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SI YO FUERA HOMBRE

El día continúa su ascenso. Esta tarde las ganas de hacer algo se han perdido. Me domina la inercia. Un calor sofocante se adhiere a la piel. Me estorba la ropa y me desnudo. La cama invita al descanso. Las frescas y limpias sábanas me relajan. Me invade una deliciosa libertad que penetra hasta el cerebro. Soy consciente de la soledad que me rodea y decido aprovechar la ocasión para mimar y cuidar mi cuerpo.

Empiezo con un masaje. Pronto este se convierte en caricia. Al comienzo con timidez, luego con un poco más de atrevimiento. Mis uñas arañan con suavidad la piel. Mis pensamientos se llenan con imágenes eróticas que me complacen. Un deleite innegable se riega por mi cuerpo. Me asombro. El pudor me devuelve la razón y resuelvo darme una ducha.El agua refresca mi piel turbada. Sosiega los pensamientos, los regresa a la normalidad.

De nuevo me sumerjo en el deleite que producen mis dedos sobre la piel. Siento que la espuma del jabon se desliza, se mete por los rincones de mi cuerpo. Las manos siguen su recorrido, palpan curvas, turgencias, lisuras. Hurgan en mis partes. Despierta mi sensualidad; busco el placer tantas veces presentido.

Ante el espejo miro los labios temblorosos. El corazón no cesa de palpitar. En el vientre una sensación de ausencia no borra el sentimiento de plenitud que me aturde.

Acaricio los pezones erectos. Palpo la humedad y dureza de mi sexo. Sigo explorando. Esta tarde deseo conocerme. Presiento que voy hacia un mundo nuevo y pienso en un poema que alguna vez leí " Si yo fuera hombre que hartazgo de vida me habría de dar".

Este descubrimiento de voluptuosidad me fascina y deseo comparirlo. Voy al teléfono y me comunico con la persona que considero la más indicada. Le expongo sin ambages los sucedido y la invito, entonces a vivir conmigo la experiencia. Se sorprende, ríe con malicia y acepta.

Espero. La persona invitada tarda. Estoy muy inquieta, temo haberme equivocado. Por un momento siento vergüenza. De repente suena el timbre de la puerta. Me apresuro a abrirla. En el umbral con una pícara mirada está mi amiga.
Datos del Relato
  • Categoría: Varios
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