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OTRA FORMA DE VIDA

"Mi esposa me engaña con el vecino y termino aceptándolo."

 

Soy Alex, tengo 6 meses de casado con Laura, una linda chica delgada, baja de estatura (1.60) de piel morena y cabello negro y quebrado. Tiene un cuerpo sexy a pesar de ser tan delgada, si bien no tiene un trasero tan espectacular lo compensa con unas piernas largas y bien formadas y unos pechos redondos y parados. Ambos tenemos 22 años.

Hace 3 meses nos mudamos a un departamento a las afueras de la ciudad dispuestos a comenzar nuestra familia. Al principio todo iba bien, tengo un buen empleo y Laura se queda en casa además de que estudia para terminar su carrera. Pero todo cambió hasta que conocimos a un tipo llamado Antonio, que vive en el departamento de alado. Tiene más de 40 años, tiene una estatura promedio, es corpulento y con cara poco amigable, además es un borracho, habla con muchas groserías y siempre escucha música muy fuerte hasta tarde en la noche.

Al principio lo ignoramos, pero decidí reclamarle al ver que no se detendría. Como esperaba me ignoró. La segunda vez, me insultó y al ser un hombre fuerte me golpeó; yo no pude hacer mucho ya que soy delgado y muy débil físicamente. Decidí denunciarlo, pero no hubo respuesta.

Laura nunca hablaba ni se quejaba de él, de hecho casi no opinaba al respecto. La notaba rara desde hace semanas y pensé que se debía a que yo no había podido complacerla en la cama la mayoría de las veces desde que nos casamos. Un día cuando salía al trabajo me encontré a Antonio y me dijo:

- Salúdame a tu sabrosa esposa.

- No te metas con ella.

- Díselo a ella, porque no se cansa de mamarme la verga.

Yo lo ignoré pensando que lo decía para provocarme y seguí mi camino. Durante todo el día pensé en eso y me entró una gran duda, así que decidí investigar. Coloqué una cámara escondida en una planta del pasillo enfocando hacia las dos puertas de los departamentos. Dos días después, al revisar la grabación en mi trabajo vi lo que tanto temía: Laura salía del departamento y entraba al de Antonio a las 11:05 am y salía a la 1:32.

Me enojé mucho y le reclamé cuando llegué a casa, ella me dijo que no habían hecho nada malo, que solamente fue a hablar con él, pero no le creí y fui a reclamarle a Antonio también. Pero no me abrió la puerta. Estaba muy confundido así que fui a pasear para despejar mi mente y pensar qué hacer ante tal situación. Cuando regresé al departamento Laura no estaba, le llamé a su celular y me contestó Antonio:

A- ¿Quién es?

Yo- ¿Dónde está Laura?

A- Esta aquí, no te preocupes, está muy ocupada ¿verdad muñeca?

Yo- Déjame hablar con ella.

A- No, me esta chupando la verga, cuando termine va contigo.

Entonces Laura contestó:

L- En un momento voy Alex, ya casi termino amor.

Eso me dejó helado, pero por alguna razón me excitó escucharla, se estaba haciendo tarde y Laura no llegaba. Después me mandó un mensaje diciendo que no dormiría en casa. Esa noche no hubo música fuerte, al contrario, hubo un silencio absoluto solo interrumpido por gritos y gemidos de la pareja de alado. Ruidos de sexo hechos por el sucio y maleducado señor de alado y de Laura, la que hasta en la mañana era mi joven y recatada esposa. Confieso que me excité, me hice como 3 pajas y no pude dormir hasta ya entrada la madrugada.

Al día siguiente en el trabajo no me concentré, había dormido mal y le enviaba mensajes a Laura sin respuesta. Al llegar por la tarde al departamento vi que Antonio estaba ahí. En cuanto llegué me intimidó, con su gran fuerza me ató a una silla y me golpeó; me llevó frente a la cama y ahí empezó el show.

Laura salió del baño con lencería sexy, llevaba un sostén negro que levantaba sus pechos que sin ser muy grandes son redondos; llevaba una pequeña tanga negra, unas medias largas y unos tacones altos. Su trasero resaltaba, pero no tanto como sus piernas, delgadas, bien formadas y largas. Me excitó mucho su arreglo combinado con sus ojos y su cabello suelto.

Se recostó en la cama esperando a Antonio, él llegó sin pantalones con la verga lista la cual era grande y especialmente gruesa. Laura lo miraba con una sonrisa (no me volteó a ver a mi en ningún momento). Se acostaron, se besaron apasionadamente, se estaban comiendo el uno al otro, ambos metían sus lenguas y exploraban bien la boca del otro. Antonio la acariciaba, le besaba el cuello y detrás de las orejas.

Después él se acomodó de frente a mí en nuestras almohadas, Laura le puso el trasero frente a su cara, sus piernas alrededor de él y se inclinó para chuparle la verga, al tiempo que me miraba directamente y sonreía a cada nalgada que le daba Antonio. Por fin se rompió el silencio:

L- Perdón por esto Alex, no quería que terminara así.

Yo- ¿Por qué haces esto?

L- Es que no me complaces en la cama y yo necesito buen sexo diario.

A- Y yo no me canso de coger, no como tu muchacho pendejo.

L- Sí Alex, debiste preocuparte más por eso en lugar de quejarte por la música jejeje (ambos rieron)

Siguió comiendo la verga de Antonio por varios minutos, le escupía y de su boca salía mucha saliva, no creí que ella supiera hacer esas cosas sucias. Cuando los dos estuvieron satisfechos se levantaron, Laura se puso en 4 sobre la cama y Antonio dijo:

A- ¡¡Ahora mira cómo se debe coger a una mujer!!

Hizo un lado la tanga de Laura y la penetró en su vagina, Laura gimió levemente y comenzaron las embestidas, la cogió del cabello y dieron rienda suelta a su vigor. Laura lo disfrutaba mucho, al pasar los minutos ella gemía más y más fuerte, me veía, sonreía con maldad y sacaba la lengua de forma sexy. Le dije:

Yo- No puedo creer esto Laura.

L- ¡!Ahhhh!!!, es que él no es un inútil como tu…. Ahhhhh… siiii!! Coge como tu… Ohhhhggg!! … nunca podrás.

Cuando se hastiaron de esa posición, bajaron de la cama y Laura se quitó su sostén y me lo arrojó. Antonio le besaba los pechos con locura, ella cerraba los ojos y disfrutaba. Se besaron más y Laura camino hasta mí, puso sus manos sobre mis hombros, se apoyó en ellos y se inclinó levantando su trasero hacia Antonio quien de inmediato entendió el ofrecimiento de la joven dama. La tomó por su esbelto talle y le metió su verga en un solo movimiento, Laura gimió bajo y su amante continuó con los ya conocidos movimientos sexuales que tan novedosos parecían para mi esposa.

La cara de Laura y su despeinado cabello me quedaban de frente y pude ver su placer de cerca, sus ojos me miraban, su respiración estaba agitada, tenía sudor en su cara y la boca abierta. Por un momento recordé a todas esas actrices porno que siempre había visto.

Después de frotar en mi cara la humillación y la infidelidad volvieron a la cama donde Antonio o “Toño” (como Laura le llamaba) se tendió con la verga parada y Laura se quitó los tacones y todo lo que le restaba, lo arrojó hacia mí de nuevo y subió a la cama. Se sentó en la verga grande y gruesa (muy grande con respecto a la mía) y comenzó a brincar sobre ella. Los dos estaban muy excitados (o los tres, mejor dicho) llegaban a su punto más placentero, con los minutos que pasaban, su forma de coger se aceleraba y la habitación ya estaba muy caliente. Los dos estaban llegando al orgasmo y Laura terminó inclinada y abrazada a Antonio quien descargó toda su leche dentro de Laura, era mucha y los dos se quedaron abrazados, desnudos un momento.

Después de todo eso, estaban tendidos en la cama satisfechos y cansados, se habían olvidado de que yo estaba ahí hasta que me vieron, se vistieron y me desataron. Yo tenía una erección y había disfrutado mucho el show, lo cual notaron con una sonrisa

A- A este cabron le gustó jeje.

L- Es que lo hiciste increíble Toño.

Salió Antonio de su departamento y le dije a Laura:

Yo- Supongo que esto es el divorcio.

L- No tiene que serlo, si tu no quieres.

Yo- ¿Tu lo amas?

L- No como a ti, podemos seguir juntos…

Minutos después llegó Antonio con una maleta y algunas cosas. Ambos me preguntaron si me había gustado el espectáculo y yo asentí confuso (pero era la verdad). Me explicaron su idea de vivir juntos los tres…

Hoy día, llevamos un mes viviendo juntos, compramos un catre donde yo duermo. Antonio y Laura duermen en la que antes era nuestra cama matrimonial, hacen el amor cada noche, los escucho y a veces los observo. Con mi buen salario y lo que trae Antonio vivimos bien, el ya no toma tanto además de que ya no escucha música fuerte por las noches. Algunos en el edificio nos miran raro y otros piensan que Antonio es mi padre o algún familiar, pero debo decir que me he acostumbrado a esta situación. Pensamos ahorrar para ir de vacaciones o mudarnos a una casa más grande.

Datos del Relato
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