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Categoría: Voyerismo

SA12.1 La magnífica se ríe

SA12.1 - La magnífica se rie.
Aquí sigue la cuenta de Donna, La Sirena Atrapada:


Cuando la reina del club yatero me puso secuestrada en el harén de su amigo norafricano, casí todas las atenciones amorosas de aquél príncipe se veían acaparadas por las cuatro mancebas más favoritas de él. Es decir, en una colecta de cincuenta muy bañadas concubinas, solo cuatro mujeres interesadas manejaban los apetitos carnales de nuestro dueño a sus meros antojos femeninos.

-¡Eso es una injustícia! ¿No? -se me quejaba María Luisa, una nueva amiga mía,

(yo caida ya ocho dias en el harén, y las dos trepándonos desnudas de la piscina de vadear ya por la segunda vez después del almorcito).

-...Tú verás, amiga, -me prometió, -¡Cuando nuestro dueño regrese a este harén de hoy en quince días, tú verás que las cuatro concubinas 'favoritas' de aquí se tornarán de degustarse de él, a cual favorita llevando a solas su propio nochecito con el macho!

De cerca, dos esclavitas esperaban quietas para que yo y María Luisa termináramos de limpiarnos de las piernas con las toallas las que las esclavitas nos habían traido corriendo al percatar que nosotras - concubinas plenas del harén - salíamos del agua (ritual establecido, según rumorea, por harenistas primordiales ya quinientos siglos antes del sáqueo de babilonia.)

María Luisa no me dirigía la palabra en español, mi lengua materna, porque ella no hablaba español. Tampoco me hablaba en polandés, la materna suya, que yo no sabía nada de polandés. Para comunicar, ella y yo nos recurríamos al francés, una lengua que predominaba con árabe en el harén. Pasaba que al francés las dos habíamos estudiado casualmente en adolescencia - sin saber que lo estudiaríamos muy en serio - y sin libros - en vida analfabeta de concubinaje.

-¿Me oíste, amiga? -seguía María Luisa -¡Al dueño se lo tornan esas cuatro! ¡Y no se límitan de acaparárselo por solo las primeras cuatro noches de la semana, sino van tornándoselo por las últimas tres noches también; ... y bajan una por la semana entrante!

Al oir eso, se me escapó una breve risa simpática - hasta melódica - una música hermosita y honesta tal que no había salido de mi pecho desde contadas días há - desde antes que me secuestraron y me pusieron aterrada e adolorida en cautivario.

-Pues, -yo pensaba, -si las favoritas iban a acaparar al dueño, ...pues, ¡Que vivan mil años las favoritas!... que a mí yo definitivamente no deseaba compartirme nada con ningún tal harenista consentido de dueño sino de lo absoluto más mínimo de mi ser! Por supuesto que yo preferiría que él nunca regresare de su viaje, que ya se me caía bastante horrenda que me sufriera su mando 'de lejos' ya interpretado por las 'ayas' del harén - con su vigilancia ilimitada y sus agudas palmadas de mando - y por las despiadadas instrúctrices de bailar que nos entrenaban hostiasamente todas las mananas. -¡Y cuánto peor!..., yo sentía - ...¡cuánto peor sería tener que enfrentarme ante el oso de dueño mismo! - él con su mando ilimitado, su palo asqueroso, sus antojos lujuriantes, su curiosidad consentida.... -¡Eso no!, -yo había pensado muchas veces durante mis ocho días de estancia en harén. Mejor me escapare de aqui antes que el dueño regrese. O si no, ¡mejor que el dueno no regresare nada!

Al haberme oido reir de hermosa, las concubinas no muy lejos de la piscina levantaron las cabezas para saber qué nueva voz había obsequiado al harén con esa música bonita. Al notar que era yo, ciertas compartían sonrisas las unas con las otras. -¿Oiste? -señalaban, -¡La magnífica va acomodándose de la vida de concubina!

-¡Que no! -yo pensé decirles, pero ellas no se hubieran creido mi abnegación, que ya me habían prognosticado su opinión acordada. -Es usted magnífica. - me brindaban en francés, en árabe, y en no sé cuales lenguas africanas, -¡Una mujer con sus magníficos dotes es una mujer que vero nació para el harén! ...Pero no lo tome usted muy mal, - me aconsejaron, - ¡que con los dotes que tiene usted, y con su altura y su pingura de pies a cabeza, usted encontrará la vida de concubina de ser bastante - pero bastante - divertida!

-¡No!, ¡yo voy a escaparme! -les deseaba explicar. ¡Que yo no deseaba aguantar nada de ningún dueño! ¡No era que me acomodaba al harén! Si pasara que me riera una vez, no era porque me acomodaba al esclavitud sino porque me estaba atreviendo a aprovecharme de un breve descanso emocional que yo estaba sintiendome - ya ocho días tras caer aterrada y mortificada en el haren, y quince dias antes del regreso del dueño.

Era que, mientras sí se me había menguado un poco en ultimas días la penosa mortificación que me sentía cada vez que movía desnuda ante todos los ojos del haren, a la misma vez ya era temprano - preciosas días temprano - para que se me empezare a acrecentarseme el terror ante el regreso en quince dias del dueño. Así, me sentía que ya me esperaran unas días de paz en el harén mientras las cuales yo pudiera relajarme un poquito y dejar en quietúd emocional que mi intuición se me ideara la manera de escaparme.

¿Que me nací para el harén? ¿Para esclavitúd analfabeta? ¿Para bailar que quiera que no quiera? No. La verdad era que yo me nací para casarme con mi gran amor, Petrarco - el esposo de la reina ella que me puso en este haren - ella que se reía con diciéndome cuánto mortificada yo andaría siempre bajo el inescapable ver de los lujuriantes balcones del dueño - ella que al entregarme a las puertas del harén le dejó al dueño ausente una nota que ella me explicaba mientras escribía, "Te la dejo a tus manos la Tetuda que deseaba robarme de mi esposo. Además, te obsequio con una vergueta que se la probó en últimos días de ser muy bien viva y candente. Por favor reune la vergueta mucho con las nalgas y caderas de la Tetuda - y eso no para las tardes cuando andas muy de caballero, ni para las veladas cuando andas de romántico - sino para las mañanas, cuando andas de macho despiadado y mandón."

Si pasara que me riera, entonces - si me anduviera un poco vertiginosa en los interinos días de paz antes de el regreso del dueño, ahora usted tal vez puede entendérmelo.

A la piscina, la verdad era que me rei porque esa frase de María Luisa, 'y bajan una por la semana entrante' se me cayó graciosa, ¿no?, que no se había salído entre niñas en algún aula de matemática, ¡sino entre dos aburridas adultas, recreándonos desnudas y encerradas en harén norafro-romanesco!

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Con los contados días de calma tentativa que me restaban, mientras dejaba en paz mi intuicion para que pensara bien en alguna fuga, no me quedaba sino a mantenerme cerca de mi amiga María Luisa y empalmarme con la vida de las otras concubinas - bailando clases para las mañanas y vadeando desnudas tanto tarde como velada para matar el aburrido. Con permiso de las ayas, salíamos en grupitos de dos o tres o cuatro para tostarnos desnuditas sobre los patios asoleados del harén o pasear casualmente - como tantas cervatas - en los Jardines de Desnudas del lugar. Por dónde estáramos, que dentro del Gran Salon, que sobre los patios, o que roznando las bayas de los jardines - siempre andábamos bajo el ver de los muchos balcones de dueño.

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Si el dueño había estado mirandome desde sus balcones en el momento que me reí ese día que María Luisa me explicaba acerca de las favoritas del haren, él me hubiera visto de ser una mujer adulta y seria - sí, 'ponderosa' de carnes - desnuda de pies a cabeza al lado de la piscina y corvándome con el trabajo de tocar con una toalla mis mojados tobillos y pantorillas. En tal aspecto, mis desnudas nalgas flexionaban para mantenerme el eqilibrio, y mis desnudos senos, ya vertidos, pulsaban y brincaban con el rapido movimiento de mis brazos, los pezones describiendo vertiginosos circulos en el aire a poca distancia del suelo.

Si el dueño me había estado mirando desde su balcón más cerca de la piscina, estaría viendome ni de frente, ni de atras, sino de lado, y un poco abajo, de modo que él podría trazar la linea de mi tostado cuerpo ya corvado - piernas, cadera, nalgas - las nalgas estrechadas con la curva de mi cuerpo y la rendija apenas espiable al quien me observara de lado y un poco de arriba. Siguiendo la ya bajando linea de la espalda, se notaría el costado, la nuca, las brazos, y los firmes desnudos senos ya colgando pesadamente. Así, el gran lado del seno izquierda estuviera visible en toda su gloria al veedor cuando, todavía corvada, yo alzaba las brazos para desatar el nudo de la cinta que ya no más debía asegurar mi cabellera en gran bala encima de mi cabeza contra anticipación del agua salpicado.

Desnuda y en plena pingura ante aquél balcón en aquel momento, yo me admití que yo sí hacía la visión que reyes y césares imaginaban por sus harenes cuando lanzaban sus miles barcos de pilla.

Mirándome de lado, el dueño hubiera notado que el leve tostado de mis senos y de mis caderas no valía el mayor tostado del demás de mi cuerpo desnudo - evidencia que perdí mi bikini de mundo libre ya entre doce y diesiocho días há. -¿Se preguntaría el dueño,... -me pregunataba -¿Se preguntaría el dueño si el tocar del piel tostado de mis desnudos muslos sentiría distinto a sus dedos que el piel menos tostado de mis desnudas nalgas?

-"Quince dias" -me reflejaba. Quince días me restaban para escaparme.

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Una cosa más - Si el dueño me estuviera mirando en el momento que me reí corvada, se hubiera notado el breve trémolo de mi desnudo corpiño - un trémolo como quien tose - pero en vez de oir un tos, hubiera oido la nota musical de una breve hermosa risa saliendo de la boca de una concubina desnuda, magnífica, de verdad nacida para el harén, ya acomodándome sin saberlo de mi nueva vida de concubinaje.

Que,... -¿Dónde en todo el mundo,... -preguntarían retoricamente las concubinas sabias, -¿Dónde en todo el mundo habrá una mujer así de magnífica a quien no le encanta chapotear desnudita con unas buenas amigas en una dadivosa piscina de vadear?

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[A continuar....
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Datos del Relato
  • Categoría: Voyerismo
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1 comentarios. Página 1 de 1
karla
invitado-karla 03-12-2004 00:00:00

Ahora si que estoy entendiendo el cuento, pero admito que me perdi unas partes pero gracias a los pequeños resumenes que das entre lineas he podido ponerme al tanto. Sigue escribiendo que ahora te estoy entendiendo.

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