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Categoría: Infidelidad

REGALANDO AJUAR DE NOVIA

"Un compañero de trabajo se ofrece a ser padrino de una administrativa que quería llegar virgen al matrimonio. El se ofrece a regalarle el traje de novia, y en el momento de probarse el traje ocurren varios acontecimientos que hacen perder la virginidad a la chica."

 

Una compañera de la empresa y muy buena amiga, había quedado con su novio en contraer matrimonio dentro de poco. Ella se llama Judith y en aquel entonces ella tenía treinta y cinco años, es muy conservadora y bastante tradicional, y algunos amigos pensaban que hasta era virgen por lo recatada que era. Tenía un cuerpo más bien delgado, pero de muy buen ver, aunque realmente por la vestimenta que acostumbrada a llevar tampoco se le veía mucho.

Mi nombre es Raúl, y en la fecha en que ocurrieron los hechos acabada de cumplir los 54 años, estando divorciado, y según el parecer de mis amigos, mantengo buen físico, el cual sigo cuidando con la práctica de deporte y buena alimentación.

Judith solo tenía a su madre, y varios hermanos todos casados, conociendo que sus recursos, eran bastante exiguos. Me había  comentado que tenía dificultades para encontrar padrinos de boda. Por ello, tras pensarlo, me ofrecí a ser padrino y que fuera la madrina, su propia madre. Ante mi ofrecimiento acepto encantada, mostrando una cara de completo agadecimiento.

Su prometido es un hombre de unos cincuenta y tanto años, llamado Ernesto, bastante mayor para ella. Sin embargo se le conocía por ser muy trabajador y sobre todo tachado a la antigua, siendo por lo tanto conservador como su familia. Tenía un pequeño negocio de ferretería, y nunca se había casado ni se le conocía mujer. A veces me preguntaba, como Judith se había podido enamorar de aquel hombre. Era evidente que la influencia de su madre fue el acicate.

Hablando del posible reglo de boda, me indicó que lo que más le urgía era el traje de novia. Su madre con sus escasos recursos, no podía regalárselo, por lo que tendría que adquirirlo ella. Yo me ofrecí a regalárselo. Judith se puso muy contenta, ya que eso no lo esperaba.  Para ello se fue a tomar las medidas y quedamos que cuando estuviera el traje, yo mismo se lo llevaría a su casa.

Cuando me llamó el sastre indicándome que ya estaba acabado, pase a abonar la factura y recoger el mismo. La verdad es que era muy bonito. Por supuesto, que para completar el ajuar, decidí que lo adecuado era adquirir la lencería interior, la cual escogí personalmente, buscando que esta fuera algo provocativa, tipo tanga que apenas cubría su pubis, y además muy transparente, y en la parte trasera un pequeño hilo dental. El sostén debería realzar sus pechos, pero dejando entrever sus pezones.

La verdad es que era muy atrevido, y quizás muy agresivo para mi compañera de trabajo, pero la empleada de la tienda me animo diciendo que “era muy sensual para un día de bodas”. Igualmente le adquirí las medias, portaligas y el corset.

Llame a Judith y le indique que ya tenía el traje, pero que sería conveniente que se lo probara antes para comprobar que estaba correcto, por si luego hubiera que hacer algún arreglo.

Como estaba decorando el apartamento que habían alquilado juntamente con su prometido, me indicó que se encontraba en ese momento allí, que estaba sola, ya que había acudido a dejar unas cosas. Yo aproveche y le dije que me esperara que yo me acercaba hasta el inmueble. Aunque sabía que ella era muy rectada y que no le parecía bien estar con un hombre solo en un apartamento, no me quiso ofender, y creo que por ello aceptó. Aunque también por la alegría de ver el traje de novia.

Llegue al apartamento, y comprobé que ya estaba casi completamente amueblado y decorado, incluso el dormitorio estaba totalmente acabado.

Tome el traje y le dije que se lo probara, que tenía que ver cómo le quedaba. Ella toma el traje, y le dije: espera también te traje la lencería, mejor será que te la pruebes igualmente.

-también me has comprado eso. No debías ponerte con ello. Uy creo que te has pasado. ¡Con lo que tiene que haberte costado!.

Ella al ver la tanga y el sostén tan provocativo, note como los colores afloraron a su cara, pero la calme indicándole: Judith para una noche como esa, es necesario que lleves algo sensual, y que además tu prometido lo alabara. He escogido lo que me recomendaron en la tienda. (Aunque realmente había sido yo el más atrevido).

Se metió en el dormitorio para cambiarse. Observe que tardaba bastante, por lo que tras la puerta le pregunte si pasaba algo.

Ella me contestó que no podía colocarse el corset. Le dije que abriera que yo la ayudaría.

Ella me contesto algo nerviosa: -¿cómo?, ¡si estoy casi desnuda!.

Tanto insistí que al final me abrió. Se tapaba su cuerpo con el propio vestido de novia,  a fin de que no viera sus intimidades.

Le dije que se calmara, que cuando estuviera ante su marido, tendría que hacerlo. Le pregunte:-¿tu marido todavía no te ha visto desnuda?.

Ella me dijo: - ¡claro que no!. Recordé que ella eran de las que quería llegar virgen al matrimonio.

Le dije: - eso es bueno y malo. En la actualidad casi nadie llega virgen al matrimonio. Sabes que prefieren tener relaciones sexuales antes y así se conocen mejor antes de casarse.

-pues ¡yo soy así!, aunque me llamen tachada a la antigua- me contestó algo molesta.

Le dije: - anda no te enfades. Déjame ponerte el corset.

Con gran vergüenza, dejó el traje en la cama, y se quedó solo con el sostén y la tanga que le había regalado, así como las medias. ¡Estaba sencillamente preciosa!. Como era tan recatada nunca había podido ver sus pechos, ni tan siquiera los había llegado a insinuar. Comprobé que sus pechos eran más grandes de lo que creía, y sobre todo de una firmeza increible. Aquel sostén casi dejaba entrever sus pezones negros.

Lo que más me sorprendió fue su pubis, era igualmente negro, y a pesar de las medias tipo pantis que llevaba, comprobé que Judith no debía depilarse esa parte, ya que tenía abundante mata de pelo en sus intimidades.

Le ayude a entrar el corset, aunque, me demore lo suficiente para contemplar su precioso trasero. Aquella preciosidad, me estaba empalmado de verdad. Nunca la había mirado como una mujer atractiva, pero estaba comprobando que realmente era una hembra en el máximo sentido de la palabra.

Le até el corset, y posteriormente le ayude a colocarse el vestido. Comprobé extasiado que le quedaba como un guante, una verdadera preciosidad. Ella se miro al espejo, y comprobó que quedaba de maravilla, y me dijo:

-¿cómo lo ves?. Ceo que me queda bastante bien ¿verdad?

-te queda de maravilla. Vas a ser una novia preciosa.

-Gracias de veras- y me dio un beso en la mejilla.

Luego después de varios comentarios, le ayude a quitarse el vestido, y posteriormente el corset. Al hacer estas maniobras en varias ocasiones pude tocar sus nalgas y sus pechos por encima de la ropa que llevaba, y aunque ella lo percibía no dijo nada, pensando que era normal.

Al quedar solo con la tanga y el sostén así como las medias. Le dije: -tu novio te va a comer ese día, ¡estas divina!. Nunca pensé que fueras una mujer tan hermosa. Con la vestimenta que normalmente usas, no has dejado que pudiéramos apreciar tu belleza y tu hermosura. Aunque …¡¡existe un pequeño defecto!!.

-¿un defecto?- Ella se quedó totalmente sonrojada.

Le comenté: ¿no acostumbras a recortarte el pubis verdad?.

Ella instintivamente se colocó las manos tapando su parte baja. Le dije:

- no te pongas nerviosa. Lo digo porque deberás recortártelo, ya que llevas mucho vello en tus partes, y, eso luce bastante feo.

Ella me contestó:

-¿y cómo debo hacerlo?. Yo nunca he hecho eso. Además me da mucha vergüenza ir a la peluquería para hacerme eso.

-Bueno, no se….tu madre por ejemplo puede hacértelo.

-ja ja.. mi madre. Mi madre nunca se lo ha hecho, que yo tenga conocimiento.

Le dije:

- Bueno. En todo caso, con una brocha y una hojilla se puede recortar perfectamente y veras que lucirás mucho mejor. Es mucho mejor con la cera, pero tendrías que ir a la peluquería.

-No me atrevo. Me da mucha vergüenza.

 - pues sí, tu novio te ve esa mata de pelos se va asustar.

Ella se rió con ganas pero además preocupada. Luego como que se lo piensa y me contesta:

-Se que tienes razón, pero si lo hago yo…. no sé,… seguro que me corto. No me atrevo. Se queda parada y pensativa y luego me dice: me has dejado preocupada. Tampoco tengo amistad con amigas como para pedirle ese favor.

Yo fui osado y le conteste: -si lo deseas yo te puedo ayudar hacerlo, creo que tenemos amistad suficiente para ello. Si te parece bien, claro.

Me contestó: como ….¿tú?. Nunca he estado desnuda ante ningún hombre, no sé. De verdad,….. no creo que este bien……

-Seguro que tampoco ningún hombre te había visto en tanga y sostén, y yo te estoy viendo, le indique. Y, no por ello has cometido ningún pecado. Además, tampoco yo voy a decir nada de esto. Eso es un secreto entre ambos, y que nadie debe saber.

Ella se quedó pensativa. Y para que se decidiera, le dije: - tienes hojillas de afeitar por aquí, por casualidad.

Ella nerviosa me dijo:

- pero, ¿lo quieres hacer ahora?.

-y cuál es el problema. Dentro de unos días te casaras y luego no tendrás tiempo con las invitaciones, etc.

-Se que tienes razón. Me dijo: creo que tengo hojillas y jabón en el baño, pero no sé, ahí me da no se que…..

Le dije:

- mejor te cambias la tanga para no ensuciarla, y te pone unas bragas. Le dije, añadiendo: ¿no tienes otra tanga normal en casa?.

-no… yo no suelo usar esas prendas- me contesto algo apenada.

- Bueno pues veremos cómo lo hacemos con unas bragas.

Ella se cambio mientras yo preparé la espuma de afeitar y la hojilla en el baño. Al rato vino ella al baño con una camiseta puesta, y  portando unas bragas blancas, muy anchas.

La pedí que se recostara sobre la taza del baño, puse una toalla debajo, la hice abrir de piernas, empecé a pasar la espuma por los laterales de sus bragas, comprobando el abundante vello negro que tenia. La verdad es que sus piernas apenas tenían vello, pero sus partes veía que sí.

Si alguien me veía en aquella situación, seguro que no se lo iba a creer. Pero mi amiga en el fondo era bastante ingenua, pero a ser conservadora.

Con la hojilla fui poco a poco afeitando los laterales, y luego le dije: -comprueba que estás mucho mejor.

Ella se mira y m contesta:-la verdad es que si.

Le dije: pero hay que recortar más hacia dentro, ya que la tanga es mucho más corta que la braga. Antes de que se pusiera protestar, sin permiso de ella, le separe un poco la braga llevándola casi hasta la raja de su coño y, ante su cara de asombro, le pase la brocha de afeitar, como si ello fuera lo más normal del mundo.  

Deje mi mano cerca de su raja, y comencé a afeitar. Al realizar tan delicada tarea, me detuve todo lo que pude, con bastante parsimonia, y comprobé que mis dedos en varias ocasiones tocaban la raja de su coño. Fue cuando me percaté de que Judith se estaba “empezando a mojar”. La recatada de mi amiga, era virgen, pero, estaba comprobando que con solo tocarla en sus partes, ésta se humedecía completamente.

Hice la misma operación por el otro lado, y la obligue a recostarse aún más, y fui más osado. Separé la braga hacia un lado quedando con esta maniobra, gran parte de su raja totalmente a mi vista. Joder, que hembra, pensé. Vi los labios abiertos de su chocho, que yo comencé a tocar sin miramientos, haciendo como que ello era necesario para estirar la piel y poder afeitarla mejor.

En alguna ocasión logré mirar su cara, y note que estaba encendida. Creo que ni ella misma nunca se imagino estar en una situación parecida. Sin embargo, pese a su estado de pánico, me daba cuenta de que se estaba humedeciendo.

Cuando hube terminado, cogí agua con una toalla y comencé a limpiarla. Al hacerlo, pasaba sin descaro mis dedos por la raja de su coño, comprobando que además, en cierto modo le estaba agradando. Cuando terminé, le dije:

- hemos terminado de momento. Comprueba cómo te ha quedado. Mejor te colocas de nuevo la tanga para ver si ya está bien.

Ella marcho a la habitación, y luego regresó con la tanga puesta, y, ¡aquello si era una belleza!.  

Mientras entraba en el baño, me dijo: -Creo que la tanga es muy atrevida, que no se si debo llevarla el día de la boda.

-Pues claro que sí. Además, ¡el que te va a ver es tu marido!.

Ella entro, y comprobé que realmente, si que era atrevida aquella prenda, la tanga era bastante transparente por lo que se observaba claramente el bulto que formaban los labios externos de su panocha.

No obstante observe, y así se lo hice saber, que todavía teníamos que recortar mejor su pelambrera, ya que sobresalían muchos pelos. Y le indique que en su trasero también tenía algunos pelos que teníamos que eliminar.

-¿más todavía?.

Ella se dio cuenta de que prácticamente se iba a tener que desnudar y que, si accedía, me iba a tener que mostrar en su plenitud todo su coño y hasta posiblemente su ano.

-crees que es necesario. Es que, joder me vas a ver toda. La verdad no creo que sea correcto.

-Judith ya que has empezado, no vas a presentarte con esos vellos salteados, cuando te tengas que desnudar ante tu marido. ¡Qué crees que va a pensar!.

-joder… no contaba con esto. Pero por favor, no me mires mucho.

Le insinué que era mejor que lo hiciéramos en otro lugar, que allí era incomodo. Le dije que mejor que se recostara en la cama del dormitorio, mientras yo la terminaba de afeitar.

Totalmente sonrojada, aceptó. Sin embargo mientras nos dirigíamos hacia el dormitorio, capte su mirada hacia el enorme bulto que se verificaba en mi pantalón a la atura de mi bragueta. Note el acaloramiento de ella, pero no me dijo nada al respecto.

Llegamos al dormitorio, la hice recostar boca arriba sobre la cama, pero antes, puse una toalla bajo sus posaderas para no ensuciar la cama, y abrí sus piernas casi totalmente.

Y sin que ella me diera autorización alguna, procedía a desplazar su tanga hacia un lado, dejando al descubierto todo su coño por primera vez. Ella, al momento intento evitarlo, pero insistí:- es necesario Judith, si no puedo ensuciar la tanga, y entonces no podrás llevarla el día de tu boda.

-pero. ¿Es que me estás viendo toda!. Me dijo acalorada y casi desesperada.

-venga será solo un momento.

Con lo excitada que estaba, y viendo que ya le había visto toda su panocha, se dejo hacer, y, yo tras darle brocha, empecé a recortar son sumo cuidado aquellos vellos que le restaban, ya que estaba cerca de los labios de su coño, indicándole que no se moviera, ya que si no le podía cortar. Ello me permitió, con total descaro por mi parte, meter unos cuantos dedos dentro de su raja, comprobando que estaba encharcada, y además notaba que estaba muy caliente.

Hice la misma operación por el otro lado, y comprobé con verdadero asombro cómo, Judith incluso se relamía los labios, ya que tenía los ojos cerrados.

Le dije que para terminar la operación, debía quitar los pelos que estaban cerca de su trasero. Por ello, sin más palabrería, alce sus piernas haciendo que las recogiera, y luego separe el hilo que apenas cubría su parte trasera, y observe con detenimiento aquel ano, aún virgen. Comencé a limpiar los pocos vellos que quedaban.

Tal y como estaba, verifique que tenia a Judith a mi disposición, con su conejito totalmente abierto, aún virgen, así como un ano igualmente virginal. Como podréis imaginaros mi polla ya no me cabía en el pantalón.

Además, comprobé que manaban gotas de la vagina de ella, debido a su lubricación. Veía los labios del coño brillantes, por lo que decidí arriesgarme, sin pensarlo más, puse mis labios en la raja de su preciso coño, de tal forma que ella en lugar de protestar note que gimió. Al ver que no reaccionaba, comencé a pasar mi lengua de abajo arriba como si le estuviera dando unos brochazos, comprobando que ella inmediatamente cerró sus piernas atrapando mi cabeza entre ellas, diciendo:

-oh Raúl, que me estás haciendo. No puedes hacerme esto, oohhhh  que me haces…. me voy a casar, ohhhh ohhhh……… pero no hacía nada para apartarme.

Metí mi lengua en su coño como si fuera una pequeña polla contemplando cómo se abría permitiendo mi paso. Tome posteriormente su clítoris con mis labios, y comencé a frotarlo, haciendo una O con mis labios, y comprobando como alcanzó su primer orgasmo al instante. Ella se comenzó a convulsionar, y me apretaba la cabeza entre sus piernas de tal forma que pensé que me asfixiaba. Al poco tiempo verifico que sus jugos alcanzan mi boca.

-ooohhhh Dios mio ooooooooooo noooo

Yo, lejos de detenerme, proseguí, y no cese de chupar y lamer su pubis, mientras procedí e meter un dedo en su coño, y, al comprobar que se lo tragaba, me decidí a meter otro, topando con lo que parecía era su himen. Era verdad, “aquella zorrita era virgen”. Ella revolvía, y me decía: por favor no más, déjame…. Ohhhh no podemos, me voy a casar,… soy virgen… Aunque no me apartaba con demasiado entusiasmo, señal inequívoca de que le estaba gustando. Aquella hembra, pese a sus prejuicios, estaba muy deseosa.

Mire el bulto del pantalón, y percibí que mi pene estaba en todo su apogeo. Sin que ella se percatara, ya que tenía los ojos cerrados, me desabroche el pantalón, y me baje el slip. Contemplé mi pene, y estaba como un verdadero misil. Tremendamente excitado, los acerque al desprotegido conejito de Judith y presione, viendo como sus labios absorbían el mismo, hasta tocar su himen. Ella al sentir mi contacto, al momento se intento separar.

-que haces… noo… que me quieres hacer…no puedes meterla.. ¡estás loco…!

Pero, tal y como estaba de arrecho, lejos de detenerme, la cogí por los brazos, me tendí sobre ella, y, la obligue abrir bien sus piernas, acercando mi pene hasta su coño y “comencé a pistonear su himen una otra vez”.

-oh no puede ser- me decía mientras miraba el encuentro de su coño con mi tranca, observando mis movimientos contra su himen.

Ella, muy asustada, me dijo: -Raúl me estas violando, que me vas hacer soy virgen, por favor, por favor…, además la tienes muy grande, me vas hacer daños….me vas a romper.

En eso tenía razón. La realidad es que mi nabo es bastante superior a la media, y además bastante grueso. Creo que eso la estaba asustando más que su prejuicio de perder la virginidad.

Le dije: -vamos Judith, estate tranquila no te haré daño. Lo hare con mucho cuidado. Así estarás preparada para el día de tu boda.

-estás loco. Eres un cabrón, te estás aprovechando… no déjame…por favor…

En ese momento, oímos sonar el teléfono de ella, y como estaba muy cerca, ello lo vio y comprobó que era una llamada de su novio.

-oh es mi novio. Se giró y cogió el mismo, y contestó a la llamada. –hola Ernesto. ¿Cómo estás?...y comenzó hablar con él, intento aparentar tranquilidad. Yo tome igualmente mi móvil, que tenía en el bolsillo de mi pantalón, y mientras hablaba, tome varias fotos de ella totalmente desnuda, principalmente de las partes de su vagina y de cuerpo entero. Ella al percatarse, le incorporó furiosa, mientras seguía hablando con su novio.

Yo reenvié las fotos a mi correo electrónico, y ella intentó taparse colocándose boca abajo. Yo tomé más fotos de su trasero. Es más, saque una foto donde se veía mi tranca y el cuerpo desnudo de ella.

Al momento terminó, y me dijo muy enfadada:- que pretendes. Estás loco. Borra esas fotos ahora mismo.

-tranquila. Las borraré.

Se acercó donde estaba con la finalidad de que le entregara mi móvil. En incluso lucho conmigo, pero yo la sujete y la coloque de nuevo boca arriba en la cama. Ella se formó en un ovillo evitando que me metiera entre sus piernas. Y le dije:

-venga Judith. Sé que me deseas. Quiero entrar en ti.

-eres un cabrón. Sal de mi casa. Llévate el vestido… te voy a denunciar…eres un cabron.

-de verdad. Vale, como tú quieras. Me marcharé..Si así lo quieres.

Y en ese momento procedí a colocarme mi pantalón, ante su mirada. Y cuando estuve ya debidamente arreglado, me dirigí a la salida. Ella sale detrás de mí, aún desnuda, diciéndome:

-pero tienes que borrar esas fotos. No pretenderás….

Me detuve, me dirigí a ella, y le dije: - las retendré para poder hacerme un par de pajas. Como no me dejas follarte. Al menos me la pelaré a tu salud.

-No puedes hacerme esto. Si alguien las ve ¿Qué crees que pensaran?. Venga por favor….¡tienes que borrarlas!.

Me dirigí a la puerta, sin prestarle mucha atención, y salí a la calle. Joder me había quedado con una calentura de mil demonios, y totalmente destrozado, ya que sería difícil que fuera el padrino. No sabía que iba a pasar. Sin embargo, en el momento de subirme al coche, me llama al teléfono y me dice: -por favor Raúl. Vuelve.. Venga no seas así.

Ante ello, recapacite y volví. Al llegar a la casa ella me abrió la puerta. Se había puesto el vestido que llevaba inicialmente antes del traje. Y me dijo: -Raúl. ¿Porque me haces esto?.

-no lo puedo remediar. Después de que te vi casi desnuda, necesito tenerte. Y sé que tú también me deseas.

-pero,… si me voy a casar. Sabes que no puedo.

-No creo que a partir de ahora pueda mirarte como una simple amiga. Deseo tenerte entre mis brazos, y que sientas mi pene atravesando tu vagina.

-¡estás loco!. Se detiene un poco, se sienta en el sofá y me dice: -que pretendes hacer con las fotos que tomaste. Las vas a borrar.

-¿Quieres que las borre?. Lo hare con una condición: accederás a ser mía esta tarde.

-Estás loco, Raúl. Sabes que no accederé a eso.

-pues tampoco pienso borrarlas.  Le conteste.

Ella me mira y me dice: las vas a poner en internet ¿verdad?

-no había pensado en ello…, pero solo serán para mi uso privado.

-Pero… si por error las envías a alguien. O te cogen el móvil por casualidad. ¡Tienes que borrarlas!.

- si quieres que las borre, ya sabes lo que deseo.

Me mira a la cara y me dice: ¿me pretendes chantajear con esas fotos?, y si voy a la Policía y te denuncio por acoso.

-¡Atrévete!. Crees que podrás justificar que estés echada en la cama totalmente desnuda, hablando con tu esposo, y además apareciendo la polla de otro hombre al lado. ¿Crees de veras que es una acoso?.. Además si tu novio se entera seguro que da carpetazo a la boda de inmediato.

- eres un cabrón ¿sabes?. No sabía que fueras tan sinvergüenza.

Le contesté: -Me da lo mismo lo que me llames. En el fondo sabes que necesitas mi polla. Te has corrido de lo lindo esta tarde. ¿Acaso vas a negarlo? ¿Vas a negar que disfrutaste mientras te comía el coño?.

  • No es cierto… tu ….

  • Eres una embustera. Sabes que lo disfrutaste aunque ahora lo niegues. Es más ahora mismo tienes el coño todo empapado.

  • Queee. Tu estas….. claro que no… eso son embustes tuyos.

  • ¿Qué apostamos a que esta mojada ahí abajo?

  • Apostar…. ¿Que quieres apostar?- me dijo ella intrigada.

  • No sé. Si es cierto que no estás mojada, accedo a borrar las fotos. Y caso de que lo estés…. Ya sabes…

  • No voy apostar eso. Sabes que no estoy mojada. Eres un engreído.

  • Como tú digas. Pero creo que incluso tu braga ahora mismo está mojada.

  • Queee…Me di cuenta, que quizás había dado en el clavo. Creo que la conversación la estaba excitando. Y decidí ser más agresivo.

  • Sé que te mueres porque te atraviese con mi polla. Necesitas sentirla, que te vaya abriendo poco a poco ese coñito… y luego desearás sentir mi lechita dentro. Tengo los testículos cargados. Creo que te diste cuenta ¿verdad?

  • -estás loco… joder no sigas…. Me decía, viendo que pese a estar enojado conmigo, se estaba excitando. El hablarle de aquella manera le daba mucho morbo.

  • Bueno apuestas o no apuestas. Si es verdad que no estás mojada. ¿Porque te niegas a apostar?.

Ella se quedo sin hablarme. La notaba desesperada, pero en el fondo excitada. Creo que la situación le estaba causando desesperación y rabia, pero deseos y ansiedad sexual por otro lado.

-Si te demuestro que no estoy mojada, ¿borraras las fotos? me dijo de pronto.

-Tienes mi palabra.

-pero primero tengo que ir al baño un momento.

-eso es jugar con trampa. Si vas al baño te limpiaras y podrás cambiarte de bragas. La prueba tiene que ser ahora. Así como estás.

-pero es que a lo mejor….

Tome la decisión, la agarré de la mano y la lleve hasta su dormitorio. Ella algo confundida se dejo llevar. La senté sobre la cama, y me puse de rodillas delante de sus piernas. Ella comprendió enseguida que la iba a tocar. Note su tremenda excitación. Era obvio, que si antes no lo estaba, la situación la estaba poniendo sumamente morbosa. Le subí el vestido hasta más arriba de la cintura, y al momento me di cuenta de que su braga tenía una mancha bastante grande a la altura de su raja.

Ella se recostó en la cama, y me dejó que tirara de sus bragas bajándolas más debajo de las rodillas, hasta que al final cayeron al suelo. Las tome, y ante su mirada las olí “el olor a hembra en celo” era manifiesto. Ella no dijo nada, más bien note su cara de excitación. Mucho más cuando, procedí a apartar un poco sus piernas, mostrándome su coño, en todo su esplendor. Creo que Judith estaba chorreando, ya que los labios mostraban los jugos, y casi comenzaba a bajar hasta su culo.

Sin decirle nada, acerque mi cara hasta uno de sus muslos y comencé a lamerlo, para ir bajando poco a poco, acercándome peligrosamente a su coño. Lami su pubis, y note los gemidos de ella. Me miraba con los brazos apoyados en la cama, contemplando mi progresivo avance hasta llegar a los labios de su vagina.

.ohhhh uhhhhhhhhhhhhhhh oooooooooooo- fue lo único que pronunció. Ni una palabra de rechazo. Al momento, comencé a lamer y chupar su coño, bañándome literalmente mi boca y mi cara con sus abundantes jugos. Se comenzó a retorcer, apretando sus piernas contra mi cabeza, y al momento se volvió a correr nuevamente.

Joder con la nena. Estaba tan arrecha que en cuanto le comí el coño tardo escasos minutos en mostrar su orgasmo.

Ohhhh siiiiiiiiiiiooooooooooooooooooooo Disooooooooooooooss

Cuando terminó de correrse nuevamnete, ella me miró con cara de ansiedad, como esperando mi próxima reacción. Me levanté, me desabroche el pantalón ante su atenta mirada, y lo deje caer al suelo. Luego hice lo mismo con mi slip. “Mi tranca apareció con una empalmadura de caballo”. Ella miró, con cara de susto las dimensiones de mi vástago.

-¿No pretenderás…?

No le conteste. Me subí a la cama, y me puse a horcajadas sobre su cuerpo, colocando mi pene ante su boquita. Me miró, no me dijo nada, pero al momento comenzó a darle pequeños besitos a mi tranca.

-¿que quieres que haga?.- me dijo.

-venga se que lo estas deseando. Mámamela.

 Luego me baje un poco y aproveche para acercarme a sus labios con la intención de besarla, pero ello hecho la cara a un lado. No obstante, baje hasta sus pechos, las cuales tenía cubiertos con la camiseta. Esto la estimulaba bastante, era como su fuera su punto débil. Inmediatamente solté una mano, y aproveche para subir su camiseta más arriba de sus tetas, y luego tire del sostén quedando una de ellas a mi vista. Puse mi boca en el pezón y note como ella se relajó.

Yo ya estaba casi metido entre sus piernas, y poco a poco fui acercando mi pene hasta su coñito. Ella intentó evitarlo, pero ante el chupeteo que la propine a sus pechos, note como aflojó la presión que hacía con sus piernas, pudiendo abrirla de piernas totalmente.

Su coño quedó completamente abierto, y mi pene se colocó entre los labios de su coño, y empecé a presionar contra su himen. Como no estaba tan arisca, logre con mi otra mano bajar totalmente su sostén, y comencé a pasar mi boca de una teta a la otra, haciéndole sacar palabras de placer, y un gimoteó demostrativo de que estaba nuevamente entrando en un orgasmo.

Ante ello, saque mi polla casi hasta la misma entrada, empuje con todas mis fuerzas, notando como rasgaba la membrana de su himen y mi polla entraba hasta el mismo fondo. Ella dio un grito, y me pidió que la sacara, que era muy grande, que le estaba doliendo.

Le dije:

- tranquila Judith ya la tienes toda, déjala un rato para que tu coñito de adapte a ella, y luego veras como vas a disfrutar de verdad.

-ah cabron me las has metido…,ohhh Dioss

La deje un rato, y después la fui sacando y metiendo, cada vez la sacaba más afuera y volvía a metérsela, notando que ella gemía pero de autentico placer..

-te gusta preciosa… verdad que te gusta?

- Me has desvirgado. Eres un cabron.

-venga Judith se que lo deseabas.

 -dame fuerte, no te pares ahora…métemela más…

Estaba excitada y entraba otra vez en otro orgasmo.

Al rato, ella notó que me iba a correr, y me dijo:

-recuerda que no tomo nada. Además sé que estoy en mis días fértiles, hace nueve que me ha venido la regla. Debes hacerlo fuera.

Aquella era la razón de su calentura, su chocho parecía que me iba a quemar la polla. Me volvió a repetir:

-Raúl córrete fuera, no puedes hacerlo dentro, no lo hagas por favor,,

-Judith. Quiero echarte un polvo como Dios manda. Es tu primera vez, y ello lleva incorporado que me corra dentro. Tu primera vez tiene que ser recordado, tienes que sentir mi leche como riega tu conejito.

-Pero me puedes dejar embarazada, no tomo nada. No lo hagas, oh oh siento tu leche, no  noooooo, Dios me estas regando por dentro. Que calentita, ohhhh.

Mientras ella hablaba me había dejado ir, lanzando de forma copiosa mi semen dentro de su cuquita, regando su útero con mi leche.

Cuando termine, me queda abrazada sobre ella, sin sacársela durante un buen rato. Más tarde me dijo:

- te has aprovechado de mi. Eres un mal amigo.

Le dije, que ella lo necesitaba tanto como yo. Que no me había podido resistir, que llevaba mucho tiempo sin follar, y al verla tan hermosa, no me pude contener. Pero que si lo pensaba bien, ahora conocía mejor lo que le iban hacer la noche de su boda, ya no le iba a doler y que iba disfrutar.

-Pero, “me puedes haber preñado”.

Le dije: -en todo caso, puedes tomar la píldora del día después.

-la píldora… no tengo mucho miedo. Además viene hemorragias…

Le contesté: - pues como te vas a casar la próxima semana, haz el amor con tu novio de inmediato y así nos sospechará nada.

- joder lo tienes todo pensado.

- Se me ha ocurrido ahora. Además nuca pensé que fueras tan hermosa. De ahora en adelante debes llevar trajes más modernos y vestir menos recatada, que eres una mujer de las más bonitas que conozco.

- de verdad me estás diciendo que soy bonita, o lo haces por cumplir.

- De verdad Judith te lo digo de corazón, y que si hubiera sabido lo buena que estabas, no le hubiera permitido prometerte con su novio. Te hubiera hecho mi novia.

Ella por primera vez me beso en los labios, a lo que yo respondí, y logre meterle la lengua por primera vez (cosa que sabía que nunca había hecho con su novio), y verifique que mi polla volvió a responder.  Ella me dijo, joder te está creciendo otra vez, noto como crece en mi coño. Y siguió besándome.

Cuando mi polla alcanzó una buena dimensión comencé nuevamente a bombearla. Y al rato me dijo, que ella quería ponerse arriba de mí.  Así lo hicimos, y fue ella misma la que cogió la polla en sus manos y la dirigió a su coño, clavándose de una sentada. Se relamía del gusto, y comenzó cabalgarme como una amazona. Estaba empezando a conocer lo cliente y zorrita que era mi amiga.

Cuando me iba a correr, ella lo notó y me dijo:

- córrete nuevamente dentro de mí, anda quiero sentirla otra vez, dámela toda, ohhhh phhhh..

Durante la tarde la folle otra vez más y luego nos fuimos.

Una semana después se celebró la boda. Tras la ceremonia fuimos al banquete. Su madre hizo de madrina y yo de padrino. El novio como ya había dicho era mayor que yo, y lo notaba muy poco espabilado. Como la boda comenzó a la una de la tarde, el banquete duró hasta bien entrada la una de la madrugada. Comprobé que su novio le gustaba la bebida, especialmente instado por sus amigos comenzaron a brindar, verificando que sobre las 8 de la tarde ya estaba más que ebrio.

Judith tenía un enfado importante, y le indicaba que dejara de beber, incluso se metió con sus amigos, pero estos están tan beodos como él por lo que no les hizo mucho caso. La madre de Judith estaba muy nerviosa con la situación y como hacíamos de padrinos yo estaba muy cerca de ella.

En un momento dado me indicó:

-hay que sacar a los novios cuanto antes de aquí. Puedes llevarlos a su casa.

 Para colmo de males, uno de los hermanos de Judith encargado de conducir el vehículo de la novia, le habían llamado urgente del Hospital ya que el padre de su novia lo habían internado urgentemente.

Le dije a la madre que no se preocupara que yo conduciría el coche, ya que al no beber alcohol era el más lúcido, y además como estaba divorciado no existía ningún problema de pareja, etc.

La madre insistió ante su hija para sacara al novio de allí, pero ella no pudo convencerlo, pasando casi una hora y media más, cuando Judith me llamó preocupada ya que habían encontrado al novio en el baño con una borrachera de envergadura. Busque la llaves de mi vehículo, un mercedes berlinga color negro, y lo puse a la salida de una de las puertas trasera del edificio donde se celebraba el banquete. Entre cautelosamente, y junto con un hermano del mismo logré meterlo en la parte trasera del vehículo y diciéndole a Judith que entrara a su lado.

Me dirigí al domicilio que iba a ser de ellos, donde tenían el equipaje para iniciar el viaje de luna de miel, y tras abrir la puerta, tuve que cargar con el novio en hombros seguido de la novia hasta el interior de la casa. Lo deje sobre la cama.

Judith me dijo que se iba a quitar el traje de novia, por lo que me dijo que tenía que ayudarla, ya que sabía que ella sola no podía, y maldecía a los amigos del novio que lo había llevado a embriagarlo. Le ayude a quitarse el traje volviendo al mismo estado en que la vi desnuda por primera vez, o sea, el día que se probó el traje y la desvirgue.

Comprobé que la depilación de su pubis que había realizado aún le perduraba, y estaba preciosa. Ella conociendo mi estado miro hacia mi pantalón comprobando nuevamente el bulto que sobresalía bajo la tela, pero se hizo la que no lo había visto. Me dijo

-esta noche no pienso ir al hotel donde habíamos quedado. De la forma que esta mi marido no me atrevo. Estoy tan sudada y agotada que lo que me apetece es darme una ducha.

Cuando terminó de ducharse, se había colocado una bata de levantar, y le dije:-mejor será que le quitemos el traje a tu marido para meterlo en la cama.

-si… es verdad. yo sola luego no podré.

Cuando nos acercamos comprobamos que el mismo había vomitado sobre la cama y sobre su propio cuerpo. Le quitamos la camisa y el pantalón quedando en bóxer. Comprobamos que además se había orinado encima. Ella estaba llorando, y le dije

-venga cálmate. Esto no significaba nada, mañana estará bien y podrán iniciar la luna de miel. Pero creo que lo mejor es darle una ducha ¿no crees?

Yo me quite la camisa y los pantalones, quedándome en bóxer. Ella me recriminó porque me desnudaba. Le indique que iba a meterme en la bañera con su marido para poder ducharlo, ya que de lo contrario como lo íbamos a sujetar?

Entre los dos pudimos meterlo dentro de la bañera, y luego le quite los bóxer, comprobando Judith que el tamaño de la polla de su marido (que veía por primera vez) nada tenía que ver con la que yo poseía. Por ello miró hacia mi bóxer como si quisiera comprobarlo.

Lo duche y lo enjaboné, y le dije que ella lo hiciera de la parte baja. Ella tomo la esponja y enjabonó los testículos y el pene de su marido. Tras terminar de quitarle el jabón, teníamos que secarlo. Le insinué que dejara una tolla abierta sobre la cama para poder secarlo mejor. Entre los dos lo sacamos de la bañera y lo llevamos en volandas hasta la cama. Judith quedó totalmente empapada nuevamente, y mi bóxer estaban para torcerlo, y se notaba claramente el bulto de mi mandinga en estado de reposo. Tras secar al marido lo metimos en la cama, tras ponerle ella unos calzoncillos. La verdad es que tenía tal borrachera que no se enteró de nada.

Cuando terminamos, ella se quedó mirando su estado, totalmente mojada nuevamente, y al comprobar el mío, me dijo que estábamos iguales. Y nos echamos a reír.

Le dije que tenía que ducharme y que si por casualidad disponía de unos bóxer o unos calzoncillos de su marido para ver si me servían, indicándole que tenían que ser los más grandes que tuviera, ya que yo era más ancho y corpulento que su esposo, y le iba a decir que tenía unos atributos mayores, pero me calle comprobando que ella se dio cuenta de lo que iba a decir sonriendo, pero a la vez quedándose totalmente colorada.

Sin esperar que ella regresara de la búsqueda del bóxer, entré en la ducha y cuando estaba a punto de terminar, me llamo a través de la puerta indicando que los tenía. Le dije que con las prisas no había cogido una toalla que si disponía de alguna, ya que las existentes habían sido utilizadas por ella y su esposo. Ella al rato me indicó ya la tenía. Me atreví a indicarle que pasara que estaba en la bañera y si salía mojaría todo el baño. Judith me contestó:

-eso no está bien, se que estas desnudo.

-venga Judith ya me había visto en tal menester antes y por ello no te vas asustar.

Noté que lo pensó durante unos momentos, y al ratito se abrió la puerta. Ella se había cambiado y tenía puesta una bata nueva desconociendo lo que tuviera debajo. Ella comprobó claramente que estaba desnudo, y yo no hice nada por ocultar mi desnudez. Pero cuando ella miró mis atributos que estaban en semi erección, mi excitación aumentó por el morbo de la situación, haciendo que empezara a crecer mi elemento de una forma ostensible, lo que hizo que ella abriera los ojos y se ruborizara.

Le dije:

- Lo siento pero no he podido evitarlo, eres una mujer muy hermosa, y con solo acordarme de nuestra primera vez me he puesto totalmente excitado.

Totalmente roja me dijo:

- Raúl no debes decir esas cosas, ahora soy una mujer casada, por favor respétame.

Me acercó la toalla, y al tomarla tome sus manos y la obligue acercarse hasta mí. Ella no se lo esperaba y pude plantar un  beso en sus labios. Me lanzó una bofetada, se quedó parada sorprendiéndose de su propia reacción, y luego se marchó corriendo. Entendí que me lo merecía. Me seque e intenté ponerme los slip que me había traído, pero no me servían, por lo que tuve que salir con la toalla enrollada a la cintura.

Salí a la sala, y no encontré a Judith por lo que me acerque hasta el dormitorio, comprobando que estaba pensativa en la cama. Me vio, pero me di media vuelta, y me dirigí a la sala para ver si podía ponerme al menos los pantalones y la camisa, para marcharme.

Ella salió, y observó que me estaba poniendo la camisa, y estaba desnudo de medio abajo. Yo no la había visto. Cuando me dispuse a ponerme los pantalones, me dijo:

-Te vas a marchar?

Me sorprendí y mirándola le dije:

- si, creo que es lo mejor. No debo seguir aquí, siento haberte ofendido.

Y me coloque el pantalón. Me puse los zapatos, tome las llaves del coche y me dirigí a la puerta.

Cuando estaba abriendo la misma, escuche su voz diciéndome:

- por favor Raúl, no te vayas. No ahora. No me dejes ahora así.

Me acerque a ella, la mire a los ojos, notando que lloraba. Seque sus lagrimas con mis manos, acaricie su rostro con dulzura, viendo como ella acercó sus labios a los mios, y me besó con pasión. Al besar sus labios note que Judith estaba muy caliente, su cuerpo parece que tuviera fiebre. La seguí besando con pasión, hasta que lleve mis manos a sus pechos sobre la bata, notando como gemía. Los note muy duros, y percibí que quizás no llevaba sostén.

 Aquella joven estaba muy necesitaba de cariño, y quizás de otra cosa. Había pasado una tarde y noche muy amarga precisamente el día de su boda con la borrachera y el espectáculo del novio, que necesitaba mucha ternura. Pase mi manos por todos sus senos, baje por su caderas y llegue hasta la altura de sus nalgas, y tiré de ella hacia mí para que notara como estaba mi pene. La situación me había puesto con una erección de caballo, y ella lo noto, ya que parecía como si quisiera refregarse contra mi nabo.

  • ¿Has visto como estoy?.

Logre abrir un poco su bata, y al abrirse el lazo, pude comprobar que solo llevaba puesto una tanga, y sus pechos enormes estaban desnudos, y con las puntas muy duras. Las acaricie con mis manos apretando un  poco sus pechos,  mientras la seguía morreando. Quite totalmente el lazo de su bata, quedando abierta, llevando mi mano hacia su pequeñísima tanga, pasando mis dedos en frotación sobre su coñito. Note que su tanga estaba empapada. Judith estaba ardiendo, y su coño estaba pidiendo guerra. Separe hacia una lado su tanga, y metí directamente mis dedos en toda su raja, y al rato ya metí mis dedos en su abertura, notando que seguía igual de estrecha que la primera vez, pero su himen ya había desaparecido.

Me agache y puse mi boca en su coñito, notando sus gemidos, se apoyó en la pared para no desfallecer ante los lengüetazos que propinaba a su panocha. No tardó mucho en correrse, verificando como sus jugos llegaban hasta mi boca.

Me subía, la bese nuevamente, y sin pedírselo ella llevó su mano hacia mi pantalón y al tocar mi tranca a través de la tela del pantalón dio un profundo gemido. Me desabroche el pantalón, cayendo al suelo, y como no disponía de bóxer, ella pudo tocar directamente mi pene, el cual empezó a sobar a lo largo de la misma como si estuviera midiendo su longitud. Cuando paso, su mano por mis huevos, al notarlos completamente repletos, le dije:

 - Judith has visto, están llenos de leche. Desde la última vez que estuve contigo no me he masturbado, por lo que están repletos. Ella suspiró mientras no dejaba de sobármelos.

La lleve hasta el sillón, me quite la camisa, y baje completamente su tanga, dejándola desnuda. Me recree mirándola, diciéndole:

 - De verdad Judith eres la mujer más bella y más hermosa que he visto.

Me senté y la hice subirse sobre mí, y cuando su coño llegó a la altura de mi polla, empezó a bajar y subir muy despacio metiéndose solo la punta y un poco más. Se acercó a mi oído y me dijo:

-No tendrás condones? Lo digo porque estoy muy caliente, creo que hoy estoy ovulando, y sabiendo cómo te corres, corro el riesgo de que me embaraces esta vez de verdad.

-Lo siento no llevo ninguno.

-Tendrás que hacerlo fuera. Necesito que me penetres ya, me muero por sentir esa polla nuevamente. Pero debes controlar tu. Vale.

Afirmé con mi cabeza. Y se dejó caer poco a poco notando como mi polla ingresaba hasta tocar su matriz. Se empaló completamente. Estaba hirviendo aquel conejito, pensé que mi polla iba a asarse, por lo que el morbo hizo que me creciera y se pusiera empalmada como nuca. Y dicho esto abriendo ella todo lo que pudo sus piernas y por mi parte con mucha suavidad, le fui introduciéndole en su coño mi enorme rabo poco a poco hasta que la tuvo toda dentro y empezamos a movernos acompasadamente en un ritmo suave al principio.

Comprobé que ella estaba muy mojada, apreté un poco y un gemido se escapo de su boca, su pequeños labios se abrían acogiendo mi verga que lentamente se introducía en su coño una y otra vez, notaba como la iba llenando poco a poco ; mis músculos estaban en tensión, las palmas de mis manos apoyadas en la cama, mis antebrazos rozándole su pechos, mis glúteos tensos, ella me miró a los ojos y vio en mi esa pasión, ese animal incontrolado que la volvía loca, ella colocó sus piernas abrazando mis caderas para facilitarme la penetración, me sonrió y con un golpe de riñón le clave toda mi polla hasta los testículos ; ella abría la boca .

Achhhhhhhhhhh¡-

 

Le faltaba la respiración,  me dijo que se sentía llena; me quede quieto unos instantes, verifique que su coño se estaba dilatando , notaba como las paredes de la vagina se abrían húmedas y palpitantes, volvimos a besarnos y empecé a salir y a entrar primero despacio, arrasando ´sus perjuicios, su voluntad ,la ultima huella de mujer decente; gemía entrecortadamente , y sus manos se asían a las sabanas, comprobé que Judith estaba empezando a perder  el mundo de vista; aceleré mis movimientos, coloque sus piernas encima de mis hombros y con violentos mete y saca la taladraba su sexo, mis cojones golpeteaban su culo, mi tronco rozaba todos los pliegues de su coño, sus gemidos, sus gritos se mezclaban, con sus bufidos ,no había palabras éramos dos animales buscando saciar nuestros apetitos , sin más una catarata de sensaciones la lleno por completo, ella clavó sus uñas en mi trasero notando como entraba en un orgasmo estrepitante.

La deje disfrutar del orgasmo, notando que su cuquita estaba bien caliente todavía. Estaba tan caliente que era evidente que estaba ovulando. Con los ojos cerrados todavía saboreaba el mejor orgasmo que nunca había tenido – según me comento después-, le sentía moverse ahora muy despacio, mientras me daba pequeños besos en mi cara.

 

-¿Estas bien? le pregunte sonriendo –

Sin responderme, se puso encima de mí, ahora ella notaba más si cabe el grosor de mi nabo, a cada movimientos de sus caderas, la punta de su polla golpeaba su matriz, haciendo que un gusto insoportable volviera a surgir de lo más profundo de su ser; yo volví a tomar el mando, con las manos en su culo levanta sus caderas iniciando un mete y saca frenético.

-Dios me voy a correr otra vez- vencida sobre su pecho, abría los cachetes de  su culo.

-Te voy a partir en dos, ahora ya sabes lo que es una buena polla- Le acompañaba mis palabras con palmadas en mi trasero.

-Sigue no pares, lléname de leche, me corroooooooooo¡¡¡¡¡-

- ¿La quieres dentro?- le pregunté-.

-Si, quiero que me llenes, riégame por dentro, necesito ver como brota de tu semen dentro de mi vagina nuevamente.

  • Pero te puedo preñar.

  • Calla y hazlo ya…

En ese mismo momento mis músculos se tensaron, mi boca emitió un quejido ronco, largo -Aaaaaaaggggggggggg¡, a cada espasmo de mi polla le seguía una descarga que la electrizaba y la llenaba el vientre de leche. No paraba de salirme leche, chorros y más chorros…

Estaba muy cerca de perder la oportunidad de seguir beneficiándome toda la noche a esta extraordinaria hembra y no podía consentirlo.

--Espera un segundo y vuelvo-

Ella se acercó al frigorífico, estábamos sudorosos y nos vendría bien un refresco cogió dos coca colas y hielo me tendió un vaso que recogí con un una sonrisa; estaba esplendida, gotitas de sudor bajaban desde su cuello por el canal de sus tetas…. ¡que pechos nunca había visto unos mejores, la gran aureola cubría ¾ partes de su teta y estaba coronada por un pezón gordo como un garbanzo; la mire nuevamente con deseo .

 

-¡Que buena estas Judith!-

Acerque mi mano a su nuca, no quería que pensara, nos miramos, la bese en los parpados de nuevo y me quede a escaso un cm de su boca, tenia los labios entreabiertos, la mordí tiernamente y me separe de ella; sus ojos bajaron desde mi boca pasando por mi pecho y agrandándose con sorpresa se posaron en mi de nuevo enhiesto pene.

-No puede ser, esta enorme de nuevo – acerco su mano y lo tomo acariciándolo, estaba brillante todavía por sus jugos.

Cogí un hielo y se lo pasé despacio por el cuello, al inicial gesto de sorpresa, le siguió un profundo suspiro- Uhhmmmm¡, se relajo y se tendió boca arriba , deslizaba el hielo por su cuello, por el canal de sus pechos

Las gotitas heladas se juntaban con su sudor, sus pezones de nuevo erectos demostraban la excitación que le producía, con los ojos cerrados , pequeños gemidos escapaban de su garganta,  del vientre pase a sus muslos que fue abriendo poco a poco, estaba a mi merced y ni se imaginaba las sorpresas que le tenía preparada.

Con mis dedos fui separándola sus pequeños labios vaginales, me encantaba el contraste de su coño peludo, pero rasurado por mí en su momento, y el rosado de su sexo, lamí de arriba a abajo suavemente, ella abrió las piernas todo lo que pudo.

 

-Cómeme entera ¡me dijo con voz entrecortada.- Necesito que me comas como lo hiciste la primera vez. He recordado mucho aquel momento-

Coloque dos almohadones debajo de su culo, para que levantara las caderas, su sexo me embriagaba, destilaba flujo constantemente, le acaricie con la yema del dedo índice el clítoris, Judith daba grititos que me ponían mas cachondo todavía, introduje un dedo en su coño ,  luego dos …. Alternaba acariciando con mis dedos mojados el botón de su culito, le deje parado presionando y ………entro un poquito ; dio un respingo pero no dijo nada, aumente el ritmo con mi lengua mientras poco a poco le introducía el dedo hasta el fondo, movía sus caderas acompañando mi la mida , mi dedo seguía trabajando haciendo pequeños círculos.

 

-Sigue ,sigue no pares ¡ ¡Que me estas haciendo¡ ¡Dios que placer¡-Gritaba Judith agarrando mi cabeza con sus manos.

-Me Vengo otra vez, me voy a correr ¡ ¡Oooohssss¡-

 

Absorbí con mi lengua sus jugos, su sabor era fuerte pero delicioso.

 

Los espasmos de su vientre continuaron durante unos segundos.

 

Agarre mi gruesa polla, y se la metí en la boca, desde la posición que estaba solo podía abrir todo lo posible sus mandíbulas para no ahogarse, sabía que nunca  había chupado una polla y eso hacía que mi excitación fuera mayor, su lengua lamía mi tronco de arriba abajo ,Uhnnnn no lo hacía mal para se la primera vez, tomé su mano para que acariciara mis pelotas, lo hacía suavemente, estaban gordas y cargadas de leche, aún.

_ Judith has visto como están. Todavía siguen cargadas de leche mi amor. Quiero vaciarlas todas en tu coñito esta noche.

Judith se estremeció y no dijo nada, pero note que intensificó sus lamidas con su lengua a mis huevos.

-Ahora te voy a follar  otra vez, vas a saber lo que es un hombre de verdad ¡

Cogí sus piernas y las coloque nuevamente en mis hombros, y con un suave movimiento mi glande acariciaba su mojada y henchida vulva, arrancándole espasmos en su vientre.

Seguía jugando con ella iniciando el movimiento de penetración pero sin llegar a culminarlo.

 -Ohss¡ Ugssssss¡,- Judith gemía, mientras intentaba con sus manos clavadas en mi culo, que su coño se viera saciado.

-Follame ya ¡Métemela hasta el fondo ¡- me gritaba con los ojos dilatados y las ventanas de su nariz recogiendo aire desesperadamente.

 

Me gustaba jugar con ella dominarla hasta que me lo pidiera, quería escuchar de su boca las palabras que hicieran que una furia animal se desatara en mí.

-Por favor necesito que me la metas totalmente de nuevo. Demuéstrame lo que es un macho Raul,-

Abierta de piernas me suplicaba y su desesperación hacia que mi polla alcanzase su máximo grosor.

Apreté fuertemente, su vulva se abría delicadamente acogiendo el ariete que empezaba a taladrarla; Judith balanceo sus caderas para aumentar la penetración, mis movimientos empezaron a acelerarse, a cada embestida mis huevos chocaban en un culo deseoso del Choc¡ choc¡ que se producía en su interior.

Mi polla golpeaba rítmicamente su matriz, las ventosidades rugosas martirizaban su clítoris; concentrado en un mete y saca profundo observaba desde mi posición con infinito placer como ella no podía mas , movía la cabeza de un lado a otro , gritaba ,gemía; sus grandes tetas se balanceaban, mientras apretaba unos de sus gordos pezones.

-Dios, Dios, Dios, otra vez Dios mió ¡-

Su voz se vio de nuevo sorprendida por un orgasmo infinito .

-Aaaahhh¡.

 

Yo lance de nuevo mis lechadas dentro de su vagina, regando otra vez su útero. Quedo desmadejada sobre la cama, temblaba con los ojos cerrados y respiraba pausadamente; saque mi polla triunfante y bañada en sus jugos.

Nos dejamos dormir en una cama individual en otro dormitorio de la casa. Ella previamente comprobó que su marido seguía durmiendo la borrachera.

Bien temprano, me desperté abrí los ojos y allí estaba ella, sus manos descansaban en mi fuerte pecho, hacía siglos que no dormí tan bien con una mujer a mi lado. Me sorprendió mirándola con ternura y me preguntó, que si se puede querer a alguien solo por lo bien que te folla… Y me eche a reír.

 

Me levante, me duche, y ella vino tras de mí y se ducho conmigo, vi algunos rosetones en su piel, en los pechos y en sus caderas, que me hicieron esbozar una leve sonrisa.

Le comencé a enjabonar bajo la ducha, pasando mis manos por sus hermosos globos, y llegando a su raja, la cual limpie claramente metiendo mis dedos bien adentro.

Ella pronto se dio cuenta que mi polla estaba completamente erecta, desafiante y alguien lo iba a pasar mal en breves momentos. Pero ella salió rápido de la dicha ya que sonó el teléfono.

Había salido hacia la sala donde se encontraba el teléfono solo con la toalla puesta por encima, que solo tapaba parte de su cuerpo. Yo me seque y salí igualmente con la toalla colocada a la cintura. Verifique que su esposo seguía durmiendo la nana.

Por lo que escuche comprobé que era su madre la que la estaba llamando. Le cogí de la mano mientras seguía hablando con su madre, la lleve a la cocina, le agarre del culo con mis fuertes brazos y la subí a la encimera, la desnude completamente, y retiré igualmente mi toalla, quedando los dos nuevamente en pelotas.

Acerque mi trasero al inicio del mármol y mirándome a los ojos acerque mi glande a la entrada de su sexo.

Pasaron unos segundos…

_ Dilo… Gruño en voz casi inaudible

Sabía a lo que me refería pero le era imposible reaccionar.

_Dilo… y quiero oírlo bien fuerte…. Su boca dibujaba en el aire unas palabras que estaba deseando gritar.

Ella dijo en voz alta" Quiero que me folles"

Perdona mama, es que me di con la mesa de la cocina.

Se acercó a mi oído y me dijo: -Cariño que necesito sentirte, necesito que hagamos el amor.

_ Por supuesto mi amor.

 

Y ella comprobó arqueándose por el dolor, como le había incrustado de un solo golpe mi tranca dentro de su coñito, la había dejado quieta mientras con mis besos en su cuello dificultada su entendimiento,

  • Sabes, es que es que se ha atascado el  lavabo y he llamado a Raul, ya que no puedo irme de luna de miel y dejarlo así, podría inundarse la ca
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