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Para Yeni: Segunda parte de \"La cajera del supermercado\"

Para ti, Yeni, ya que te gusta leer mis cuentos eróticos. Gracias.

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Mi orgasmo terminó, colapsando, y me relaje dentro de ella con gran éctasis y felicidad, como si acabara de subir al cielo -mi pene completamente extenuado por tanto tirar, follar. Se entendía que estaba bien satisfecho como nunca antes lo estuvo con ninguna mujer- ella me había excitado mucho, sacándome, exprimiéndome hasta la última gota de leche de mis bolas, cuando vacié mi lechosa inundación dentro de la caliente y sexy vagina de Jenny. Yo la amaba. Ella todavía tenía las uñas clavadas dentro de mis nalgas y por fin se relajó. También bajó las piernas pero seguía acariciándome los muslos con sus dedos. Yo tenía una sensación extraña: no sabía quien era ni donde estaba. Fue como si nos hubiéramos derretido y fundido; no quería moverme.

Todavía se lo tenía metido, el pene bien erecto, y mi huevo se sentía maravilloso. Seguí pensando en el placer que mi huevo y culo estaban teniendo debido a aquel orgasmo -quería otro mas! Con una explosión de amor en mis bolas al explotar el semen en su interior, en sus entrañas.

¿Quién hubiera pensado que un embriaguez como esta era posible? Mientras tuvimos todo ese tiempo acostados allí, ella emitía pequeños sonidos, jadeaba en voz bajita y con suspiros como sollozos que casi no se oían.

Cuando yo por fin volví a la realidad, miré hacia arriba a su cara y me recibió con una sonrisa –yo me reía solo- lleno de júbilo por haber disfrutado de este sexo. Nos miramos ambos a los ojos durante un rato y entendimos por fin qué era lo que había sucedido allí en esa cama. Yo estaba muy agradecido con ella y por eso estaba enamorado. Jenny me había dejado que le follara su niñez, se había entregado a mi, con toda su inocencia y había dejado que le vaciara mi loco semen dentro de su erótica y virgen cuca. Ahora si era mujer!

Nos quedamos en esa posición, no se sabe cuanto tiempo. Al final yo me retiré de ella y cuando lo hice, besé su cuca y otras partes de su cuerpo –asegurándole de esta manera que yo la amaba. Las sabanas blancas de la virgen ya no lo eran, porque quedaron manchadas con una mezcla de semen y sangre.

Nos quedamos desnudos mientras tomábamos el café. Ella me dijo lo mucho que me quería y que siempre había sido su deseo, su sueño, darme el mayor placer posible. La excitaba hacer que se me parara el huevo y me dijo que mi orgasmo le había causado una gran emoción y también mucha satisfacción sexual.

Aparentemente ella quería darle también a mi huevo la mayor excitación que pudo, y dijo que mis movimientos y los sonidos, ruidos que yo hacía cuando acabe la dejaron muy impresionada y le causaron mucho placer, goce como un encanto.

A ella le gustó que yo me entregara completamente a su cuca y quedó magnetizada por la forma violenta de mis movimientos, dijo que yo parecía un animal cuando expresé mi felicidad, al intentar metérselo todo. Ella se acercó a mi y sostuvo mi huevo, descansando en su mano y nos dimos un beso de lengua. Cuando levanté la vista por casualidad vi el reloj en la cocina y me enteré de la hora.

¡No podía quedarme mas tiempo! Tenía que irme ya que tenía planes de encontrarme con mi mamá en la estación del tren a las nueve. Pero ella quería ayudarme a tener otro orgasmo, asi que se lo metí por su tibia boca y ella echó hacia atrás la piel del la cabeza del huevo y se puso a mamar suavemente utilizando sus labios –con la lengua lo estimulaba alrededor por los bordes de la cabeza.

"Agarrame las bolas" le dije suéltame el huevo. Ella me apretó las bolas tiernamente, con amor, cuando mi polla explotó una vez mas y disparó un chorro de semen dentro de la deliciosa boca de Jenny. Parece que se le ocurrió una idea: lo apretó y jaló por la base y presionando con la punta de la lengua en las áreas mas sensibles de la polla hizo subir al máximo la fuerza de mi clímax: Se tragó todo. Luego me miró cansada con una cara de placer.

Me fui -besándola y prometiéndole regresar al día siguiente supermercado para verla. Mientras caminaba a mi casa el huevo lo sentía diferente, era otro, una polla como nueva. ¡Era tan sabroso sentirse así!

Ustedes pensarán que después de esto me seguí follando a este pollito rubio, con su cabello largo que le llegaba hasta la cintura y nalgas. Pero están equivocados! Al día siguiente fui a ver a Jenny al supermercado y…

Pronto publicaré el capítulo dos. Gracias.
Datos del Relato
  • Categoría: Primera Vez
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