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Categoría: Maduras

Mi tia Lucia. Madura complaciente.

Después de lo de Tere me quede con buen sabor de boca. No paraban de sorprenderme las mujeres maduras que había “conocido” en este tiempo. Paso casi un mes y mi relación con Sofi iba cada vez mejor, tuvimos que descartar lo de Maite y el marido, porque se fueron de vacaciones. Se acercaba mi cumpleaños y una vez celebrado al día siguiente me tocaría irme a Alicante, a preparar todas las cosas para mi estancia allí. A mí 18 cumpleaños asistirían mi tía (hermana pequeña de mi madre) y mi tío. Mi tía además era mi madrina. Siempre nos habíamos llevado muy bien, era mi defensora ante mis padres y como no tenían hijos, yo era el sobrino favorito. La admiraba y me gustaba mucho, desde niño. Se casó con un hombre bastante mayor que ella, o así me lo parecía a mí. Pero un hombre muy majo y muy divertido, deportista nato, con él tenía muy buen rollo.



Llevaba varios años sin verlos, porque cuando pasaban por Madrid yo estaba de campamento. Pero hablaba mucho con ellos, aunque con mi tío, se fueron distanciando las conversaciones y las que tenía con mi tía, le faltaba la chispa que ella tenía.



Pero era principios de agosto y llegaban el día anterior a mi cumpleaños a Madrid, se quedaban esa noche y el día siguiente que era mi cumpleaños, para marcharnos los tres el día después.



Yo estaba fastidiado, porque de estar loco por irme a Alicante, pase a estar frustrado por irme. Aquí mi vida había cambiado mucho y luego estaba Sofi también. Pero desde siempre lo he dicho y mantenido, uno debe ser consecuente con las decisiones que toma. Y como leí una vez “¿Por qué se ha de temer a los cambios? Toda la vida es un cambio. ¿Por qué hemos de temerle?”. Y como las cosas suceden por algo, no le di más vueltas a la cabeza.



Fuimos mi padre y yo al aeropuerto a recoger a mis tíos, tenía ganas de verlos. Después de estar un rato esperando, veíamos salir a la gente de su vuelo. Cuando de pronto veo a mi tía, que nos saluda con la mano. Ya no la recordaba así, venia y caminaba como una diosa. Con su sonrisa eterna, una blusa azul de manga corta que hacían resaltar su pecho, los botones haciendo un esfuerzo por no saltar y unos pantalones ajustados gris marengo, que hacían sus piernas infinitas, pensé… como se verá por detrás, pero rápidamente me dije a mi mismo, es tu tía, no te pases.



No me fije en más, cuando llego a mi altura la abrace y ahora la sentía como más pequeñita, ella me dio un beso y dijo… “No me creía lo que me decía tu madre de lo que habías crecido, madre mía”. Después de ese momento tan bueno del abrazo, me fui a saludar a mi tío, vaya sorpresa, en nada de tiempo, es como si hubiera encogido, el pelo brillaba por su ausencia y ya había perdido la forma, no era ese hombre atlético. Le di dos besos y con sorna me dijo que era dos veces el.



Cogí el carro con el equipaje y les dije que lo llevaba yo. En plan de broma les dije que llevaban pocas maletas (parecía una mudanza), mi tío Manuel se rio y me dijo que eso era cosa de mi tía Lucia, que traía dos maletas más de las que llevaron.



Iban los tres delante y no fue mi intención, pero mis ojos se fueron al culo de mi tía, “pedazo” culo. Me dije a mi mismo que si no fuera mi tía, ya estaría “atacando”. Ella se giró me vio y se vino conmigo. Me iba contando lo bien que estaría en Alicante. El mar, la playa…



Pero no sé porque, notaba diferente a mis tíos y no solo físicamente, algo no me cuadraba. Descarte rápidamente que no se llevaran bien, porque veía como mi tía estaba pendiente de el en todo momento.



Llegamos a casa, mi madre y mi tía se abrazaron. Y todas esas cosas que suelen decirse y hacerse en esas circunstancias. Los deje a todos ahí y me fui a ver a Sofi. Le comente a Sofi la sensación que me dio y ella me dijo que serían exageraciones mías, que llevaba mucho sin verlos.



La fiesta de cumpleaños fue divertida y poco que reseñar. Por la noche a solas con mi madre en la cocina, que aprovecho para darme el discursito y para decirme que una vez que estuviera en el piso viviendo solo, que no quería quejas de los vecinos, etc. En un principio yo me iría a vivir con mis tíos, pero la idea era que viviera en un piso de mis padres, que hasta el mes de junio había estado alquilado en una urbanización cercana al Corte Ingles.



Era cuestión de arreglarlo un poco, pintura, una cama para mi tamaño y poco más. Dije que si solo era eso que lo pintaba yo lo arreglaba y ya estaba. Cambiando el tema y como quien no quiere la cosa le pregunte a mi madre, por el tío, que no me lo esperaba así. Mi madre como susurrando me conto que hace un tiempo estuvo muy mal. Pero que afortunadamente todo estaba ya solucionado. Alguna secuela y poco más. Que poco a poco se pondría bien.



-Mama déjate de secretismos. Que fue lo que paso, cuando y que secuelas



-Da igual, estuvo mal pero ya está bien y recuperándose. Y fue hace cuatro años. Pero ya está muy bien.



Estaba claro que mi madre como siempre, me trataba como a un niño pequeño. No cambiaria nunca.



Al día siguiente nos levantamos temprano, si yo me quejaba de las maletas de mis tíos, mi madre me empaqueto media casa. Y no metió mi cama en una maleta porque no cabía. Increíble pero cierto, tuvimos que ir en el coche de mi madre y en el de mi padre, porque no cabía el equipaje.



El viaje como íbamos separados, yo fui oyendo música y dando una cabezada, ni me entere cuando llegamos. De muy pero muy pequeño yo había estado en Alicante, pero recuerdos ninguno. Un calor y una humedad de buena mañana sofocante. Cargamos como pudimos todo el equipaje y tuvimos que coger dos taxis, mi tía me dijo que yo fuera con mi tío y ella en el otro.



Sé que íbamos a la zona de Vistahermosa, una zona de chalets. Entramos por una calle que parecía cortada y a mitad de ella paramos. Mi tía en su taxi detrás, salió rápida y se dirigió a una puerta pequeña, saco la llave y entro, a los pocos segundos se empezó a abrir la puerta grande para que los taxis entraran y no tener que cargar con las maletas.



Yo me quede apabullado viendo el chalet por fuera, yo me esperaba uno normalito. Una vez solos, entramos en la casa y al ratito, después de mi tío irse a descansar un poco a su habitación, hasta la hora de comer, mi tía me enseño cual sería mi habitación y me quede sin palabras, no era grande, era lo siguiente.



Allí todo era grande, cocina, salón, habitaciones… pero lo que más me gusto fue la zona del gimnasio, un gimnasio perfectamente montado hasta el más mínimo detalle, también había en esa misma zona una piscina cubierta, un jacuzzi, una sauna y separado por una cristalera una zona de juegos.



Le dije a mi tía que bonito que era, ella me dijo que ahora prácticamente solo lo utilizaba ella. En ese momento aproveche para decirle que había visto al tío con un bajón importante. Ella me dijo que todo ha sido por temas de salud que ya están controlados. Yo con tono de disgusto, dije que era igual que mi madre su hermanita, todo secretismo.



Ella me miro y dudando un segundo, me conto que hace más de cuatro años, mi tío que siempre iba en moto, tuvo un accidente gordo. Que se complicó con una lesión de espalda que le tuvieron que operar, estando en el hospital cogió un virus hospitalario, que luego le llevo a una infección renal importante, que le afecto a todo el tracto urinario y al funcionamiento en sí de los propios riñones. Que incluso durante bastante tiempo necesito diálisis. Pero que poco a poco ya va mejor.



Lo que pasa es que de lo deportista que era antes, se vio así y aun peor, afectándole anímicamente y psicológicamente también. Me dijo.



Yo asentí con la cabeza, la di un beso en la mejilla para animarla. Diciéndome que estaba muy contenta de tenerme allí y que me pensara lo de irme a vivir solo al piso que ahí estaría como un rey. Me reí pero le dije que de momento estaría allí, que probaría lo de vivir solo y ya se vería.



Salimos al jardín que era una parcela grande bonita y su piscina descubierta. Que estaba lista para ser usada, igual que la otra.



Mi tía dijo de cambiarnos, de ponernos más cómodos. Fui a mi habitación, estuve revisándola bien, viendo el baño que tenía, que tenía una ducha grande y una bañera con hidromasaje. Pero entonces me pregunte, como podían tener todo eso dos profesores universitarios. Luego más tarde me entere que tenían negocios, como un centro de estudios, un laboratorio químico que llevaba mi tío, que como podréis deducir es químico y algún negocio más.



Salí de mi habitación que estaba junto a la de mis tíos, no hice mucho ruido para no molestar y me fui a la cocina. Me serví una cerveza bien fresquita, cuando se abre la puerta y aparece una mujer de unos 30 años. Que estaba muy bien, pechugona como a mí me gusta, alta, yo calculo que 1,75, se la veía fuerte sin estar rellenita. La primera impresión es que era extranjera, me saludo, ella sabía quién era yo y me dijo con acento extranjero que se llamaba Natalia. Seguimos hablando como si fuéramos conocidos de toda la vida y así supe que era de Moldavia, me extraño lo de su nombre diciéndome que era muy común allí.



Apareció mi tía y nos vio hablando, ya no hace falta presentaros, Natalia vive con nosotros. Por lo que supe, la contrataron cuando mi tío enfermo y ya se quedó.



No me había percatado pero cuando mi tía se acercó al frigorífico, vi que llevaba un pantaloncito corto y su culo… era imposible que pasara desapercibido. Pero cuando se dio la vuelta fue peor, esa camiseta ajustadita, esos “melones” sin sujetador, con los pezones marcándose… uuufffff. No me quedo más remedio que disculparme y salir al jardín. Donde pensé claramente que cuanto antes me fuera al piso mejor para todos.



Durante la comida le dije a mi tía…



-Lucia, cuando acabemos de comer si haces el favor, me apuntas la dirección del piso que voy a verlo, para saber lo que hace falta hacerle.



-No es necesario que vayas hoy mismo, espérate a mañana u otro día. No ha y prisa.



-Prefiero hoy, así también veo un poco Alicante, me distraigo y como habéis dicho que está cerca del Corte Ingles, aprovecho y me acerco a comprar un par de cosas.



-Vale, vale… luego te la apunto.



Mi tío Manuel dijo, que le vas a apuntar. Acércalo y así también te despejas tú. Que siempre está encerrada, además estando Natalia, estoy bien cuidado.



Después de comer y tomar café, mi tía dijo que se iba a cambiar y nos íbamos. Como a la media hora salió, llevaba una minifalda que haría a más de uno perder los ojos y una camiseta juvenil, que la quedaba muy bien.



Nos despedimos de mi tío y fuimos al garaje. Nos montamos en el coche y yo aunque llevaba gafas de sol, me daba apuro que se diera cuenta de que mi vista se iba a esos muslos tan bonitos.



Llegamos a la urbanización y una vez aparcados, nos dirigimos al portal, en el camino dos mujeres que salían de una piscina, saludaron a mi tía, la preguntaron por mis padres, ella les dijo que yo era su hijo y que me vendría a vivir allí, me saludaron me dieron la bienvenida, alguna me dijo que me conocieron siendo un bebe, etc.



Llegamos al piso y esta vez no me quede yo solo sin palabras, mi tía se quedó helada. El portero le dijo a mi madre que el piso lo dejaron bien, pero la realidad que estaba de pena, si metieran un cerdo allí saldría llorando. Paredes, suelos sucísimos, con porquería de meses. La cocina no se podía describir y los muebles destrozados. El resto de la casa y el mobiliario igual o peor que la cocina. A mi tía le saltaban las lágrimas.



La cogí, cerré la puerta y nos fuimos. Pero estaba tan enfadada que antes de irnos la dije de tomarnos algo en un bar que vimos. Sentados en la terraza, tomando un café granizado ella y yo un helado, se fue calmando. Una vez tranquilizada nos fuimos, pero al final se nos olvidó pasar a comprar lo que yo quería. Nada más llegar al chalet, Lucia llamo a mi madre y le conto todo con pelos y señales.



Cuando colgó me dijo que mañana llamaría a un amigo que hace reformas, para que pasara por el piso y ver que hacer, que mi madre le dijo que estuviera yo que me hiciera responsable de todo y las dudas que las resolviera ella (mi tía).



Pero no se esperó y llamo al de las reformas y quedamos ya para el día siguiente. Me fui a poner el bañador, que tanto calor era sofocante y me fui para la piscina. Allí estaba Manuel y me dijo que ya le había contado Lucia, que menudo enfado traía. Yo le dije que si me lo cuentan no llegaría a imaginármelo.



Estando hablando los dos, vi que tenía una cara rara mi tío, le pregunte y me dijo que le había dado un tirón en la espalda. Le dije que se diera la vuelta, que se fiara de mí, no muy decidido se dio la vuelta y  vi la cicatriz que tenía, lo debió de pasar mal. Inicie un masaje muy suave en su espalda, se le notaba que estaba en tensión total, pero poco a poco fue cediendo y se relajó completamente.



-¿Qué tal estas ahora, mejoro el tirón?



-Tienes unas manos prodigiosas, me has dejado mejor que nunca.



-Muy amable el caballero, le dije riendo.



-No, no de verdad, ha sido increíble.



-Pues ya sabes, siempre que lo necesites, aquí estaré.



En eso que nos percatamos que Lucia está mirando, Manuel la pregunta que cuanto lleva ahí, ella nos dice que una media hora, pero que estábamos tan concentrados que ni nos enteramos. Yo digo que me voy a dar un chapuzón y el sigue contándole a su mujer lo bien que se ha quedado, se levanta de la tumbona, le dice que le mire y que se va a dar el un chapuzón también.



El sol está pegando de lo lindo, después de casi una hora en el agua y tomando el sol, con lo blanco que estaba salgo rojo como una gamba. Mi tío que esta moreno como mi tía, se ríe de mí y me dice que parezco un “guiri”. En eso se gira un poco mi tía y dice… “Madre mía, madre mía, como te has puesto”. Se abrocha la parte de arriba del bikini y se levanta me dice que me tumbe y de una mesita coge una loción para quemaduras del sol.



Me pone un chorretón por la espalda, que lo siento helado. Y me lo va untando, sin prisa, no sé porque, pero notando sus manos recorrer mi espalda me empieza a poner digamos que “nervioso”, pero cuando lo hace por mis piernas, por mis gemelos y subiendo a mis muslos, no lo puedo evitar, me pongo como una moto, cachondo perdido. Cuando termina me dice que me dé la vuelta. Pero no puede ser, no me puedo dar la vuelta, con ese bañador corto, no hay manera de disimular la erección. Ella insiste una y otra vez hasta que Manuel la dice que me deje en paz.



Mi tía se va disgustada con la voz que le dio mi tío. Al rato sin que se dé cuenta mi tío me voy yo para mi habitación. Cuando lo hice de forma rápida me coloque una toalla en la cintura y me quede tranquilo.



Estando en mi habitación y con el ventanal abierto a la terraza corrida que había, oía como sonaba la música que tenía puesta mi tía en su habitación, por lo que imagine que también tendría abierto su ventanal. Oigo como entra mi tío en su habitación. Se deja oír la música.



-Perdóname, Lucia lo hice para que no os llevarais un sofoco, sobre todo tu.



-¡Que sofoco ni que historias!, me has dado un chillido y delante de mi sobrino.



-Ya te he dicho que me perdones. Pero tu sobrino no se quería dar la vuelta porque tenía un empalme bestial.



-Mi sobrino imposible.



-Sí, si tu sobrino. Cuando se levantó, que lo hizo deprisa colocándose una toalla, tenía un empalme nada normal. Como lo que tiene que no debe ser nada normal.



-¿Qué me dices?, me estas tomando el pelo.



-No te tomo el pelo, a pesar de todo lo grande que es, que aparenta más años… es un chaval de 18 años con las hormonas revolucionadas, hormonas que viendo una mujer como tú, no entiende de nada y si no fíjate.



-No te creo, esto es otro de tus jueguecitos.



-Jajaja… te lo juro.



Yo en mi habitación me quede muy cortado al oír eso. Mi tío se dio cuenta. Pero no le dio importancia. Me corto el rollo, me duche y después de demorar un poco mi salida, decidí salir como si no hubiera oído nada. En la cena Manuel me comento, que por las mañanas tenía que ir a hacer prácticas de conducir a la autoescuela de un amigo, para no perder lo aprendido en Madrid y poder presentarme la primera quincena de septiembre al teórico y al práctico.



Fueron pasando los días, nos hicieron el presupuesto del arreglo del piso, mis padres dieron el visto bueno y se iniciaron las reformas. Yo a la autoescuela todas las mañanas. Mi tío cada día más contento por los masajes que le daba. Como dijo mi tío, mis hormonas algo más que alborotadas.



Una tarde me estaba bañando y mi tío me dijo que mi tía haciendo ejercicio se hizo daño, un tirón o algo así. Me vino a la cabeza lo dicho por mi tía de los jueguecitos de mi tío. La vi llegar, cojeando visiblemente, casi no podía. Vi que no era mentira tenía una contractura visible en uno de sus gemelos, lo que normalmente se dice una bola. Y por propia experiencia se lo molesto y doloroso que es. Dije de ir dentro de la casa que hay no era el sitio más indicado.



Una vez en casa, nos fuimos a la zona de la piscina y gimnasio, que hay una mesa de masajes. Mientras ellos iban hacia allí, yo me subí a la habitación por aceite esencial de mejorana, que lo llevo siempre por posibles tirones, molestias musculares, por hacer ejercicio.



Cuando llegue estaba quejándose de dolor. Me puse manos a la obra, haciendo estiramientos pasivos, de 20 segundos más o menos y utilizando el aceite. Poco a poco fue cediendo el dolor. Mi tío al no poder estar mucho tiempo de pie y los asientos de ahí no ser los adecuados nos dejó y se fue. Yo sin poder evitarlo, reconozco que aproveche, la conté un rollo y me dispuse a darle también un masaje en los muslos, “necesario” para descongestionar las piernas.



Según se lo daba ella se relajaba, yo era discreto en lo que hacía, pero ver ese culito me iba volviendo más atrevido, cada vez los masajes iban más arriba y por dentro de los muslos, faltaba nada para llegar al sitio más deseado, pero me contenía. Al mismo ritmo que daba el masaje, mi erección iba subiendo más y más. Me di cuenta que llevaba el bañador. Pero de pronto me fije que se iba produciendo una humedad importante en la entrepierna de mi tía. Me lo pensé y dije que ya estaba bien por hoy, dándome la vuelta, cogiendo la toalla, dejándola caer de tal manera, sin necesidad de colocármela a la cintura, para que tapara mi erección. Ella se levantó y lo que más me llamo la atención es lo empitonada que estaba. Sus pezones habían aumentado notablemente su tamaño.



Me subí a bañarme y decidido a hacerme una paja. Pero estando en la habitación los oí hablar nuevamente, lo hacían más bajito, por lo que decidido salí a la terraza agachado y a escuchar mejor.



-Jajaja… pareces un toro de miura con esos pitones.



-Yo no le veo la gracia, que vergüenza. No sé cómo me he podido poner así.



-No sé porque te haces esa pregunta, está claro.



-¿Claro… que?



-Que llevas más de cuatro años a dique seco, salvo los aparatitos, mis dedos y mi lengua. Pasamos de follar como descosidos por todos los sitios, nuestras fiestas… a nada.



-No sigas que estamos bien y todo volverá a la normalidad.



-No te entiendo Lucia, antes íbamos a muchos sitios y nos divertíamos sin remordimientos, yo te digo de volver a esos sitios y hasta que yo esté bien, tú te quedas tranquila.



-No, no y no.



-Hagamos otra cosa, vayamos este sábado próximo otra vez a Play Parejas (nombre ficticio pero muy cercano al nombre real) sin obligación de hacer nada. Hazlo por mí, dame ese capricho.



-Vale, pero luego no me des la lata allí. ¿Y qué hacemos con Carlos?



-Que haga lo que quiera, que se quede en casa, que se vaya al cine, yo que sé.



Todo muy claro pero estaba el enigma de ese sitio. Todo sería cuestión de mañana averiguarlo. Después de una cena “tensa” nos fuimos a dormir. Por la mañana me levante temprano y con la excusa de ver como avanzaban las obras del piso. Una vez allí, subí para ver como avanzaba todo, para mis gustos muy lentos, pero como no entendía mucho… después me baje y me fui a la misma cafetería del primer día. Cogí un periódico local, el que más se vende en Alicante y me puse a buscar, en los anuncios, salas de fiesta, discotecas… el nombre del sitio que mi tío quería ir.



No aparecía nada. Pregunte al que atendía el bar si tenía una guía telefónica. Tampoco aparecía nada. Le di las gracias y me dijo que tenía también las páginas amarillas. La empecé a escrutar, cuando ya lo daba todo por perdido, lo encontré. Apunte la dirección. Pregunte a la misma persona que me dejo las guías por la calle. Se puso a explicarme pero como no conocía la ciudad, se metió dentro del bar y salió con un plano, me explico varias veces lo mismo como si fuera tonto, pero no era cuestión de decirle nada ya que al final viviría allí.



Fui a la zona y estaba junto a una playa, edificios, pero no se veía el local en cuestión. Después de dar muchas vueltas y con el sol pegando bien, vi un poste con un letrero pequeño que indicaba el nombre del local. Seguí la dirección que marcaba y estaba escondido en los bajos de lo que parecía una urbanización privada, pero eso si con libre acceso porque no había ninguna puerta. Lo localice y había dos puertas grises y poco más que ver. Como no tenía pareja no creía que pudiera entrar, pero en una de las puertas indicaba que “CHICOS SOLOS POR LA OTRA PUERTA”, no tenía muy claro de que se trataba, pero decidí ir esa noche que era jueves y ver de qué se trataba.



Llegue a comer y mintiendo como nadie, le dije a mis tíos que me encontré con dos amigos de Madrid que estaban de vacaciones y que quede con ellos esta noche. Mis tíos se alegraron y aprovecharon para decirme que el sábado después de cenar se irían a tomar algo con unos amigos, que si quería que invitara al chalet a mis amigos o que aprovechara para salir y conocer Alicante, yo con una sonrisa dije que era buena idea, que ya vería lo que hacía.



Después de cenar me arregle, me dispuse a salir y mi tía se ofreció ha acercarme a donde hubiera quedado, yo me negué rotundamente y dije que ya me las apañaba yo. Salí y cuando vi un taxi, que por ahí es casi imposible que pasen, le indique la dirección que estaba cerca. Me baje del taxi y fui andando hasta el dichoso local, iba muy nervioso, se por lo que decía todo el mundo que aparentaba más años, pero ahora veríamos como iría todo.



Se oía un ruido a música muy amortiguado, la puerta estaba cerrada, me quede un poco en fuera de juego, hasta que vi un timbre y lo toque. Estuve esperando unos minutos hasta que una mujer de no más de 40 años abrió la puerta, me miro descaradamente de arriba abajo, con una sonrisa me dio dos besos y me dijo que se llamaba Maica. Se apartó y pasamos dentro. Me pregunto si era mi primera vez en un local de parejas liberales, la dije que sí y ya rápidamente entendí todo.



Me mostro el local, indicándome el funcionamiento del local. Básicamente los hombres solos tenían una zona separada por una cortina de canutillos, del resto del local. Donde había unas taquillas para dejar la ropa, un servicio mixto, una puerta que daba a una zona oscura, con unos barrotes que separaban el cuarto llamado oscuro, que a través de esos barrotes se podían tocar a las personas metidas en ese cuarto oscuro y ellos a los que estaban allí. Luego había un cuartito con una puerta donde en la pared había un agujero (gloryhole), para que en la otra parte que era otra habitación una pareja o una mujer sola se metiera y por el agujero hacer lo que se pudiera.



En la otra parte había un jacuzzi, varias habitaciones, incluida una de sado, una cama gigante… pero hay solo se podía entrar con una pareja que invitara a estar con ellos o con ella. Me puse en la barra, tuve que pagar dos consumiciones por adelantado y me dieron una llave de la taquilla. Se me olvidaba y me pidieron un nombre para darme un número de socio. En ese momento les di uno que no era el mío, ahora mismo no recuerdo cual.



Observe todo bien, vi bien el funcionamiento, me fije donde colocarme para que no se me distinguiera bien desde el otro lado de la cortina, aunque había oscuridad.  Después de una hora y media aproximada me despedí, Maica me dijo que era una pena que me marchase tan pronto, que yo seguro que tenía éxito. Me disculpe alegando que mañana me tocaba madrugar mucho que no me había acordado, pero que si el sábado se podía venir. Ella me dijo que los sábados dejaban a pocos chicos, porque era un día más de intercambios que de otra cosa, pero que fuera que pasaría. Le había caído bien a la mujer.



Llego el sábado. El día para mí fue normal, pero yo notaba tanto a mi tía como a mi tío ansiosos. A las 9 de la noche me despedí que había quedado para cenar. Me fui a la Explanada a un Burger y tranquilamente cene solo. A las 10,30 de la noche ya estaba entrando en el local de parejas. En ese momento había poca gente me fui a la taquilla asignada para mí, me desnude y me coloque una toalla a la cintura. No suelo beber pero decidí tomarme un cubata. Mientras lo tomaba empezaban a llegar parejas, pero nada de mis tíos. ¿Se habrían arrepentido?



Había junto a mi dos chavales más, por lo que hablaban se notaba que no era la primera vez que venían. Así me entere que a partir de las 11,30 de la noche es cuando más se animaba. Ya era esa hora, la verdad que estaba muy animado casi todas las parejas pasaban ya los 40 años. Como veía entrar muchas parejas por la puerta que estaban las habitaciones, el gloryhole, el cuarto oscuro… decidí meterme por la puerta que podíamos nosotros entrar, aunque estaban los barrotes y muy oscuro, se oía perfectamente a las parejas, algunas se acercaban para que tocáramos a las mujeres y ellas a nosotros.



Nos poníamos todos bien calientes y no era precisamente por el calor que hacía allí. Salí a beber un poco, aunque iba con la toalla se notaba mi erección. Estando bebiendo y dispuesto a volver a los barrotes, veo que van a abrir la puerta y entran dos parejas una de ellas mis tíos. Maica saluda muy efusivamente a mis tíos, estaba claro que eran conocidos del lugar.



Me aparte un poco para que ellos no me pudieran ver. El venia vestido de sport, pero ella venia vestida, con un vestido negro súper escotado, con la espalda al aire y la falda por encima de la rodilla. Sencillamente espectacular. Se colocaron en la barra justo al lado de la cortina. Si se les ocurría abrir o ir al servicio de esa zona, me pillarían de plano. Prefería que no lo hicieran, pero si lo hacían no me preocupaba tampoco mucho.



Oí como el pedía un refresco y ella un vodka con naranja. El todo el tiempo la animaba, la decía que estaba muy bonita esa noche, la andaba adulando sin parar. Luego la señalaba alguna pareja y le decía si quería que se sentaran con una o con otra, ella le dijo firmemente que habían quedado en solo tomar una copa. Pero ella ya pidió una segunda copa, igual que la anterior, se la notaba más alegre y mi tío, no perdía el tiempo. La trataba de convencer de ir al cuarto oscuro y ella, erre que erre, no había manera de convencerla, pero tanto insistió que al final ella le dijo… ¿Si quieres al agujero?, él no se lo pensó y dijo… vamos.



Yo rápidamente me fui hacia allí, cerré la puerta que quedaba tras de mí, me agache y miraba por el agujero, que se veía la habitación pequeña con un poyete, parecido a un asiento, la puerta abierta y un pasillo. Se me hizo eterno pero aparecieron los dos, se metieron y pusieron el cerrojo a la puerta. Yo me quede escuchando y oía como ella decía…



-Hoy sabes que hay pocos chicos, seguros que están ya pillados. Vámonos que no hay nadie.



-Tranquila ponte así. (La puso con la espalda pegada al agujero)



-Un par de minutos más y si no volvemos a la barra, que aquí hace mucho calor.



Mi tío empezó a besarla y ella le correspondía, se notaba que el trataba de calmarla y de alargar la espera. Así que me decidí a meter la mano por el agujero y la metí por debajo de la falda, tocando suavemente los muslos, hasta llegar arriba, ella no dio ni un respingo, se dejaba hacer, se notaba que lo deseaba.



-Me están tocando (dijo con voz suave)



-Que tal lo hacen.



-Uuuuuhhhhhhmmmm, sabe lo que se hace.



-¿Cómo te sientes tú?



-Bastante bien de momento.



-Porque no te quitas las braguitas y le das facilidades.



-No hace falta, hace ya un rato que las aparto.



Yo deje de rozarles los labios de su coño y decidí con lo mojada que ya estaba, meterle los dedos…



-Aaahhhh… me acaba de meter los dedos. Cooooomo los mueve… joooooder.



-Ves cómo te hacía falta.



-Calla y bésame.



-Le digo que se pase y nos vamos a una habitación.



-NO… eso no.



Pare de meterla mano y decidí meter mi polla por el agujero que estaba como un hierro de dura.



-Menuda polla. ¿Ahora qué vas a hacer? Dijo mi tío.



Mi tía no decía nada ni tampoco hacía. Me dio la impresión de que se había cortado, lo mismo tenía que haberla dejado más a punto. En vista de que no pasaba nada empecé a retirarme, cuando note una mano suave que me agarraba y con mucha tranquilidad empezó a pajearme. Que bien que lo hacía.



-Te gusta.



-Mucho.



-Que sepa cómo te las gastas, zorra mía.



Note como dejaba caer saliva en mi polla para que fuera más suave. Para luego agacharse y empezar a pasar su lengua. Se la metía en la boca, una mamada en condiciones me estaba haciendo. Ella le decía que mientras la tocara, debía estar a tope, porque cada vez la comía con más ganas, se sacó la polla de su boca. La apretó bien apretada y se oyó como se corría, aunque trato de aguantarse. Soltó mi polla y dijo…



-Vámonos.



-Mujer espera, por lo menos no le dejes así. Acaba.



-Que no que me voy. Dije solo a tomar una copa y mira…



Salieron pero me quede un momento por si volvían, pero como no lo hacían decidí salir, justo cuando veía que se despedían de Maica. Me dispuse a terminar mi copa, cuando atravesó la cortina una mujer que fue al servicio, nos miramos, no estaba nada mal. Al salir se paró y se sentó a mi lado a hablar. Pensé que era una de las que iban solas.



No habían pasado diez minutos y nos morreábamos como desesperados, ella me metió mano por debajo de la toalla y solo dijo que había tenido suerte.



-¿Te vienes para el otro lado con nosotros?



-¿Nosotros?



-Si mi marido está sentado en el otro lado.



-Pues vamos.



Pasando al otro lado. En eso se acercó Maica sonriendo y me pregunto si había estado con una pareja en el gloryhole, la dije que sí y ella me dijo que el hombre le había dicho que me pidiera disculpas. No dije nada y me fui hacia la pareja, que estaban sentados en un rincón con otra pareja, ella cuando me acerque me hizo una seña de que me sentara a su lado. Quedando en un asiento corrido, su marido, ella y yo junto a la esquina. Enfrente justo la otra pareja. Ellos claramente pasaban los 50 y no muy bien conservados. A ellas les debía de faltar poco para llegar a los 50 o ya los tenían. La que me invito estaba bien físicamente, delgada, poco pecho pero un culito bien. La otra más entrada en carnes, sin estar gorda y buenas tetas.



Me presentaron pero ellos como que pasaban. La que me invito, no perdió el tiempo y metía mi mano por debajo de la toalla, poco a poco mi polla crecía, hasta estar al máximo. Se agacho y empezó a comérmela. Eso me corto un poquito, no me había visto en otra igual. Porque además a pesar de la oscuridad la gente que pasaba si se fijaba un poco lo vería.



Yo me acerque a su oído y la dije que me cortaba el sitio. No se lo pensó dos veces, se levantó y dijo ahora venimos. Nos fuimos hacia las habitaciones y nos metimos en la primera que pillamos libre, nada más cerrar alguien llamo y era la amiga, entro cerraron y allí mismo de pie se besaron. Perdí la noción del tiempo. Lo pasamos bien pero no para tirar cohetes. Yo creo que era por las intenciones que yo llevaba cuando fui allí.



Cuando salimos, lo cierto que quedaba poquísima gente. Ellas se fueron junto a sus maridos y se fueron a cambiar, yo me disponía a hacer lo mismo pero en el otro lado cuando se acercó Maica…



-Has dejado buena impresión y eso es bueno. Puedes volver cuando quieras.



-Me alegro.



-También quiero decirte, que la pareja volvió para estar contigo, esperaron un rato, pero como no salías se fueron.



-Es una pena. (Dije disimulando)



-El marido me pregunto si eras asiduo. Si ibas todos los sábados o cuando solías venir. Le he dicho que vienes muchos sábados, por si quieres volver a coincidir con ellos.



-¿Son clientes habituales?



-Eran, porque hacia muchísimo tiempo que no venían.



-Si puedo volveré otro día.



Mientras me vestía me quede pensando, mi tío logro convencerla para volver. Me llamaron un taxi y me fui para el chalet, eran más de las dos de la mañana. Entre sin hacer mucho ruido cuando oigo que me chistan, era mi tía sentada en el balancín. Me acerque la di un beso en la mejilla. Estaba con un pijama de verano, que hacía que me pusiera muy “nervioso”. Me pregunto si quería tomar algo y dije que agua, Ella encendió la luz del porche y se fue por agua, se notaba que no llevaba nada debajo del pantaloncito. Olí lo que ella tomaba y era un cubata.



Al verla llegar de frente no me pude aguantar, al ver como se movían esas tetas empitonadas, tapadas con tan poca tela.



-Tía cada día estas más bu… mejor.



-jajaja que pelota que eres.



-Por lo menos has reído, porque hace un rato tenías cara de funeral. ¿Qué te pasa?



-Nada que se pueda contar y menos a ti.



-Jo… que corte.



-Perdona no era mi intención. Bueno y tú, ¿Qué tal se te dio la noche?



-Para no darte la misma contestación que tú a mí, te lo resumiré. La noche presentaba dudas. Luego la cosa mejoro. Luego se puso estupenda la noche. Al final decepción total, me dejaron con dos palmos de narices.



-¿Cómo con dos palmos de narices?



-Sí, que me dejaron a medias.



-Eso suele pasar con las jovencitas.



-Pues esta no era una cría, los 35 nos los cumplía ya. (Mi tía tenía 39 recién cumpliditos)



Se quedó callada, pensativa…



-Y tú con 18 años que hacías con una de esa edad, que pretendías.



-¿Quieres que te lo cuente o detalle? Jajaja



-Mejor no. Jajaja, pero que mi hermana no se entere.



-Oye Tía, me gustaría ir a una playa nudista. ¿Hay alguna por aquí?



-Las que yo se quedan apartadas. Pero si no se lo cuentas a tu madre y si te portas bien te llevare un día a la que solíamos ir nosotros.



Con toda la intención del mundo la dije que la tomaba la palabra y la di un beso muy cerca de sus labios y me fui a dormir.



A la mañana siguiente me di cuenta que el ambiente estaba caldeado entre mi tía y mi tío.  Mi tío cogió su portátil y carpetas, se fue a un lado del jardín, donde se solía poner a trabajar.  Quedándonos solos en la casa mi tía y yo, porque Natalia los sábados y domingos no dormía allí.



Se había quedado dormida en el balancín y estaba que la dolía todo. Yo iba a ir a la piscina cuando la veo bajar a ella con uno de sus micro bikinis por decir algo. Cuando se ponía uno de esos quería decir que no se bañaba. Pero a mí me dejaban al borde del infarto. Pensé lo que pensé y fui hacia ella todo decidido.



-Tía vente que te de un masaje, que estarás hecha una porquería de dormir en el balancín.



-No, no hace falta.



-Que sí, que te quedaras como nueva. Agarrándola una mano.



-¡QUE NO! Y dio un tiro soltándose la mano.



-No hacía falta ponerse así, me voy a la piscina te dejo tranquila. (Dije con voz fingida de estar disgustado)



Me di la vuelta para irme, ella se acercó por detrás me abrazo y me pidió perdón, me decía que estaba nerviosa. Yo hice como si me diera igual y ella agarrándome la mano me dijo que le diera el masaje, que tenía razón que seguro que la sentaba bien. Yo me hice de rogar un poco.



Estábamos ya preparados para el masaje, ella estaba tumbada de cara al ventanal, que podías ver desde dentro, pero desde fuera solo podía ver si pegaban la cara al cristal. La pregunte si tenían aceites y me indico donde, había un montón de ellos, vi uno que ponía aceite de masaje sensual de Madagascar. Me decidí por ese. Se lo empecé a esparcir por la espalda y la dije que sería mejor que se desabrochara la parte de arriba, así lo hizo sin enseñar nada.



Llevaba como 15 minutos y la veía mu dócil, me acercaba con mis dedos por los lados a sus tetas, con mucho tiento y no decía nada. Fui bajando hacia su cintura, ese bikini no tapaba nada se veía un culo soberbio, me entraban ganas de lamerlo, morderlo y otras cosas.



Me fije y el bikini esta empapado, eso si ella con las piernas bien cerradas. La llene las piernas con el aceite y ella dijo que no hacía falta, diciéndola que ya estaba puesto el aceite. Empecé con sus pantorrillas y de vez en cuando subía un poco las manos. Así estuve un rato hasta que ya estaba por los muslos, continúe por la cara interna de los muslos, ella al notar mis manos abrió un poco las piernas, pero yo como quien no quiere la cosa forcé un poco más la abertura. Seguí subiendo y medio tocaba las nalgas, que estaban bien duritas. Cada vez con mis pulgares me acercaba más a sus labios vaginales. En un momento dado se le escapo como un pequeño gemido, que disimulo rápidamente con un carraspeo.



Dijo que lo mejor que fuéramos terminando que ya estaba incomoda de la postura, yo dije que 5 minutos de reloj y acabábamos. Fui más descarado, en un abrir y cerrar de ojos tenía dos dedos metidos dentro de su coñito. Esta vez sí dio un respingo medio levantándose y dejando a la vista sus tetas. Miro hacia el jardín y a la misma vez me dijo que no se lo esperaba de mí, que quitara mis manos de ahí.



Me agache y le dije en su oído…



-Pues ayer noche bien que decías que te gustaba y que sabía lo que hacía.



-NO PUEDE SER.



-Si tiita si puede ser, como que me dejaste a medias.



Mientras la decía esto, no paraba de mover mis dedos dentro de ella. Ya no decía nada. Me agache quite los dedos y abrí sus nalgas, comiéndomela por detrás su culito y su coñito. Ya estaba rendida, porque levantaba el culo para que se lo comiera mejor.



Miro nuevamente hacia afuera, imagino que para ver donde estaba mi tío, que seguía donde estaba, se dio la vuelta quedándose boca arriba. No sabía que pasaría hasta que dijo…



-Quiero que me comas bien el coño, comételo todo sobrinito.



-Segura que quieres que te coma esto (tocándole el coño que estaba empapado), ¿no te arrepentirás luego?



-Siiiii, si lo quiero y que no pares.



-¿Así? Agachándome y pasándole la lengua por el clítoris, mientras tenía tres dedos dentro de ella.



-Así, siiii, sigue, no pares, uuuhhhmmmm eres genial.



 Oooohhhhh que bueno. ¡Diooooos! Que bien lo haces.



 Noooo te pares, no te… aaahhhhhhhhhhh (Corriéndose y contorsionando el cuerpo   que parecía que se caería de la camilla).



Yo tenía una erección total, me salía por arriba del bañador parte de la polla, ella al verlo, no se hizo de rogar, se la llevo a la boca desesperada. La engullía de una manera especial. La apoye en la camilla, quería follarla, ella se dio la vuelta y me beso apasionadamente, Aproveche para colocar mi polla entre sus piernas, su coñito me la mojaba, nos movíamos los dos, ella suspiraba y yo bufaba como un toro.



No me apetecía esperar más la di nuevamente la vuelta para que se quedara apoyada en la camilla y follarmela desde atrás, cuando empecé a metérsela, empezó a decir…



-Así, no. No puede ser, te tienes que poner un condón.



-No tengo ninguno ¿Y tú?



-Ninguno, Manuel no puede follar desde que cayó enfermo. Yo no tomo nada, no me protejo. Y no quiero correr el peligro de que me dejes embarazada.



-A mí no me importaría hacértelo por el culito.



-Jajaja… y parecía tonto mi sobrinito.



Cogió el aceite que había usado yo, agarro mi polla y me la lleno de aceite, untándomelo como si me hiciera una paja.



-Luego me arrepentiré, porque me dejaras dolorida seguro, pero no voy a desaprovechar esta maravilla que tienes por polla, que más de una que yo conozco tendría envidia.



-Sera un placer para mi tiita, volver a hacer que sientas esto. (Empezando a metérsela)



-AH, despacio, que ya no tenía costumbre y menos con algo tan grande.



-Tranquila, que te follare como nunca lo hiciera nadie.



Metía un poco y la sacaba, la siguiente metía un poco más y sacaba, así poco a poco sin prisa, que ese culito se fuera haciendo a mi polla. Una vez que la tenía toda dentro, solté las caderas y empecé un movimiento suave, sin sacársela y sobándole bien las tetas y los pezones.



Ella no paraba de mover el culito…



-Que bien mueves el culo, que gusto follarte.



-Siiiiiii.



Empecé a aumentar el ritmo y ella me dijo…



-Despacio Carlos, espera por favor, ya te avisare cuando mi culito se haya acostumbrado al tamaño de tu polla, para que me des duro.



-Como tú digas “zorrita”.



-No me llames eso, que así me dice ese (mirando hacia mi tío).



-No lo hare más.



-Pero me puedes decir otras cosas parecidas, que me pone.



-¿Cómo lo puta que eres follandote a tu sobrino?



-Siiiiiiiiii.



Seguí con un movimiento pausado, mientras la hacía una paja. Notaba como su movimiento iba creciendo. De pronto y cuando menos lo esperaba…



-Ahora sí, dame duro.



-¿Cómo de duro?



-¡COÑO!, que me rompas.



-¿Quién va a ser mi putita desde ahora?¿Quién va a hacer lo que yo diga?¿Quién estará siempre dispuesta para mí?



-Yo, yoooooo… pero no pares, dame duro, rápido, que me quiero correr.



Sin decir más la agarre bien los pezones, apretándolos bien, para darle a la vez unos empujones, que se movía hasta la camilla.



-Sí, siiiiii… me vengo, ahhhhhhh



-Yo también me corro, puta.



-Si lléname bien.



-Toooooma. Aaahhhhhhhh, me corro.



Ella no paraba de mover el culo como una bestia desenfrenada, hasta que se dejó caer sobre la camilla. La verdad que hasta ahora no vi a nadie correrse con esa fuerza, con esas ganas.



-Sobrinito, no sé qué decir, además de que ha sido genial, que me hacía falta como el respirar.



-Solo tienes que decir, que es el primero de muchos.



-Jajajaja… pero para el próximo compra condones, que los compraría yo, pero tu sabras mejor cuales son los indicados para tu tamaño. Jajaja…



-No te preocupes que ya mismo los compro.



-Ah se me olvidaba. Y de esto no digas nada a nadie, ni a tu tío, que no le importaría, pero no quiero que lo sepa.



-Seré una tumba.



-Ahora sal a la piscina, no se vaya a mosquear Manuel



Salí le salude y me tire al agua.



A los tres cuartos de hora más o menos, apareció mi tía con otro bikini distinto y me pregunto cómo estaba el agua.



Yo mirándola a los ojos la dije que estaba “muy buena”. Ella se tiro a la piscina también y cuando llego a mi altura me dijo que se le olvido decirme, que esto (agarrándome todo mi paquete) me lo pensaba depilar. En aquel entonces me llamo mucho la atención. Te lo hare como lo tengo yo, me dijo y se puso a nadar.


Datos del Relato
  • Categoría: Maduras
  • Media: 10
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