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Categoría: Confesiones

UN DESCONOCIDO EN EL ELEVADOR

"Un desconocido me sedujo y yo me deje..."

 

El dia que llegamos al hotel donde se casaría la hermana de mi esposo, yo ya iba de mal humor, pues no teníamos habitación, necesitábamos arreglarnos para la fiesta. El empleado del mostrador nos dio una solución momentánea nos prestaría la habitación que sería la suite nupcial y no se utilizaría hasta después de la recepción.

A regañadientes acepto mi esposos a condición de que después de que la usáramos la arreglaran perfectamente. Yo sin esperar más me encamine al elevador y mi esposo dijo, yo tengo que encontrar a mi mama y se alejo, mi mal humor aumento pues estaba yo segura de que no estaría listo a tiempo.

Al llegar ala puerta del elevador toque el botón justo al mismo tiempo que un hombre, pero no cualquier hombre, era el hombre más guapo y sexi que había visto en mi vida. Cuando nuestros dedos se rosaron

Fue una descarga eléctrica, jamás había creído en esas cosas, pero ese dia tendría que tragarme mis palabras. Nos quedamos viendo y no podíamos quitarnos la vista de encima, el veía de arriba abajo mi cuerpo, y yo no me quedaba atrás, no podía dejar de imaginar lo que sería acariciar ese pecho enorme y lo que sentiría ser estrujada por esos brazos y así me fijaba en todo, sus dedos, sus manos, sus piernas. Bueno hasta me gustaría ser examinada por ese par de ojos profundos, no sé cómo pero yo sabía que él estaba igualmente impresionado con mi presencia. Ni siquiera me fije en que piso paro el

elevador, solo salí delante de el, cuando estábamos en el pasillo me tomo por la cintura como si fuera algo mío, llegamos a una puerta que el abrió con su llave, e inmediatamente me tomo por la cintura y me dio la vuelta para que mis nalgas quedaran pegadas al bulto que crecía entre sus piernas. Sus manos subieron hasta mis tetas que fueron estrujadas sin miramiento alguno, me saco por la cabeza blusa y sostén al mismo tiempo, enseguida me bajo los pantalones y las pantis juntos, me quito los zapatos y me dijo—no tengo tiempo para perder—yo no puse objeción e hice lo mismo que el le quite la playera, y le baje los pantalones, el mismo se quito los tenis.

me tomo de los hombros y poniéndome de rodillas me metió en la boca su enorme verga, metía y sacaba, sacaba y metía hasta mi garganta, sostenía mi cabeza con las manos para que yo no pudiera hacer nada, me puso de pie lentamente sin dejar de tocar con su verga y con sus manos mi cuerpo, su verga paso por en medio de mis teta y sus dedos pasaron por en medio de mis nalgas, tocando culo y pepa, cuando me tubo al alcance me beso en la boca, en las orejas, en las ceja , en los ojos, siempre sin dejar de masajea mis tetas o mis nalgas y entre cada estrujada de nalgas, sus dedos se encargaban de tocar mi rajita y mi chiquito, me dijo al oído—dame a mamar tus tetas—mi gran teta con las dos manos la ofrecí a su boca, obviamente con el pezón, completamente endurecido, succionaba mi pezón y cuando lo tenía bien adentro lo mordisqueaba , o eso me parecía a mi era doloroso pero dulce a la vez. Con la mirada me indico que le diera la otra teta. Mientras hacíamos el cambio comento—que tetazas—y siguió manado pero esta vez al mismo tiempo metía sus dedos a mi panocha, que delicia, el sueño de toda mujer, que su hombre no deje ningún rincón de su cuerpo sin recorrer. bajaba besando y lamiendo todo mi cuerpo, las tetas el vientre, las piernas los pies mis dedo de pies y manos, siempre con algo de prisa, pero justamente eso le daba un plus a la situación y cada tanto tiempo tenía que mamar su verga que cada vez estaba más grande y dura y cada vez la metía con más ganas y más profundo. Me llevo hacia la cama y poniéndome culi empinada me dejo

Ir su verga totalmente en mi pepa, a mí se me escapo un gritito, esto pareció enardecerlo y entonces su envestidas eran cada vez más rápido y fuerte, era tal su ritmo que pensé que se venía en ese momento, pero no, en un momento de detuvo y yo me queje—no por favor no la saques—él se burlo un poco—que educada eres— y diciendo esto clavó su verga de un solo intento en mi culo, ahora sí que grite y no por qué nunca me hubieran culeado sino, por que la verdad nunca había sido partidaria del sexo anal. Y el dolor había sido tan intenso como sorpresivo, pero solo fue un momento por que el tenía abiertas de una menara mis nalgas, que le daban paso a la verga totalmente. no dejaba de lubricar mi culo con los jugos de mi pepa y de repente, las arremetidas de verga en mi culo no se hicieron esperar, duro, rápido, de verdad ya no sentía lo duro sino lo tupido y de pronto alto total. Y mi queja de nuevo, pero entonces me giro en cama, me clavo su verga y mamo mis tetas y sin dejar de mamar, sentí como sacaba su verga y el mismo se la chaqueteaba. Me levanto los pies tan alto como mis piernas lo permitían y cuando ya los tenia rectos; cruzo un tobillo con otro y apunto su paradiiiiiiiiiiiiiiiisima verga a mi culito, vaya que si me culeo, duro y bonito yo no paraba de gritar, y entonces de mijo--ahora sostén tu tus piernas sin bajarlas—y separándolas ahora no solo me culeaba sino que me metía sus dedote a mi pepa, metía tres y con el cuatro acariciaba mi botoncito mágico, todo con la consabida prisa. Y explosión de mi parte y casi enseguida la de el, y más dolor en culo. El termino y me bajo las piernas y así como las tenía abiertas me lamio y empezó a chupar muy despacito, ese botoncito que nos hace derretirnos y chupo y chupo y e pronto sus chulpaditas se convirtieron en mamadas en toda forma lo metía increíblemente a su boca y luego con la lengua lo sacaba, y me vine otra vez , y otra y otra en realidad yo no paraba de gritar y el no paraba de mamar cuatro cinco ocho veces. En cuanto el sintió que yo me relajaba después del último orgasmo se levanto de la cama, se vistió rápidamente, tomo una flor de un arreglo que estaba en la mesa y se dirigió a mi, diciendo—gracias princesa eres la mujer mas hermosa que yo conozco—me dio la flor después de olerla y dijo—nos volveremos a ver—diciendo esto me dio un besos en la boca y se fue.

En ese momento caí en cuenta que mis cosas estaban en esa habitación, era la suite. Luego entonces, mi marido hubiera podido entrar en cualquier momento, esto en lugar de preocuparme me provoco una nueva excitación, me metí a la ducha y me bañe rapidísimo y me arregle para la boda, cuando mi esposo llego yo ya estaba lista.

Asi que por fin bajamos y al hacer acto de presencia y ser presentada con la familia, me di cuenta que el hombre del elevador, era el futuro cuñado de mi esposo y se llama Juan Carlos y ahora los dos pertenecemos a la misma familia y cada vez que hay oportunidad repetimos la dosis.

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