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Categoría: Maduras

Susana, siempre Susana

Susana y yo continuamos con nuestros encuentros sexuales, cada vez haciamos alguna pose nueva donde se mezclaban la dulzura y la furia al mismo tiempo. Casi siempre estos encuentros eran en su departamento donde ya me conocian demasiado pero nunca sospecharon nada.



Despues de aquella noche en su casa quinta (leer "Susana, la mejor madura...") pasaron dos semanas hasta que nos volvimos a ver. Llamo por telefono a casa y al escuchar mi voz atender el telefono me suelta un "venia a verme que estoys ansiosa de tenerte adentro mio", no me hice esperar, a los diez minutos estaba tocando a su puerta, cuando la abre me encuentro a la misma mujer madura escultural lista para el sexo vestida todavia con su ropa del trabajo, pollera por encima de la rodilla, camisa azul transparente con un corpiño de encaje tambien azul, tacos altos y el cabello recogido, al vernos nos abrazamos y besamos y comenzamos a desnudarnos casi salvajemente, una vez desnudos se sienta sobre la mesa abrazando mi cintura con sus piernas y pidiendome accion inmediatamente, mientras la penetraba ella jadeaba muy sensualmente y yo tenia una panoramica imperdible, veia sus pechos bambolearse para arriba y abajo y eso me calentaba mas todavia, se acariciaba la cara y el cabello y mas me calentaba yo, acabamos cogiendo los dos sobre la mesa hechos un solo cuerpo.



Tomamos unas cervezas y nos fuimos a su cama donde hablamos largo rato de lo que habia ocurrido hacia instantes y dos semanas atras, los dos nos sentiamos solos, nos conociamos, y confeso tenerme ganas hacia mucho tiempo pero siempre tuvo miedo por ser amiga de mi madre y tener casi la misma edad de ella. Yo, con 17 años le confese haberme hecho mis mejores pajas pensando en ella pero que ni en sueños fueron tan buenas como el sexo que teniamos juntos... eso se ve que le gusto porque comenzo a hacerme una mamada muy despacio y suave, una vez que mi pene estuvo bien erecto se subio arriba mio y comenzo a moverse muy despacio como si estuviera gozando de cada milimitro que entraba y salia. Si sus pechos en la mesa eran descomunales desde abajo eran de otro planeta, tanto me concentre en sus tetas que hasta sentia el infimo "paf, paf" que hacian al rebotar contra su cuerpo, estuvimos asi casi veinte minutos hasta que grito: "llego, llego.... ahhh". Todavia hoy me acuerdo de esa frase. Nos despedimos quedando en encontrarnos dentro de dos horas en su casa ya que ella tenia una fiesta y queria que la acompañara.



Dos horas mas tarde estabamos rumbo a la fiesta en su auto, yo de impecable traje y ella de vestido rojo largo, no de esos tipo fiesta de casamiento, sino que era elegante pero no formal. Entramos a la fiesta y para mi fue una gran sorpresa encontrarme con mujeres entre 36 y 50 años algunas con hombres mas viejos, otras con adolescentes como yo, todas de muy buen ver, se les notaba que se daban sus gustos y sus lujos. Susana me presento a varias que con el tiempo fui conociendo con todo detalle (ya les contare). En un momento de la fiesta, ya con varios tragos de mas encima los dos nos fuimos al jardin y en el cuerto donde estaban los elementos de jardineria comenzamos a calentarnos de nuevo. Recorri sus piernas con la palma de mis manos muy lentamente, pude sentir unas ligas, una bombacha minuscula colaless y recorri su imperdible cola con la yema de mis dedos hasta el ultimo rincon; ella mientras tanto bajo el cierre de mi pantalon y acariciaba todo cuanto habia por debajo del boxer, levante su pollera muy lentamente, no me pregunten como pero rompi su bombacha y comence a penetrarla, enseguida se aferro a mi y me abrazo comenzando nuevamente con esos jadeos y gemidos que tanto me calentaban; mi corazon latia presurosamente y mi miembro estaba a full, ella me abrazaba cada vez mas fuerte y cuando podia me mordia el cuello. Seguimos nuestro sexo sobre las colchonetas inflables que estaban en ese cuarto y finalmente nos quedamos abrazados por largo tiempo.



Nos arreglamos como pudimos, al entrar en el auto de nuevo vi que su vestido negro tenia toda la parte de atras raspada en color blanco...



Estas fiestas se hicieron mas habituales y cada vez conocia mas mujeres que tenian la edad suficiente para ser mi madre... y cada vez me llamaba mas la atencion el sexo con las maduras, aun hoy sigo pensando que no hay mejor sexo que el que se tiene con una mujer madura.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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