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Categoría: Maduras

Todo el mundo tiene un precio

Todo empezó en uno de mis múltiples viajes a Madrid por razones de trabajo, pero primero me presentaré soy un cincuentón en bastante buena forma, 172 cm de altura, complexión robusta sin llegar al sobre-peso, ojos claros y pelo canoso.



Como cada vez que me surgía un contrato en la capital fui a pasar las noches que durara la obra en casa de una vieja amiga de la familia que, a cambio de los costes de la comida, me alojaba en su piso en las afueras de Madrid.



Esa mujer, Maria, no sabría bien como describirla, cuando yo estaba en plena pubertad me había cascado más de una paja y mas de 100 a su salud, ahora a sus 69 recién cumplidos nadie hubiera dicho lo que había sido en su juventud. De ser una mujer bajita pero despampanante, había pasado a ser regordeta con unas tetas, que si bien siempre fueron de tamaño medio, ahora colgaban un poco, las piernas, que siempre fueron fuertes y bonitas, ahora las tenía menos fuertes y con algo de grasa, el culo, que fuera respingón y me obsesionaba de crío, se le veía ampuloso. Hacia 20 años que se había quedado viuda y se había negado siempre a cualquier relación, aduciendo siempre que estaba muy enamorada de su marido y que a una mujer como ella, no religiosa, pero si tradicional, no tendría jamas otro amor.



Cuando llegue, a ultima hora de la tarde de un sábado de verano, me la encontré más deprimida que de costumbre, me dirigí a la nevera a tomar algo de beber y me encontré que solo contenía, dos botellas de agua, un poco de jamón de York y pan congelado.



-¿Que ha pasado Maria? - Nunca había tenido la nevera a rebosar, pero siempre habían una o dos cervezas y comida para un par de días al menos.



-He tenido algunos problemas económicos ¿recuerdas que avalé a mi sobrino con el crédito para arreglar su casa?



-Si,... claro que lo recuerdo, pero de eso ya hace al menos 3 años ¿no?



-Va para 4 años, pero ahora el hijo de puta.... - aquí se puso a llorar desconsolada



Durante la conversación me enteré que su sobrino hacia 6 meses que no pagaba un crédito de más de 400 € al mes, que había desfalcado más de 200.000 en el banco en el que trabajaba y había desaparecido. Maria tuvo que negociar de nuevo el crédito y empezar a pagarlo, pero la pensión de viudedad no le llegaba, lo estaba pasando realmente mal.



No me lo pensé, salí a la calle y compre de todo, comida, bebida y todo lo que se me paso por la mente y que se pudiera necesitar.



Cuando me vio llegar con todo se animó un poco.



-Gracias, pero creo que te has pasado, aquí hay comida para más de una semana...



Dado la hora que era, nos preparamos una cena ligera, ensalada y algo de pescado



Tras la cena empezamos a hablar de todos sus problemas ante unas cervezas bien frías.



-Gracias... muchas gracias... el cabrón de mi sobrino acabará pagando todo esto, ¡te lo juro!



-Tranquila y deja ya de pensar en ese hijo de puta, no se merece ni que pensemos en el.



Todo lo que hablamos, entre cerveza y cerveza trascurrió por los mismos derroteros. Hasta que después de media docena de cervezas (yo las tomo sin alcohol, ella normales) no se porque se me ocurrió decir:



-Por lo menos el ha fijado su precio bastante alto, ojalá cuando yo fije el mio esté en situación de fijarlo tan alto.



-¿Que quieres decir con “tu precio”?



-Pues eso mi precio... todo el mundo tiene uno... y de acuerdo con la personalidad y circunstancias este es más alto o más bajo



-Pues yo hay cosas que no haría ni por todo el oro del mundo



-Ya... - juro que no sé por que lo hice, hacia tiempo que no pensaba en ella de ese modo



-Mi mujer me tiene a dieta, hace más de una semana que no hemos hecho el amor así que...-saque un billete de 20 y lo puse en la mesa...



-Pero que dices, -adivinando lo que pretendía- ¡Tu estas muy mal!-estaba irritada pero la había visto de peor humor en otras ocasiones... coloqué otro billete de 20 encima del anterior



-No sé lo que quieres demostrar, pero no te va a funcionar...



No me gusta perder, ni siquiera en discusiones intrascendentes, además no se porque pero me estaba poniendo muy nervioso, quería follármela. La deje que se lo pensara durante algo menos de un minuto y me saqué los 3 últimos billetes de 20 que llevaba, y los puse encima de los anteriores, si salia bien al día siguiente tendría que ir al cajero automático.



-Te estas riendo de mi - ya con una sonrisa en los labios – nadie paga 100 por acostarse con una vieja



-Pues creo que no, no estoy de broma 100 € por pasarnos la noche follando.... repito: ¡follando!



-Pero... no puedo... ¿y que tendría que hacer?



-Nada que no halla hecho con mi mujer antes



-Pero yo no soy una puta... no puedes tratarme como tal....



-No pienso tratarte como a una puta – la interrumpí- solo quiero vivir y que vivas el sexo tal y como yo lo concibo



-Pero... - su mirada saltaba de mi al dinero y de vuelta a mi – no se por donde empezar



Sus ojos empezaron a brillar de una manera que no había visto nunca



-Yo empezaré



Me quité toda la ropa tan despacio como mis nervios me lo permitieron, ella me miraba de arriba a bajo con la boca abierta por la sorpresa. Al revés que en otros relatos mi polla, ni es enorme, ni estaba tiesa, estaba con la polla de lo más flácida, al verla se puso a reír. En este punto tengo que decir que mi cipote cuando está en reposo apenas mide 4 centímetros, pero la piel que lo rodea se ve en exceso arrugada, lo cual da a entender que alcance los 18 cuando está en erección, además de tener un grosor exagerado (15 de perímetro... unos 5 de diámetro), sobretodo en el glande que, en estado de erección, no asemeja una seta, pero poco le falta. Por lo cual yo ni siquiera me ofendí, ni traté de explicárselo, solo deje que se le pasara el ataque de risa, que duró bastante



-Bueno pues ahora te toca a ti... desnudate



-Es que... tengo el cuerpo que no es agradable de ver.. ¿tu no te reirás, verdad?



-En mi vida me he reído de una mujer desnuda – eso era verdad, pero en aquel momento pensé que se merecía que me riera



-No sé... es como muy frío.. así de sopetón



-Levantate – le dije



Ella se levantó apoyándose en la mesa. Vestía solamente una bata de andar por casa nada erótica pero con el cinturón puesto le remarcaba su culazo. Me acerque a ella mirándola a los ojos, desaté el nudo de la bata, la abrí y la deje caer por encima de sus hombros. Aparecieron ante mi dos tetas de tamaño mediano, algo caídas pero menos de lo que cabria esperar, con unos pezones no demasiado grandes pero que se endurecían con el roce de mis dedos. Bajo las tetas un vientre algo abultado, pero eso despertaba más mi morbo. La parte interesante estaba tapada por unas bragas blancas de algodón, elásticas y sin adornos, que terminaban a unos centímetros de un ombligo precioso.



Empece a acariciarle los senos,la cara, el cuello... la abracé mientras inclinaba mi cabeza para darle un profundo y húmedo beso. Fui consciente en ese instante de nuestra diferencia de tamaño, (1,80 mts yo, 1,50 ella), sus pezones se me clavaban solo unos centímetros por encima de mi ombligo.



Empezó a besarme el tórax, pero sus manos seguían quietas y sus brazos colgaban inertes.



La empujé suavemente para que se sentara en la silla.



-Tocame – le dije



Levantó la cabeza y me miró. Sus manos empezaron a acariciar mis piernas mientras me miraba fijamente los ojos, bajo su mirada, miró mi polla y acercó su mano rozándolo tímidamente al principio, después agarrando con firmeza pero con delicadeza. Mi polla debido a el tamaño desapareció por completo en su mano cerrada. Esbozó una sonrisa, pero fue moviendo la mano consiguiendo que la sangre circulara por el interior de mi aparato, que empezó a crecer y endurecerse. Pronto le fue casi imposible rodear todo el perímetro de mi nabo con su manita. En su cara se plasmó una mezcla de extrañeza, miedo y excitación.



-Metelo en tu boca – le pedí



-Eso es asqueroso... no lo voy a hacer...



Alargué mi mano y recogí el dinero que aun estaba sobre la mesa. Aun no había levantado mi mano cuando poniendo su mano encima de la mía dijo:



-Espera.. tendrás que indicarme porque no lo he hecho nunca...



Intento meterse la punta de mi rabo en la boca, pero ya estaba a pleno esplendor y no le cabía y solo pudo lamerme la punta que destilaba liquido pre-seminal. De tanto en tanto la hacia parar y la miraba, ya ni siquiera sonreía, ya no era gracioso, su mirada era claramente lasciva. Una de las veces que la hice parar solo susurró



-Vaya trabuco niño...



-Pues preparate que te lo voy a meter entero



-Es la más grande que he visto nunca.. - sonrei pensando que no debía haber visto muchas



-Te la mereces por ponerme tan cachondo y ser tan puta



-No soy ninguna pu..glglgl- le metí el capullo en la pequeña boca, casi me dolió



-Calla... joder... te voy a reventar a polladas, hummm, agh – se la saqué a los pocos segundos, no quería que se ahogara... quería follármela del todo.



La ayudé a levantarse, le arranqué literalmente las bragas y la senté encima de la mesa con los pies colgando. Me agaché y ante mí apareció una vagina bastante pelona con solo unos pocos pelos canosos, pero tersa y húmeda como la de una jovencita. Empecé a chuparle su pelón coño



-No hagas eso es sucio ahh... nojjmmm... es asq...querosoooooo uff ahhh



-Por eso me gusta – dije interrumpiendo mi mamada – porque es sucio.



-Ah.. que... me hacesssssssssss... ooooh... pero eso es... ufff... nadie... me habij... ahh uy ahj... uff



Soy hábil con la lengua, sin falsa modestia. Le metía la lengua tan adentro como podía, al sacarla se la restregaba por la parte alta de la estrecha vagina hasta restregarle el clítoris con la punta de la lengua. Cada vez que lo hacia no dejaba de gemir



-No... hagas shhhhhh... que... gussssss... ahhh gustitooooo ahh



Después de unos minutos sin lograr que se corriera me canse.. La cogí en brazos y la lleve a la cama, ella se quedo estirada boca arriba sin moverse, mirando mi rabo con miedo y lujuria.



-Hazlo con cuidado. La tienes mucho más grande que mi marido y..



No la dejé seguir hablando. Me tumbé encima de ella y le di un beso lo más controlado que mi excitación me permitió. Mi instrumento se había aflojado un poco, así que me decidí a ponerme a horcajadas sobre su vientre y regalarme con una paja con sus tetas. La instruí un poco sobre el tema y apenas tuve que moverme. Después de un rato volví a estar apunto. Mi capullo se veía más grande que sus erectos pezones. Me incorpore y situé mi polla al lado de su cara.



-Chupame



Esta vez no puso objeciones



-Así, ah... ves como puedes... j¡joder!... aaaaaaahh... ¡que bien!.- aunque la verdad es que solo entraba la punta de mi instrumento, así que enseguida desistí



Me puse de nuevo encima de ella me la agarré y la dirigí a los labios de su vagina empezando a hacer presión



-No me va a entrahhh – ahí entro el haba de mi capullo.



Estaba muy estrecha pero tremendamente mojada, fui penetrándola con la mayor delicadeza de la que fui capaz e inicie la follada del mismo modo.



-Ajjj... que chochito más bueno... que apretaditoooo... uff



-Q... Que cacho dep... aaaaaaaaahh... de pollaaaaa



Durante un buen rato estuve penetrándola suavemente y sólo se oían nuestros suspiros y el casi imperceptible chapoteo de la húmeda vagina.



Nunca he tenido problemas para aguantar sin correrme tanto como he querido, pero en estas ella dijo:



-Ajjj... eres mmm... muy bueno.... pero no se que me pasa no pueddd.. oooj terminar – si no podía terminar no tenia caso aguantar más.



Empecé a bombearle el coño salvajemente, en menos de un minuto me corrí resoplado como una bestia y le inunde el chocho de leche calentita



-aaaaaaaaaaaaaah... aaaaaaaaaah... toma leche...... aaaah... para tu coño aj mmmmm para tu coño bendito – esto ultimo lo dije casi en un suspiro.



-Bueno... ufff... ya estarás satisfecho nunca había tenido tanta leche en el chichi.



-¿Satisfecho?... el trato era estar follando toda la noche....



-Pero es que...¿?¿? ¿Que tienes ganas de más? - su voz sonó sorprendida.



-Vamos a asearnos – dije con mi mejor sonrisa



-Si sera lo mejor... sino voy a poner las sabanas perdidas con tu leche... jejejeje



Fuimos al cuarto de baño, una vez allí insistí en que hiciera lo mismo que cuando era crío, que me la sujetara al orinar.



-¡Que cochino eres!



-Estoooo... sip



-Bueno a ver...



Me cogió la verga, que ya volvía a estar a su tamaño reducido y tenia bastante con el pulgar, el indice y el dedo medio...



-Venga, haz pipí mi niño... - empece a mear con un morbo tremendo. Empezó a salir mi chorro con una presión considerable. Cuando terminé me la sacudió y vació la uretra corriendo el pellejo para atrás y apretando los dedos corriéndolo para delante. - ahora tengo que mear yo.. - y se sentó en el retrete.



-Separa las piernas tanto como puedas... quiero ver como meas...



-Si cuando yo digo que eres cochino – dijo al mismo tiempo que separaba las piernas tanto como podía e inmediatamente empezaba a orinar. El pipi salia de su chocho cayendo en la taza al mismo tiempo que algunas gotas de leche salían de su vagina – ¡Joder!¡Me has dejado el coño lleno de leche!



-¿Que prefieres... nos lavamos un poco con agua y jabón, nos duchamos o nos damos un baño? - le dije ayudándola a levantarse.



-¡Un baño!



-Vale nos bañaremos juntos



-¿Juntos?



-Si uno a cada lado de la bañera



La bañera era antigua de casi 2 metros de larga y bastante ancha.



Abrí el grifo del agua caliente mientras ella ponía sales, gel y todo lo que se le ocurría. Cuando la bañera ella se tumbo dentro, y yo hice lo propio en el lado opuesto. Estaba del todo morboso, pero como siempre mi instrumento de amar no se ponía erecto.



-¿Te encuentras bien?



-Si la verdad es que el baño siempre me ha relajado mucho – dijo ella



-Antes me has dicho que la tenia más grande que tu marido ¿Como la tenia él?



-Más o menos así – digo indicando el tamaño con sus dedos, con lo que pude deducir que su marido la debía tener de unos 10 centímetros y un grosor parecido al de mi dedo pulgar. - y yo, con eso, tenia suficiente, lo tuyo es más excitante pero me has hecho un poco de daño



-Pues aunque no lo creas yo no la tengo tan grande, en la “mili” conocí a uno que la tenia de 22 centímetros y tan gruesa que no la podía rodear con su mano



-¡Alaaaaaa exagerado! - dijo con cara de incredulidad - ¡esas cosas no existen!



La verdad es que si conocí a un tal Juan Muro alias “el Mulo”, alias “el Destroza-coños”. Las personas que dicen que el tamaño no importa mienten “el Mulo” siempre las tenia haciendo cola.



-Pues no me creas, pero es la verdad, la mía es solo normal – de eso no estaba muy seguro, nunca he sabido lo que es normal.



-Pues si es verdad como para que le den ganas de darte por el culo jejejeje



-¿Que ya lo has probado?



-¿el que?



-¿Que te enculen?



-A mi marido le gustaba mucho, me la endiñaba con todas sus fuerzas por ahí, y no me hacia casi daño y me excitaba mucho. Por cierto ¿te enfadaras si te pregunto algo?



-¿Enfadarme yo?¿después del polvo que he “pegao”?¡¡Ni de coña!!



-Es que.... bueno... me ha parecido... que... bueno eres muy delicado cuando follas... no sé mi marido era... más... fogoso ¿entiendes?... parecías... parecías un poco... afeminado... con tu suavidad... no sé si me entiendes - y yo controlándome para que no creyera que era un bestia insensible.



-La noche es larga – dije mirando el reloj del baño, eran las 21:35



-Tampoco te pases... que la tienes enorme... digas lo que digas a mi me parece enorme.. y yo ya no estoy para muchos trotes jejeje – la manera de decirlo delataba una segunda intención muy clara: ¡¡Quería que le diera con mas ganas!!



-El agua empieza a estar fría – dije mientras me ponía en pie, mostrando la media erección que tenia.



Le tendí la mano y la ayude a ponerse en pie, aprovechando para restregarle mi miembro por donde pude. Encendí la ducha le fui retirando poco a poco la espuma mientras le frotaba el cuerpo con mi mano izquierda. Al llegar a los cuatro pelos que decoraban su pubis me entretuve un rato frotándole el clítoris, mientras ella flexionaba y separaba un poco sus piernas, empezando a mover la pelvis adelante y atrás, su respiración se entrecortaba. Entonces le dije:



-Ahora te toca a ti – al mismo tiempo que le pasaba la ducha



Maria se comporto de manera similar a la mía, quitándome los restos de jabón y restregándome con la mano por todas pares al llegar a mi polla la pajeó un unos segundos que hicieron que subiera al quinto cielo.



Salimos de la bañera y nos secamos mutuamente de manera similar



-Necesito leche corporal – dijo y yo pensé: “yo si que te voy a untar de leche”



-Ya te la pongo yo



Nos dirigimos al comedor con una toalla de playa enorme que pusimos sobre la cuadrada mesa de roble a modo de mantel



-Tumbate en la mesa que te pongo la leche jejejeje



-Uiiiiiiiiiiiiiii y ¿que leche quieres ponerme? Jejejeje



-Leche corporal... en serio... jejejeje - “al menos de momento” pensé



Se puso de pie en una silla y gateando, medio una vista enloquecedora de su tremendo culo, y lentamente se tumbo boca arriba.



Me froté las manos para calentarlas un poco, me puse una buena cantidad del cosmético en mi mano izquierda y empecé a extender la por el cuello los brazos, después continué por los pies, las piernas, quería tomármelo con calma, que lo deseara. Durante todo el proceso ella tenia los ojos cerrados y respiraba lentamente, llegó a parecerme que estaba dormida, hasta que empecé a untarle las tetorras, lo hice con suavidad, aumentando la presión poco a poco, al poco comencé a pellizcarle los pezones, cada vez con más fuerza.



-Aaaaaah mmmm, así.... apriétalos... - comencé a tirar de ellos – aaaaaa... sssssiiiii....



Estibe unos cinco minutos en esa parte tirando casi al lo bestia de los mugrones, cuando empezó a levantar el culo de la mesa ya a volverlo a bajar.



-Uffff... aaaaaaaaaa... dejalo y follame.... foooooooo.... aj... follammmmmeeeeee... aggg...



Deje sus tetas pero no hice lo que me pedía, mi polla estaba aun a media asta, empecé a untarle el vientre con leche corporal, y casi de inmediato pasé a acariciarle el clítoris. Me quedé un poco consternado porque ella dejo de mover las caderas.



-Joder... ¿me vas a follar o no? - masculló, sin abrir los ojos



-¡Mirame! - dije indicando mi polla, casi totalmente falta de erección – pero no te preocupes que te daré el orgasmo. Me apetece ver como te corres ¡¡¡Puta!!!



-No me llames put.... ajjjjjjjjjjjjjjjjjj – le pegué un pellizco al clítoris abultado – ssssssssssiiiiiiiii... uuuuuuufffff ajjjjjj mááááááááááááássssssssss – se lo retorcía dando pequeños tirones – ya ca... casssssssssiiii.... ajjjj.... mmmmme.... meeeeeeeee vieneeeeeeeeeeeee aaaaaaaaaaaaah ¡¡¡que gustazo!!!.... aaaaaaaaaaaaa – su culo se levantaba un palmo de la mesa y volvía a caer con un sonoro golpe y con cada golpe salpicaba la toalla de los flujos de su vagina y de la orina que se le escapaba



-Eres una cochina, te has meado guarra



-Lo si... siento – dijo mientras recuperaba el aliento



-No lo sientas, tengo que ponerte crema en la parte de atrás – ese sería mi momento



Cuando se normalizó su respiración se dio la vuelta despacio, puso la cabeza de lado pegando su mejilla a la toalla y haciendo coincidir su totazo con la mancha de humedad que ella misma había dejado y volvió a cerrar los ojos con un suspiro.



-Así que tu marido te la metía por el ano ¿no? - dije cuando empecé a poner crema por la espalda



-Si, pero solo servia para ponerme cachonda, en cambio el se corría enseguida disfrutando como un loco



-¿Si?¿Y como te preparaba?



-Pues me ponía un poco de cremita me la metía y ya está. Pero ¿no estarás pensando hacerme lo mismo con ese trabuco verdad?



-Por ahora no, tranquila – fui bajando las manos en dirección a sus caderas, a sus nalgas



-Es que no lo he vuelto a hacer desde que me operaron de hemorroides



No me pude resistir separé sus cachetes y vi su agujero rosado, era perfecto, rosado, atrayente, como el capullo de una rosa, el cirujano no solo la había curado, también le había dejado el ano precioso como el de una joven. Un ano virginal, entre unas nalgas maduras, en una mujer experimentada en esas lides. Le acaricie el ano con los dedos pringados de crema



-¿Y te la metía por aquí? - dije presionando suavemente el ano pero sin llegar a meter el dedo



-Si... ve con cuidado



Movía mi dedo indice en círculos



-¿Solo te ponía crema por aquí fuera?



-Si, pero se ponía mucha en su polla



Le metí la primera falange del dedo y la volví a sacar dos o tres veces



-Ummm... no.... no lo hagas por fav...orrrrrrrrrr



Hice oídos sordos y seguí metiendo y sacando la primera falange de mi dedo, pero ahora del dedo pulgar que había embadurnado de leche corporal.



-Ufff.... cuanto tiempooojj... mmmmmmmmm



-¿Te gusta?



-Si pero tengo miedo.... ooooooooohh.... me vas a quereeeeeeeeeeeeeer met... meter la pppppppp... polla



-Mas tarde, ahora a ver que pasa



Ya le tenia metido todo el pulgar se lo metía y se lo sacaba imitando la follada. Notaba la presión del esfinter en mi dedo y la suavidad del fondo. Maria movía las caderas suavemente levantando el culo, que yo mantenía con las nalgas separadas con mi mano libre, y bajándolo de nuevo



-Uf... que mmmm... malitaa-aaaaah me esss... estoyyyyyy... poniendo



-Te estoy sodomizando con el dedo gordo... y te gusta



-Sssssiiiiiiii.... pero nnnnoo... me metas el cip... cipotteeeeeeeee aaaahhhh mmmm



-Te gustan las pollas chiquitas ¿eh?



-Esssssss.... que la ttt... tienes enorrrrrmeeeeeeeejjjj aaaah...



Ya me estaba cansando de aquel jueguecito. Así que la cogí de los tobillos y tire de ella hasta que los pies le quedaron colgando a unos pocos centímetros del suelo, su chocho y su ojete quedaron expuestos. Así que “mi marido era más fogoso”, así que “ parecías un poco afeminado con tu suavidad” ahora le daría yo suavidad. Apenas la tuve en la postura que yo quería cogí mi media erección y se la apunte al coño directamente, no me andé con miramientos y se la endiñe de una sola estocada, tenia el coño empapado de la reciente corrida y posterior excitación.



-Joder... asi... aaaahh – dijo cuando notó que le entraba



Siempre he sido más sensible al tacto que a cualquier otro sentido. A las 10 o 12 culeadas mi garrote ya estaba al máximo, me la estaba follando dejando de lado cualquier control por mi parte, con todas mis fuerzas entraba y salia de ella.



-Uff... osssssstia... aaaaaaahhhh... me rompes el ccc... coñoooooo... cabrrrrr.. onnnn... ahhh.. me pppartessssssss...



-No querias pasionnnnn, aaaaaaaahhh... pues ... aquiiiiiii ahhhh... la tieneeeeeeesssssssss... toma pollaza... golfaaaaaaaaa... que bieeeeeeeeennnnnnnn...



Notaba como las paredes vaginales me estrujaban la polla y mi capullo tocando fondo. El chapoteo de sus jugos me ponia cada vez más loco. Le metí el pulgar en el culo, pero esta vez de golpe y sin avisar.



-Aaaaaaaa... vaya... folladaaaaaaaaajjj... másssssss bestia... joderrrrrr... la noot-toooooo en el estomagoooooo... aaaaaaahhh... me correeee... aaaaahh... me correreeeeeeeeee iaaaaaj... correte tuuuuuuuuuuu aaaahh.... tam-tambiiiiennnnnnnnnnnnnnnnnn... aaaahhh



Cuando mi polla entraba sacaba el dedo del culo, cuando entraba le sacaba el dedo



-Mmmmmmme... va... a.... a... venir el gusto... ya... ya.. ya me... ya me vieneeeeeeeeeee,,, ah... ah... ah... - gritaba ella



Noté en la polla las convulsiones de su coño al correrse. La seguí taladrando durante unos segundos, después me quedé quieto con el dedo y la verga metidos a tope dentro de ella.



-¿Notas mi polla?¿Notas lo dura que me la pones?



-S... si... pero me.... tienes agotada – dijo con poco más que un hilo de voz – salte de mi... por... ufff... por favor



Le saqué de su interior mi verga al mismo tiempo que el dedo. Aún no me había corrido, pero eso solo significaba que la fiesta no había terminado.



CONTINUARÁ


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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