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Categoría: Confesiones

MI PRIMA CAROLINE (FINAL)

Después de darnos aquel beso y abrazo, nos tomamos de la mano y como dos amantísimos novios salimos caminando hacia el jardín trasero de la casa mientras la vista de nuestras madres no nos abandonaban.
Serían aproximadamente las cinco de la tarde cuando se me ocurrió preguntarle a mi madre por la hora en que nos iríamos, me contestó que todavía estaba pensando si irnos o quedarnos hasta mañana, de todas formas como era domingo yo no tenía que ir a la escuela ni ella a trabajar y para estar solos en la casa, mejor la pasábamos todos juntos aquí, así que no me preocupara, que si cambiaba de idea me lo haría saber.
Ahora sin preocupaciones y sin tener que escondernos de nadie, Caroline y yo no perdíamos ni un instante para estar bien juntitos y darnos cuantos besos se nos antojaran, guardando siempre la forma ante nuestras madres para no pecar de irrespetuosos. Definitivamente mi madre optó por quedarse allí esa noche, pero siempre supuse que el consentimiento no llegaría tan lejos como para que durmiésemos juntos. Vimos la tele, escuchamos música, jugamos un poco de cartas y nunca falto unas que otras copas para alegrar el ambiente, a mi madre le encanta de cuando en vez tomarse unas copas al igual que a mi, y mi tía no se queda detrás, la única principiante y por embullo fue Caroline, lamentablemente después de haber ingerido alrededor de 4 copas de aquel licor tan espléndido que estibamos tomando, se sumió en un profundo sueño que entre mi madre y mi tía tuvieron que llevarla cargada para su habitación, yo pienso que más que sueño, lo que tenía era borrachera. Al poco rato bajaron las dos riéndose de Caroline y argumentando lo rápido que se le había terminado la fiesta, que eso le pasaba por no saber beber, pero al menos por primera vez lo había intentado.
Mi madre comenzaba ya a reír de forma estrepitosa al igual que mi tía, por lo que presentí que ambas también estaban un poco pasadas de copas, pero continuamos jugando a las cartas. Llegó un momento que cuando mi madre fue a levantarse en busca de hielo para las copas cayó de forma estrepitosa al suelo, y producto de la risa no atinaba a levantarse, entones tía la ayudó a incorporarse y a duras penas llegaron a la habitación que había en la planta baja, después de un rato tía regresó y haciéndome los cuentos del trabajo que le costó ponerla sobre la cama, pues nada mas hicieron entrar en la habitación se desplomó nuevamente. Eran cercanas las diez de la noche, aun era bastante temprano para ir a dormir y continuamos jugando a las cartas.
De cuando en vez a mi tía se le querían cerrar los ojos, pero no se daba por vencida, me comentó que ya estaba aburrida de jugar a las cartas, que hiciésemos otra cosa para entretenernos, le propuse entonces ver la tele, pues a esa hora de la noche suelen poner películas bastante buenas, aceptó mi idea y nos sentamos juntos en el sofá a ver la tele, me dio instrucciones de cómo conectarla al sistema por satélite y como eso para mi era una novedad, pues en la casa no disponemos de ese servicio, me agradó mucho la idea, mientras yo rastreaba los canales en busca de algo bueno para ver ella se levantó y dando tumbos de dirigió hacia el baño a orinar. En mi búsqueda por todos los canales me detuve ante las imágenes de una película porno que estaban poniendo, aprovechando que mi tía no estaba me detuve a verla unos instantes, estaban súper calientes las escenas que mostraban, tanto me llamó la atención aquello que no me percaté de la llegada de mi tía. --¿está buena esa película?—, fue cuando al escuchar su voz reaccioné y me apresuré a quitarla…--no la quites, si te gusta continúa mirándola—, sin mucha seguridad en lo que hacía volví atrás y puse la película nuevamente, en un principio mi tía también la miraba y hasta me hizo algunos comentarios al respecto, pero el sueño provocado por los efectos del alcohol fueron mas fuertes que su voluntad de mantenerse despierta. Cediéndole espacio dejé que se acomodara en el sofá y continué mirando la película sentado en el piso. Como sabrán, no tardé mucho en empalmarme mirando aquellas escenas, de vez en cuando volvía la cabeza para ver si mi tía dormía y después continuaba mirando la tele. En una de las oportunidades en que me volví para ver si mi tía estaba dormida me percate que se había dado vuelta y el vestido se le había subido un poco, dejando sus nalgas casi a mi disposición para observárselas bien.
En principio no hice caso de aquello, no les niego que por unos instantes estuve observando aquellas blancas y suculentas nalgas, pero continué mirando mi película. Mi calentura cada vez iba en mayor ascenso y la película llegaba a su fin, al parecer había comenzado hacía ya buen tiempo. Cambié de canal buscando a ver si encontraba otra, pero toda búsqueda resulto infructuosa, terminé dejando un programa musical que había en esos momentos y giré hasta ponerme de frente a mi tía y contemplarla con la mayor paciencia y descaro del mundo, en fin de cuentas la que estaba enseñando era ella y no se podía despreciar tan suculento menú. A la sazón yo estaba tan caliente que con la punta de los dedos y muy despacito comencé a subirle el vestido para buscar si alcanzaba ver más de lo ya visto, así llegué hasta que se lo subí a la cintura, mi desesperación ante aquello era tal que acerqué mi cara a sus nalgas y mientras me masajeaba la verga le di un beso en cada una de ellas. Mi tía se movió, pensé había despertado, pero no, lo que hizo fue acomodarse boca abajo en el sofá dejando sus bien formadas nalgas mirando hacia el techo de la sala, ahora la vista era mucho mejor, pues sus piernas se encontraban algo entreabiertas. Debajo de aquel vestido solo llevaba una finísima tanga con el cordón entre sus nalgas que daba la impresión de no llevar nada puesto, solo me percaté de ello al subirle el vestido hasta la cintura. Los tragos ya me estaban haciendo efecto a mi también, pero la calentura que había cogido viendo la película y ahora observando las nalgas de mi tía, me tenían a cien, la verga quería romper el pantalón para tratar de salir, pero me la masajeaba y algo lograba controlarme.
Recordé entonces lo dicho por mi tía sobre el tiempo que llevaba ya si estar con ningún hombre e imaginé estaría desesperada por follar, decidí ser un poco más audaz y poco a poco le fue quitando la tanga, al llegar a las rodillas me costó un poco más de trabajo continuar, pero finalmente lo logré, le quité sus zapatos y finalmente la deshice de su fina tanga. Suavemente traté de separar un poco más sus piernas hasta que lo logré, volví a besar sus nalgas y mi tía no se daba por enterada, estaba profundamente dormida. No aguanté más y dejé que mi verga saliera de su prisión. Haciendo casi lo imposible porque no se despertara me arrodillé sobre ella y coloqué la punta de mi verga entre sus nalgas, se las fui separando poco a poco hasta que logré encontrar la entrada de su chocha, sin hacer movimientos bruscos se le puse en la misma entrada y con la ayuda de los líquidos que me botaban se la fui colocando poco a poco. El calor que desprendía sus nalgas me excitaba aún más, por lo que terminé bajándome los pantalones para sentir el contacto directo con su piel. Algo me pareció extraño en todo aquello, pues mi tía estaba también toda mojada, su chocha se encontraba toda húmeda y pidiendo a gritos que se la metiera, pensé que una persona dormida no tuviera esas reacciones, pero al final de cuentas esto favorecía mi trabajo y poco a poco se la fui metiendo hasta que logré tenerla toda dentro de ella, comencé entonces la tarea más difícil, moverme para follármela sin que se despertara, coloqué uno de mis brazos en uno de sus costados y con el otro apoyado sobre el respaldo del sofá me tendí sobre ella y comencé a bombearla, dada su humedad y mis líquidos la penetración se hacía más fácil, por lo que comencé a follarme a mi tía de una forma deliciosa, saboreando lo caliente que estaba aquel coño y que en ocasiones se contraía como para extraerme todo lo que llevaba por dentro. Ya aquella posición no me satisfacía plenamente, pues por lo abultado de sus nalgas no me permitían llegar hasta el fondo a pesar de que mis embates cada ves eran mas profundos y con mayor fuerza. Decidí entonces tratar de virarla para cogerla de frente, aquello resultó una odisea, en uno de aquellos movimientos por hacerla girar, cayó al suelo sobre la alfombra, quedé inmóvil a ver que sucedía, pero ella ni se inmutó y continuó en su sueño, ya en el suelo me fue más fácil voltearla y abrirle las piernas todo lo que se me apetecía, la cabrona de mi tía se afeitaba el coño y lo tenía muy bien depiladito, estaba como para comérselo.
Fue entonces que decidí quitarme los pantalones para tener un mejor contacto con ella, todo estaba en que mi tía no se despertara, hasta el momento ya había logrado algo, pero no estaba totalmente satisfecho. Comencé entonces a desabotonar su vestido y al llegar al último sus tetas saltaron como dos resortes, no llevaba sostenedor, eran unas tetas bastante grandes y con unos buenos pezones que enseguida me animaron a chuparlos, mientras estaba enfrascado en esta labor sentí como un leve gemido salió de los más profundo de mi tía, pensé que iba a despertar y me aparté un poco. Cuando comprobé que continuaba durmiendo fui directamente hacia sus entrepiernas y como tanto me había llamado la atención no soporté los deseos de besar su chocha y pasar mi lengua por su clítoris húmedo, estaba exquisito, con delicadeza le separé los labios y mi lengua se fue directamente hasta su interior, nuevamente escuché aquellos apagados quejidos de placer, pero en esta oportunidad continué con mi faena, aquel coño me atraía como si fuese un imán y no podía separarme de él, mientras más lo chupaba más quería seguir haciéndolo, los apagados quejidos de placer ya no eran tan apagados, se escuchaban un poco más fuerte y comprendí que tía despertaría de un momento a otro, me arrodillé entre sus piernas y colocando mi verga a la entrada de su coño de una sola embestida se la metí hasta el fondo, me acosté sobre ella y empecé a bombearla, sentí como sus piernas se recogieron a mi costado dándome así más facilidad para penetrarla, como mi boca quedaba a escasos centímetros de sus tetas comencé a chupárselas nuevamente, cada vez me la follaba con más fuerza, no sabía como no se había despertado ante mis empujones, pero a mi me resultaba mejor así, pues de despertarse no podría terminar.
Sentí entonces como unas manos sujetaron fuertemente mi cabeza y la guiaba hacia ella, colocándome justamente frente a su boca, la observé bien y continuaba con los ojos cerrados, pero aquello era una señal de que ya no estaba dormida, junté entonces su boca con la mía y su lengua me llegaba hasta la garganta tratando de chuparme o mas bien de tragarme. Ahora era ella la que movía su cintura buscando una mayor penetración y me abrazaba fuertemente --¡así mi sobrinito lindo dale duro a tu tía que mucha falta le hace!—, ante aquella positiva reacción de mi tía continué follándomela sin la menor preocupación, Caroline y mi madre estaban dormidas en sus cuartos y de seguro no despertarían hasta la mañana siguiente…--¡sobrino que verga mas grande tienes…que rica la tienes…dame mas por favor, dame duro para sentirla en mis entrañas!—, sentí como se estremecía ante la presencia de su primer orgasmo, sus uñas se clavaban en mis espaldas…--¡me vengo sobrino, me vengoooooo….asi…así….asiiiiiiiii…..yaaaaaaaaa!—, --¡dame ahora toda tu lechita calientita que quiero sentirla como hace años no la siento dentro de mi, no seas malito, dale lechita a tu pobrecita tia!—, diciendo esto comenzó con movimientos de cadera más rápido que no me permitieron soportarlo por mucho más tiempo, haciendo un soberano derroche de leche dentro de aquel rico coño de mi tía…--¡Ay, madre mía…¿Qué es esto?....creo me voy a volver loca… dame mas leche coño…dámela toda…hoy me vuelvo a sentir mujer después de tanto tiempo… sácame la leche que me queda sobrino, dame duro para sentírmela bien adentro…gózame…así…asíiiii… cójela, es toda para ti cójela cabroncito!—, mientras terminaba de correrse nuevamente buscó mi boca y con su lengua de por medio nos dimos unos interminables besos.
Al poco rato y a duras penas pudimos ponernos de pie, nos limpiamos un poco a como pudimos y nos sentamos nuevamente en el sofá. Después de aquella locura mi tía comenzó a preocuparse y me pedía por lo más grande de la vida que nadie podía enterarse de lo ocurrido entre nosotros, que fue un momento de debilidad y desespero que ella tuvo, pero era mejor que nadie se enterase y mucho menos Caroline, le dije que perdiera cuidado, que por mi parte nunca se enterarían de nada, siempre y cuando alguna que otra vez lo volviésemos a repetir. --¿Así que ahora tratas de chantajearme?—, --¡No tía, no digas eso, es que de verdad me ha gustado hacerlo contigo y quisiera que se repitiese en otra oportunidad!—, --está bien, trato hecho, en otra oportunidad volveremos a repetirlo—, diciendo esto me dio un beso, esta vez en la mejilla y se retiró para su habitación, yo fui para donde se encontraba mi madre que roncaba como una piedra y a los pocos minutos quedé completamente dormido.
Datos del Relato
  • Autor: Plastilina
  • Código: 4614
  • Fecha: 30-09-2003
  • Categoría: Confesiones
  • Media: 4.9
  • Votos: 70
  • Envios: 3
  • Lecturas: 3279
  • Valoración:
  •  
Comentarios


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3 comentarios. Página 1 de 1
Victor Hugo
invitado-Victor Hugo 05-07-2006 00:00:00

La verdad no sé cómo se te ocurren tantas cosas maravillosas, te envidio, pues tienen mucho talento, tus relatos son lo mejor y de verdad sabes hacer que se excite un hombre con leerlos. si me escribieras me sentiría muy bien

John Jairo
invitado-John Jairo 01-10-2003 00:00:00

No te alcanzas a imaginar el pajazo que me he dado con tu cuento, como me gustaria tener una tia así y, es más, si no alcanzas con las dos..., mandame a tu tia que yo la atiendo

omar
invitado-omar 30-09-2003 00:00:00

Muy buena historia, que bueno que te bombeaste a tu tía, no las hagas sufrir dale lo que te pida y no descuides a tu primita eh, siguenos contando tus historias Sds

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