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Categoría: Maduras

Nunca hay que darse por vencido…

Ya amaneció y ya estábamos en el sábado día 27, a cuatro días del nuevo año. Una vez que hice las cosas normales de casa, me baje a dar una vuelta y por ver el ambiente que había. El día no estaba muy frio, era agradable. Una temperatura que me gustaba, si hiciera más frio, con abrigarse un poco ya estaba. Pero no hacía falta abrigarse mucho. En vez de desayunar en casa, lo hice en la cafetería de abajo de casa.



Mientras lo hacía me venía el pensamiento si esta noche María vendría o no, pero rápido deje el pensamiento, porque lo que pudiera pensar daba igual, todo dependía de ella. Por lo que me puse a pensar en la fiesta de fin de año. Tenía varias opciones, entre ellas, Pedro que me invito a la de su familia, la de mis vecinos Antonio y Carmen, dos de varios amigos y la de mis tíos. Tampoco descartaba organizar yo una.



Cuando se me acerca Antonio y me cuenta que varios vecinos han alquilado un local muy próximo, que no hace falta ni coger el coche y que han decidido hacer el fin de año allí. Que hay dos modalidades, con cena y fiesta o  cenar donde uno quiera y luego la fiesta allí, me dice los precios, que están muy bien. Le digo que ahora mismo me pilla por sorpresa y no puedo darle una contestación.



Antonio estaba con más gente, cuando se queda solo, se acerca nuevamente para tratar de convencerme, le digo que le seré sincero y es que no se la gente que va. A lo que me empieza a decir la gente que, son todos matrimonios de allí, que muchas de las mujeres que van me atraen un montón. Le dije que yo solo allí que pintaba, comentándome que además de su hija, su sobrina, iban 4 chicas más o menos de mi edad. Zanje la conversación diciéndole que lo pensaría, que antes del lunes le diría algo. 



Como no me apetecía cocinar, me fui a comprar la comida. Comí tranquilamente en casa y llamaron a la puerta, era temprano y me extraño. Era Antonio para invitarme a comer, le dije que ya había comido. Me pidió si le podía hacer un favor, diciéndole que si podía, contara con ello. Diciéndome que si yo sería capaz de organizarles, el alumbrado, el sonido y la música del local. Le dije que encantado, que fuera o no fuera yo me encargaba de todo.



Cogiendo una libreta, apunte varias cosas, le dije que no sería muy caro, que lo comprasen y el lunes sin falta yo instalaba todo. Que del equipo de música no se preocuparan que ya me encargaba yo, pero que me trajeran cd’s de la música que quisieran para esa noche, que yo prepararía todo haciendo unas mezclas. Que eso a ser posible lo trajeran cuanto antes mejor. Él me dijo que se ponía manos a la obra y hoy mismo tendré los cd’s.



Mas por curiosidad que por otra cosa y como estaba aburrido, me metí en una página de parejas liberales. Había distintas opciones, nunca había entrado en una de estas páginas. Pero esta me la había comentado algún amigo, entre ellos Pedro.



Me di de alta, rellenando los datos, solo mentí en una cosa y fue que puse que era de otro sitio y pasando el fin de semana en Alicante. Que buscaba mujeres, preferentemente maduras o parejas solo para ella. Como foto del perfil puse una de cintura para abajo en bóxer blanco y se notaba bien lo que se tenía que notar, sin estar en erección.



Ahora una vez dado de alta miraría los anuncios que había, pero antes me fui a hacerme un café, que después de comer no me lo tome y eso para mí es imperdonable. Cuando llegue con mi taza de café al ordenador, vi que tenía 6 avisos.  De los cuales al momento descarte a 5, ya que antes de poder decir nada, lo único que me pedían era un montón de fotos de distinta manera. El aviso que vi, era de un matrimonio, estuvimos chateando un rato, eran agradables, pero más que para su mujer, era para él, así que muy amablemente y dándoles las gracias por su sinceridad lo dejamos.



Mientras estuve chateando con ellos, recibí varios, algunos los descarte sin más y otros fui chateando con ellos. Todos eran matrimonios, tenían fotos, tapándose un poco la cara… pero entre todos había unos que me llamaban la atención. No sé porque, pero me sonaban. Así que con esos me entretuve más chateando. Ellos en su perfil, tenían una foto de los dos desnudos, que se apreciaba que se cuidaban mucho, ella era imponente y repito que me sonaba. Trate de agrandar la foto, pero lo que yo quería ver, se veía como un borrón.



En la conversación que teníamos, me preguntaron que si de verdad era mía la foto que se veía, a lo que les dije que sí. Lo entendí, porque vi el anuncio que pusieron y buscaban un joven muy dotado. Pero me di cuenta de que tenían dudas. Por lo que antes de que tuvieran más, les dije que podía hacer para quitarles las dudas. Para darles más confianza y como me daba igual, les pase el número de mi móvil, que entonces era de prepago y me daba igual.



La sorpresa es que les dio igual. Me dijeron que les mandara una foto o la pusiera en el perfil, con tres dedos al lado abiertos, para ver que la foto era del momento. Como no tenía problema así lo hice. Y cuando la puse, dije que a mí me gustaría ver que ella como en la foto se ve el tatuaje del muslo. Al rato no colgaron la foto, me la enviaron. Y ese tatuaje lo había visto yo ya, pero no sabía a quién. Eso me dio mucho más morbo.



En ese momento sonó mi móvil, eran ellos, de momento no hubo nombres. Desarrollándose la conversación de la siguiente manera.



EL- Hola, es que hay mucho listo por aquí, que ponen fotos de otros.



YO-No me extraña, aunque es mi primera vez por aquí.



EL-¿Nunca has estado con una pareja?



YO-Con alguna. Siempre en Alicante.



EL-¿Dónde? Si se puede saber.



YO-Le indique el sitio. El local de parejas.



EL-Ya se cual es. Pero nosotros aquí a locales no vamos. Por no encontrarnos a gente conocida y solo vamos con chicos de fuera. Solo aclararte un par de cosas, obligaciones ninguno tenemos y el limite lo pone ella.



YO-Ok, si nos conocemos y alguno dice no, tan amigos. Bueno y exactamente que buscáis, porque en vuestro perfil solo decís que buscáis chicos bien dotados.



EL-Muy sencillo, alguien que le de lo que yo no puedo darla.



YO-¿Habéis estado con muchos chicos?



EL-Esta vez sería la cuarta vez, las veces anteriores no nos fue muy bien, no cuadro la cosa. Con uno estuvo a punto, pero al final tampoco.



YO-¿Y qué es lo que pedís para que con cuatro no se llegara a nada?



EL-Ya te lo he dicho antes somos muy exigentes, bueno ella es muy exigente (Oigo como ella que debe estar escuchando dice, déjame a mí, que al final lo estropearas como siempre)



ELLA-Hola. Te seré todo lo sincera que puedo ser. Es mi marido que está empeñado en verme con otro. Y después de más de dos años insistiendo he dicho que vale, pero elijo yo. Y no me gustó ninguno de los anteriores.



YO-Pues dime exactamente lo que te gustaría y si veo que no reúno esas condiciones, ni te hago perder el tiempo ni lo pierdo yo.



ELLA-Jajaja, mira me empiezas a caer bien. Pues ya puestos, quiero un chico más joven que mi marido. Que este bien dotado, que mi marido no sé si llega a la media. Que este bien cuidado como nosotros, que no fume y sobre todo que aguante. Y sobre todo que a la hora de la verdad no sea un ñoño. ¿Alguna duda?



YO-Reúno todo lo que deseas, pero si tengo una duda y es a que te refieres con lo de ¿ñoño?



ELLA-Que no me esté preguntando o pidiendo permiso con lo que tiene que hacer, que entonces es como si estuviera con mi marido. Y lo que no tolero que le pregunten a mi marido lo que me pueden hacer. ¿Tú eres de esos?



YO-Yo actuó sobre la marcha. Lo mismo me equivoco, pero creo que te gusta que en unos sitios te traten con mucho respeto y educadamente, pero en otros no deseas nada de eso.



ELLA-Jajaja, me parece que nos vamos a llevar muy bien. Pero una cosita tú me has visto desnuda, me gustaría ver si en verdad estas dotado.



YO-Si me das un momento…



ELLA-Cuelgo y espero ver la foto, si quieres tomate el tiempo que haga falta para que salga fotogénica… jajaja. Y seguimos hablando por el chat.



Antes de hacerme la foto y enviársela, envié una foto a María para saber si pensaba venir o no. Recibí la respuesta al instante… Creo que te equivocas conmigo y ya te lo deje claro ¡¡NO!! Y no insistas más. Cuando lo leí me quede… muy cortado. Ya tendría tiempo para analizarlo.



Me toque un poco y cuando estaba bien dura mi polla me hice una foto. Y la mande. No recibía nada por el chat, pensé que no querían saber nada o que estarían hablando entre ellos. Me escribieron por el chat y lógicamente no sabía quién me escribía.



-¿Todo eso es tuyo? O ¿Hay trampa?



-Si es todo mío, del vecino no hay nada. Pero ahora hablando en serio, conteste lo que conteste siempre tendréis dudas.



-¿Puedes quedar esta noche con nosotros? Pero sin obligaciones.



-Si puedo y lo entiendo.



Entonces volvió a sonar el teléfono, eran ellos.



ELLA-¿Conoces bien Alicante?



YO-No mucho.



ELLA-¿Sabes dónde está El Corte Ingles? 



YO-Si se dónde está. (Estaba a 5 minutos de mi casa. Oí ladrar a un perro)



ELLA-Ahí hay una avenida grande, Oscar Espla.



Me explico una cafetería que hace esquina en esa avenida, me dijo el nombre. Ni me sonaba, seguro que había pasado por ahí, pero no me fije. Le dije si nos mandábamos una foto de la cara para conocernos, ella dijo que eso no le gustaba a su marido. Pero que ella iría con una falda de cuero negro, una blusa blanca y un chaquetón oscuro. Y yo  la indique como iría. Quedamos a las 10,30 de la noche. 



Después de colgar me puse a pensar en el msj de María y estaba claro que no había nada que hacer. Llame a Sofi y se lo conté, ella se rio y me dijo que era un desastre. También la pregunte si recordaba a alguien con un tatuaje y se lo describí, ella me dijo que no le sonaba. Pero yo seguía pensando que ese cuerpo con ese tatuaje lo había visto. Además donde decidieron quedar, quería decir que había bastantes posibilidades de que vivieran cerca de ahí, de ser así tenía que ser de mi misma zona. Pero por más que pensé, no hubo manera. Quedaban pocas horas para salir de dudas.



Me arregle y antes de la hora, bastante antes me dirigí andando hasta el lugar. Lo que yo decía había pasado un montón de veces pero no me había fijado nunca. La entrada era de madera y el interior eran mesas pequeñas con sillas con apoyabrazos y sillones como los de cualquier salón de una casa y mesas bajitas. Era muy acogedor.



Cuando llegue había varias parejas, algunas estaban juntas por lo que las descarte y las que había solas, no se correspondían con las fotos. Como faltaba un cuarto de hora, quería decir que no habían llegado todavía. Me situé en un extremo de la barra, controlando la entrada. Pasadas las diez pero no mucho. Se abrió la puerta y apareció una pareja, que nada más verlos supe que eran ellos.



Como yo si les había dicho mi nombre, se acercaron y el me pregunto ¿Carlos? Yo dije que sí y el me tendió la mano diciéndome yo soy Enrique, ella es mi mujer Elena. Me acerque y nos dimos dos besos.



Nos fuimos a una mesa y nos pusimos a charlar, al rato parecíamos amigos de toda la vida. En un momento dado dije que iba un momento al servicio, no es que tuviese ganas, pero quería dejarles solos, para que decidieran lo que tenían que decidir. A ella la veía con buena onda, pero a él lo note reticente. Aunque por lo que contaron la idea fue de él, lo mismo no estaba preparado.



Cuando regrese, vi que hablaban poco. Él fue el que se fue ahora al servicio.



-Bueno, como ha ido la cosa. ¿Os habéis puesto de acuerdo?



-Más o menos si (Dijo sonriendo)



-¿Mas o menos?



-Que te ve muy joven y le entran ciertas dudas. ¿Qué años tienes?



-¿La verdad?



-UF, si claro.



-18 años y soy de Madrid pero llevo viviendo aquí unos seis meses.



-Ya decía que me sonaba tu cara, pero no sé de qué. Pero lo más importante ni se te ocurra decirle a Enrique que tienes 18, tú di que diez más. Pero me gustaría saber de qué te conozco. ¿Dónde vives?



-Cerca de los juzgados y la indique el sitio concreto.



-Nosotros en la avenida de aquí arriba.



Estuvimos un rato diciendo sitios donde podíamos coincidir y nada. Cuando apareció Enrique y como quien no quiere la cosa me pregunto mi edad y yo sin pestañear dije que 28. Él me dijo que el ya paso la barrera del medio siglo pero Elena no. Quise tantear como estaba todo y mientras hablaba puse una mano en la pierna de Elena, acto seguido Elena puso su manita encima de la mía, acariciándola.



Ahora esperaba saber cómo se desarrollarían los acontecimientos, porque evidentemente donde estábamos no se podía hacer nada. Elena de lo más natural le dijo a su marido que fuera a sacar el coche que yo había aparcado más lejos, el marido para que yo no me diera cuenta de que Vivian muy cerca de allí, dijo que él lo había metido en un aparcamiento cercano. Me quede un poco desconcertado, porque viviendo ellos tan cerca para que coger el coche.



Pagamos y nos quedamos Elena y yo en la calle, esperando que viniera el marido. Ella entonces me conto que la fantasía de su marido era que se lo hiciera en el coche con otro y el conduciendo. La mire y no supe que decir. Ella con una sonrisa malévola, solo me dijo, mira llevo con él desde los 14 años y de tanto insistir ahora me apetece, tú me gustas y me has resultado agradable, el resto ya lo veremos. Justo en ese momento apareció un mercedes nuevo y muy grande, con las luces de emergencias encendidas, parando a nuestra altura.



Ella me dijo que nosotros iríamos “mejor” detrás. Abrí la puerta y ella se metió dentro del mercedes. Una vez nos montamos el marido quito los intermitentes de emergencias y se puso a conducir. Nada más entrar me di cuenta de que la calefacción estaba demasiado alta para mi gusto. Pero no dije nada. El marido se metió por la avenida de Elche en dirección a Elche.



Cuando nos metimos por esa carretera empecé suavemente a acariciar a Elena, ella me dio facilidades abriendo las piernas. La acariciaba entre sus muslos y ella suspiraba, me dijo que le encantaban mis manos, grandes, fuertes y bonitas, muy bien cuidadas. Trate de quitar sus braguitas, pero ella no me lo facilito, pero me dijo al oído que siguiera, que no haría falta, que llevaba braguitas francesas. Yo no tenía ni idea que quería decir con eso, pero seguí con mi mano acariciándola, cuando me di cuenta, que esas braguitas tenían una abertura muy especial. Mis dedos se colaron por ahí y sin más, se metieron en su coñito, que estaba mojado.



Metí dos de mis dedos y ella solo dijo… uuufff son más grandes que la polla de este, refiriéndose al marido. Y se recostó sobre el asiento, dejándome que hiciera lo que quisiera. Con los reflejos de las luces exteriores, veía la cara de felicidad que tenía, como se mordía los labios. El marido de vez en cuando miraba por el retrovisor y redujo la velocidad.



Desabroche la blusa que llevaba y sus sujetador tenía dos aberturas, para que una gran parte de sus tetas estuvieran fuera. Me agache y empecé a lamer sus pezones, sin dejar de acariciar su clítoris y de follarla con mis dedos. Ella me acariciaba la cabeza y con voz entrecortada y casi susurrando, me decía… Sigue así mi niño, sigue así.



El coche dio un giro, mire y me di cuenta que nos metíamos por una carretera en dirección Urbanoba-Los Arenales. Al ser invierno y la hora que era, no se veían coches por ahí. Entonces fue cuando Elena se puso activa. Se movió me beso con mucha pasión y deseo, como si se hubiera estado conteniendo.



Aprovecho para tocarme por encima del pantalón, notando mi polla a tope. La palpo bien palpada y solo dijo, mirando al retrovisor… vaya tesoro he encontrado, no te lo puedes ni imaginar, desabrochando mi pantalón, era como si estuviera nerviosa desenvolviendo un regalo. Una vez que la saco y como el marido no la podía ver…



ELENA-No me da mi mano para cogerla del todo, que maravilla.



ENRIQUE-No exageres.



ELENA-Que no exagere… fíjate que ni me voy a esperar aunque te enfades. ¿Estás preparado Carlos?



YO-Lo que tu quieras. (Viendo cómo se incorporaba y dándome la espalda se la fue clavando)



ELENA-Joder, joder, joder, Jooooder… es como si me estuvieran desvirgando. Pero que bien sienta, amor.



ENRIQUE-¿Pero se ha puesto un preservativo?



ELENA-Esto es tu capricho, tu fantasía, pues ahora te aguantas, quiero notarla bien.



ENRIQUE-Esto no es así, habíamos quedado…



ELENA-Carlos tu sigue fallándome y no hagas ni puto caso a este.



ENRIQUE-Y habla bien por favor. No seas vulgar.



YO-Enrique no es vulgar, te equivocas, es una puta que le hace falta una buena polla. (Mientras la agarraba las tetas, que eso si lo podía ver bien el marido, porque ella estaba de cara a él)



ELENA-Ves como el si me entiende.



YO-Nada más verte supe lo que eras y lo que te hacía falta. (Metiéndola ahora un dedo en el culo)



ELENA-Entérate me está follando el culo también… uuuhhhmmmmmm



Mientras Elena seguía subiendo y bajando, le indico al marido que parara en una zona que no se veían casas, eran las dunas. Aparco el coche allí, pero sin apagar el motor y ella sin esperar a más, le indico que se bajara, como en su fantasía. Él puso un poco de cara de no gustarle, pero ella se quitó de encima mía y dijo, pues nada vámonos. Yo me quede expectante y mi polla más.



El sin añadir ni una palabra se salió del coche. Ella se desnudó por completo y yo hice lo mismo, lo hicimos a una velocidad increíble.



-No creí que nunca me atreviese, pero tanto ha insistido, que ahora me pienso dar un atracón, que se joda.



-Pues móntate de nuevo, pero esta vez mirándome, que me quiero comer esas tetas.



-Son toda tuyas. Mira el tonto, se la está “pelando”.



-Me encanta las putas como tú, modositas, pero luego…



Ella se corrió muy rápido, gritando como si estuviera poseída o para que el marido se enterase. Luego como pudimos cambiamos de posición y seguimos follando. El marido golpeo el cristal, pero lo cierto que no le hacíamos caso. Pero al final le entendimos que yo no me corriera dentro y ella solo decía que pensaba ordeñarme con su coño hasta dejarme bien sequito.



Se volvió a correr y otra vez volvió a gritar desaforadamente, aun siendo invierno, estábamos sudando de lo lindo. El marido ya se debía haber corrido porque ya no miraba. Ella volvió a sentarse encima de mí, yo la dije que quería follarme su culito, ella me dijo que otra vez, que allí sería complicado e incómodo.



Me pedía que la llenase que se iba a correr otra vez, yo la dije que estaba también a punto. Ni la avise pero noto como me corría, como la mordía las tetas, solo decía, lléname mi garañón, lléname, hazme feliz y grito nuevamente, pero esta vez con toda mi corrida dentro, que no fue poca.



Se quedó abrazada a mí y me dijo suavemente al oído…



-Nunca nadie me follo así.



-Me alegro.



-Tenemos que quedar otro día, en un sitio tranquilo, sin el gilipollas este mirando. Y por lo menos intentaremos lo que tú deseas.



Estando así, entro el marido, no con muy buena cara, dijo que nos vistiéramos, arrancando el coche y esta vez iba con más velocidad. Yo por mi hubiera seguido más tiempo. Mientras íbamos para el centro de Alicante, ella iba sentada muy estirada, sin hablar. Pero con mucha discreción su mano llego a mi polla, acariciándola por encima del pantalón. Cuando noto que crecía, ella disimulo una sonrisa. Una vez en la avenida de Aguilera, junto al teatro Arniches, les dije que me dejaran allí. El paro el coche, estire mi mano para despedirme, pero ni se inmuto. A ella la di dos besos y en el segundo, ella con la punta de la legua me la paso sin que el marido se dijese cuenta.



Lo cierto que no era muy tarde y como seguía con una buena calentura, decidí ir a por mi coche e irme al club de parejas. Cuando me acorde de que tenía el móvil apagado. Ya que no me gusta que me interrumpan. Tenía varios mensajes.



El primero de mi madre, que me decía que estaba convenciendo a mi padre para venirse el año nuevo aquí, que ayudara a convencerlo. Lo que era difícil porque a mi padre tanto la navidad, como el fin de año, le dan exactamente igual. Las uvas, las toma por compromiso, una vez que se las toma, se va a dormir.



Luego había varios mensajes más, sin importancia y uno de María. Que me decía que la llamase cuando oyera el msj, fuera la hora que fuera. Ya la llamaría mañana, ahora me iría a donde tenía pensado. Decidí llamarla.



-Hola, gracias por llamar. Ya creí que no llamarías.



-Es que no me di cuenta de que lo llevaba apagado y lo mire ahora porque me extrañaba que no me hubiese llegado una llamada que estaba esperando. Pero con el paseo no me percate.



-¿A estas horas de paseo?



-Así se cansa uno y duerme luego mejor. Bueno y que era eso tan urgente.



-Que lo mismo mi contestación sonó… muy brusca. A veces lo escrito, no suena igual que cuando se dice de palabra.



-Lo mismo no, sonó muy brusco, como tenía que sonar, ya sea escrito o hablado. Porque él no con mayúsculas y exclamaciones, añadiéndole luego y no insistas más… ¿Qué es lo que puedo interpretar mal en lo que me dijiste? (Hubo un silencio, por parte de ella)



-¿Sería posible que nos viéramos ahora?



-¿Ahora?



-Si estoy en una cafetería cerquita del gym.



-Pues yo estoy llegando al gym ahora mismo.



-Ahora nos encontramos.



Colgó el teléfono y de pronto la vi en la calle, he de reconocer que estaba mejor que ningún día y el verla así era perjudicial para mi calentón. Pero pensé en quitármela rápidamente de encima, para no perder el tiempo e irme donde yo quería, que no estaba yo para tonterías. Nos saludamos, pero seguro que mi saludo no fue como ella esperaba, se lo note en la cara.



-¿Ahora qué vas a dormir?



-No, me iré a dar una ducha, me arreglare y me iré que he quedado.



-Ah, como me dijiste, que paseabas a estas horas para cansarte y dormir mejor.



-Si pero mientras lo hacía, se me ocurrió ir a un pub conocido. Pero no creo que eso interese mucho ahora. Así que dime lo que querías decirme.



-Es que me sabe mal que te pudieras enfadar por el msj, pero me pillaste en mal momento, en momento añoranza y me salió así. Pero fue enviarlo y darme cuenta que lo mismo no fue acertado.



-Ni era acertado ni no acertado. Si te lo pedía el cuerpo o era lo que pensabas, pues dicho esta.



-Veo que no dejas espacio a nada.



-No entiendo lo del espacio.



-Que no me importaría ir contigo a tomar algo a ese pub.



-No creo que te gustase y ya hemos llegado a mi portal.



-¿Por qué no me va a gustar?



-Porque si para ti mi casa, es un nido de perdición, no te quiero decir el pub.



-Yo nunca he dicho eso de tu casa, simplemente dije lo que dije. Te dejo que me invites a tomar un chupito de algo.



-Sube si quieres, no sé si tendré algo de alcohol. Te prometo además, no intentar nada.



Pasamos a mi casa, la invite a sentarse y desde la cocina dije que había cerveza. Ella me dijo que por ella estaba bien. Lleve la cerveza y encendí las luces del todo y me impacto. No la había visto nunca con tanta luz.



Su cabello largo, sujeto con una coleta, muy negro y lacio. Sus ojos eran negros y grandísimos, te atraían. Su boca era perfecta, generosa. Resaltaban sus dientes perfectos y blancos, además de su rosada encía, que cuando sonreía era tremendo. Como se me debió de quedar cara de tonto, ella me pregunto…



-¿Te pasa algo?



-Nada.



-No me contestaste porque no me gustaría ese pub.



-Porque es un pub para parejas liberales.



-Ah, ya… ¿Te puedo hacer una pregunta?



-La haces o no la haces, pero no me pidas permiso. Luego yo veré si contesto o no contesto.



-Que seco. Pues vale te hare dos en vez de una. ¿A qué vas a ese pub? Y ¿Por qué has estado intentando algo conmigo?



-A la primera a pasármelo bien y si encuentro a una pareja maja, follar, simplemente eso. A la segunda la contestación es bien fácil, desde que te vi me dio la sensación de que irradiabas sensualidad, alegría, pasión… mucho morbo y… lo dejamos aquí. Pero está claro que mi sensación no fue correcta o sencillamente no soy tu tipo.



-Siempre directo. Pero no entiendo que haya parejas que quieran eso.



-Yo no juzgo y cada cual tiene sus gustos. Yo ahora me voy a duchar, si quieres venirte al pub, sin ningún compromiso de nada, me esperas que tardo poco y nos vamos. Que no quieres venir, tu misma, sin problema, te vas y ya nos veremos otro día, eso sí cuando salgas no te dejes la puerta abierta.



Me metí en la ducha, mientras me desnudaba, trataba de oír si se producía algún ruido, pero nada. Cuando me caía el agua y me enjabonaba, la polla se me ponía a mil, no lo quería imaginar, pero pensaba que María entraba desnuda y se metía en la ducha, me pareció oír el ruido de una puerta. Pero nada de eso. Cerré el grifo y salí de la ducha, me espere un poco para que me bajara la erección, cuando se medio bajo y después de secarme, me puse un albornoz y salí.



Fui directamente al salón, allí no había nadie, solo quedaba el vaso medio lleno y la botella de cerveza también sin acabar. Lo recogí todo y lo lleve a la cocina, antes de irme. Luego fui a mi habitación, abrí la puerta y encendí la luz, cuando me encontré en la cama a María. No sabía que decir, pero estaba a punto de decir algo cuando María, me dijo no preguntes, ven y dame candela (luego me entere que hacerla el amor). Apartando la ropa de la cama y viéndola totalmente desnuda.



Si vestida era el no va más, desnuda era el acabose. Quitándome el albornoz y metiéndome en la cama con ella, donde nos fundimos en un apasionado y largo beso. Era como si estuviéramos hambrientos o sedientos. Después de lamer y mordisquear sus lóbulos, cuello, hombros, me fui bajando sin dejar de besarla por todos los sitios, hasta sus increíbles pezones. Con una textura diferente y maravillosa.



Mientras hacía esto, fui bajando hasta sus muslos, que acariciaba con mucho deseo, ella abría sus piernas, para dejarme libre el camino. Estaba bien mojadita, mis dedos entraban sin ningún problema, ella me abrazaba por el cuello y se retorcía a la vez, colgándose de mi cuello.



No me la imaginaba así, estaba dándolo todo. Luego se soltó de mi cuello y agarro mi polla, diciéndome que le encantaba mi tolete, Así grande gorda y venosa. Ya no era la modosita que yo conocía, estaba muy suelta. Fui bajando lamiéndola por la tripa, llegue a su ombligo, lo bese, jugué con mi lengua con él, a ella le gustaba, lo notaba.



Hasta que llegue a su entrepierna, sin prisas jugué con mi boca y mi lengua, con sus muslos, con sus labios vaginales, mientras mis dedos estaban dentro de ella, sin parar de moverse, rozándola por dentro y apretando bien arriba.



Ella casi con una súplica, me pidió que la comiera la cuca ya. No la hice caso y cuando ya la note muy desesperada empecé a comerle el clítoris, lo notaba súper duro, luego quite mis dedos y fui a follarla con mi lengua, me llamo el contraste de su piel y ese coñito rosado y brillante por lo mojada que estaba.



Ella se movió, cambiando de posición, de tal manera que mientras yo la comía toda, ella hacia lo mismo con mi polla. No la podía ver, pero me sorprendía hasta donde se metía la polla y con qué facilidad. Mientras estábamos así, aproveche para tantear su culito, ese culito respingón, fantasía de muchas pajas que me hice. Metí un dedo sin problemas y así hasta tres, ese culito estaba bien “entrenado”.



Paro de comerme la polla, se puso a gritar y a decirme que siguiera que no parara, como se movía, apretaba su coño contra mi boca, con mucha fuerza. Hasta que dio como unos espasmos y se relajó.



Me dijo que hacía mucho tiempo que no disfrutaba. Yo mientras nos besábamos, coloque mi polla, exactamente la cabeza entre sus piernas, en su clítoris y ella se movía, apretando sus piernas y pausadamente. Que placer me estaba dando. Me pregunto si me gusto lo que hizo con mi güevo, no sabía a qué se refería y sin dudarlo dijo a esto… se agacho y vi como entraba mi polla en su boca, desaparecía casi toda, poco quedaba fuera.



Era impresionante, como se movía sin apenas sacra nada, dejándola toda dentro. Esto era lo que te decía. Me dijo que lo llamaba así o tolete.



Ahora estaba dispuesto a follarla como se merecía una mujer así. Pero ella me dijo que no se cuidaba. Me estire y saque un condón, que me lo puse rápidamente, la hice ponerse a cuatro, empecé suave, quería ver primero como actuaba ella.



Cuando la noto toda dentro, solo dijo que ganas tenia, con voz entrecortada y excitada me dijo… el pendejo de mi hombre no quiso venir pues lo que no me ha querido dar el dámelo tú.



Rápame bien, no seas flojo. ¿Rápame? Dije yo, siiiiiii que me folles, no es lo que buscabas pues no seas flojo. Fue un cambio brutal, se transformó. Y empezamos a follar en plan guarro absolutamente, la follaba muy fuerte, me pedía nalgadas y se las daba, ella se volvía más “loca”, más fuera de sí. Era como una yegua salvaje, para domar.



Se volvió a correr, de forma más salvaje que antes. Eso me excitaba más. Se la saque, me quite el condón y fui a metérsela directo a su culo, que entro estupendamente, ella se tumbó y yo la embestía como nunca hice a nadie, se la sacaba casi completamente y se la volvía a meter de golpe.



Daba gritos de entre dolor y placer, en algunos momentos a mí me dolió también, pero si aflojaba se quejaba, pedía más y más. Le decía que desde el primer día que la vi, quería follarme ese culo. Ella me decía que ya lo noto y por eso se exhibió tanto. La dije lo puta que era y ella me dijo que no lo sabía bien.



En una de esas embestidas me empecé a correr y me tumbe encima de ella, mordisqueándola el cuello y el hombro, al notarlo, movió de una manera brusca e inimaginable el culo, dejándome totalmente seco.



Seguimos follando como posesos, hasta perder la noción del tiempo, quedando agotados y dormidos.


Datos del Relato
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