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Categoría: Maduras

Ruby, la prepa y mi suegra

El ingreso a la preparatoria fue un cambio sin igual, el proceso de inducción a la nueva dinámica era algo inexistente para los adolescentes que descubrimos, a partir de esas fechas, un mundo de mayor libertad.



 



Acudir a las reuniones de inicio de curso se convirtío en la puerta hacia la lujuria, en aquella maza de pubertos y de no tan pubertos se encontraba esa mezcla de mujer y perversión.



 



Para aquellas fechas ella ya había gozado de los placeres del sexo; tiempo después comprobe que su basta experiencia había sido de todo tipo.



 



Ella se acercó y preguntó por ni nombre, yo simplemente respondí. Al cuarto día salíamos al cine de mediodía, las sesiones introductorias a la escuela poco a pos se fueron disipando en la aventura.



 



La sala de proyección estaba casi vacía, cinco parejas igual de pubertas y calientes buscaban disfrutar la sesión. Quince o veinte minutos posteriores al inicio de la función mi glande estaba tan morado y a punto de explotar que los espasmos aceleraron la expulsión de aquel chorro blanco que la niña disfrutaba con locura.



 



Su garganta recibía el sabor de mi sexo y cada momento gemía de placer; la película era un bajo fondo en donde las parejas que ahí nos escontrabamos eramos una jungla de perversión y disfrute al mismo tiempo.



 



Repentinamente me invitó a su casa; tiempo atrás su madre que era divorciada me conoció a través de la línea telefónica; la señora de nombre Montserrat siempre atenta decía querer conocerme.



 



Ruby, su hija dijo esperarme ese viernes en casa, por la mañana ya que ese día descansaba su mamá y seguro saldría de fin de semana con sus amigas. Saberlo me puso erecto como un poste; sin embargo, todo cambio. Al llegar a su casa fui recibido por Montserrat y nó por Ruby, la madre argumentó que su hija salió a ver su padre para recibir un apoyo económico y que no tardaría.



 



Ella dijo, supongo deseas esperar a Ruby, yo respondí de forma afirmativa; pasa, no tarda. Hola soy Montserrat la mamá de Ruby por fin he confirmado que me hija no tiene malos gustos, eres alto, fuerte y muy guapo, tal como nos gustan; perdón como le gustan a mi hija.



 



Al instante me dí cuenta que dentro de Montserrat había un espacio ardiente por cubrir, su cuerpo deseaba con ansiedad sentir calor y humedad de una verga dispuesta a rendirla de placer.



 



Ahora regreso, no te aburras, puedes ver una muy buena película que tengo en el DVD; sin más preambulo, encendí el televisor y el DVD, sorpresa enorme ver que en la pantalla había una película de sexo casera, digitalizada y en formato DVD. Que modernidad !!! fue lo que pensé, pero mayor sorpresa era ver a Montserrat como todo una estrella porno. Sonó el teléfono que Montserrat contestó en la cocina desde dónde se escuchó un grito que decía: Ruby va a demorar un par de horas, me pide que la esperes lo más posible.



 



Para ese rato era lo que menos me importaba, mi armazón estaba tan crecido al ver que aquella dama, mi nueva suegra se comía tres enormes falos a cada instante. Verla estar agachada y con los senos pegados a la alfombra, con la cadera levantada ofreciendo un capullo a sus amantes era algo descomunal. La señora como de unos 38 años, era perfecta; sobre todo al disfrutar de una cogida triple.



 



Dos vergas penetraban su culo y su vagina al mismo tiempo que se levantaba como un lagarto para devorar sendo medio litro de esperma en su garganta y verle correr chorros del mismo por entre las mejillas. Me recordó al instante a Ruby, una copia de la otra.



 



La puerta de la cocina se abrió y con voz dispuesta a todo dijó que si me había gustado la película porque el postre estaba gusto delante de mi. La ví cerca, muy de cerca, su blusa había sido desabrochada hasta el tercer botón, el brassier de encaje negro se veía lindo entre esos dos montes duros, dispuestos a ser probados, mamados y mordidos.



 



Camino cerca, su minifalda de cuadros era del tipo escocesa, llevaba una charola con refresco y una botana para seguro pasar un buen rato; se agacho justo frente a mi pero de espaldas para poner sobre la mesa los alimentos. Justo al darse vuelta aquella micro falda mostró su trasero en donde se juntaban dos orificios hermosos, su olor era más que placentero, su tamaño ideal, su piel suave y tersa y su invitación a la lujuria inmediata.



 



Perdí el aliento por segundos y sin dudar, acerque mi nariz a su espalda, ellas seguía agachada, mi lengua humedeció aquel circulo lleno de estrías, jamás se molestó, por el contrario, iniciamos una larga amistad en donde nuestro parentezco carnal nos unió día a día.



 



Papí, metemela más, más , más ... era su ruego, Montserrat, esto no debe saberlo Ruby, estás de acuerdo? Ella, simplemente sonrió. Durante diez minutos disfrute el sabor de su ano perfecto, duro al inicio y elástico durante el coito.



 



Mi primera vez en esos rumbos, por fortuna todo pulcro y limpio como una valle por descubrir. Para ese entonces mi verga estaba doblada entre mi entre pierna y mi pantalón de mezclilla; ella se dió cuenta del paquete y me dijo relajate, solo es cuestión de que te acuestes en el piso, cosa que hice al instante.



 



Justo un 69, ella desabrochó los botones para dejar mostrarse una verga de unos cuantos centímetros, no muy larga pero con un diámetro descomunal que hacía que las comisuras de sus labios se estiraran al máximo para cubrir esa cabeza rojiza morada dispuesta a ser lamida, chupada, mordida, eyaculada y limpiada por cada gota expulsada de calor y viscosidad desde mis entrañas.



 



Montserrat, más que experta en esos menesteres, me dijo; que te parece si hacemos lo mismo que la película, quiza podamos hacer un estreno juntos, por mi parte solo decía que sí, era lo menos que podía hacer. Ella simplemente contestó, para eso debo invitar a unos amigos, te gustaría?; contesté que si ese mismo día, ella me dijo mejor la semana que entra, te quiero para mi sola, antes de que regrese Ruby.



 



De cualquier modo, te gusto la película?, eso es una pequeña muestra de lo que podemos realizar; y algo más. Laura siguió mamandome la verga hasta que explote en su cara y senos, lentamente paso su lengua por la base de mi pene para recoger un hilo viscoso hasta la punta de mi arma, succionó una y otra vez hasta dejarme limpió y listo para embestirla por el culo.



 



Cambiémos de posición, dijo; en su mano traía una pequeña botella de aceite que saco debajo del sofá, me djio ponme un poquito Papi, así se lubrica mi coñito para que no te duela. Mi masaje duro lo suficiente como para que aquel espacio se convirtiera en una máquina succionadora de carne, de inicio pensé que lo ancho de mi lanza podría lastimarnos a ambos, nada de eso pasó.



 



Mi penetración fue relativamente fácil, era experta, el ir y venir de su cadera para chocar con mi pelvis hizo que le llenará por completo el culo de leche, 2 minutos prontos, exactos y dichosos, por primera vez dijo mi nombre: Andy, papito, eres único ...



 



Yo sólo atine a gozar, mi celular sonaba, era Ruby quien me pedía no irme; como me iba ir si estaba en el universo !!!, le constesté, esta bién te espero, de acuerdo en quince minutos, adios, colgue el teléfono.Montserrat dijo, estupendo, quince minutos más de sexo, yo le dije Montse, espera, no quiero que Ruby se entere de ésto; ella simplemente sonrió, giro sobre su cuerpo y me dijo que acaso no te gustó?, yo simplemente asentí gustoso.



 



Entonces dejate querer, tomó mi verga flácida y roja, se la metió en la boca y comenzó a mamar, mamar y mamar, no pasó ni 5 minutos cuando mi verga se había repuesto dura y firme, la puse en la posición de perrito y la penetré por la vagina, cerré mis ojos,seguí y seguí, repentinamente la puerta de la cocina se abrió y yo temblando entre la eyaculación y ver a Ruby frente a mi exploté por entre sus piernas, me levanté y descanse mi miembro en su espalda, ese cuadro era lujuría misma.Cerré los ojos, pensando en lo peor, pues mi novia esta justo delante de los dos, al abrirlos descubrí que mi novia me limpiaba con su lengua los restos de semen de mi verga mientras su madre se retorciá de placer. El día se convirtió en una noche inolvidable y que nos atrapó cada vez más y más ...



 



Continuará...


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
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