Caminando por una cera en una avenida colindante a la peatonal por el centro de la ciudad Brooke con un trajecito de falda muy ajustado, entallada y ceñido también apretadito con unas medias de mallas con sus botas españolas plataformas largas negras. Llega al parquearse un automóvil frente a ella doblándose y apoyando sus brazos en la puerta del pasajero al decirle cuanto pagarías por ligarme y pasar unas horas de puro sexo y placer conmigo con esta mamacita que tiene frente a ti; le muestra una faja de billetes de nominación de quinientos balboas, al iluminarse con desteñíos de estrellas fugaces los ojos de Brooke que no lo piensa, ni siquiera chistea finalmente no hace esperar al hombre.

Volteándose hacia la derecha en el mismo asiento con la cabeza apoyada mirando al hombre, que este le dice ábrete las piernas y pásatela acariciándote las ingles y la vagina no le gusta a Brooke pero se lo cumple a gemir y jadear con los ojos cerrados con la boca abierta y tumbando un poco la cabeza contra la cabeza del respaldo varias veces agradándole el juego en que esta tornándose esa recogida en la peatonal del centro de la ciudad.



Parqueando en un callejón alejado en el asiento de atrás haciendo el sexo, al follarla como mamarle sus senos con el traje semi abierto sin brasier, al follarla como cogérsela reverendísima veces justándole la agitada y la revolcada que le esta propinando aquel hombre que la recogió y le ofreció una faja cuantiosa de dinero de nominación de billetes de cien balboas en toda la cara abanicándoselo como enviciándola con la vista y su cuerpo divino de mujerzuela. Dejándola en la mis parte donde la recogió originariamente con su merecida paga de esa tarde que le trago muchas emociones y entusiasmos primordialmente mejorándole la extensión de la quincena que estaba muy corta pensando que no le alcanzaría hasta fin de mes con muchas cosas por pagar.