuronas parecen desconectarse. Mi polla nuevamente no podía estar mas dura. Acabamos en la cama, a lo ancho del colchón, debajo de que aquellas vigas de madera bien cuidadas….



Con el cabecero de la cama en hierro forjado. Nos tumbamos, yo encima de ella… Cris esbozaba una tenue sonrisa y me besaba, suave, tierna y caliente. Estábamos algo cansados ya después de dos días sin parar, disfrutando el uno del otro. Cada vez me besaba con más pasión. Abría los ojos por un instante y… la veía disfrutar así, tan pegada a mi, tan entregada, tan excitada, tan empeñada en hacerlo de nuevo, que mis ganas aumentaban por segundos. Volvía a cerrar los ojos y me dejaba ir de nuevo…empezaba a moverme, intentando enchufarme lo mejor posible en ella. Cris enseguida empezaba a agitarse, y así estuvimos mas de treinta minutos, escocidos el uno con el otro, mezclados y mojados, con una película de sudor entre su cuerpo y el mío. Intenté parar un instante pero era irrealizable, sus caderas volvían a debitarme con sus incontrolados movimientos. Estaba a punto de correrse. Su cabeza daba pequeños espasmos, a punto de dar gemidos.. yo mientras seguía empujando, una, otra, otra… me abrazada para no separarse de mi, aferrando fuertemente mi culo.



Yo muy despacio, le acariciaba el pelo y le susurraba al oído.. -¿te gusta como te follo cariño?. -¿Me encanta, me vuelves completamente loca!, me replicaba ella en voz baja… Ummmmmmmmmmmmmmmm, nos corrimos como si se nos fuera la vida en ello, ¡¡otra vezz!!!... ¡¡Sin palabras!!. Ayer, entre sus fotos desnuda, había una vieja foto, la primera foto, con el rostro que portaba casi borrado, con los bordes doblados, pero que en cuanto accedí a cogerla entre mis manos, pude intuir la fragancia de su perfume. Era un satinado pobre de color, casi borroso, pero nuevamente, presenciaba de nuevo su belleza, la hermosura de su rostro. Recordaba, como meses atrás, en la habitación de casa, siempre permanecía oculta de miradas curiosas, en el cajón de un mueble, en la página 21 de un libro, que siempre ojeaba antes de soñar. Cuando iba a dormir la liberaba del cautiverio de sus hojas y la besaba apasionadamente. La acariciaba entera, su pelo, sus ojos, su nariz, su boca, hasta la parte en blanco de la foto. Jamás protestaba por ello, viendo como su color se desvanecía por el roce de mis manos. Tenía la misión de guardar siempre su rostro. Supongo que entendería que la dejara casi blanca. Entendería tantos besos y caricias, y tantas corridas con mi mano. Es fascinante correrse con esta mujer… En ese momento vino a mi mente, la comida de navidad, nuestra primera comida de navidad…. No solo la metí mano en el mismo restaurante, si no que acabamos en un probador del Corte Inglés. Es cierto, fue una locura, una bendita locura….



Ese día Madrid estaba colapsado de gente, y el resto de probadores estaban ocupados. ¿Gente follando?, me preguntaba a mi mismo. Pero que más daba, lo único que importaba éramos ella y yo. Nada más cerrar el cerrojo de la puerta la traje hacia mí. La besé, su boca y su cuello, como un vampiro. Seguía lamiéndola mientras la saboreaba. Mis manos no tenían control, se movían solas, por sus caderas, por su culo, por sus pechos, por su coño…. Mientras empezaba a quitarse las botas y parte de su ropa, sin pensar, sin aparentes pudores, sonriendo con una excitación en su cara, que me hacía sentir aun mas cómodo….Probamos a follar sentados, pero el asiento del probador, estaba esquinado y no había espacio paras piernas. No importaba. Estaba tan mojada y yo tenia la polla tan dura que, en décimas de segundo improvisamos otra postura. La de la vaca…. No me lo podía creer. Con sus piernas verticales, su cuerpo horizontal al suelo y sus brazos encima del asiento, lo hicimos. Me quedé en silencio, casi escuchando la energía que fluía de nuestros cuerpos, y se la introduje entera, mi polla en su coño, con sus nalgas delante de mi. No podré borrarlo jamás de mi mente. Que recuerdo. Mi primera vez así, Os debo de confesar que con Cris están habiendo muchas primeras veces.



La apretaba fuerte con mis manos en su espalda, con mi polla empujando, fuerte muy fuerte. Teníamos algo de nervios, como todas las veces que se folla en un sitio que no se conoce, con la gente tan cerca de nosotros. Sentía el perfume de su respiración, de su deseo. Ella giraba la cabeza, para que pudiera ver su sonrisa, sus labios. No quería gemir fuerte, pero en ese momento era mía, toda mía. Me da por recordarlo mil veces aun. Mía. Dentro de ella, y una y otra vez, follándola, sin parar. Me hablaba pero no lo entendía, con el ruido exterior. Daba igual, yo me perdía embelesado por su belleza, por esos ojos que contenían amor, o quizás no, en ese momento no me lo preguntaba. Mi cara era un poema. Seguía moviéndome, dentro, fuera, dentro, fuera, dentro…. Me encantaba aquello, estaba hambriento de ella, de su cuerpo. Era como un mar de deseo, donde yo enérgicamente me dejaba llevar por sus corrientes. Perdido, ido, si. Sin pensamientos, solo pensando en lo que estábamos haciendo, en lo que estábamos sintiendo.



Un último movimiento, corazones acelerados y suspiros… intentaba no gemir, no abrir la boca y casi como pude, me corrí. Nos corrimos. Primero yo, y unos segundos pues ella.. Movía sus caderas como una chiflada, temblaban sus piernas. Casi era imposible mantener la polla dentro… cuando la retiré de ella, lo comprendí todo. Entendí tanta excitación, demasiada excitación. Todo mi semen junto a su fluido chorreaba por sus muslos, casi hasta el comienzo de sus rodillas…El placer convertido en liquido se deslizaba. Increíble. Al volver del recuerdo seguía mirando esa foto.¡¡Como se desvaneció el color por el roce de mis manos!!. ¡¡Que guapa estaba Cris en esa foto!!. ¡¡Umm!! .



Quizás después de todo, acabé decepcionándola, porque con el paso de los meses no la volví a sacar del billetero, ni del maletín de piel de toro, ni del armario….¡¡Que mes de septiembre viví!!. Su recuerdo cada noche llamaba a las puertas de mi cuerpo, y mi erección alcanzaba cotas sorprendentes de dureza.... Me comían las ganas de placer, de tocarme una y otra vez, en los días que no la veía. ¡¡Quería follar, follarla sin parar!!. Supongo que ayer esa foto fue feliz. Feliz porque la liberé, y acudí a su rescate. Entiendo que la querida foto, compañera de lujurias, tantos meses después, se preguntaría, que habría sido de esa chica.



Después de insistir, de aparecer dudas respecto el uno del otro, de otros hombres que fueron apareciendo en el camino, hoy es mi compañera de juegos, mi amante, mi pareja sexual, mi “algo”, con la misma intensidad o quizá mucho más aun que el primer día…igual de guapa, con esa misma sonrisa maliciosa, clara, alegre, golfa.



Ahora la vieja foto, la he sustituido por una foto más actual, con un vestido gris, con sus pechos ceñidos. Era hora de irme. Y de despedirme de la querida foto. Por supuesto le dí las gracias por refrescar de nuevo mi memoria, recordando las últimas semanas con mi chica.



No encuentro una palabra para definir a Cris. Sí, follamos como locos. Es cariñosa, guapa. ¡Pero que digo guapa!!, guapísima, y sobre todo distinta a lo que yo he conocido. Ni sé que somos pero que más da, ¿por qué definirlo?. ¿Es todo?, ¿es solo sexo?, quizá es eso, o quizá sea mucho más. No lo quiero pensar, solo tengo claro algo. Es una mujer asombrosa, no solo follando, ni por conseguir dejarme seco cada vez. Ojalá esto dure toda la vida.



Recordando el último mes no tuve dudas. Es sorprendente tener algo en la vida que suponga una certeza. Solo nosotros mismos podemos tener una evidencia nuestra. Y me gusta decirlo: “esta diosa, sexual, divertida y golfa, me tiene perdidamente loco”.


Datos del Relato
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