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Categoría: Maduras

Mi tia culona y tetona (2)

SEGUNDA PARTE



Pasó un rato, mi tía se reía y me decía lo rico que había estado ese encuentro. Me pidió otra cerveza, claro que esta vez, ya con más confianza, la bebió directamente de la lata. Completamente desnuda, sin ninguna vergüenza de su cuerpo hablamos de las relaciones con su marido, que era muy esporádicamente y que casi siempre no pasaban más allá de unos cuantos minutos.



A ratos me acariciaba mi verga, alabando mi buen tamaño y mi forma de utilizarla. Yo también a ratos le chupaba las tetas confesándole lo mucho que siempre me habían gustado desde niño y que realmente las tenía exquisitas.



Se acostó en mis piernas y comenzó a jugar con mi verga contra su cara, rozándola y chupándomela muy suavemente, mientras me hacia preguntas sobre si nos volveríamos a ver , que de más esta decirme que esto solo tenia que quedar entre nosotros etc. Al cabo de un buen rato de estármela chupando me dice que ya era muy tarde y que tenía que irse.



Le dije que no se podía ir y dejarme así, a lo que ella riéndose , me dijo que no estaba en condiciones de otro encuentro, pero que si quería , estaba su boca dispuesta para que me descargase en ella.



Con arte y maestría continuó chupándomela, mientras yo le manoseaba descaradamente el culo, hasta que consiguió hacerme acabar nuevamente en su boca. Me confesó que no había cosa que le gustara más que el hombre acabara en su boca.



Luego de eso, se vistió rápidamente y llevándose los planos, se marcho de mi casa , diciéndome que se los mostraría a mi tío y que al otro día vendría a devolvérmelos para que charláramos un rato mas.



Al otro día suena mi teléfono, Era ella preguntándome a que hora estaría en la casa para llevarme los planos. Le dije que a las 5 de la tarde y me dijo que puntualmente estaría ahí.



Llego la hora y puntualmente escucho el jeep de mi tía estacionándose afuera.



Esta vez venía con un vestido de una sola pieza apegado al cuerpo que la hacia ver mas tetona y mas culona.



Me saluda con un beso en la boca ( ya dentro de mi casa) , extiende los planos sobre la mesa, me habla de las ultimas modificaciones que quería mi tío, y agarrándome la verga, me dice que pasáramos a lo otro.



A los 10 minutos ya estábamos en mi cuarto, ambos desnudos , besándonos y acariciándonos por todos lados.



La acosté de espaldas en la cama y le chupe las tetas hasta que me cansé. Después me coloque sobre ella y mientras se las apretaba y metía mi verga entre ellas, mi tía recibía la punta de mi verga con su boca.



Después le separe las piernas y costado sobre ella, me la comencé a follar muy fuertemente, agarrándole el culo, viendo como sus enormes tetas se desparramaban para cada lado. Le tome las piernas y me las puse sobre los hombros. Mi tía se dejaba llevar por su sobrino sin decir que no a nada. Con su culo abierto en esta pose la folle por otro rato haciéndola transpirar.



Si bien es cierto su peso y su edad eran considerables, sus constantes idas al gimnasio la mantenían en buen estado físico, pudiendo durar mucho en cada relación. Aparte que no era fácil hacerla acabar.



Esta vez hicimos de todo en la cama. Me acosté de espaldas y ella se subió arriba mío, con una pierna a cada lado, sentándose sobre mi y enterrándose hasta el fondo mi verga. Luego comenzó a cabalgarme , mientras sus tetas se movían sin dirección en cada subida y bajada de su cuerpo.



MI cama crujía con los movimientos de mi gorda tía. Luego se echa hacia delante y me dejas sus grandes tetas a la altura de mi cara, mientras yo me deleitaba agarrándole el culo.



Hicimos de todo en la cama, un bestial 69 con mi tía sobre mi, restregándome el culo por toda la cara, a veces hasta dejarme sin respiración. Le gustaba que la tratara fuertemente, brusco, como un pedazo de carne, eso la excitaba. Me pedía que la tratara mal, que la tratara de zorra , de puta, que le pidiera lo que yo quisiera , hasta que obviamente le pedí que me entregara el culo.



No tubo problemas en colocarse en cuatro patas, mientras yo, parado al borde de la cama, le separaba sus cachetes buscando la entrada de su ojete. Le apoye la punta de mi verga en este y comencé a tratar de metérselo, mas mi tía, aunque lo deseaba, no se pudo relajar y le dolía mucho cada vez que se lo aprisionaba. Me dijo que no aguantaba el dolor, pero que más a delante de alguna forma, me lo entregaría.



No me quedó mas remedio que follármela en esa posición por la concha hasta hacerla acabar , para luego acabar yo en su boca, como a ambos nos fascinaba.



La sed de sexo de mi tía, en vez de disminuir , aumento. Ya eran casi todas las tardes en que ella estacionaba su gran 4x4 afuera de mi casa y entraba para que su sobrino le diera su dosis diaria de sexo.



Una tarde, cuando estábamos follando, me sorprendió al levantarse de la cama , sacar una crema especial y pedirme que se la unte en el culo. La muy descarada había comparado este producto para regalarme lo que tanto quería, su enorme y gordo culo. Separándole bien las nalgas, luego de darle unos cuantas chupadas a su culo, le metí la punta plástica que traía la crema y eche una abundante cantidad de crema en el interior de su culo. Luego de eso, me unté un poco en mi verga y suavemente se la fui metiendo. Ella me indicaba cuando parr, cosa que obedecía , para luego continuar metiéndosela.



La divina crema cumplió su función y conseguí metérsela por completo. Al principio nos movíamos suavemente, hasta que su culo se acostumbro al tamaño de mi verga para terminar follando analmente a mi tía como un animal. Sus gritos de dolor en un principio rápidamente se transformaron en gritos de placer , pidiéndome como siempre que llegara mas adentro y mas fuerte. Por mucho, mucho rato me la folle de esta forma hasta que ambos alcanzamos el orgasmo dejándole el culo rebalsado de semen.



Nuestros encuentros clandestinos continuaron y mi tía además del semen en su boca, se hizo una adicta al sexo anal. Me confesaba que en las noches a veces sentía arder su concha necesitada de mí y no podía aguantarse las ganas de masturbarse. Incluso me confesó que había comprado un juguete para esas ocasiones, el cual llevó e introducimos en nuestros encuentros.



No había límite en nuestros encuentros. Mi tía se había convertido en una enferma del sexo. Cada vez me pedía más y más, sin ponerme ninguna traba a ninguna de mis peticiones. Me dejó fotografiarla en todas las poses imaginables, incluso me conseguí una filmadora para documentar nuestros encuentros. Videos que veíamos cuando estábamos follándo , cosa que la calentaba aun más. Para mi, mi máximo placer era que se sentara sobre mi, con su concha peluda levantada sobre mi cara y que se masturbara hasta acabar, mojándome la cara, mientras que para ella, era que me la follara por el culo, mientras que a ella le gustaba ser penetrada por ambos agujeros al mismo tiempo, con ayuda de su amigo de plástico.



Fue esto último, lo que llevo nuestros encuentros a un siguiente nivel, donde me confesó que su sueño era estar con dos hombres al mismo tiempo. Sueño que al poco tiempo hicimos realidad.



Agradeciendo sus comentarios y valoraciones, me despido muy atte. de Uds.


Datos del Relato
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