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Categoría: Infidelidad

POR VENGANZA

"Una infidelidad de mi esposo me hace pagarle con la misma moneda follandome a su jefe, pero la vida te da sorpresas."

 

Tras 15 años de matrimonio mi esposo Julián y yo habíamos caído en una monotonía lógica tras tanto tiempo juntos, mi esposo era 7 años mayor que yo y nos habíamos conocido en la Universidad, cuando nos casamos yo tenia 24 años y Julián había sido uno de los pocos hombres con los que había estado, teníamos un hijo de 12 años que era mi principal preocupación, aunque el trabajo de mi esposo daba suficiente dinero como para vivir holgadamente yo también trabajaba, me gustaba sentirme útil y necesaria.

Aquel sábado era un día como cualquier otro, estaba haciendo la colada cuando encontré una chaqueta de mi esposo que yo no había visto nunca, me extraño bastante que se hubiera comprado ropa nueva sin consultarme pq prácticamente era yo la que le compraba toda su ropa y además tenia que obligarle a ir de compras puesto que a el nunca le parecía el momento de renovar su vestuario.

Vacié los bolsillos pq mi esposo es un hombre muy despistado y ya se ha roto 2 veces la lavadora pq se olvida de sacar las llaves del coche de su ropa o alguna moneda y luego cuando lavo la ropa la lavadora se obstruye, esa vez, lo que encontré no fue una moneda sino una tarjeta en ella ponía.

"Sheila joven y ardiente siempre dispuesta a darte lo que necesitas"

Era la tarjeta claramente de una casa de citas, de una puta, detrás ponía una dedicatoria escrita a bolígrafo.

"Eres de mis favoritos, la próxima vez tendrás descuento"

Esa tarjeta hizo que mi mundo se derrumbara, mi esposo al que yo creía un hombre fiel era un putero que me engañaba con una o a saber cuantas fulanas, a pesar de la monotonía de nuestro matrimonio nunca había pensado que mi esposo buscara algo fuera del matrimonio pues yo siempre había sido una mujer muy participativa en la cama y aunque había practicas que me negaba a realizar como el sexo anal o recibir la eyaculacion de mi esposo en la cara, nunca me negaba a casi nada de lo que en la cama me pedía.

A día de hoy cuento esto mas tranquila aunque no podéis imaginar como me puse al ver la tarjeta, pensé en ir corriendo a matar a mi esposo, insultarle, echarle de casa, alejarle de nuestro hijo pero como una bombilla en mi cabeza, algo se encendió dentro de mi, lo que quería era hacerle sufrir tanto como yo había sufrido al saber lo que el me había echo, 15 años de matrimonio como abnegada y amorosa esposa y así me lo pagaba el muy hijo de puta, pues debía hacérselo pagar con la misma moneda.

Tarde una semana en decidirme y sobre todo en buscar el objetivo adecuado y ese no era otro que Jaime, el jefe de mi esposo, un hombre de unos 50 años, de pelo cano al que yo solo conocía por las cenas de navidad y por alguna pequeña fiesta de trabajo, veía perfectamente como Jaime trataba a mi esposo como un tonto y un mequetrefe y sabia perfectamente que mi esposo le odiaba pq no pasaba mas de 2 días de trabajo sin que mi marido al volver a casa me dijera lo hijo de perra que era su jefe y cuanto deseaba que le atropellara un camión al muy cabron.

 

Ese odio se debía pq a pesar de su buen sueldo, mi esposo llevaba en esa empresa mas de 11 años y todos los que llevaban en la empresa ese tiempo tenían cargos de mayor importancia y mayor sueldo, pero Jaime siempre le decía a mi esposo que aun no estaba preparado para dar el paso a un cargo de mayor responsabilidad, eso, por lo que me contaba mi esposo solía decírselo delante de sus empleados por lo que mi marido se sentía bastante humillado y ciertamente con razón.

 

Pero en aquellos momentos mi esposo me importaba una mierda, lo que yo quería era vengarme de el y si tenia que follarme a alguien ese era Jaime, el hombre que mi esposo debía odiar mas en este mundo, para mi desgracia debería hacer un esfuerzo, Jaime estaba casado con una mujer mayor que el y por la forma en que miraba a las mujeres de sus empleados en las cenas de empresa incluida a mi, yo sabia que no me costaría mucho llevarlo a mi terreno, mas sabiendo que tampoco tenia mucho aprecio a mi marido por lo que seria fácil que quisiera follarse a la mujer de su empleado.

El esfuerzo debía ser en otro aspecto puesto que Jaime a sus 50 años y con una barriga prominente desde luego no era precisamente George Clooney.

El lunes fui a la empresa de mi esposo, tuve cuidado de que no me viera, el trabajaba en la planta cuarta y su jefe en la ultima, cuando llegue al despacho de Jaime me encontré con una secretaria que me impidió el paso y me pregunto si tenia cita con Don Jaime, le dije que no, pero que estaba allí Isabel, la mujer de su empleado Julián.

Como suponía Jaime le dijo a su secretaria que me dejara pasar, yo lo tenia claro, no estaba allí para perder el tiempo, lo que tenia que hacer era difícil, me había tomado 3 vasos de vino antes de llegar para desinhibirme en parte, iba a ser directa e ir al grano, no me importaba una mierda que mi esposo supiera que me había follado a su jefe así que pretendía follarmelo allí mismo, en la oficina, tampoco me iba a andar por las ramas con Jaime, mi idea era follarmelo y despedirme, que luego mi esposo se enterara de todo y además de la humillación y el dolor que yo había sentido, supongo que por respeto a si mismo también se largaría de la empresa puesto que no estaría dispuesta a seguir trabajando para el hombre que se había follado a su mujercita.

Cuando entre Jaime me saludo cordialmente evidentemente parecía sorprendido por mi visita, única y extraordinaria en todos los años que mi esposo llevaba trabajando en la empresa, tampoco le deje decir nada mas, de ser así seguramente me hubiera echado atrás así que sin decir nada baje la cremallera de mi vestido en cuanto la secretaria hubo cerrado la puerta del despacho de Jaime, mi vestido rojo descendió hasta mis tobillos dejándome completamente desnuda, sabiendo a lo que iba no me había puesto ropa interior e incluso me había depilado el conejo por completo, algo que mi esposo me había sugerido varias veces pero que nunca había echo pq me daba cierto reparo pasar una cuchilla por una parte tan delicada.

Ha Jaime se le pusieron los ojos como platos, si le había sorprendido mi visita, el que me despelotara delante de el sin mediar palabra le había dejado completamente descolocado aunque mas lo harían las palabras que salieron por mi boca antes de que el tuviera oportunidad de decir nada.

"Mire Jaime, no tengo ni tiempo ni ganas de explicarte esto, solo tienes 2 opciones o aceptar o decirme que me marche, estoy loca por que me folles hoy me siento como una perra en celo y necesito un semental que me clave su dura polla y me llene de leche"

Jaime tardo más de un minuto en contestar, un minuto que se me hizo eterno pero yo conocía la respuesta.

"Nose a que coño viene esto Isabel pero si algo he aprendido después de 50 años de vida es que oportunidades como esta no pueden dejarse pasar, nose que te habrá echo el capullo de tu marido, es un empleado mediocre así que imagino que no es mucho mejor como hombre"

Jaime se quito la corbata y la camisa a toda velocidad así como los pantalones y los calzoncillos, no me equivocaba tampoco en mi opinión sobre su cuerpo, no era nada atractivo, pero en algo no había caído, Jaime tenia una polla enorme, debía medir al menos 4 centímetros mas que la de mi esposo, me arrodille ante su polla sin mediar palabra la tenia flácida y me la metí en la boca y comencé a darle una mamada como nunca lo había hecho.

"Quiero que hagas algo por mi, que me saques fotos de lo que hacemos para mas tarde enviárselas a mi esposo, quiero que me hagas todo lo que quieras, que me des por el culo, que te corras en mi boca, haz lo que quieras conmigo"

"Joder mujer, nose que te habrá echo ese payaso pero debe haber sido algo grave, no te preocupes, haré lo que pides".

Jaime se sentó en el sofá que tenia en su oficina y saco un teléfono móvil de esos con cámara de el cajón de su mesa, yo arrodillada ante sus muslos me volví a meter la polla de Jaime en la boca mientras miraba al móvil con toda la polla en la boca para que Jaime me sacara bien en las fotos.

Su secretaria llamo al interfono del despacho

"PIIIIIIII, Don Jaime, ha llamado Julián, quiere hablar con usted, ¿le digo que suba y que su esposa esta aquí?".

Aunque la idea de que mi esposo me pillara con la polla de Jaime en la boca me ponía a mi lo quería que todo acabara tan pronto así que le pedí a Jaime que su secretaria no le dijera nada a mi esposo.

Tuve que abrir bastante la boca para dar cabida a la polla de Jaime, estaba supercachonda sabiendo que el bastardo de mi esposo estaba abajo mientras yo, su esposa le chupaba la polla a su jefe.

Mi lengua comenzó enloquecida a hacer su trabajo mientras a la vez la metía y la sacaba en repetidas ocasiones dando pequeños giros de un lado a otro a mi cabeza lo que hacía que Jaime se estremeciera y apretara mi cabeza contra su polla, en ocasiones tenía que hacer fuerza en contra pues pareciera que él quería que me la tragara completa pero sentía que me ahogaba, mientras le chupaba la polla el masajeaba mis tetas, la verdad es que se veía que tenia experiencia, me tocaba las tetas con dulzura y delicadeza, yo sabia por la cara de Jaime que de seguir así el jefe de mi esposo no tardaria mucho en terminar en mi boquita y todavía quedaba mucho por hacer así que me levante sacándome la polla de la boca y despejando la mesa le agarre de la mano y le tumbe sobre ella.

Abrí mis piernas, subí a la mesa del despacho de Jaime y me senté sobre él, solo notar como la polla de el jefe de mi esposo entraba en mi húmedo coño, me corrí de gusto, era una enorme satisfacción el devolverle la moneda a mi marido, además el sexo con Jaime me estaba resultando mas gratificante de lo que esperaba en un principio.

Su miembro estaba duro como un palo, así que cabalgaba sobre Jaime mientras el jugaba con mis tetas. Sentí las manos de Jaime en mis caderas, como sus dedos se hundían en mi carne, como me apretaba con fuerza las nalgas, clavándome sus uñas y yo me moría de gusto, de saber lo que pensaría mi marido al saberlo.

Pero el placer no podía alejarme de mi propósito, Jaime volvió a coger el móvil y fotografió mis tetas votando sobre el, así como su polla entrando y saliendo de mi coño.

"Quiero comerte las tetas"

"Ya te he dicho que puedes hacer conmigo lo que quieras Jaime"

Dicho y echo, Jaime empezó a trabajarme las tetas con total dedicación mientras yo clavaba mis uñas en su cuerpo..

"Que bien follas con las mujeres de tus empleados cabron"

"Tienes el coño más caliente que he probado nunca y la verdad es que tu eres la primera mujer de empleado que me follo"

 

Yo quería toda su polla dentro de mí sentía cómo él tomaba mi culo y abría mis nalgas mientras yo cabalgaba sobre su polla, cada vez entraba mas y mas hasta que empecé a sentir como chocaban contra mis nalgas los huevos de Jaime.

Qué delicioso era tenerlo todo adentro, la sensación era enorme, yo no acostumbro decir nada cuando lo hago pero en esta ocasión la calentura era extrema y me salió del corazón decirle métemela toda, Jaime se incorporo y me tumbo sobre uno de los sofás de su despacho, allí en la postura del misionero que tan habitualmente practicaba con mi esposo vi cómo su polla se enfilo hacia mi coñito y de un golpe comenzó a entrar, yo sorprendida miré cómo mi cuerpo se tragaba tremendo rabo hasta llegar al tope y me abracé a él.

Con su boca se apoderó de mis tetas y comenzó a chuparlas mientras con sus manos se apoyaba de mis caderas atrayéndome hacia él metiendo y sacando su polla de mí, luego bajé mis manos y rodeé sus huevos y comencé a acariciarlos.

 

Luego llego el plato fuerte, lo que siempre le había negado a mi marido, separándome de Jaime me levante y me puse inclinada apoyando mis manos en la mesa del despacho de Jaime, desde allí podía ver la planta de abajo, donde los empleados iban de allá para aca, pude ver a mi esposo con una especie de chaqueta en la mano, estaba algo lejos y no pude verle bien, estaba sentado hablando con un compañero.

Saber que estaba tan cerca me puso como una moto, me abri las nalgas cuanto pude y le dije a Jaime

"Ahora enculame"

Jaime fotografió mi culo y su polla cerca de mi orificio anal, así como foto a foto fue metiendo centímetro a centímetro su polla en mi culo, poco a poco pues yo no tenia ninguna experiencia, con cada foto, con cada centímetro de polla enterrada en mi culo me sentía mas satisfecha, viendo allí a lo lejos a mi esposo sin saber que su jefe estaba dando por el culo a su mujercita.

De repente note como los cojones de Jaime golpeaban en mi culo, señal inequívoca de que toda su polla había entrado en mi culo, hizo un par de fotos más y luego dejo el móvil en la mesa para a continuación empezar a taladrar mi culo con fuerza.

 

"¿Te duele? ¿Te hago daño?"

"No, no te preocupes, tú sigue"

Poco a poco iba entrando más y más. Jaime de pie totalmente incorporado iba viendo como iba entrando su polla en mi culo centímetro a centímetro a cada embestida.

Notaba como sus huevos chocaban con mi culo plas, plas, plas y yo seguía sus embestidas echando el culo para atrás para que la penetración fuera más profunda.

Estuvimos así como 10 minutos y he de reconocer que no se pq razón no le permití encularme a mi esposo, pues sentirme empalada por completo por la polla de Jaime era una sensación maravillosa.

Empezamos a movernos cada vez más deprisa hasta que noté que su leche se agolpaba a punto de estallar y entonces agarre el móvil y sacando su polla de mí culo me arrodille ante su mástil.

"Jaime, córrete en mi cara"

Apunte el móvil de lado para que se viera bien tanto la polla de Jaime como mi cara y empecé a darle al botón de hacer fotos.

La primera explosión me dió de lleno en la cara, su leche colgaba de un mechón de mi cabello, la segunda ya no la dejé escapar y devoré aquel miembro hasta que se quedó flácido y vacío, luego restregué los restos de semen que no habían entrado en mi boca por mi cara y me fotografié abrazada a Jaime con la cara llena de su semen.

Me limpie como pude y solo le dije a Jaime que le enviara las fotos a mi marido de inmediato, me vestí y salí de allí del mismo modo que había entrado, para mi sorpresa me encontré por el camino a mi marido con el que me choque al salir del ascensor.

"Hombre cariño, que haces tu aquí"

"había venido a buscarte cielo, para ir juntos a comer" me sorprendió a mi misma lo fácil que me era mentirle a mi esposo.

"Pues espera 5 minutos que tengo que subirle esta chaqueta al gilipollas de mi jefe"

Me fije en que era la misma chaqueta en que había encontrado la tarjeta de la puta

"¿Para que le subes tu chaqueta a Jaime?"

"Pues pq es suya, el otro día debió haber un error y el se llevo la mia y yo la suya"

Esas palabras se clavaron en mi corazón, no tuve tiempo a decir nada, cuando mi esposo subió en el ascensor escuche como su móvil le anunciaba la llegada de un mensaje, cuando abrió el mensaje, su cara se puso blanca como la de un fantasma y yo sabia el motivo.

Datos del Relato
  • Categoría: Infidelidad
  • Media: 10
  • Votos: 2
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